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DOMINGO II DTE EL AÑO
CICLO B
Lunes II
Martes II
Miércoles II
Jueves II
Viernes II
Sábado II
DOMINGO II DTE EL AÑO
CICLO B
Vieron dónde vivía y se quedaron con Él
PRIMERA LECTURA
Lectura del primer libro de Samuel 1 Sam 3,3b-10.19
En aquellos días, Samuel estaba acostado en el templo del Señor, donde estaba el arca de Dios. El Señor llamó a Samuel, y él respondió: “Aquí estoy.” Fue corriendo a donde estaba Elí y le dijo: “Aquí estoy; vengo porque me has llamado.” Respondió Elí: “No te he llamado; vuelve a acostarte.” Samuel volvió a acostarse. Volvió a llamar el Señor a Samuel. Él se levantó y fue donde estaba Elí y le dijo: “Aquí estoy; vengo porque me has llamado.” Respondió Elí: “No te he llamado, hijo mío; vuelve a acostarte.” Aún no conocía Samuel al Señor, pues no le había sido revelada la palabra del Señor.
Por tercera vez llamó el Señor a Samuel, y él se fue donde estaba Elí y le dijo: “Aquí estoy; vengo porque me has llamado.” Elí comprendió que era el Señor quien llamaba al muchacho, y dijo a Samuel: “Anda, acuéstate; y si te llama alguien, responde: “Habla, Señor, que tu siervo te escucha.”" Samuel fue y se acostó en su sitio. El Señor se presentó y le llamó como antes: “¡Samuel, Samuel!” Él respondió: “Habla que tu siervo te escucha.” Samuel crecía, y el Señor estaba con él; ninguna de sus palabras dejó de cumplirse.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 39,2.4a.7-10
R: Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Yo esperaba con ansia al Señor;
él se inclinó y escuchó mi grito;
me puso en la boca un cántico nuevo,
un himno a nuestro Dios. R.
Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides sacrificio expiatorio. R.
Entonces yo digo: “Aquí estoy como está escrito en mi libro-
para hacer tu voluntad.”
Dios mío, lo quiero,
y llevo tu ley en las entrañas. R.
He proclamado tu salvación
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios;
Señor, tú lo sabes. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo
a los cristianos de Corinto 1 Cor 6,13c-15a.17-20
Hermanos:
El cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor; y el Señor, para el cuerpo. Dios con su poder, resucitó al Señor y nos resucitará también a nosotros.
¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? El que se une al Señor es un espíritu con él. Huid de la fornicación. Cualquier pecado que cometa el hombre queda fuera de su cuerpo. Pero el que fornica peca en su propio cuerpo. ¿O es que no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo? Él habita en vosotros porque lo habéis recibido de Dios. No os poseéis en propiedad, porque os han comprado pagando un precio por vosotros. Por tanto, ¡glorificad a Dios con vuestro cuerpo!
Palabra de Dios.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Juan 1,35-42
Al día siguiente, estaba Juan otra vez allí con dos de sus discípulos y, mirando a Jesús que pasaba, dijo: “Este es el Cordero de Dios”.
Los dos discípulos, al oírlo hablar así, siguieron a Jesús.
El se dio vuelta y, viendo que lo seguían, les preguntó: “¿Qué quieren?”. Ellos le respondieron: “Rabbí -que traducido significa Maestro- ¿dónde vives?”.
“Vengan y lo verán”, les dijo. Fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él ese día. Era alrededor de las cuatro de la tarde.
Uno de los dos que oyeron las palabras de Juan y siguieron a Jesús era Andrés, el hermano de Simón Pedro.
Al primero que encontró fue a su propio hermano Simón, y le dijo: “Hemos encontrado al Mesías”, que traducido significa Cristo.
Entonces lo llevó a donde estaba Jesús. Jesús lo miró y le dijo: “Tú eres Simón, el hijo de Juan: tú te llamarás Cefas”, que traducido significa Pedro.
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
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“Samuel es una figura clave del Antiguo Testamento”: sacerdote, profeta y juez. Israel vive un momento de transición y él es el encargado de protagonizarla; ahí radica su importancia y su grandeza. Es el paso de la federación de tribus al régimen monárquico.
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La palabra divina interpela al profeta y éste, al responder, se convierte en mediador de esta palabra.
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El profeta Samuel vive en el Santuario de Silo, ciudad de Efraim, al Norte de Betel, allí estaba el arca, símbolo de la presencia divina, allí subían las doce tribus cuando lo aconsejaban las ocasiones. En este santuario, es donde el personaje de nuestro relato, va a ser interpelado por la palabra.
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Por tres veces Yahveh llamó a Samuel. Samuel no reconoce la voz del Señor pues nunca le había hablado antes; Samuel no ha aprendido todavía a distinguir la voz de Dios de la voz de los sacerdotes. Sólo a la cuarta vez, ayudado por el sacerdote Elí, comprende que es el Señor el que lo llama y responde a su llamada: “Habla, Señor, que tu siervo escucha”.
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Cuando Dios habla y el hombre escucha se renueva la historia de salvación. Samuel escuchaba a Dios y anunciaba al pueblo lo que escuchaba y no otra cosa.
***
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Pablo ha predicado insistentemente la libertad de los hijos de Dios. Pero ahora se ve en la necesidad de salir al paso de algunos de Corinto, que pensaban que la cuestión sexual, es indiferente para la salvación. Hay una promesa para el cuerpo, que se ha de cumplir.
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“Ser en Cristo” es el fundamento de la conducta moral del cristiano y su motivación. A Pablo, le interesa poner de relieve que el fundamento decisivo y el motivo último de la conducta moral, es la unión personal con Cristo. No es una ética de normas abstractas, sino una vida desde la fe, la esperanza y el amor. “Ser en Cristo” abarca toda la realidad del hombre, alma y cuerpo, todo lo que es y todo lo que hace.
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El que se une a Cristo, llega a ser todo él, un “espíritu” con Cristo. “Carne” y “Espíritu” no son términos complementarios, sino contradictorios; el hombre es enteramente “carne” cuando se deja seducir por el instinto, y “espíritu” cuando se deja guiar por el Espíritu de Dios, que da la vida.
***
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El relato de Juan que leemos tiene lugar al tercer día de la “primera semana” de la vida pública del Galileo. El recuerdo del primer encuentro con Jesús, es una escena entrañable y programática de la primera llamada que hace a sus futuros discípulos. No sucede nada extraordinario. Es un encuentro humano. Y así comienza un itinerario, un irse conociendo, una convivencia, una amistad… que irá transformando la vida de aquellos cinco hombres de Galilea. Sin embargo, este encuentro se transforma en el itinerario de todo encuentro con Cristo.
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Juan Bautista presenta a Jesús a sus discípulos, y lo llama “El Cordero de Dios”. Para los israelitas, la imagen del cordero, recordaba siempre la experiencia fundamental de la liberación de su pueblo. Estando en Egipto una noche se sacrificó y se comió un cordero, y con la sangre de aquel cordero se pintaron los dinteles de las puertas de todas las casas de los esclavos israelitas, y aquella señal libró de la muerte al primogénito de cada familia. Aquella fue la última noche de esclavitud en la que iniciaron el camino de la liberación.
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Al señalar a Jesús como “El Cordero de Dios”, Juan Bautista está anunciando que Dios ha decidido intervenir otra vez en la historia de los hombres para poner en marcha un nuevo proceso de liberación.
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“¿Qué buscan?” Son las primeras palabras de Jesús en este evangelio. El contacto con Jesús empieza con una pregunta. Pregunta que es el primer interrogante que debe plantearse todo aquel que quiera conocer y seguir a Jesús. ¿Qué buscamos en la vida?
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“Rabí” “¿Dónde vivís? ¿dónde te podemos encontrar? ¿qué hay que hacer para estar con vos?”. Expresa el deseo y la necesidad del hombre de estar con Dios, de buscar una plenitud. En aquel tiempo la relación maestro-discípulo no se limitaba a la transmisión de una disciplina: se aprendía un modo de vivir. La pregunta de los seguidores es un reconocimiento de Jesús como Maestro. No le preguntan por su doctrina, aunque lo aceptan como maestro, sino por su vida. La vida del maestro era ejemplo para la del discípulo. Por eso quieren saber dónde y cómo vive Jesús; están dispuestos a estar cerca de Él y vivir bajo su influencia.
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La fe cristiana: no se trata de aprender un credo o unos preceptos, sino de compartir la vida, de conocer directamente el modo de vivir que Jesús va a proponer a todos los que decidan unirse a su camino.
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“Vengan y lo verán”. Jesús los invita a ver por ellos mismos, a experimentar la convivencia con El. Esto es lo que constituye la experiencia del discípulo; la respuesta de Jesús no es un discurso, ni un programa inicial, sino una invitación a la experiencia: el que quiera ser discípulo de Jesús tiene que ir con Él, y ver, ser discípulo de Jesús significa hacer la experiencia de estar con Él. Es en esta convivencia donde encontrarán la respuesta a su búsqueda. A Jesús no se lo puede conocer por mera información, sino solamente por experiencia personal. No cuenta demasiado lo que se sepa sobre Jesús. Lo decisivo es el encuentro con El. Encuentro que transforma al hombre desde dentro. Encuentro que lo hace consciente del comienzo de una nueva etapa en su vida.
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“Y se quedaron con El aquel día”. Y lo que vieron, lo que experimentaron, tuvo que llenarlos de satisfacción, porque “aquel mismo día se quedaron a vivir con Él”. Comienza la nueva comunidad, la del Mesías; la comunidad de aquellos que están donde está Jesús. En seguida uno de ellos, Andrés, siente la necesidad de compartir aquella experiencia y va a buscar a su hermano para llevarlo a Jesús: “Uno de los dos que escuchaban a Juan y siguieron a Jesús era Andrés, el hermano de Simón Pedro; fue a buscar primero a su hermano carnal Simón y le dijo: “Hemos encontrado al Mesías…”
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Una verdadera vocación se convierte siempre en la comunicación alegre de un encuentro, de una experiencia decisiva. Una llamada debe convertirse en una invitación a muchos.
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La búsqueda es el camino hacia la experiencia de Dios. Buscarlo y dejarnos encontrar por Él. Sólo mientras lo buscamos, podemos tenerlo. La actitud vital de búsqueda, está en el centro de la vida del cristiano en la que Dios se hace presente desde el misterio siempre imprevisible. El que busca es un hombre activo, es un corazón que late incesantemente, es una actitud de búsqueda sincera del bien y de la verdad, de la libertad y de la justicia, del amor. Si nosotros nos mantenemos abiertos al bien y a la verdad, podemos esperar que Jesús, a través de su Espíritu, no dejará de hacerse presente en nuestra vida.
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Vivir sirviendo o ser discípulo, no son actitudes casuales; son elecciones que se van amasando, al abrigo de ilusiones sostenidas con ternura y realismo.
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La fe comienza en la experiencia, en la vida de cada día. Sólo cuando vivimos de verdad, podemos llegar a descubrir a Dios y saber quién es Él y qué debe hacer Él en el mundo. Cada hombre es una vocación y una misión. Jesús nos llama, tira de nosotros, aprovechándose de la menor rendija que le abramos, para conducirnos a la felicidad de su Reino.
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Cada uno de nosotros es llamado a cumplir una misión, a cumplir nuestra vocación, realizando nuestra verdadera esencia, nuestra persona. Sólo entonces la palabra de Dios se realiza y comienza nuestra verdadera historia. La palabra de Dios nos pone en camino y mueve la historia. Dios nos llama a cada uno por nuestro nombre, y no podemos eludir la respuesta. Si lo escuchamos y no respondemos, dejamos de ser cristianos y dejamos de ser hombres.
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La Iglesia es la encargada de hacer presente a Jesús entre los hombres. Es en ella, y en la vida concreta de sus comunidades, que los hombres podrán reconocer a Jesús y todo lo que Él significa. Pero esto sólo será posible en la medida que escuche su palabra, se deje penetrar por su Espíritu y viva de su presencia.
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Esto será posible en la medida que vivamos nuestra fe como encuentro. Nuestra fe es una fe en Alguien, no una fe en algo o a prácticas religiosas sin encuentro personal, dialogante y transformador con ese Alguien que vivió, murió y resucitó; y se llama Jesús de Nazaret. No podemos acercarnos al ámbito de Dios saltando el camino original y “directo” que es Jesús. Jesús es el acontecimiento radicalmente transformador de la historia de la humanidad, no un componente más de un credo teórico.
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Ser cristiano es ser discípulo de Cristo, y ser discípulo es ser un hombre al que Jesús ha llamado para llevarlo consigo y hablarle, para descubrirle los secretos de su corazón, su Buena Noticia, su misión en el mundo, su modo de hacer y de estar. Esto hizo Jesús con los discípulos y sólo cuando lo escucharon, se quedaron con Él y lo proyectaron al mundo.
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La fe en Jesús no es una fe privada y espiritual, sino una fe que se hace presente en las encrucijadas de la vida.
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Ser una Iglesia de discípulos es comprender que hay que apostar por aquellos valores por los que Él apostó, trabajando día a día por un presente mejor y distinto.
PARA DISCERNIR
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¿He descubierto acabadamente el sentido de mi vida? ¿Aliento, motivo a otros a buscarlo y encontrarlo?
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¿Cuál es mi experiencia de vivir mi fe como encuentro? ¿Hay algún aspecto que tenga que ser transformado en mi vivencia de la fe?
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¿Vivo mi misión y vocación con alegría?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Maestro, ¿dónde vives?..
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
…”Señor Jesús, te miro, y mis ojos están fijos en tus ojos. Tus ojos penetran el misterio eterno de o divino y ven la gloria de Dios. Y son los mismos ojos que vieron Simón, Andrés, Natanael y Leví [...]. Tus ojos, Señor, ven con una sola mirada el inagotable amor de Dios y la angustia, aparentemente sin fin, de los que han perdido la fe en este amor y son «como ovejas sin pastor».
Cuando miro en tus ojos me espantan, porque penetran como lenguas de fuego en lo más íntimo de mi ser, aunque también me consuelan, porque esas llamas son purificadoras y sonadoras. Tus ojos son muy severos, pero también muy amorosos; desenmascaran, pero protegen; penetran, pero acarician; son muy profundos, pero también muy íntimos; muy distantes, pero también invitadores.
Me voy dando cuenta poco a poco de que, más que «ver», deseo «ser visto»: ser visto por ti. Deseo permanecer solícito bajo tu morada y crecer fuerte y suave a tu vista. Señor, hazme ver lo que tú ves -el amor de Dios y el sufrimiento de la gente-, a fin de que mis ojos se vuelvan cada vez más como los tuyos, ojos que puedan sanar los corazones heridos”…
H. J. M. Nouwen, En camino hacia el amanecer de un día nuevo, Brescia 1997, pp. 88ss
PARA REZAR
Misión es partir
Misión es partir,
caminar, dejar todo,
salir de sí, quebrar la corteza del egoísmo
que nos encierra en nuestro yo.
Es parar de dar vueltas
alrededor de nosotros mismos
como si fuésemos el centro
del mundo y de la vida.
Es no dejar bloquearse
en los problemas del mundo pequeño
a que pertenecemos:
La humanidad es más grande.
Misión es siempre partir,
más no devorar kilómetros.
Es sobre todo abrirse a los otros
como hermanos, descubrirlos
y encontrarlos.
Y, si para descubrirlos y amarlos
es preciso atravesar los mares
y volar por los cielos,
entonces misión es partir
hasta los confines del mundo.
Don Helder Cámara
Lunes II
¡A vino nuevo, odres nuevos!
Lectura de la carta a los Hebreos 5, 1-10
Todo Sumo Sacerdote es tomado de entre los hombres y puesto para intervenir en favor de los hombres en todo aquello que se refiere al servicio de Dios, a fin de ofrecer dones y sacrificios por los pecados.
El puede mostrarse indulgente con los que pecan por ignorancia y con los descarriados, porque él mismo está sujeto a la debilidad humana.
Por eso debe ofrecer sacrificios, no solamente por los pecados del pueblo, sino también por los propios pecados.
Y nadie se arroga esta dignidad, si no es llamado por Dios como lo fue Aarón.
Por eso, Cristo no se atribuyó a sí mismo la gloria de ser Sumo Sacerdote, sino que la recibió de aquel que le dijo: Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy.
Como también dice en otro lugar: Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec.
El dirigió durante su vida terrena súplicas y plegarias, con fuertes gritos y lágrimas, a aquel que podía salvarlo de la muerte, y fue escuchado por su humilde sumisión.
Y, aunque era Hijo de Dios, aprendió por medio de sus propios sufrimientos qué significa obedecer.
De este modo, él alcanzó la perfección y llegó a ser causa de salvación eterna para todos los que le obedecen, porque Dios lo proclamó Sumo Sacerdote según el orden de Melquisedec.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 109, 1-4
R. Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.
Oráculo del Señor a mi Señor:
“Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies.” R.
Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos. R.
“Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, como rocío,
antes de la aurora.” R.
El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
Tú eres sacerdote eterno,
según el rito de Melquisedec.” R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 2, 18-22
Un día en que los discípulos de Juan y los fariseos ayunaban, fueron a decirle a Jesús: «¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacen los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos?»
Jesús les respondió: «¿Acaso los amigos del esposo pueden ayunar cuando el esposo está con ellos? Es natural que no ayunen, mientras tienen consigo al esposo. Llegará el momento en que el esposo les será quitado, y entonces ayunarán.
Nadie usa un pedazo de género nuevo para remendar un vestido viejo, porque el pedazo añadido tira del vestido viejo y la rotura se hace más grande. Tampoco se pone vino nuevo en odres viejos, porque hará reventar los odres, y ya no servirán más ni el vino ni los odres. ¡A vino nuevo, odres nuevos!»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
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La carta a los Hebreos nos habla hoy del sacerdocio de Jesucristo. Él es el único sacerdote, mediador entre Dios y nosotros. Aparece el término “Pontífice” que significa «constructor de puentes», el sacerdote es el que establece una comunicación entre esas dos orillas tan aparentemente alejadas como la tierra y el cielo.
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Jesús como “pontífice”-”mediador”, nos obtiene la salvación definitiva, el perdón de nuestros pecados, la amistad con Dios, el que podamos estar delante de Dios como hijos delante de su padre, el que impulsa la fraternidad entre nosotros. Y esto lo puede realizar porque, vivió hasta el fondo las limitaciones de la vida humana, exceptuando el pecado; fue tentado por la incomprensión, la soledad, el desaliento, el sufrimiento y el miedo; vivió la radical experiencia humana del dolor, la muerte y la limitación, exactamente como nosotros. Esto lo coloca ya para siempre a nuestro lado. Su resurrección no lo alejó de su propia humanidad, sino que la asumió eternamente glorificada en Dios. Esto engendra en nosotros una absoluta confianza.
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También nosotros vivimos la limitación y el fracaso, en la búsqueda de una vida plena para nosotros y para el mundo. El ha vivido y conoce la raíz de nuestros fracasos. Porque ha sufrido, es capaz de compadecerse y ofrecer en cada momento y a cada persona el don necesario para convertir en realidad la salvación de Dios.
***
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En la sociedad de los tiempos de Jesús, la fe se encontraba determinada por un estilo legal y no era bien visto que pudiera haber algo superior a la Ley. Los judíos ayunaban los lunes y jueves dando a esta práctica un tono de espera mesiánica. También el ayuno del Bautista y sus discípulos apuntaba a la preparación de la venida del Mesías. Los discípulos de Juan y los fariseos cuestionan a Jesús y le preguntan el motivo por el cual sus discípulos no ayunan tal como lo hacen los discípulos de Juan y los fariseos.
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Jesús no acepta ciegamente la ley, la crítica, la somete a la medida de una ley superior del amor y la misericordia de Dios. Ante el cuestionamiento sobre el ayuno, revela sus profundas motivaciones: ha llegado un tiempo completamente nuevo, el de las bodas mesiánicas entre Dios y su pueblo, son tiempos de fiesta, de alegría, de vino nuevo y de pan en abundancia. Él es el Novio y por tanto, mientras esté el Novio, los discípulos están de fiesta. Esta actitud de Jesús implica la novedad del tiempo que Él inaugura.
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El ejemplo del remiendo y el vino nuevo quieren mostrar la novedad del Reino, la capacidad de riesgo y creatividad que este Reino exige. La novedad de Jesús y su buena noticia ponen de manifiesto que la vieja estructura debe ser cambiada de raíz, que el Reino no es una reforma de la ley, que no vino a poner algo nuevo sobre lo viejo. Entre los que escuchaban al Señor, la mayoría serían pobres y sabrían de remiendos en vestidos; habría vendimiadores que sabrían lo que ocurre cuando el vino nuevo se echa en odres viejos.
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El vino nuevo es el evangelio de Jesús. Los odres viejos, las instituciones judías y sobre todo la mentalidad de algunos. Los odres nuevos son la mentalidad nueva, el corazón nuevo.
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Para la vida de los discípulos de Cristo el ayuno sigue teniendo sentido. Tanto humana como cristianamente, nos ayuda a crecer y madurar el saber renunciar a algo y darlo a los demás, saber controlar nuestras deseos y tener libertad interior frente a las urgencias del mundo y consumo. Pero el ayuno no es un absoluto en nuestra fe, lo más importante. Lo primario es la fiesta, la alegría por la gracia de sabernos amados y salvados. Lo definitivo e importante es la Pascua, aunque también tengan sentido el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo como preparación. También el amor supone muchas veces renuncia. Pero esta renuncia, que es un modo de ayuno, no debe disminuir la alegría.
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Son los tiempos mesiánicos, el novio está con nosotros y nos enseña a ayunar de lo caduco, de lo viejo, de lo destinado a la muerte y la nada; es decir: ayunar de la soberbia, la codicia, el egoísmo, el odio y la venganza. La formación del discípulo de Jesús no se hace en el marco de la antigua alianza, regulada por leyes y ritos, sino sobre la adhesión a Jesús y a su mensaje de amor y liberación.
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Jesús nos invita a vivir siempre de fiesta porque siempre somos amados por Dios y siempre estamos invitados a amarnos entre nosotros. El discípulo de Cristo, no se distingue por sus prácticas religiosas, sino por un estilo de vida centrado en el Maestro y dirigido por la fuerza del Espíritu Santo.
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Cristo ha venido a renovar totalmente nuestra vida para que, viviendo en comunión de vida con Él, tengamos la alegría de vivir el amor fraterno, trabajar por la paz, preocuparnos para que haya más justicia. Mientras no vivamos totalmente comprometidos con nuestra fe en la vida diaria, todo lo que hagamos, en cuanto a prácticas religiosas, no será en nosotros sino sólo un remiendo.
PARA DISCERNIR
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¿Qué provoca en nosotros las acciones de Jesús?
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¿Hay algo en su vida y en sus enseñanzas que nos resulte molesto?
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¿Qué nos falta para ser odres nuevos?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Quiero obedecer Señor
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
«El Esposo está con ellos»
…”Desbordo de gozo con el Señor y me alegro con mi Dios» (Is 61,10)… El advenimiento, la presencia del Señor, de la que habla el profeta en este versículo, es el beso que desea la esposa del Cántico de los cánticos, cuando dice: ‘Que me bese con beso de su boca’» (Ct 1,1). Y esta esposa fiel es la Iglesia: ella nació en los patriarcas, se desposó en Moisés y en los profetas; con ardiente deseo de su corazón suspiraba por la venida del Amado… Llena del gozo ahora por el beso que ha recibido, exclama gozosa: « ¡Desbordo de gozo con el Señor!»
Participando de este gozo, Juan Bautista, el ilustre «amigo del Esposo», el confidente de los secretos del Esposo y de la esposa, el testigo de su amor mutuo, declara: «El que lleva a la esposa es el esposo; en cambio, el amigo del esposo, que asiste y lo oye, se alegra con la voz del esposo. Pues esta alegría mía está colmada» (Jn 3,29). Sin duda alguna, el que fue precursor del Esposo en su nacimiento, también el precursor de su Pasión, cuando el Esposo descendió a los infiernos anunció la Buena Nueva a la Iglesia que se encontraba allí, esperando…
Este versículo, pues, se refiere totalmente a la Iglesia exultante, cuando, en los infiernos, se apresura a ir al encuentro del Esposo: «Desbordo de gozo con el Señor y me alegro con mi Dios. ¿Cuál es la causa de mi gozo? ¿Cuál es el motivo de mi exultación? Es porque me ha revestido con traje de gala y me envuelto en un manto de triunfo» (v 11). En Adán fui desnudada, me fue necesario juntar hojas de higuera para esconder mi desnudez; miserablemente cubierta con túnicas de piel, fui echada del paraíso (Gn 3, 7-21). Pero hoy, mi Señor y mi Dios ha sustituido las hojas por el traje de gala. A causa de su Pasión en nuestra carne, me ha puesto un primer vestido, el del bautismo y la remisión de los pecados; y en lugar de la túnica de piel de la mortalidad, me ha envuelto en un segundo vestido, el de la resurrección y de la inmortalidad”…
Ruperto de Deutz (hacia 1075-1130), monje benedictino – La Trinidad y sus obras, libro 42, sobre Isaías, 2,26
PARA REZAR
La alegría
El que tiene a Dios en su corazón,
desborda de alegría.
La tristeza, el abatimiento,
conducen a la pereza, al desgano.
Nuestra alegría es el mejor modo
de predicar el cristianismo.
Al ver la felicidad en nuestros ojos,
tomarán conciencia de su condición de hijos de Dios.
Pero para eso debemos estar convencidos de eso.
Superemos siempre el desaliento…
nada de esto tiene sentido si hemos comprendido
la ternura del amor de Dios.
La alegría del Señor es nuestra fuerza.
Todos nosotros, si tenemos a Jesús dentro nuestro,
debemos llevar la alegría como novedad al mundo.
La alegría es oración, la señal de nuestra generosidad,
de nuestro desprendimiento y de nuestra unión interior con Dios.
Teresa de Calcuta
Martes II
El sábado ha sido hecho para el hombre
Lectura de la carta a los Hebreos 6, 10-20
Hermanos:
Dios no es injusto para olvidarse de lo que ustedes han hecho y del amor que tienen por su Nombre, ese amor demostrado en el servicio que han prestado y siguen prestando a los santos.
Solamente deseamos que cada uno muestre siempre el mismo celo para asegurar el cumplimento de su esperanza.
Así, en lugar de dejarse estar perezosamente, imitarán el ejemplo de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas.
Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, como no podía jurar por alguien mayor que Él, juró por sí mismo, diciendo: Sí, yo te colmaré de bendiciones y te daré una descendencia numerosa.
Y por su paciencia, Abraham vio la realización de esta promesa.
Los hombres acostumbran a jurar por algo más grande que ellos, y lo que se confirma con un juramento queda fuera de toda discusión.
Por eso Dios, queriendo dar a los herederos de la promesa una prueba más clara de que su decisión era irrevocable, la garantizó con un juramento.
De esa manera, hay dos realidades irrevocables -la promesa y el juramento- en las que Dios no puede engañarnos. Y gracias a ellas, nosotros, los que acudimos a él, nos sentimos poderosamente estimulados a aferrarnos a la esperanza que se nos ofrece.
Esta esperanza que nosotros tenemos, es como un ancla del alma, sólida y firme, que penetra más allá del velo, allí mismo donde Jesús entró por nosotros, como precursor, convertido en Sumo Sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 110, 1-2. 4-5. 9.10 c
R: El Señor recuerda siempre su alianza.
Doy gracias al Señor de todo corazón,
en compañía de los rectos, en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor,
dignas de estudio para los que las aman. R.
Ha hecho maravillas memorables,
el Señor es piadoso y clemente.
Él da alimento a sus fieles,
recordando siempre su alianza. R.
Envió la redención a su pueblo,
ratificó para siempre su alianza,
su nombre es sagrado y temible.
La alabanza del Señor dura por siempre. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 2, 23-28
Un sábado en que Jesús atravesaba unos sembrados, sus discípulos comenzaron a arrancar espigas al pasar. Entonces los fariseos le dijeron: « ¡Mira! ¿Por qué hacen en sábado lo que no está permitido?»
El les respondió: «¿Ustedes no han leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus compañeros se vieron obligados por el hambre, cómo entró en la Casa de Dios, en el tiempo del Sumo Sacerdote Abiatar, y comió y dio a sus compañeros los panes de la ofrenda, que sólo pueden comer los sacerdotes?»
Y agregó: «El sábado ha sido hecho para el hombre, y no el hombre para el sábado. De manera que el Hijo del hombre es dueño también del sábado.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
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El pasaje de la carta a los Hebreos de hoy, es una exhortación. El pastor, ha denunciado el pecado de sus cristianos y ha señalado su raíz en la incredulidad, que los puede llevar a la apostasía y la perdición. En su escrito descubre la meta que se propone conseguir: “que todos muestren el mismo empeño hasta que esta esperanza sea finalmente realidad”.
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El tema es la esperanza, y el autor la presenta con la imagen del ancla que mantiene firme al barco en medio del oleaje. Así tiene que ser el cristiano: firme en la fe, perseverante en el buen obrar, confiado en las promesas de Dios, como Abraham, que se aferró a la promesa de Dios y no vaciló a pesar de tener tantos motivos humanos para hacerlo.
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No se trata de realizar unos determinados actos, ni de cumplir ciertas normas. El único camino de transformación de la mediocridad e indolencia en la que viven, es la vivificación de la fe y la esperanza por una renovada contemplación del misterio de Cristo, en quien el hombre encuentra la grandeza del Dios vivo, y la realización de las más íntimas y legítimas aspiraciones humanas. La intensificación y la perseverancia, dan el sello de madurez y eficacia a la fe, después de haber pasado el entusiasmo y la generosidad del primer momento.
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Jesús, nuestro Hermano, habiendo entrado ya en el cielo, nos enseña el camino y nos da la seguridad de poder seguirlo hasta el final, por mucho que nos zarandeen las olas de esta vida.
***
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La ley vuelve a ser cuestionada por el comportamiento de Jesús y sus discípulos, quienes se mueven y actúan en un plano que para la mentalidad judía tradicional no es correcto. Jesús y sus discípulos perdonan los pecados, no ayunan y además tienen un espíritu muy amplio respecto al día del sábado.
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El recoger espigas era una de las treinta y nueve formas de violar el sábado, según las interpretaciones exageradas que algunas escuelas de los fariseos hacían de la ley. En el día del sábado, Jesús camina con sus discípulos a través de los sembrados y; éstos comenzaron a arrancar espigas. La necesidad de arrancar unas espigas para alimentarse, como haría cualquier persona con hambre, es tomada como conducta incorrecta por quienes consideran que la Ley de guardar el sábado, por el hecho de ser Ley, es más importante que cualquier necesidad humana, por más grande que sea.
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Los doctores de la ley se han apegado a la ley de manera perniciosa. Interpretándola de un modo que ha perdido su función humanizadota, la han colocado por encima de todo, absolutizándola y esclavizando al hombre. Han puesto a un lado lo que es fundamental y han absolutizado lo secundario.
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Jesús responde aplicando un principio fundamental para todas las leyes: “El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado”. El hombre está siempre en el centro de la doctrina de Jesús. La ley del sábado había sido dada precisamente a favor de la libertad y de la alegría del hombre. Además, Jesús aprovecha para dejar en claro su identidad: “El Hijo del Hombre es Señor también del sábado”. Jesús no ha venido a abolir la ley, pero sí a darle pleno sentido. Si todo hombre es superior al sábado, mucho más el Hijo del Hombre, el Mesías. Jesús les recuerda que ya en tiempo del rey David, se les permitió comer de los panes presentados sobre la mesa de oro, delante de Yahvé a él y a sus soldados hambrientos.
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La ley no puede ser la depositaria única del plan que Dios tiene para el hombre. Jesús implícitamente decía que las leyes son buenas y necesarias, pero son mediaciones de una ley más importante, que es la ley del amor. Lo sustantivo y lo esencial es el amor, lo demás son supersticiones legalistas.
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El sábado está pensado para el bien del hombre. Es un día para el encuentro con Dios, con la comunidad, con la naturaleza y con nosotros mismos. El descanso es un gesto profético, que hace bien a todo hombre que necesita salir de la esclavitud de la cotidianeidad, que lo puede llevar a perder el sentido de las cosas.
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El día del Señor también es día del hombre. Todo lo que para los judíos significa el sábado, los cristianos lo hemos transferido al día domingo, en el que celebramos y participamos la resurrección de Jesús.
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También nosotros podemos caer en unas interpretaciones tan meticulosas de la ley, que lleguemos a olvidar el amor. La letra puede matar al espíritu y el cumplimiento se puede transformar en un tranquilizador de la conciencia, que termina anestesiando nuestra sensibilidad y nuestra creatividad para vivir el amor del Reino. Debemos ver en el domingo sus “valores” más que el «precepto», aunque también éste exista y siga vigente. Las cosas no son importantes porque están mandadas. Están mandadas porque representan valores importantes para la persona y la comunidad.
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La ley debe ser el instrumento que facilita la convivencia de los hombres y no otra forma de opresión. El espíritu de la ley debe estar siempre al servicio de Dios para glorificarlo, y al servicio del humano para dignificarlo. La denuncia de la esclavitud al sábado, nos invita a librarnos de la religión de la observancia formal y a seguirlo por los caminos del amor liberador y constructivo.
PARA DISCERNIR
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¿Qué lugar le doy al cumplimiento?
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¿Utilizo lo mandado como excusa para no comprometerme?
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¿Me limito a cumplir lo establecido o doy un paso más?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Jesús eres dueño del sábado
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
El señor del sábado»
“…Cuando el hombre, alejándose del alboroto exterior, habiendo cerrado su puerta de la ruidosa multitud de las vanidades, examinado sus tesoros, se recoge en el secreto de su corazón cuando en él ya no existe agitación ni desorden, nada que le estire, nada que le atenace, sino que ya en él todo es dulzura, armonía, paz, tranquilidad, y que todo el pequeño mundo de sus pensamientos, palabras y acciones sonríen al alma como un padre en una familia muy unida y pacífica, de repente nace entonces en su corazón una maravillosa seguridad. De esta seguridad proviene un gozo extraordinario, y de este gozo brota un canto de alegría que estalla en alabanzas a Dios, tanto más fervorosas cuanto tiene más conciencia de que todo el bien que encuentra en sí es un puro don de Dios.
Es la gozosa celebración del sábado que debe ser precedida de otros seis días, es decir, de haber terminado completamente las obras. Primero nos hace falta transpirar haciendo obras buenas, para, seguidamente, descansar con la conciencia en paz… En este sábado, el alma saborea cuán suave es Jesús”…
Elredo de Rielvaux (1110-1167) monje cisterciense Espejo de la caridad, III, 3,4,6
PARA REZAR
No somos felices porque no somos misericordiosos,
y no somos misericordiosos
porque nos sentimos superiores a alguien.
La misericordia es fruto del más alto grado de amor,
porque es el amor el que nos hace iguales,
y un amor más fuerte nos hace inferiores.
Se podrían establecer tres ecuaciones:
El que no ama se siente superior a todos.
El que ama se siente igual a todos.
El que ama mucho se siente inferior a todos.
Cada uno de nosotros se halla
en una de estas tres posiciones,
que son los tres grados de vida espiritual sobre la tierra:
En la muerte, quien no ama.
En la vida, quien ama.
En la santidad, quien ama mucho.
Carlo Carretto.”MÁS ALLÁ DE LAS COSAS”
Miércoles II
¿Está permitido en sábado hacer el bien o el mal?
Lectura de la carta a los Hebreos 7,1-3.15-17
Este Melquisedec, que era rey de Salém, sacerdote de Dios, el Altísimo, salió al encuentro de Abraham cuando este volvía de derrotar a los reyes y lo bendijo;
y Abraham le entregó la décima parte de todo el botín. el nombre de Melquisedec significa, en primer término, “rey de justicia” y él era, además, rey de Salém, es decir, “rey de paz”.
De él no se menciona ni padre ni madre ni antecesores, ni comienzo ni fin de su vida: así, a semejanza del Hijo de Dios, él es sacerdote para siempre.
Y esto se hace más evidente aún, si se tiene en cuenta que este nuevo sacerdote, a semejanza de Melquisedec, se constituye, no según la disposición de una ley meramente humana, sino según el poder de una vida indestructible.
De él se ha atestiguado: Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 109,1.2.3.4.
R. Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.
Oráculo del Señor a mi Señor:
“Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos estrado de tus pies.” R.
Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos. R.
“Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, como rocío, / antes de la aurora.” R.
El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
“Tú eres sacerdote eterno,
según el rito de Melquisedec.” R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 3, 1-6
Jesús entró nuevamente en una sinagoga, y había allí un hombre que tenía una mano paralizada. Los fariseos observaban atentamente a Jesús para ver si lo curaba en sábado, con el fin de acusarlo.
Jesús dijo al hombre de la mano paralizada: «Ven y colócate aquí delante.» Y les dijo: « ¿Está permitido en sábado hacer el bien o el mal, salvar una vida o perderla?» Pero ellos callaron. Entonces, dirigiendo sobre ellos una mirada llena de indignación y apenado por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: «Extiende tu mano.» El la extendió y su mano quedó curada.
Los fariseos salieron y se confabularon con los herodianos para buscar la forma de acabar con él.
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
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La carta a los Hebreos nos ayuda a centrar nuestra atención en este Sumo Sacerdote, el que era, el que es, el que será. El autor de la carta demuestra la superioridad total del sacerdocio de Jesús.
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Lo presenta como «sacerdote según el rito de Melquisedec». Misterioso personaje, presenta varias características que hacen su sacerdocio muy distinto del que luego sería el sacerdocio hereditario de la tribu de Leví: no tiene genealogía, apunta a un sacerdocio duradero, es rey de Salem, que significa «paz», el nombre de Melquisedec significa «justicia», es sacerdote antes de la constitución del sacerdocio de la tribu de Leví.
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Todo esto se aplica a Cristo. Jesús no es como los sacerdotes de la tribu de Leví. Es laico, no sacerdote según las categorías de los judíos. Tiene genealogía humana, pero es Hijo de Dios. No tiene principio y fin, porque es eterno. El nos trae la verdadera paz y justicia.
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Melquisedec aparece así como figura y profecía de Cristo, el verdadero sacerdote que Dios nos ha enviado en la plenitud de los tiempos.
***
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En esta escena se vuelve a cuestionar a los que consideraban la ley como “centro” de fe judía. Si ayer decía Jesús que el sábado es para el hombre, hoy aplica el principio en un caso concreto.
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Siendo sábado, con libertad absoluta cura a un hombre que tiene la mano paralizada en la mismísima sinagoga; delante de todos, especialmente de aquellos que más tarde lo acusarán.
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Pero antes de hacerlo confronta a los presentes preguntándoles si se puede curar a un hombre en sábado. Jesús se indigna ante el silencio de todos, porque estas personas, encerradas en su interpretación estricta de la ley, se refugian en la excusa del descanso sabático para no hacer nada, ni siquiera por el que lo necesita. La reacción de Jesús es doble; si bien siente ira por el daño que hacen al pueblo, al mismo tiempo siente pena por el que se hacen a sí mismos, con su ceguera voluntaria; son dos expresiones de su amor al hombre.
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En el camino del anuncio del Reino, Jesús constata que el primer enemigo de este Reino, es la ley tenida como valor supremo, incuestionable, absoluto. La ley es un valor y una necesidad. Pero detrás de cada ley, hay una intención que debe respirar respeto, amor y cuidado al hombre concreto. Una ley que no es vivida de esta manera, oprime tanto al hombre que termina por destruirlo.
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Para aquel “que pasó haciendo el bien” “dejar de hacer el bien” en sábado, negando una curación a un pobre enfermo que la necesita, es pecar.
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En la vida del Reino, si no construimos y damos vida, estamos colaborando con la destrucción y la muerte. El discípulo del Reino, no puede limitarse a “no hacer el mal” y cumplir con determinadas normas, creyendo que es suficiente. El Reino exige trabajo para que la vida nueva llegue y se realice concreta y visiblemente, tanto en el plano individual como social.
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Los problemas que descubrió Jesús en su sociedad no se acabaron, también hoy están entre nosotros. En nuestra sociedad, hay también principios o “valores” que se constituyen en ley, y se los considera también como algo supremo, absoluto, aunque se sacrifique el bien de las personas, tanto de individuos como de grandes mayorías. Son como una nueva “ley” que se va infiltrando y termina siendo aceptada como un fundamento incuestionable de vida, ocultando muchas veces los intereses particulares o de grupo a los que sirve.
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Criterios, filosofías o modas por el uso común quedan muchas veces “legalizadas o estatizadas”, y no son más que perversiones de la realidad o de las personas. Lamentablemente, muchísimas veces, al acatarlas el hombre termina actuando en contra del hombre, sobre todo contra el más débil, y en contra de sí mismo.
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A la luz de esta Palabra es bueno preguntamos: ¿Qué quedará, al final de todos nuestros esfuerzos, cumplimientos y trabajos en nuestra vida de hijos de Dios? ¿Qué permanecerá de consistente, de hermoso, y dichoso, de todo lo que hayamos dicho y hecho?
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En el mensaje de Jesús, la respuesta es clara. De todo lo que tenemos, sólo quedará lo que hayamos sabido realizar por y desde el amor. De todo lo que hayamos vivido, sólo permanecerá lo que hayamos vivido para los demás, para el amor, para la solidaridad, para el bien y la felicidad de la humanidad.
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El mundo dice que, hacer el bien y ayudar al hermano es algo que va contra nuestro propio ser y que nos limita. Pero la vida, pasión y resurrección de Jesús nos muestra que crear vida, regalar esperanza, ofrecer ayuda y consuelo, estar cerca de quien sufre, dar lo que otros puedan necesitar de nosotros, es precisamente lo que nos conduce a la plenitud.
PARA DISCERNIR
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¿Qué partido tomamos entre el cumplir y el amar?
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¿Qué lugar ocupa la vida del hombre y sus necesidades?
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¿Cómo construyo mi fidelidad cristiana?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Quiero yo también pasar haciendo el bien
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
«Afligido por el endurecimiento de su corazón»
…” Él es el cordero sin voz, el cordero degollado, nacido de María, la graciosa cordera. Él es el que ha sido sacado del rebaño y conducido a la muerte, muerto por la tarde, enterrado por la noche… para resucitar de entre los muertos y resucitar al hombre desde el fondo de su sepulcro.
Ha sido, pues, llevado a la muerte, ¿Dónde? En el corazón de Jerusalén. ¿Por qué? Porque había curado a sus cojos, purificado a sus leprosos, devuelto la luz a sus ciegos, y resucitado a sus muertos (Lc 7, 22). Es por todo ello que ha sufrido. Está escrito en la Ley y en los profetas: «Me pagan males por bienes; no me abandones, Señor. No sabía los planes homicidas que contra mí planeaban: ‘arranquémosle de la tierra vital, porque su nombre nos es odioso’» (Sl 37, 21; cf Jr 11,9).
¿Por qué has cometido este crimen sin nombre? Has deshonrado al que te había honrado, humillado al que te había enaltecido, renegado del que te había reconocido, rechazado al que te había llamado, dado muerte al que te había vivificado… Era preciso que sufriera, pero no por ti. Era preciso que fuera humillado, pero no por ti. Era preciso que fuera juzgado, pero no por ti. Era preciso que fuera crucificado, pero no por tu mano. Estas son las palabras que hubieras tenido que gritar a Dios: «Oh Señor, si es necesario que tu Hijo sufra, si esta es tu voluntad, que sufra, pero que no sea yo quien lo haga»”…
Melitón de Sardes (?- hacia 195), obispo – Homilía pascual, 71-73
PARA REZAR
Oración
Dios de las personas que luchan por abrirse camino,
santificado sea tu nombre,
haz que se cumpla la promesa de una vida abundante
y nuestro anhelo por la justicia y la paz.
Perdona nuestra cómoda vida
si nos volvemos insensibles a los gritos de los demás.
Perdona nuestras oraciones diarias
si nuestros ojos y nuestros corazones ignoran las necesidades de la mayoría.
Perdona nuestro acto de caridad
si nos ha impedido trabajar por la justicia.
Perdona nuestro silencio y nuestra soledad
si nos han alejado de servir a los oprimidos con entusiasmo.
Míranos:
el comercio injusto está legalizado,
las instituciones y los que mandan
establecen las reglas.
Los poderosos y los ricos
siguen explotando las riquezas de la tierra
pero la inmensa mayoría vive en la miseria y la pobreza.
Oye nuestros gritos:
la corrupción y la violencia nos gobiernan,
unos pocos ricos explotan a los muchos pobres,
los trabajadores no reciben salarios justos,
a los campesinos y los pueblos indígenas se les aleja de la tierra,
los fuertes impuestos y los altos precios aumentan la carga de la inmensa mayoría,
la salud, la educación, los servicios sociales no son accesibles;
aquellos que claman justicia y derechos humanos son silenciados,
aquellos que trabajan por una paz verdadera son asesinados.
Sigue desafiando nuestra fe y nuestro amor;
nutre la esperanza en nuestro interior;
fortalece nuestra pasión por servir y viajar con los demás;
acompáñanos en nuestro camino;
danos la fuerza del águila, la humildad de la paloma, la sabiduría de la serpiente
al unirnos a los demás en la búsqueda de la paz duradera basada en la Justicia.
Amén.
Norma P. Dollaga
Jueves II
Cristo es el mediador de una Alianza
Lectura de la Carta a los Hebreos 7, 25 – 8, 6
De ahí que él puede salvar en forma definitiva a los que se acercan a Dios por su intermedio, ya que vive eternamente para interceder por ellos.
El es el Sumo Sacerdote que necesitábamos: santo, inocente, sin mancha, separado de los pecadores y elevado por encima del cielo.
El no tiene necesidad, como los otros sumos sacerdotes, de ofrecer sacrificios cada día, primero por sus pecados, y después por los del pueblo. Esto lo hizo de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo.
La Ley, en efecto, establece como sumos sacerdotes a hombres débiles; en cambio, la palabra del juramento -que es posterior a la Ley- establece a un Hijo que llegó a ser perfecto para siempre.
Este es el punto capital de lo que estamos diciendo: tenemos un Sumo Sacerdote tan grande que se sentó a la derecha del trono de la Majestad en el cielo.
El es el ministro del Santuario y de la verdadera Morada, erigida no por un hombre, sino por el Señor.
Ahora bien, todo Sumo Sacerdote es constituido para presentar ofrendas y sacrificios; de ahí la necesidad de que tenga algo que ofrecer.
Si Jesús estuviera en la tierra, no podría ser sacerdote, porque ya hay aquí otros sacerdotes que presentan las ofrendas de acuerdo con la Ley.
Pero el culto que ellos celebran es una imagen y una sombra de las realidades celestiales, como Dios advirtió a Moisés cuando este iba a construir la Morada, diciéndole: Tienes que hacerlo todo conforme al modelo que te fue mostrado en la montaña.
Pero ahora, Cristo ha recibido un ministerio muy superior, porque es el mediador de una Alianza más excelente, fundada sobre promesas mejores.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 40 (39), 7-8.8-9.10.17.
R: Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides sacrificio expiatorio,
entonces yo digo: “Aquí estoy.” R.
“Como está escrito en mi libro
para hacer tu voluntad.”
Dios mío, lo quiero,
y llevo tu ley en las entrañas. R.
He proclamado tu salvación
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios:
Señor, tú lo sabes. R.
Alégrense y gocen contigo
todos los que te buscan;
digan siempre: “Grande es el Señor”
los que desean tu salvación. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 3, 7-12
Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del mar, y lo siguió mucha gente de Galilea. Al enterarse de lo que hacía, también fue a su encuentro una gran multitud de Judea, de Jerusalén, de Idumea, de la Transjordania y de la región de Tiro y Sidón. Entonces mandó a sus discípulos que le prepararan una barca, para que la muchedumbre no lo apretujara.
Porque, como curaba a muchos, todos los que padecían algún mal se arrojaban sobre él para tocarlo. Y los espíritus impuros, apenas lo veían, se tiraban a sus pies, gritando: « ¡Tú eres el Hijo de Dios!» Pero Jesús les ordenaba terminantemente que no lo pusieran de manifiesto.
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
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El autor de la carta, ante la añoranza que algunos cristianos sentían de los valores que habían abandonado al convertirse a Cristo: el Templo, los sacrificios, el culto, el sacerdocio; insiste en mostrar cómo Jesús es superior a todo el AT.
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Los sacerdotes del Templo estaban llenos de debilidades, ofrecían sacrificios por sus propios pecados y lo hacían diariamente, con víctimas que no eran capaces de salvar.
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Mientras que Cristo Jesús, santo, inocente y sin mancha, no necesita ofrecer sacrificios cada día, porque lo hizo una vez por todas, no tiene que ofrecerlos por sus propios pecados, y no ofrece sacrificios de animales, porque se ha ofrecido a sí mismo.
-
Nos debe llenar de confianza saber que tenemos un Sacerdote santo, glorificado junto a Dios, Cristo Jesús.
***
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Después de las cinco escenas conflictivas con los fariseos a propósito del sábado y del ayuno, el pasaje de hoy es un resumen de lo que hasta aquí ha realizado Jesús en Galilea. Ahora va con sus discípulos a la orilla del lago y lo sigue mucha gente. Tanta era la atracción de Cristo que en la playa no había lugar para Él. Al conocer la actividad de Jesús, en favor de los enfermos y oprimidos expulsando a los demonios y sanando toda dolencia y aflicción, por encima de toda ley religiosa, acude una muchedumbre tanto judía como pagana, que ve en Él un liberador.
-
La gente que lo sigue, llega incluso a arrojarse sobre Jesús para tocarlo, de manera que tiene que subirse a una barca para poder enseñarles a todos, las cosas del Reino.
-
Jesús siente el sufrimiento de los hombres. La compasión mueve su corazón. Deja que la miseria se acerque a Él, pero Él es más fuerte que ella. El Señor no es un idealista, convencido de que podría desaparecer el dolor en este mundo. Jesús, sencillamente lucha contra el mal en esta tierra. A algunos los cura, a otros simplemente los ayuda a llevar los males, siempre se ofrece a limpiar el corazón de la gente, para que en Él se refleje nítidamente el rostro de Dios, en todo momento da esperanza de que el mal, se va a acabar un día en la patria definitiva.
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Es el Hijo de Dios y es el hombre entregado a los demás, sin sombra de egoísmo. Sus milagros, su santidad, su profetismo no crean ninguna separación con la multitud, al contrario, es aclamado, es querido, la multitud piensa que Jesús está a su disposición. Esta muchedumbre está lejos de admitir un Mesías paciente, humilde, siervo. La gente lo busca más por el deseo de una curación, que de una sincera conversión, más por su poder taumaturgo, que por su propio mensaje. Jesús quiere que los beneficiados por sus curaciones no lo divulguen, para evitar malas interpretaciones de su identidad mesiánica. Su actuación ha estado llena de éxitos, pero a la vez se ve rodeado de peleas y controversias por parte de sus enemigos, los fariseos y los letrados.
-
Todo en Jesús estuvo siempre orientado a la práctica, a la construcción del Reino de Dios, ya fuera con su palabra, con su testimonio personal o con sus acciones concretas de liberación. Es sacerdote y mediador compadecido y conocedor de nuestras pobrezas y debilidades.
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También los espíritus inmundos, quieren ver en Jesús ese Mesías davídico que liberaría al pueblo mediante el poder y la fuerza. Pero Jesús, no se identifica con ese tipo de Mesías, que se impone por la fuerza, y manda callar. La verdadera liberación no se conseguirá mediante la fuerza, la dominación o la opresión de los demás, sino mediante la práctica individual y comunitaria de un amor capaz de dar la vida para dar vida. La liberación se basa en el desarrollo del ser humano en libertad, autonomía y amor solidario.
-
Jesús nos libera del egoísmo, hace que nos ayudemos los unos a los otros, que ayudemos especialmente a los enfermos, que carguemos con sus dolores y problemas como Él cargó con los de sus contemporáneos que lo buscaban.
-
El programa de Jesús incluye la misión universal con judíos y paganos sin distinción. Ya no hay un pueblo elegido y naciones extranjeras, sino una humanidad doliente y necesitada, a la que hay que ofrecer la salvación que brota del amor. El evangelio está destinado a todos los hombres, incluso a los endemoniados, es decir, a los que no son dueños de sí mismos porque padecen enfermedades degradantes, físicas y morales.
-
Es nuestra misión como Iglesia, preocuparnos del bien de aquellos a quienes hemos sido enviados, para proclamarles el Evangelio no sólo con los labios, sino con actitudes que sean un signo de la cercanía, amor, bondad y misericordia de Cristo. Así como Iglesia nos convertiremos en portadores de Cristo y de su acción salvadora para todos los hombres.
PARA DISCERNIR
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Tú eres el Hijo de Dios
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
La misma Vida se ha manifestado en la carne
“…Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros propios ojos, lo que contemplamos y palparon nuestras manos, es el Verbo, la Palabra de la vida» (1Jn 1,1), ¿Quién es el que puede tocar con sus manos a la Palabra, si no es porque «la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros»? (Jn 1,14). Esta Palabra, que se hizo carne para que pudiera ser tocada con las manos, comenzó siendo carne cuando se encarnó en el seno de la Virgen María. Pero no en ese momento comenzó a existir la Palabra, porque el mismo Juan dice que «existía desde el principio»…
Quizá alguno entienda la expresión «la Palabra de la vida» como referida a la persona de Cristo y no al mismo cuerpo de Cristo, que fue tocado con las manos. Fijaos en lo que sigue: «Pues la vida se hizo visible» (1Jn 1,2). Así, pues, Cristo es la Palabra de la vida. ¿Y cómo se hizo visible? «Existía desde el principio» pero no se había manifestado a los hombres, pero sí a los ángeles, que la contemplaban y se alimentaban de ella, como de su pan, Pero ¿qué dice la Escritura? «El hombre comió pan de ángeles» (sl 77,25).
Así, pues, la Vida misma se ha manifestado en la carne, para que, en esta manifestación, aquello que sólo podía ser visto con el corazón fuera también visto con los ojos, y de esta forma sanase los corazones. Pues la Palabra se ve sólo con el corazón, pero la carne se ve también con los ojos corporales. Éramos capaces de ver la carne, pero no lo éramos de ver la Palabra. «La Palabra se hizo
carne», a la cual podemos ver, para sanar en nosotros aquello que nos hace capaces de ver la Palabra.
San Agustín (354-430), obispo de Hipona (África del Norte) y doctor de la Iglesia – Sermones sobre la 1ª carta de san Juan, 1,3
PARA REZAR
Sed de justicia y hambre de vida fraterna
Venimos, Señor,
a derramar nuestro corazón ante tu presencia.
No somos muchos ni de gran poder,
pero toda nuestra carne anhela
que venga tu reino.
Tenemos sed de justicia, Señor,
y hambre de una vida fraternal.
Soñamos con aquel día
en que los hombres y las mujeres del pueblo
podamos mirarnos afectuosamente,
cara a cara, sin ira.
¿Será, Señor, nuestra esperanza
un idealismo falaz?
En las paredes leemos
unos mensajes enormes,
los altavoces transmiten
las proclamas de los líderes:
¡Abundancia y Paz!
y nos prometen empleos muy ventajosos,
prestigio y seguridad.
Pero nuestro corazón está apegado a tu pueblo
y no se deja engañar.
Más estimo un almuercito entre hermanos
que todas las recepciones en fiestas pomposas.
Prefiero una reunión al caer de la tarde
para avanzar algún paso en la organización popular,
a una invitación exclusiva
para trepar en los rangos sociales.
Y mis delicias son, Señor, contemplar
cómo el pueblo se desencanta de sus opresores
y se pone a caminar.
Cuando no cree en promesas,
cuando aprende a trabajar,
cuando sabe distinguir
su verdadero provecho,
cuando muchos proyectan juntos
y trabajan para beneficio de todos
y se amparan en la dificultad,
siento, Señor, soplar a tu Espíritu.
Míranos, Señor, a veces tenemos miedo,
nuestros ojos están fijos
en las estrategias de los opresores,
vivimos temiendo su golpe mortal.
Haznos sentir la fuerza invencible
de esa semilla de amor
que sembraste en nuestras vidas.
Y tú, que eres fiel, un Dios constante
haznos firmes en los desalientos,
danos aguantar los trabajos y los días
y que no nos falta nunca el hambre
de ver tu rostro
y la sed de una vida fraternal.
Amén.
Viernes II
Llamó a los que quiso
Lectura de la carta a los Hebreos 8,6-13
Pero ahora, Cristo ha recibido un ministerio muy superior, porque es el mediador de una Alianza más excelente, fundada sobre promesas mejores.
Porque si esta primera Alianza hubiera sido perfecta, no habría sido necesario sustituirla por otra.
En cambio, Dios hizo al pueblo este reproche: Llegarán los días -dice el Señor- en que haré una Nueva Alianza con la casa de Israel y la casa de Judá,
no como aquella que hice con sus padres el día en que los tomé de la mano para sacarlos de Egipto. Ya que ellos no permanecieron fieles a mi Alianza, yo me despreocupé de ellos -dice el Señor- :
Y ésta es la Alianza que estableceré con la casa de Israel después de aquellos días -dice el Señor- : Pondré mis leyes en su conciencia, las grabaré en su corazón; yo seré su Dios y ellos serán mi Pueblo.
Entonces nadie tendrá que instruir a su compatriota ni a su hermano, diciendo: “Conoce al Señor”; porque todos me conocerán, desde el más pequeño al más grande.
Porque yo perdonaré sus iniquidades y no me acordaré más de sus pecados.
Al hablar de una Nueva Alianza, Dios declara anticuada la primera, y lo que es viejo y anticuado está a punto de desaparecer.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 85, 8.10.11-12. 13-14
-
La misericordia y la fidelidad se encuentran.
Muéstranos, Señor, tu misericordia
y danos tu salvación.
La salvación está ya cerca de sus fieles,
y la gloria habitará en nuestra tierra. R.
La misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo. R.
El Señor nos dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 3, 13-19
Jesús subió a la montaña y llamó a su lado a los que quiso. Ellos fueron hacia él, y Jesús instituyó a doce para que estuvieran con él, y para enviarlos a predicar con el poder de expulsar a los demonios.
Así instituyó a los Doce: Simón, al que puso el sobrenombre de Pedro; Santiago, hijo de Zebedeo, y Juan, hermano de Santiago, a los que dio el nombre de Boanerges, es decir, hijos del trueno; luego, Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo, Tadeo, Simón, el Cananeo, y Judas Iscariote, el mismo que lo entregó.
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
-
La carta a los Hebreos subraya que la Alianza nueva supera en mucho a la antigua. El «Nuevo Testamento», no ha suprimido al Antiguo, lo ha llevado a la plenitud.
-
Entramos en el tema central de toda la carta, la superioridad del sacerdocio de Cristo.
-
El profeta Jeremías había anunciado, como escuchamos hoy en la larga cita que se hace de él, que Dios pensó una Nueva Alianza. Esta será más interna que ritualista, impresa en el corazón y no en tablas de piedra.
-
Cristo Jesús es Mediador de esta Alianza.
***
-
La montaña representa el lugar del encuentro con Dios: Moisés y el pueblo de Israel recibieron la Ley en la cumbre del Sinaí; allí se refugió el profeta Elías, cuando era perseguido por los reyes idólatras de su pueblo. Salomón construyó el templo de Dios sobre el monte Sión, en la ciudad de Jerusalén.
-
Jesús hace lo mismo, sube a una montaña, para “llamar a los que quiso” y a los que da el nombre de Apóstoles -que en griego, significa enviado-. Los llama para que compartan su misión mesiánica y sean la base de la nueva comunidad de salvación.
-
El número de doce no es casual, evidencia un simbolismo, que apunta a las doce tribus de Israel. La Iglesia va a ser desde ahora el nuevo Israel, unificado en torno a Cristo Jesús.
-
La elección de Jesús es gratuita. No elige a sus apóstoles por sus méritos, ni porque sean los más santos, ni los más sabios o porque estén llenos de cualidades humanas. Son personas comunes y débiles: uno lo traicionó, otros lo abandonaron en el momento de la crisis, y el que Él puso como jefe lo negó cobardemente. Jesús, prefirió lo que no contaba social y humanamente, para que así se manifieste mejor la acción y la fuerza salvadora de Dios.
-
Para Marcos, el llamado a la misión comporta: “estar con Jesús, anunciar el Reino y expulsar demonios”. Compartir la vida con el Maestro significa aprender directamente de su vida, cómo hay que vivir y lo que hay que hacer. Convivir y saber cuáles son sus planes, sus proyectos; en este caso, conocer el plan, el proyecto de salvación de Dios sobre la humanidad. Y también ser uno mismo objeto de esa voluntad salvífica. Entonces se podrá ir no sólo como profeta, sino como testigo del amor y de la misericordia de Dios.
-
Jesús da a los Doce el poder de expulsar demonios. Demonio era el símbolo donde se acumulaba lo negativo de la historia: enfermedad, injusticia, pecado. El poder de expulsar demonios no se puede reducir al poder de hacer milagros y exorcismos, sino como la capacidad de humanizar al ser humano, para que en comunión con Jesús pueda ser la imagen fiel de Dios Padre.
-
Desde esta perspectiva, el apóstol se convierte en la prolongación de Jesús en la historia; es el memorial del Señor que continúa salvando, que continúa liberando al hombre de sus esclavitudes, y que continúa entregando su vida para que a todos llegue el perdón de Dios, la Vida, y el Espíritu que Él ofrece a quienes creen en su Nombre.
-
A partir de nuestra unión con Jesucristo por la fe, podremos ver con sus ojos el mundo y su historia; entonces podremos sentir como nuestras las miserias de los demás y buscaremos creativamente soluciones adecuadas, no desde nuestra imaginación, sino desde el corazón misericordioso de Dios.
-
Jesús nos llama hoy a ser sus apóstoles con nuestra propia vida, con nuestro modo de actuar, de hablar, de pensar. No nos impone una carga, sino que nos da la oportunidad de dar un sentido pleno a nuestra vida en este mundo, en la empresa de ayudarlo en la salvación de la humanidad.
Para discernir
-
¿Vivimos auténticamente lo que somos? ¿Profundizamos en el conocimiento de la persona de Jesús, de su obra y de su mensaje?
-
¿Avanzamos, nos estancamos o retrocedemos en el seguimiento del Maestro?
-
¿Somos audaces para invitar a otros a embarcarse con alegría y generosidad en la gran aventura del seguimiento?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Aquí estoy Señor, envíame
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
«Llamó a los que quiso»
…”Este santo Concilio, siguiendo las huellas del Vaticano I, enseña y declara a una con él que Jesucristo, eterno Pastor, edificó la santa Iglesia enviando a sus Apóstoles como El mismo había sido enviado por el Padre (cf. Jn., 20,21), y quiso que los sucesores de éstos, los Obispos, hasta la consumación de los siglos, fuesen los pastores en su Iglesia. Pero para que el episcopado mismo fuese uno solo e indiviso, estableció al frente de los demás apóstoles al bienaventurado Pedro, y puso en él el principio visible y perpetuo fundamento de la unidad de la fe y de comunión…
El Señor Jesús, después de haber hecho oración al Padre, llamando a sí a los que El quiso, eligió a los doce para que viviesen con El y enviarlos a predicar el Reino de Dios (cf. Mc., 3,13-19; Mt., 10,1-42): a estos, Apóstoles (cf. Lc., 6,13) los fundó a modo de colegio, es decir, de grupo estable, y puso
al frente de ellos, sacándolo de en medio de los mismos, a Pedro (cf. Jn., 21,15-17). A éstos envió Cristo, primero a los hijos de Israel, luego a todas las gentes (cf. Rom., 1,16), para que con la potestad que les entregaba, hiciesen discípulos suyos a todos los pueblos, los santificasen y gobernasen (cf. Mt., 28,16-20; Mc., 16,15; Lc., 24,45-48; Jn., 20,21-23) y así dilatasen la Iglesia y la apacentasen, sirviéndola, bajo la dirección del Señor, todos los días hasta la consumación de los siglos (cf. Mt., 28,20). En esta misión fueron confirmados plenamente el día de Pentecostés (cf. Act., 2,1-26), según la promesa del Señor: “Recibiréis la virtud del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros, y seréis mis testigos así en Jerusalén como en toda la Judea y Samaría y hasta el último confín de la tierra” (Act., 1,8).
Los Apóstoles, pues, predicando en todas partes el Evangelio (cf. Mc., 16,20), que los oyentes recibían por influjo del Espíritu Santo, reúnen la Iglesia universal que el Señor fundó sobre los Apóstoles y edificó sobre el bienaventurado Pedro su cabeza, siendo la piedra angular del edificio Cristo Jesús (cf. Ap., 21,14; Mt., 16,18; Ef., 2,20). Esta divina misión confiada por Cristo a los Apóstoles ha de durar hasta el fin de los siglos (cf. Mt., 28,20), puesto que el Evangelio que ellos deben transmitir en todo tiempo es el principio de la vida para la Iglesia”…
Concilio Vaticano II – Constitución dogmática sobre la Iglesia, «Lumen Gentium», § 18-19
PARA REZAR
Oración del Apóstol (S. XVI)
Cristo, no tiene manos
tiene solamente nuestras manos
para hacer el trabajo de hoy.
Cristo no tiene pies,
tiene solamente nuestros pies
para guiar a los hombres en sus sendas.
Cristo, no tiene labios,
tiene solamente nuestros labios
para hablar a los hombres de sí.
Cristo no tiene medios,
tiene solamente nuestra ayuda
para llevar a los hombres a sí.
Nosotros somos la única Biblia,
que los pueblos leen aún;
somos el último mensaje de Dios
escrito en obras y palabras.
Sábado II
¡Es un exaltado!
Lectura de la carta a los Hebreos 9, 2-3. 11-14
En él se instaló un primer recinto, donde estaban el candelabro, la mesa y los panes de la oblación: era el lugar llamado Santo.
Luego, detrás del segundo velo había otro recinto, llamado el Santo de los santos.
Cristo, en cambio, ha venido como Sumo Sacerdote de los bienes futuros. El, a través de una Morada más excelente y perfecta que la antigua -no construida por manos humanas, es decir, no de este mundo creado- entró de una vez por todas en el Santuario, no por la sangre de chivos y terneros, sino por su propia sangre, obteniéndonos así una redención eterna.
Porque si la sangre de chivos y toros y la ceniza de ternera, con que se rocía a los que están contaminados por el pecado, los santifica, obteniéndoles la pureza externa, ¡cuánto más la sangre de Cristo, que por obra del Espíritu eterno se ofreció sin mancha a Dios, purificará nuestra conciencia de las obras que llevan a la muerte, para permitirnos tributar culto al Dios viviente!
Palabra de Dios.
SALMO Sal 47 (46), 2-3.6-7.8-9.
R: Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas.
Pueblos todos, batid palmas,
aclamad a Dios con gritos de júbilo;
porque el Señor es sublime y terrible,
emperador de toda la tierra. R.
Dios asciende entre aclamaciones;
el Señor, al son de trompetas:
tocad para Dios, tocad,
tocad para nuestro Rey, tocad. R.
Porque Dios es el rey del mundo:
tocad con maestría.
Dios reina sobre las naciones,
Dios se sienta en su trono sagrado. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 3, 20-21
Jesús regresó a la casa, y de nuevo se juntó tanta gente que ni siquiera podían comer. Cuando sus parientes se enteraron, salieron para llevárselo, porque decían: «Es un exaltado.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
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Hablando todavía del sacerdocio de Cristo, la carta compara dos elementos importantes del Templo de Jerusalén con la nueva realidad de Jesús: el Templo mismo y los sacrificios.
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Explica cómo funcionaba el Templo: con un recinto anterior, llamado «santo», y otro más interior y oculto, llamado «santísimo» y, como el sumo sacerdote de turno entraba en el «santísimo» una vez al año, para ofrecer al Señor sacrificios por el pueblo.
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Jesús ha entrado en otro Templo: el cielo, a través de su muerte. Allí ha sido constituido Sacerdote y Mediador nuestro ante Dios. El es el verdadero Sacerdote, que ha asumido nuestra debilidad y nos reconcilia continuamente con su Padre.
***
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Jesús entra en una casa, y allí acude la muchedumbre. A menudo es acosado por la muchedumbre. Jesús no se puso en contacto únicamente con personas individuales: son muchedumbres numerosas las que lo rodean; sin embargo, irán disminuyendo a medida que sus exigencias sean más precisas y más difíciles de admitir.
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La gente, lo aplaude movida muchas veces por interés. Los apóstoles lo siguen, pero no lo comprenden en profundidad. Los enemigos, lo acechan continuamente y lo interpretan todo mal. Además de su ritmo de trabajo, las afirmaciones tan sorprendentes que hace, perdonando pecados y actuando contra instituciones tan sagradas como el sábado, causaban estupor.
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Era tan diferente esta vida de la que había llevado durante los treinta años tranquilos en su pueblo, que sus familiares oyendo y viendo esto, salieron para llevárselo, diciendo que estaba fuera de sí. Se cumple lo que dice Juan en el prólogo de su evangelio: “Vino a los suyos y los suyos no le recibieron”.
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La locura era signo de posesión diabólica. Calificar de loco a alguien ha sido siempre una buena forma de excluirlo, anularlo y condenarlo. Con Jesús quisieron aplicar también esta táctica. Si sus enemigos tuvieran éxito en ella, la figura de Jesús se derrumbaría por sí misma. Por eso, ante el comentario callejero de la locura de Jesús, era natural que reaccionara su familia, afectada por el problema.
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Siempre sucede lo mismo. Lo posible para los hombres no es siempre lo honesto para Dios. Lo políticamente correcto no coincide en muchas ocasiones con lo éticamente justo. Un profeta dice a su tiempo y contra su tiempo lo que Dios le manda decir, aunque no convenga aparentemente a los hombres.
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No es fácil ser profeta. Hay que estar muy identificado con Jesús para serlo de verdad. Si nos esforzamos por configurarnos con Cristo, nuestra presencia no resultará neutra para quienes viven una opción por los valores lejanos al evangelio aunque existan vínculos de parentesco, trabajo, etc.
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Para muchos les resultará molesta una vida arraigada y comprometida con el evangelio hasta las últimas consecuencias, porque será un reclamo para muchas conciencias. La vida del cristiano que ha optado, realmente es radical porque el amor es así de “totalizante”: “o todo, o nada”. Y esto puede parecer una locura; locura como la de Jesús, que para decirnos como nos ama Dios, derrama su sangre.
PARA DISCERNIR
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¿Solemos reconocer los valores que tienen los otros y alabarlos en público?
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¿Cómo reaccionamos, cuando vemos personas que toman actitudes comprometidas, más arriesgadas?
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¿Consideramos “poco razonables”, ciertas decisiones proféticas de hombres y mujeres de la Iglesia de hoy?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Purifícame Señor de las obras muertas
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
Entregado a los hombres y a su Padre, Cristo nos alimenta con la Palabra y con el Pan de vida
…”Tú, Dios mío, me eres testigo de que ninguna cosa me puede consolar, ni criatura alguna dar descanso sino Tú, Dios mío, a quien deseo contemplar eternamente. Mas esto no es posible mientras vivo en carne mortal… Entre tanto tendré los libros santos para consolación y espejo de la vida; y sobre todo esto, el cuerpo santísimo tuyo por singular remedio y refugio.
Conozco que tengo necesidad de dos cosas, sin las cuales no podría soportar esta vida miserable. Detenido en la cárcel de este cuerpo, confieso serme necesarias dos cosas, que son mantenimiento y luz. Dísteme, pues, como a enfermo tu sagrado cuerpo para alimento del alma y del cuerpo, y además me comunicaste tu divina palabra para que sirviese de luz a mis pasos (Sl 118, 105). Sin estas dos cosas yo no podría vivir bien; porque la palabra de Dios es la luz de mi alma, y tu sacramento es el pan que le da vida.
Éstas se pueden llamar dos mesas colocadas a uno y otro lado en el tesoro de la santa Iglesia. Una es la mesa del sagrado altar, donde está el pan santificado, esto es, el precioso cuerpo de Cristo; otra es la mesa de la Ley divina que contiene la doctrina sagrada, enseña la verdadera fe, y nos conduce con seguridad hasta el lugar del descanso de Dios.
Gracias te doy, Creador y Redentor de los hombres, de que, para manifestar a todo el mundo tu caridad, dispusiste una gran cena, en la cual diste a comer, no el cordero figurativo, sino tu santísimo Cuerpo y Sangre, alegrando a todos los fieles y embriagándolos con el cáliz saludable de este sagrado banquete donde están todas las delicias del paraíso”…
Imitación de Jesucristo, tratado espiritual del siglo XV – Libro IV, c. 11
PARA REZAR
Señor Jesús,
enséñanos a ser generosos,
a servirte como Tú mereces,
a dar sin medida,
a combatir sin temor a las heridas,
a trabajar sin descanso,
sin esperar otra recompensa
que saber que hemos cumplido
tu santa voluntad.
San Ignacio de Loyola
TIEMPO DTE EL AÑO – SEMANA I
LUNES I
MARTES I
MIÉRCOLES I
JUEVES I
VIERNES I
SÁBADO I
TIEMPO DTE EL AÑO – SEMANA I
LUNES I
Dejaron las redes y lo siguieron
Comienzo de la carta a los Hebreos 1, 1-6
En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios antiguamente a nuestros padres por los profetas.
Ahora, en esta etapa final, nos ha hablado por el Hijo, al que ha nombrado heredero de todo, y por medio del cual ha ido realizando las edades del mundo.
Él es reflejo de su gloria, impronta de su ser. Él sostiene el universo con su palabra poderosa. Y, habiendo realizado la purificación de los pecados, está sentado a la derecha de su majestad en las alturas; tanto más encumbrado sobre los ángeles, cuanto más sublime es el nombre que ha heredado.
Pues, ¿a qué ángel dijo jamás: «Hijo mío eres tú, hoy te he engendrado», o: «Yo seré para él un padre, y él será para mí un hijo»?
Y en otro pasaje, al introducir en el mundo al primogénito, dice: «Adórenlo todos los ángeles de Dios.»
Palabra de Dios.
SALMO Sal 96, 1 y 2b. 6 y 7c. 9
R. Adoren a Dios, todos sus ángeles.
El Señor reina, la tierra goza,
se alegran las islas innumerables.
Justicia y derecho sostienen su trono. R.
Los cielos pregonan su justicia,
y todos los pueblos contemplan su gloria.
Ante él se postran todos los dioses. R.
Porque tú eres, Señor,
altísimo sobre toda la tierra,
encumbrado sobre todos los dioses. R.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Marcos 1, 14-20
Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía:
«Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: conviértanse y crean en el Evangelio.»
Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando las redes en el mar.
Jesús les dijo:
«Vengan conmigo y los haré pescadores de hombres.»
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con Él.
Palabra de Dios.
PARA REFLEXIONAR
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Comenzamos a escuchar la llamada “carta a los Hebreos” cuyo tema central es el sacerdocio de Jesucristo, que intercede por nosotros ante el Padre. Ante el peligro de desanimarse a causa de las persecuciones, o de la nostalgia por el esplendor de la liturgia que se celebraba en el templo de Jerusalén, el autor exhorta a los fieles a la perseverancia en el seguimiento de Cristo, en la vida de la comunidad eclesial, en el servicio y el amor a los demás.
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Presenta la persona de Jesús como el verdadero, el único, el sumo sacerdote definitivo. Así se convierte en un manifiesto mediador: por Él, por su sacrificio en la cruz, nos son perdonados los pecados. Él, superior a cualquier otro mediador, superior a los ángeles y a los más grandes profetas, superior a Moisés. Él presenta nuestras oraciones ante Dios y por medio de Él nos son dadas todas las gracias y los dones de Dios.
***
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En las próximas semanas del tiempo ordinario escucharemos el Evangelio de Marcos que se considera como el evangelio más antiguo, del que dependen en buena parte los otros dos sinópticos. Marcos se podría decir que es el iniciador del género literario llamado «evangelio»: que no es una historia, ni una novela, sino una «buena noticia».
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De manera sencilla, concreta y popular, irán pasando ante nuestros ojos, los hechos y palabras de Jesús poniendo más relieve en sus acciones. Le interesa presentar la persona de Jesús, con su historia atractiva, sus reacciones, sus miradas, sus sentimientos de afecto o de ira. Marcos quiere presentarnos desde el principio «el evangelio de Jesús, el Mesías, el Hijo de Dios».
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Hoy nos presenta a Jesús comenzando su ministerio y predicando por toda Galilea la “Buena Noticia”, el “Evangelio”: el tiempo había llegado a su madurez, las promesas del A.T. se empiezan a cumplir, el “reino de Dios” está cerca, es inminente. Su predicación llamaba urgentemente a la conversión y a la fe en la Buena Noticia que tiene que cambiar nuestra actitud ante la vida.
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Ya desde el principio, Jesús llama a algunos discípulos a seguirlo: serán los testigos de su palabra y de sus milagros y serán los enviados a proclamar su mensaje, que gracias a su fidelidad ha llegado hasta nosotros. Comienza llamando dos parejas de hermanos. Yendo de paso junto al mar de Galilea, vio a cierto Simón y a Andrés, el hermano de Simón, que echaban redes de mano en el mar, porque eran pescadores.
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El mar de Galilea es frontera y, al mismo tiempo, conexión con el mundo pagano. Ante la perspectiva del reinado de Dios, Jesús invita a colaborar con Él en primer lugar, a gente de los círculos cercanos del pueblo de Israel, que tienen como ideal, la restauración y la unidad de Israel.
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Los llamados por Jesús están representados por dos parejas de hermanos. Todos están llamados por igual al reinado de Dios que se anuncia. No hay privilegios.
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Los primeros discípulos de Jesús no pertenecían a la clase sacerdotal que controlaba el templo, ni al grupo de los fariseos o letrados, ni a los saduceos, que conformaban la aristocracia terrateniente. Provenían de Galilea, una región mal vista por la ortodoxia judía, llena de gente descreída y propensa a revoluciones en contra del «orden establecido».
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La invitación a seguirlo recuerda la llamada de Elías a Eliseo y alude aquí a la comunicación del Espíritu de Jesús a sus seguidores. La expresión “pescadores de hombres” insinúa una misión universal, no limitada al pueblo judío. Ante la invitación de Jesús, Simón y Andrés abandonan su forma de vida anterior: la esperanza de un cambio suscita en ellos una respuesta positiva.
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Lo importante de este texto es que Jesús es el que llama y los que son llamados lo siguen inmediatamente, iniciando en torno suyo el grupo de discípulos. No es un maestro que enseña sentado en su cátedra. Es un maestro que camina por delante. Sus discípulos no son tanto los que aprenden cosas de Él, sino los que lo siguen, los que caminan con Él.
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A lo largo de todo el año, somos invitados a escuchar a Jesús, nuestro Maestro y Mediador, que nos anuncia que el reino de Dios está en medio de nosotros, hace falta descubrirlo y abrazarlo, convirtiéndonos a Él, creyéndole y proclamándolo.
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También nosotros somos llamados por Jesús a ser discípulos y a seguirlo en su camino, entrando en la escuela del Evangelizador verdadero.
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Somos invitados a «convertirnos», o sea, a ir aceptando en nuestras vidas la mentalidad de Jesús. Convertirse significa cambiar, abandonar un camino y seguir el de Jesús.
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“Dios nos ha hablado por su Hijo”; nuestra respuesta se realiza siguiéndolo y anunciando la Buena Noticia que recibimos: siendo discípulos y misioneros.
PARA DISCERNIR
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¿Cambió nuestro estilo de vida por el encuentro con Jesús?
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¿No se tendría que notar que hemos encontrado al Maestro auténtico?
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¿Nos sentimos discípulos y misioneros?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Conviértanse y crean en el Evangelio
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
«Se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de Dios»
…”El hombre contemporáneo camina hoy hacia el desarrollo pleno de su personalidad y hacia el descubrimiento y afirmación crecientes de sus derechos. Como a la Iglesia se ha confiado la manifestación del misterio de Dios, que es el fin último del hombre, la Iglesia descubre con ello al hombre el sentido de la propia existencia, es decir, la verdad más profunda acerca del ser humano.
Bien sabe la Iglesia que sólo Dios, al que ella sirve, responde a las aspiraciones más profundas del corazón humano, el cual nunca se sacia plenamente con solos los alimentos terrenos. Sabe también que el hombre, atraído sin cesar por el Espíritu de Dios, nunca jamás será del todo indiferente ante el problema religioso, como los prueban no sólo la experiencia de los siglos pasados, sino también múltiples testimonios de nuestra época.
Siempre deseará el hombre saber, al menos confusamente, el sentido de su vida, de su acción y de su muerte. La presencia misma de la Iglesia le recuerda al hombre tales problemas; pero es sólo Dios, quien creó al hombre a su imagen y lo redimió del pecado, el que puede dar respuesta cabal a estas preguntas, y ello por medio de la Revelación en su Hijo, que se hizo hombre. El que sigue a Cristo, Hombre perfecto, se perfecciona cada vez más en su propia dignidad de hombre.
El Verbo de Dios, por quien todo fue hecho, se encarnó para que, Hombre perfecto, salvara a todos y recapitulara todas las cosas. El Señor es el fin de la historia humana, punto de convergencia hacia el cual tienden los deseos de la historia y de la civilización, centro de la humanidad, gozo del corazón humano y plenitud total de sus aspiraciones”…
Concilio Vaticano II – Constitución dogmática sobre la Iglesia en el mundo de hoy «Gaudium et spes», § 41, 45
PARA REZAR
Dispuestos a ser enviados
Señor Jesucristo, que enviaste a los tuyos
a anunciar por el mundo el inmenso amor
que Dios nos tiene,
danos a nosotros fuerzas y capacidad
para seguir los caminos de tantos cristianos
que te han anunciado en todo el mundo,
y han hecho de este espacio de vida
un lugar más humano y más fraterno.
Que anunciemos y practiquemos la fraternidad,
la justicia, la libertad y la solidaridad.
Y, si quieres enviarnos
a anunciar tu mensaje en el mundo
de una forma especial,
con un compromiso de por vida,
danos con tu llamada
los talentos necesarios para seguirla
con fidelidad y juventud,
con alegría y entusiasmo,
seguro de que Tú vas con nosotros.
Gracias, Jesús, por hacernos de los tuyos
y darnos un corazón capaz de ser más grande
que nuestras fronteras de raza y sociedad. Amén.
MARTES I
Habla con autoridad
Lectura de la carta a los Hebreos 2,5-12
Hermanos:
Dios no ha sometido a los ángeles el nuevo orden de la salvación, del cual estamos hablando. Un salmo lo atestigua solemnemente diciendo: ¿Qué es el hombre, para que de él te acuerdes, ese pobre ser humano, para que de él te preocupes? Sin embargo, lo hiciste un poquito inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad. Todo lo sometiste bajo sus pies.
Al decir aquí la Escritura que Dios le sometió todo, no se hace ninguna excepción. Es verdad que ahora todavía no vemos el universo entero sometido al hombre; pero sí vemos ya al que por un momento Dios hizo inferior a los ángeles, a Jesús, que por haber sufrido la muerte, está coronado de gloria y honor. Así, por la gracia de Dios, la muerte que él sufrió redunda en bien de todos.
En efecto, el creador y Señor de todas las cosas, quiere que todos sus hijos tengan parte en su gloria. Por eso convenía que Dios consumara en la perfección, mediante el sufrimiento, a Jesucristo, autor y guía de nuestra salvación.
El santificador y los santificados tienen la misma condición humana. Por eso no se avergüenza de llamar hermanos a los hombres, cuando dice: Hablaré de ti a mis hermanos; en medio de la asamblea te alabaré.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 8, 2ab. 5-9
R. Diste a tu Hijo el mando sobre las obras de tus manos.
¡Qué admirable es, Señor y Dios nuestro,
tu poder en toda la tierra!
¿Qué es el hombre, para que de él te acuerdes;
ese pobre ser humano, para que de él te preocupes?
Sin embargo, lo hiciste un poquito inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad;
le diste el mando sobre las obras de tus manos
y todo lo sometiste bajo sus pies.
Pusiste a su servicio los rebaños y las manadas,
todos los animales salvajes, las aves del cielo
y los peces del mar, que recorren los caminos de las aguas.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Marcos 1, 21-28
En aquel tiempo, se hallaba Jesús en Cafarnaúm y el sábado fue a la sinagoga y se puso a enseñar. Los oyentes quedaron asombrados de sus palabras, pues enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas.
Había en la sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo, que se puso a gritar: “¿Qué quieres tú con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios”.
Jesús le ordenó: “¡Cállate y sal de él!” El espíritu inmundo, sacudiendo al hombre con violencia y dando un alarido, salió de él. Todos quedaron estupefactos y se preguntaban: “¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es ésta? Este hombre tiene autoridad para mandar hasta a los espíritus inmundos y lo obedecen”. Y muy pronto se extendió su fama por toda Galilea.
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
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La idea en torno a la misión de los ángeles, había adquirido una gran importancia en el mundo judío después del exilio. El autor se aprovecha de esa relevancia de los ángeles como mediadores, para presentar la superioridad de Cristo y mediación exclusiva. Esta realidad es posible porque es Hijo, y está en íntima comunión con el Padre.
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Jesús es la «perfección del proyecto de Dios», su «cumplimiento»: en El se lleva a término la transformación radical del hombre elevándolo hasta Dios. En Jesús contemplamos al hombre cabal, al hombre tal como Dios le soñó el primer día.
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Jesús es el santificador y los santificados somos de la misma raza. Por eso no se avergüenza de llamarnos hermanos. Se ha querido hacer hermano nuestro. “Es el primogénito de una multitud de hermanos” que compartió toda la aventura humana, él es “la salvación de todos”. El hombre que recorrió el camino del hombre, y abrió para todos la vía que da acceso a la vida en plenitud.
-
«Consagrado por los sufrimientos», habiendo experimentado lo que es sufrir, incluida la muerte, nos ha salvado desde dentro, haciéndose totalmente solidario de nuestra vida.
***
-
De este hombre, en el evangelio de hoy, todos se asombran de lo que decía y hacía. Reúne a sus primeros discípulos y comienza a predicar. Lo hace a partir de la plataforma religiosa de Israel: las celebraciones de los sábados en las sinagogas. Su fama crece en Galilea. Es que no sólo predica, sino que actúa. Enseña y cura. Libera a los posesos de los espíritus malignos y enseña como ninguno ha enseñado, con autoridad. Hasta los espíritus del mal tienen que reconocer que es el Santo de Dios, el Mesías.
-
Jesús apoya su enseñanza en los hechos, da una nueva dimensión a la Ley y a la tradición, valora a las personas frente al templo, la sinagoga y la ley que eran las instituciones dominantes de su tiempo. Por eso, su mensaje sencillo pero vital, cala hondo en el pueblo sencillo y choca tanto en las estructuras y en sus dirigentes.
-
Su autoridad estaba al servicio del ser humano, para que pueda reconocer su propia dignidad, su lugar en la vida y en la historia. Este episodio del hombre poseído por un espíritu impuro, además de demostrar la autoridad de Jesús sobre las fuerzas espirituales del mal, muestra cómo Jesús vuelve a integrar al que era excluido y rechazado en el seno de la comunidad.
-
También ahora su existencia de Resucitado, sale al paso de los que seguimos siendo débiles, pecadores y esclavos, en la novedad de su palabra y en la potencia de su gracia; al igual que cuando iba por los caminos de Galilea atendiendo a los enfermos y a los posesos. Nos quiere liberar para que en la solidaridad compasiva y eficaz con nuestros hermanos también débiles, los pecadores y excluidos experimenten la obra de Cristo en ellos.
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En este camino, su palabra poderosa y eficaz, no sólo nos instruye sino que nos sana y nos libera. Modela nuestro corazón al modo del alfarero a imagen de su propio corazón.
PARA DISCERNIR
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¿Qué relación hay entre nuestras palabras y nuestros hechos?
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¿Nos contentamos sólo con anunciar la Buena Noticia, o en verdad nuestras palabras van acompañadas por los hechos?
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¿De qué clase de demonios contribuimos a que se liberen los que conviven con nosotros?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Tú eres el Santo de Dios
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
¡Silencio! ¡Sal de este hombre!»
…”Jesús increpó al demonio diciendo: ‘¡Cállate y sal de este hombre!’»La Verdad no tiene ninguna necesidad del testimonio del Mentiroso… «No tengo ninguna necesidad del reconocimiento de aquel que consagro al desgarramiento. ¡Cállate! Que mi gloria estalle en tu silencio. No quiero que sea tu voz la que me elogie, sino tus tormentos; porque tu desgarramiento es mi triunfo… ¡Cállate y sal de este hombre!». Es como si dijera: «Sal de mi casa, ¿qué haces tu bajo mi techo? Soy yo quien quiere entrar: entonces, cállate y sal de este hombre, del hombre, este ser dotado de razón. Deja esta morada preparada a mi intención. El Señor desea su casa: sal de este hombre»…
Ved hasta qué punto es preciosa el alma del hombre. Esto va dirigido a los que piensan que nuestra alma y la de los animales son idénticas y que estamos dotados de un mismo espíritu. En otro pasaje, el demonio es expulsado de un solo hombre y es enviado a dos mil cerdos (Mt 8,32); el espíritu precioso se opone al espíritu vil, uno es salvado, el otro se pierde. «Sal de este hombre, vete a los cerdos, vete donde quieras, vete a los abismos. Sal de este hombre, es decir de lo que es mío en propiedad; no dejaré que poseas al hombre porque sería injurioso para mí si te instalarás en él en lugar de hacerlo yo. He asumido un cuerpo humano, habito en el hombre: esta carne que tú posees es parte de mi carne. Sal de este hombre.”…
San Jerónimo (347-420), presbítero, traductor de la Biblia, doctor de la Iglesia – Comentario sobre el evangelio de Marcos, 2; PLS 2, 125s
PARA REZAR
Oración por el cambio y la transformación
Señor, tú amas la justicia y estableces la paz en la tierra.
Traemos ante ti la desunión del mundo de hoy;
la violencia absurda, el militarismo, la explotación, y
la opresión que amenazan la vida en el planeta.
La codicia humana y la injusticia,
que alimentan el odio y las contiendas.
Por el cambio en nuestro mundo, oremos
Señor, en tu gracia, transforma el mundo.
Señor, envía tu espíritu y renueva la faz de la tierra;
enséñanos a ser compasivos con toda la familia humana;
conduce a todas las naciones hacia el camino de la paz.
Por la paz que solo tú puedes darnos, oremos
Señor, en tu gracia, transforma el mundo.
Enséñanos cómo comerciar con justicia y amor.
Recuérdanos que evitemos la codicia y
permítenos a todos ensalzar a quienes viven en la pobreza.
Recuérdanos que todos nosotros y toda la creación
te pertenecemos y que solo somos administradores.
Perdónanos por no obrar conforme a tu voluntad en tu Reino sobre la tierra.
Danos la fuerza y el coraje de trabajar por la justicia y la paz.
Consejo Mundial de Iglesias
MIÉRCOLES I
Semejante en todo a sus hermanos
Lectura de la carta a los Hebreos 2, 14-18
Ya que los hijos tienen una misma sangre y una misma carne, él también debía participar de esa condición, para reducir a la impotencia, mediante su muerte, a aquel que tenía el dominio de la muerte, es decir, al demonio, y liberar de este modo a todos los que vivían completamente esclavizados por el temor de la muerte.
Porque él no vino para socorrer a los ángeles, sino a los descendientes de Abraham. En consecuencia, debió hacerse semejante en todo a sus hermanos, para llegar a ser un Sumo Sacerdote misericordioso y fiel en el servicio de Dios, a fin de expiar los pecados del pueblo.
Y por haber experimentado personalmente la prueba y el sufrimiento, él puede ayudar a aquellos que están sometidos a la prueba.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 104, 1-2. 3-4. 6-7. 8-9 (R.: 8a)
R. El Señor se acuerda eternamente de su alianza.
¡Den gracias al Señor, invoquen su Nombre,
hagan conocer entre los pueblos sus proezas;
canten al Señor con instrumentos musicales,
pregonen todas sus maravillas! R.
¡Gloríense en su santo Nombre,
alégrense los que buscan al Señor!
¡Recurran al Señor y a su poder,
busquen constantemente su rostro! R.
Descendientes de Abraham, su servidor,
hijos de Jacob, su elegido:
el Señor es nuestro Dios,
en toda la tierra rigen sus decretos. R.
El se acuerda eternamente de su alianza,
de la palabra que dio por mil generaciones,
del pacto que selló con Abraham,
del juramento que hizo a Isaac. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 1, 29-39
Jesús salió de la sinagoga, y fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron de inmediato. El se acercó, la tomó de la mano y la hizo levantar. Entonces ella no tuvo más fiebre y se puso a servirlos.
Al atardecer, después de ponerse el sol, le llevaron a todos los enfermos y endemoniados, y la ciudad entera se reunió delante de la puerta. Jesús curó a muchos enfermos, que sufrían de diversos males, y expulsó a muchos demonios; pero a éstos no los dejaba hablar, porque sabían quién era Él.
Por la mañana, antes que amaneciera, Jesús se levantó, salió y fue a un lugar desierto; allí estuvo orando. Simón salió a buscarlo con sus compañeros, y cuando lo encontraron, le dijeron: «Todos te andan buscando.»
El les respondió: «Vayamos a otra parte, a predicar también en las poblaciones vecinas, porque para eso he salido.» Y fue predicando en las sinagogas de toda la Galilea y expulsando demonios.
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
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Para los judíos y sobre todo los paganos, la salvación era un golpe de varita mágica, procedente de Dios que toca a los hombres desde fuera; y el ministerio sacerdotal, destinado a ser puente entre Dios y los hombres, hacía del sacerdote un ser aparte, separado del común de los mortales.
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La humanidad estaba sometida al poder de la muerte. Para liberarla y para salvarnos de esa situación vino el Hijo de Dios haciéndose uno de nosotros. “De la misma carne y sangre” que nosotros, participa de la condición de aquellos que quiere salvar.
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Cristo no ha querido salvar al hombre sin el hombre, desde fuera, sino desde dentro, asumiendo El mismo nuestra carne y nuestra sangre.
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Por eso el autor de la carta a los Hebreos se anima a decir que “tenía que parecerse en todo a sus hermanos para ser compasivo y pontífice fiel”. Tenía que experimentar desde la raíz misma de nuestra existencia, lo que es ser hombre, lo que es vivir, lo que es padecer y morir. Así podrá ser “compasivo” porque padece con los que sufren. No aprendió lo que es ser hombre en la teoría, sino en la experiencia de la misma vida. Así puede ser “pontífice”: hacer de puente entre Dios y la humanidad.
***
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Jesús como conocedor de los sufrimientos humanos aparece hoy en el Evangelio de Marcos tocando el sufrimiento. Y así lo descubrimos en esta escena que nos presenta, el programa de una jornada entera de Jesús.
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Al salir de la sinagoga va a casa de Pedro y cura a su suegra: la toma de la mano y la levanta. Cristo va comunicando su victoria contra el mal y la muerte, curando enfermos y liberando a los poseídos por el demonio.
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Los milagros no son sólo una preocupación de Jesús para lograr una curación física en las personas. Son un gesto destinado a mostrar el querer de Dios sobre sus hijos y a crear conciencia de la responsabilidad frente al hermano que sufre. Jesús, con su actitud, quiere generar la nueva actitud que se debe asumir frente al sufrimiento, el dolor, la exclusión, la opresión y la muerte.
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Jesús, busca que los hombres se reconozcan con su dignidad de hijos de Dios, quiere que se reconozcan como personas y descubran que no es el cumplimiento ciego de la ley lo que libera al ser humano, si este cumplimiento no se realiza en libertad, amor y responsabilidad, que permitan una vida más digna y más humana.
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El episodio de la curación de la suegra de Pedro al salir de la sinagoga, es elocuente en este sentido: Jesús la cura y ella se pone a servir; se trata de una curación y liberación para el servicio, de una curación para el amor.
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Luego atiende y cura a otros muchos enfermos y endemoniados; pero tiene tiempo también para estar a solas y ponerse a rezar, para estar en comunión con su Padre, antes de continuar predicando por otros pueblos. No se queda con el éxito fácil porque ha venido a evangelizar a todos.
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Su triunfo sobre el mal que ve a su alrededor, no puede encerrarse en los límites estrechos de una ciudad, sino que debe manifestarse también a “los pueblos vecinos”. La salida de Jesús de Cafarnaún puede ser una clave para entender su misión y la nuestra; y la agenda de Jesús debe ser una agenda para la Iglesia, para nuestra comunidad, para cada uno de nosotros.
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La comunidad de los discípulos de Jesús está invitada también, a ser capaz de realizar una salida que, como la de Jesús, se coloque en la lucha contra el mal, y vaya allí donde hay necesidad de su presencia.
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La realidad de los males que nos cercan, y a los que debemos dar una respuesta no pueden hacernos olvidar la característica universal de nuestra misión.
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Estar al servicio del Evangelio, nos lleva a estar al servicio de nuestro prójimo. No podemos conformarnos con servir a los “nuestros”. Cuando creemos tener éxito por las obras que realizamos, o el bien que hacemos, no podemos quedar satisfechos y buscar la aprobación y el aplauso de los demás.
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Antes de enviarnos, el Señor nos llama para que estemos con Él. La fuerza salvadora de nuestra acción no proviene de nuestro conocimiento o sagacidad, sino de Dios mismo, que continúa hablando y salvando a la humanidad por medio de su Iglesia.
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Es necesario entrar en intimidad con el Señor en el desierto de nuestro propio corazón, para que encontrándonos cara a cara con nuestro Dios y Padre, descubramos el modo de realizar su voluntad de amor. Nuestra experiencia personal de Dios, nos permitirá ser realmente testigos del Evangelio de salvación que nos ha confiado.
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No podemos conformarnos con la confesión de nuestra misma fe sólo en el interior de los templos, de la comunidad, o en la intimidad de la vida privada. Dios ha enviado a su Iglesia como puente para continuar realizando su obra de salvación a favor de toda la humanidad.
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La Iglesia ha nacido para manifestar el amor de Dios a todos los hombres sin excepción. No nos conformemos, ni nos ilusionemos falsamente trabajando con quienes ya vienen; pensado que con eso basta, creyendo que así está todo cumplido. Dios quiere que su salvación alcance a todos los hombres y llegue hasta el último rincón de la tierra.
PARA DISCERNIR
- ¿Nos acercamos a los que sufren compartiendo sus sentimientos?
- ¿Nuestro testimonio de fe se limita a los más cercanos?
- ¿Me siento comprometido en la salvación de todos los hombres?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Aquí estoy Señor, envíame
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
«Jesús se levantó de madrugada, y se marchó al descampado»
…” Nada ayuda tanto a que el alma se vuelva tan pura y gozosa, ni nada la ilumina y la aleja tanto de los malos pensamientos como estar en vela. Por esta razón todos nuestros padres han perseverado en este trabajo de las vigilias y han adoptado como regla, a lo largo de su vida ascética, permanecer vigilantes por la noche. Especialmente lo han hecho porque habían oído de nuestro Salvador una invitación constante y en distintos lugares por su Palabra viviente: «Estad siempre despiertos y pedid en toda ocasión» (Lc 21,36); «Velad y orad para no caer en tentación» (Mt 26,41); y también: «Orad sin cesar» (1Tes 5,17).
Y no se contentó con decírnoslo con sólo sus palabras. Nos dio también ejemplo con su persona poniendo la práctica de la oración por encima de toda otra cosa. Es por esto que constantemente se iba a un lugar solitario para orar, y eso no de manera arbitraria, sino escogiendo el tiempo de la noche y en lugar desierto, a fin de que también nosotros, evitando las multitudes y el tumulto, seamos capaces de orar en soledad.
Por esta razón nuestros padres han recibido, en lo que se refiere a la oración, esta alta enseñanza como si viniera del mismo Cristo. Escogieron velar en oración según la orden del apóstol Pablo a fin de poder, ante todo, permanecer sin ninguna interrupción junto a Dios a través de la oración continua… Ninguna cosa que venga desde fuera no les afecta ni altera la pureza de su intelecto, lo cual impediría que estas vigilias les llenaran de gozo y fueran la luz del alma”…
San Isaac, el Sirio (siglo VII) monje en Nínive, cerca de Mosul en el actual Irak
Sermones ascéticos.
PARA REZAR
Hoy, Señor, me presento ante ti
con todo lo que soy y lo que tengo.
Acudo a ti como persona sedienta, necesitada…
porque sé que en ti encontraré respuesta.
Siento que no puedo vivir con la duda todo el tiempo
y que se acerca el momento de tomar una decisión.
Deseo ponerme ante tí con un corazón abierto como el de María,
con los ojos fijos en tí esperando que me dirijas tu Palabra.
Deseo ponerme ante ti como Abraham,
con el corazón lleno de tu esperanza,
poniendo mi vida en tus manos.
Deseo ponerme ante tí como Samuel,
con los oídos y el corazón dispuestos a escuchar tu voluntad.
Aquí me tienes, Señor,
con un deseo profundo de conocer tus designios.
Quisiera tener la seguridad
de saber lo que me pides en este momento;
quisiera que me hablases claramente, como a Samuel.
Muchas veces vivo en la eterna duda.
Vivo entre dos fuerzas opuestas que me provocan indecisión
y en medio de todo no acabo de ver claro.
Sácame, Señor, de esta confusión en que vivo.
Quiero saber con certeza el camino que tengo que seguir.
Quiero entrar dentro de mí mismo
y encontrar la fuerza suficiente
para darte una respuesta sin excusas, sin pretextos.
Quiero perder tantos miedos
que me impiden ver claro
el proyecto de vida que puedas tener sobre mí.
¿Qué quieres de mí, Señor? ¡Respóndeme!
¿Quieres que sea un discípulo tuyo
para anunciarte en medio de este mundo?
Señor, ¿qué esperas de mí? ¿Por qué yo y no otro?
¿Cómo tener la seguridad de que es este mi camino y no otro?
En medio de este enjambre de dudas
quiero que sepas, Señor, que haré lo que me pidas.
Si me quieres para anunciar tu Reino, cuenta conmigo, Señor.
Si necesitas mi colaboración
para llevar a todas las personas con las que me encuentre hacia ti,
cuenta conmigo, Señor.
Si me llamas a ser testigo tuyo de una forma más radical
como consagrado en medio de los hombres,
cuenta conmigo, Señor.
Y si estás con deseos de dirigir tu Palabra a mis oídos y a mi corazón,
habla, Señor, que tu siervo escucha.
JUEVES I
Si quieres puedes purificarme
Lectura de la carta a los Hebreos 3, 7-14
Hermanos:
Como dice el Espíritu Santo: Si hoy escuchan su voz, no endurezcan su corazón como en el tiempo de la Rebelión, el día de la Tentación en el desierto, cuando sus padres me tentaron poniéndome a prueba, aunque habían visto mis obras durante cuarenta años. Por eso me irrité contra aquella generación, y dije: Su corazón está siempre extraviado y no han conocido mis caminos. Entonces juré en mi indignación: Jamás entrarán en mi Reposo.
Tengan cuidado, hermanos, no sea que alguno de ustedes tenga un corazón tan malo que se aparte del Dios viviente por su incredulidad. Antes bien, anímense mutuamente cada día mientras dure este hoy, a fin de que nadie se endurezca, seducido por el pecado.
Porque hemos llegado a ser partícipes de Cristo, con tal que mantengamos firmemente hasta el fin nuestra actitud inicial.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 94, 6-7abc. 7d-9. 10-11 (R.: 8)
R. Ojalá hoy escuchen la voz del Señor: «No endurezcan su corazón.»
¡Entren, inclinémonos para adorarlo!
¡Doblemos la rodilla ante el Señor que nos creó!
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros, el pueblo que él apacienta,
las ovejas conducidas por su mano. R.
Ojalá hoy escuchen la voz del Señor:
«No endurezcan su corazón como en Meribá,
como en el día de Masá, en el desierto,
cuando sus padres me tentaron y provocaron,
aunque habían visto mis obras.» R.
«Cuarenta años me disgustó esa generación,
hasta que dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no conoce mis caminos.
Por eso juré en mi indignación:
Jamás entrarán en mi Reposo.» R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 1, 40-45
Se acercó a Jesús un leproso para pedirle ayuda y, cayendo de rodillas, le dijo: «Si quieres, puedes purificarme.» Jesús, conmovido, extendió la mano y lo tocó, diciendo: «Lo quiero, queda purificado.» En seguida la lepra desapareció y quedó purificado.
Jesús lo despidió, advirtiéndole severamente: «No le digas nada a nadie, pero ve a presentarte al sacerdote y entrega por tu purificación la ofrenda que ordenó Moisés, para que les sirva de testimonio.»
Sin embargo, apenas se fue, empezó a proclamarlo a todo el mundo, divulgando lo sucedido, de tal manera que Jesús ya no podía entrar públicamente en ninguna ciudad, sino que debía quedarse afuera, en lugares desiertos. Y acudían a él de todas partes.
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
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Hoy el autor de la carta a los Hebreos presenta la fidelidad de Cristo a Dios en la misión de “construir la casa como Hijo”, es decir, de salvar a los hombres por la entrega total de sí mismo hasta la muerte. Y partiendo de la fidelidad de Jesús, el autor, exhorta a los cristianos que no han conocido a Jesús con los ojos de la carne, a la fidelidad y la constancia. Los destinatarios de la carta a los Hebreos eran manifiestamente, judíos convertidos al cristianismo, que parecen añorar las hermosas liturgias anteriores, del templo de Jerusalén.
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Toda la Epístola va destinada a ayudarlos a no volverse atrás: «mantened firme vuestra segura confianza del principio». La situación concreta de estos cristianos hebreos, era la de la tentación a la murmuración, dado que vivían en una situación cercana a las condiciones del pueblo hebreo, en el desierto. Huían de Jerusalén a raíz de la persecución de Esteban, se encontraban dispersos entre las naciones. Su cultura y su piedad estaban demasiado impregnadas de judaísmo como para resignarse fácilmente a una situación de peregrinos en una época en que Jerusalén a convertiría, según su creencia, en la ciudad escatológica de la reunión y del “reposo”.
-
Murmurar era un equivalente a no aceptar su estado de dispersión, lo mismo que los hebreos no aceptan su estado de nómadas en el desierto. Murmurar equivalía a volver al pasado (Jerusalén para los unos, Egipto para los demás), como si el pasado pudiera dar satisfacción al deseo y a la búsqueda de Dios. Murmurar era negarse a descubrir la presencia de Dios en la situación actual, fuese la que fuese, para refugiarse en un sueño en el que Dios sería simplemente una añadidura.
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Por el contrario, se trataba de mantener la fe que permite anticipar la visión de las realidades de la promesa. Será la fe la que permita a los cristianos hebreos comprender que ya no es necesario retornar a Jerusalén ni ofrecer sacrificios puesto que Jesús murió fuera de la ciudad, y ha ofrecido un sacrificio único de una vez para siempre. Este sacrificio no consiste en la inmolación, sino en la obediencia y el amor.
***
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En el evangelio de Marcos se van sucediendo, en este primer capítulo los diversos episodios de curaciones y milagros de Jesús. La lepra era la peor enfermedad de su tiempo y nadie podía tocar ni acercarse a los leprosos. Al leproso se le consideraba impuro y se le aislaba de la comunidad. Lo que el enfermo pide a Jesús no es solamente una curación física, sino ser aceptado entre los suyos, ser nuevamente parte de la comunidad. Jesús «sintiendo compasión, extendió la mano» y lo curó.
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Después le hace la recomendación de no divulgar lo sucedido. Jesús no tiene una actitud de falsa modestia, ni pretende pasar de incógnito. No quiere que la gente lo reconozca como el Mesías a partir de acontecimientos maravillosos como los milagros, a riesgo de no descubrir lo profundo del nuevo mensaje y las exigencias que lleva descubrirse hermanos e hijos de un mismo Padre. No quiere que su mesianismo se quede atrapado en las redes del espectáculo.
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Al tocar Jesús al leproso también se convirtió en “impuro”, según la ley. Sin embargo, no es la impureza la que de ahora en adelante dominará, sino la pureza. Jesús no queda impuro al tocar al leproso, sino que es éste, el que queda puro.
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El leproso no puede contener su alegría y proclama quién lo ha curado, a pesar de la expresa prohibición de Jesús. Los signos de curación que Jesús hace van extendiendo su fama.
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El leproso del evangelio de hoy nos presenta una realidad muy cercana a nosotros: la pobreza de nuestra condición humana. La experimentamos y nos la topamos a diario: no sólo en las enfermedades, sino también en nuestro carácter que dificulta nuestra relación con los demás; la inconstancia cotidiana, la debilidad de nuestra voluntad, el egoísmo, la sensualidad, la soberbia … Sin embargo, el caso del leproso nos muestra otra realidad que sobrepasa la frontera de nuestras limitaciones humanas: Cristo. El, hoy, para cada uno de nosotros sigue siendo el liberador total. El nos quiere comunicar su salud pascual, la plenitud de su vida; vida en abundancia. Sólo necesita que igual que el leproso, nos reconozcamos necesitados, nos acerquemos a Él, le pidamos, confiando en su compasión, bondad y poder.
-
También Marcos nos recuerda que están los «leprosos» de nuestra sociedad a los que por distintas razones marginamos, segregamos, no queremos ni verlos, está prohibido tocarlos, hablarles, los dejamos solos con su enfermedad. El ejemplo de Jesús es claro: «Él manifestó su amor para con los pobres y los enfermos, para con los pequeños y los pecadores. El nunca permaneció indiferente ante el sufrimiento humano». Signo de que su salvación nos ha tocado y ha sanado es: «que nos preocupamos de compartir en la caridad las angustias y las tristezas, las alegrías y las esperanzas de los hombres, y así les mostramos el camino de la salvación».
PARA DISCERNIR
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¿Me reconozco necesitado de purificación?
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¿Me acerco a pedirla con humildad?
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¿Margino y segrego a los que no son como yo?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Purifícame Señor y quedaré limpio
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
San Francisco cura de sus miedos a un leproso
…”Un día, cuando el joven Francisco montaba a caballo cerca de Asís, se le acercó un leproso. Normalmente Francisco sentía horror hacia los leprosos, y por eso tuvo que hacerse violencia; bajó del caballo y le dio una moneda de plata besándole al mismo tiempo la mano. Después de recibir del leproso un beso de paz, volvió a montar al caballo y siguió su camino. A partir de este momento fue superándose cada vez más hasta llegar a una completa victoria sobre sí mismo por la gracia de Dios.
Unos días más tarde, habiéndose provisto de muchas monedas, se dirigió al hospicio de los leprosos y, habiéndolos reunido a todos, dio a cada una limosna besándole la mano al mismo tiempo. Al regresar, fue exactamente así: lo que antes se le hacía amargo –es decir, ver y tocar a los leprosos- se le había convertido en dulzura. Ver a los leprosos, tal como él mismo lo había dicho, le era hasta tal punto penoso que no tan sólo rechazaba verlos sino que ni tan sólo podía acercarse a su habitación; si alguna vez los veía o pasaba cerca de la leprosería… giraba su rostro y se tapaba la nariz. Pero la gracia de Dios hizo que los leprosos le fueran hasta tal punto familiares que, como dice él mismo en su Testamento, vivía entre ellos y les servía humildemente. La visita a los leprosos le había transformado”…
Narración de tres compañeros de san Francisco de Asís (hacia 1244) § 11
PARA REZAR
Tu mano apretada
No pida yo nunca estar libre de peligros,
sino denuedo para afrontarlos.
No quiera yo que se apaguen mis dolores,
sino que sepa dominarlos mi corazón.
No busque yo amigos
por el campo de batalla de la vida
sino más fuerza en mí.
No anhele yo,
con afán temeroso, ser salvado
sino esperanza de conquistar,
paciente, mi libertad.
¡No sea yo tan cobarde, Señor,
que quiera tu misericordia en mi triunfo,
sino tu mano apretada en mi fracaso!
Tagore
VIERNES I
Él tiene el poder de perdonar los pecados
Lectura de la carta a los Hebreos 4, 1-5. 11
Hermanos, temamos, entonces, mientras permanece en vigor la promesa de entrar en el Reposo de Dios, no sea que alguno de ustedes se vea excluido. Porque también nosotros, como ellos, hemos recibido una buena noticia; pero la Palabra que ellos oyeron no les sirvió de nada, porque no se unieron por la fe a aquellos que la aceptaron. Nosotros, en cambio, los que hemos creído, vamos hacia aquel Reposo del cual se dijo: Entonces juré en mi indignación: Jamás entrarán en mi Reposo.
En realidad, las obras de Dios estaban concluidas desde la creación del mundo, ya que en cierto pasaje se dice acerca del séptimo día de la creación: Y Dios descansó de todas sus obras en el séptimo día; y en este, a su vez, se dice: Jamás entrarán en mi Reposo.
Esforcémonos, entonces, por entrar en ese Reposo, a fin de que nadie caiga imitando aquel ejemplo de desobediencia.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 77, 3 y 4bc. 6c-7. 8 (R.: cf. 7b)
R. No olvidemos las proezas de Dios.
Lo que hemos oído y aprendido,
lo que nos contaron nuestros padres,
lo narraremos a la próxima generación:
son las glorias del Señor y su poder. R.
Así podrán contarlas a sus propios hijos,
para que pongan su confianza en Dios,
para que no se olviden de sus proezas
y observen sus mandamientos. R.
Así no serán como sus padres,
una raza obstinada y rebelde,
una raza de corazón inconstante
y de espíritu infiel a Dios. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 2, 1-12
Unos días después, Jesús volvió a Cafarnaún y se difundió la noticia de que estaba en la casa. Se reunió tanta gente, que no había más lugar ni siguiera delante de la puerta, y él les anunciaba la Palabra.
Le trajeron entonces a un paralítico, llevándolo entre cuatro hombres. Y como no podían acercarlo a él, a causa de la multitud, levantaron el techo sobre el lugar donde Jesús estaba, y haciendo un agujero descolgaron la camilla con el paralítico. Al ver la fe de esos hombres, Jesús dijo al paralítico: «Hijo, tus pecados te son perdonados.»
Unos escribas que estaban sentados allí pensaban en su interior: « ¿Qué está diciendo este hombre? ¡Está blasfemando! ¿Quién puede perdonar los pecados, sino sólo Dios?»
Jesús, advirtiendo en seguida que pensaban así, les dijo: « ¿Qué están pensando? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: “Tus pecados te son perdonados”, o “Levántate, toma tu camilla y camina”? Para que ustedes sepan que el Hijo del hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados -dijo al paralítico- yo te lo mando, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.»
El se levantó en seguida, tomó su camilla y salió a la vista de todos. La gente quedó asombrada y glorificaba a Dios, diciendo: «Nunca hemos visto nada igual.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
-
En este pasaje de la carta a los Hebreos, el autor, trata de convencer a los nuevos cristianos procedentes del judaísmo y dispersos entre las naciones, que no piensen en volver a Jerusalén, como si esta ciudad fuese aún para ellos el ideal escatológico del reposo.
-
La imposibilidad de entrar al reposo de los antiguos, fue a raíz de su desobediencia. El autor de la carta, quiere que los cristianos aprendan la lección y no caigan en la misma trampa que los israelitas en el desierto. Los cristianos están llamados a un reposo muy superior, que no es ya el de la Tierra Prometida y de Jerusalén, sino el de la vida con Dios.
-
La mentalidad judía entendía el reposo en sentido amplio como sinónimo de la paz mesiánica, de la concordia y de la alegría. El reposo de Dios, del que habla esta página a los hebreos, es todo lo contrario de la inacción, del aburrimiento, de la pasividad, de la pereza: es la felicidad estable y altamente consciente de saberse en la vida. Entrar en el reposo de Dios, es entablar una relación íntima con el Dios que nos ama de una manera infinita, y nos permite experimentar la vida de un modo único.
***
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Marcos va a contarnos a partir de hoy, cinco escenas de controversia de Jesús con los fariseos, agrupadas con una intención catequética. La fama de Jesús se ha extendido por toda la región alrededor del lago de Galilea; al regresar a Cafarnaún, mucha gente va a verlo y Él habla a la multitud.
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Después de un leproso, viene un paralítico en busca de Jesús dependiendo completamente de las personas que lo cargan en su camilla. Jesús está rodeado de tanta gente, hasta el punto de no poder verlo ni acercársele; por eso se las ingenian para abrir un boquete en el techo y descolgar al impedido en su camilla. Jesús no lo sana de la parálisis de entrada, sino que le perdona al paralítico sus pecados, causando escándalo entre los doctores de la ley y los escribas presentes. Para ellos, solamente Dios puede perdonar, y sólo lo hace a través de sus intermediarios: los sacerdotes y la estructura organizada para purificar al pecador. Según ellos Jesús no sólo blasfema, sino que usurpa atribuciones.
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Según la manera de pensar del momento, la enfermedad era considerada consecuencia del pecado. Jesús cura a aquella persona integralmente: lo cura de su pecado y de su enfermedad. Y ambas curaciones son parte de su ministerio.
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Jesús propone una renovación del hombre desde su interior, que todos puedan reconocerse como hijos de Dios, miembros de una comunidad de hermanos. Por eso, aunque lo prioritario para el paralítico y para quienes lo llevaron era la curación física, Jesús primero lo perdona de sus pecados.
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Esta curación, sirvió de prueba para mostrar que Jesús tenía poder para perdonar pecados y para la curación física, relativizándola, y dando prioridad al cambio.
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Para Jesús, no va por un lado la liberación material y por otra la espiritual: lo que hay que liberar es la persona en su totalidad. La liberación del mal físico tal como la enfermedad, el hambre, el sufrimiento y toda forma de muerte, es liberación del ser humano, es presencia del Reino, es salvación. Hay una unidad entre la liberación y la salvación. Cuando sanamos el cuerpo, cuando saciamos el hambre, cuando eliminamos la ignorancia, cuando liberamos, salvamos.
-
Nosotros, en muchas ocasiones, solemos separar lo corporal de lo espiritual; a Dios, de nuestra vida de todos los días. La sanación que brota del encuentro con Dios es algo total, algo que implica todas las realidades de nuestra vida. Sólo así podemos entender que Jesús curara y perdonara pecados, que en sus labios y en su vida fueran una misma cosa.
-
También a nosotros Cristo nos quiere curar de todos nuestros males, sobre todo del pecado, que está en la raíz de todo mal. La palabra de Jesús quiere llegar más hondo que nuestro pecado. No sólo en el momento final de la vida, sino en el instante en que, por la fuerza de esa palabra nos animamos a levantarnos, tomamos nuestra camilla y comenzamos a andar ante la mirada de todos. El tomar la camilla es un signo que nos permite descubrir que “la salud que Cristo nos da” es un don, que tenemos que cuidar constantemente, porque la posibilidad de volver a enfermarnos está al acecho.
-
A través de la acción evangelizadora, la Iglesia se hace continuadora de la acción de Cristo en la historia, llevando a todos la salvación. Aún con los medios más creativos e inverosímiles busca no sólo la curación o la ayuda en las necesidades materiales, sino la experiencia de la vida nueva que nos viene de Él. Sólo basta dejarse conducir por el Espíritu Santo, el cual nos ayudará a descubrir los caminos necesarios para construir y realizar el reino.
-
La gente no sólo queda admirada, sino que, al percibir la nueva vida que Jesús comunica, acepta este mensaje y se dirige adonde está Jesús para seguir escuchando su enseñanza.
-
Por eso, hagamos de la Evangelización una Evangelización integral, que busque el bien y la salvación del hombre completo, para que todos puedan disfrutar de una vida digna, pero para que también sean capaces de llegar a glorificar a Dios no sólo con sus palabras, sino con su vida misma.
PARA DISCERNIR
- ¿Hasta dónde llega nuestra fe?
- ¿Nos conformamos con ilustrar la mente de los demás?
- ¿Nos limitamos a trabajar por una liberación humana?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Ánimo, levántate y camina
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
«Hijo, tus pecados quedan perdonados»
«Creo en el perdón de los pecados»: el Símbolo de los apóstoles vincula la fe en el perdón de los pecados a la fe en el Espíritu Santo, pero también a la fe en la Iglesia y en la comunión de los santos. Al dar el Espíritu Santo a los apóstoles, Cristo resucitado les confirió su propio poder divino de perdonar los pecados: «Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos» (Jn 20,22-23).
«Un solo bautismo para el perdón de los pecados»: Nuestro Señor vinculó el perdón de los pecados a la fe y al bautismo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado se salvará» (Mc 16,15-16). El bautismo es el primero y principal sacramento del perdón de los pecados porque nos une a Cristo muerto por nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación, a fin de que «vivamos también una vida nueva» (Rm 4,25; 6,4). «En el momento en que hacemos nuestra primera profesión de fe, al recibir el santo bautismo que nos purifica, es tan pleno y tan completo el perdón que recibimos, que no nos queda absolutamente nada para borrar, sea de la falta original, sea de las faltas cometidas por nuestra propia voluntad, ni ninguna pena que sufrir para expiarlas… Sin embargo, la gracia del bautismo no libra a la persona de todas las debilidades de la naturaleza. Al contrario, todavía nosotros tenemos que combatir los movimientos de la concupiscencia que no cesan de llevarnos al mal.»
«En este combate contra la inclinación al mal ¿quién será lo suficientemente valiente y vigilante para evitar toda herida del pecado?… Era necesario, pues, que la Iglesia fuese capaz de perdonar los pecados a todos los penitentes, incluso si hubieran pecado hasta en el último momento de su vida.» Por medio del sacramento de la penitencia, el bautizado puede reconciliarse con Dios y con la Iglesia…
No hay ninguna falta por grave que sea que la Iglesia no pueda perdonar. «No hay nadie, tan perverso y tan culpable, que no deba esperar con confianza su perdón siempre que su arrepentimiento sea sincero.» Cristo, que ha muerto por todos los hombres, quiere que en su Iglesia, estén siempre abiertas las puertas del perdón a cualquiera que vuelva del pecado.
Catecismo de la Iglesia católica – 976-982
PARA REZAR
Y sólo ahí,
una vez que has tocado un poquito de suelo,
entonces te das cuenta de que es en ese lugar,
en ese espacio de la fragilidad,
del dolor y de la duda; en ese rincón
en el que te sientes desprotegido y vulnerable,
donde habita tu Dios de la cruz,
del camino, de la pobreza.
Y sólo ahí descubres que Dios siempre está sobre aviso,
que a veces te quita el dolor y te pone la cena,
aunque en ocasiones tengas que dar la vida, una y mil veces.
Sólo ahí descubres que al caer estás siendo abrazado,
y que en todo lo que ves se asoma
la imagen de una creación buena;
y que por debajo de todos los ruidos
hay una canción de amor de Dios por el mundo;
y que en muchos roces hay una caricia que despierta la esperanza…
SÁBADO I
He venido a llamar a los pecadores
Lectura de la carta a los Hebreos 4, 12-16
Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de doble filo: ella penetra hasta la raíz del alma y del espíritu, de las articulaciones y de la médula, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
Ninguna cosa creada escapa a su vista, sino que todo está desnudo y descubierto a los ojos de Aquel a quien debemos rendir cuentas.
Y ya que tenemos en Jesús, el Hijo de Dios, un Sumo Sacerdote insigne que penetró en el cielo, permanezcamos firmes en la confesión de nuestra fe.
Porque no tenemos un Sumo Sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades; al contrario él fue sometido a las mismas pruebas que nosotros, a excepción del pecado.
Vayamos, entonces, confiadamente al trono de la gracia, a fin de obtener misericordia y alcanzar la gracia de un auxilio oportuno.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 19,8.9.10.15.
R. Tus palabras Señor son Espíritu y Vida.
La ley del Señor es perfecta,
reconforta el alma;
el testimonio del Señor es verdadero,
da sabiduría al simple. R:
Los preceptos del Señor son rectos,
alegran el corazón;
los mandamientos del Señor son claros,
iluminan los ojos. R:
La palabra del Señor es pura,
permanece para siempre;
los juicios del Señor son la verdad,
enteramente justos. R:
¡Ojalá sean de tu agrado las palabras de mi boca,
y lleguen hasta ti mis pensamientos,
Señor, mi Roca y mi redentor! R:
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 2,13-17.
Jesús salió nuevamente a la orilla del mar; toda la gente acudía allí, y él les enseñaba.
Al pasar vio a Leví, hijo de Alfeo, sentado a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: “Sígueme”. El se levantó y lo siguió.
Mientras Jesús estaba comiendo en su casa, muchos publicanos y pecadores se sentaron a comer con él y sus discípulos; porque eran muchos los que lo seguían.
Los escribas del grupo de los fariseos, al ver que comía con pecadores y publicanos, decían a los discípulos: “¿Por qué come con publicanos y pecadores?”.
Jesús, que había oído, les dijo: “No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores”.
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
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Los primeros cristianos procedentes del judaísmo profesaban la fe en Cristo, al mismo tiempo que seguían siendo celosos observadores de la Ley. Para ellos, la fe, no era distinta de la religión judía hasta el punto de obligarlos a abandonar sus hábitos. Por eso seguían frecuentando el templo, muchos sacerdotes se hacían discípulos de Cristo sin dejar sus funciones. Pero la persecución de los cristianos por los judíos, obliga a los primeros a alejarse de Jerusalén y de su templo. Estar privados del sacerdocio de la ley y de la posibilidad de sacrificar a Dios, se convierte para ellos en una prueba difícil.
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El cristiano no tiene ya necesidad del sacerdocio del templo, porque Jesucristo es su único mediador. Cristo es “heredero de todas las cosas” y está unido al Padre. Cristo es sacerdote y mediador. Cristo representa a la humanidad, porque se ha hecho hombre y la ha asumido en su integridad: ha conocido sus fracasos, ha sufrido sus limitaciones, ha experimentado sus tentaciones. Por otra parte, como Hijo de Dios sentado a la diestra del Padre, es igualmente representativo del mundo divino. Por eso es el perfecto mediador.
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El sacrificio, que era el signo de la comunión entre Dios y el hombre, sólo se puede realizar de modo perfecto si la víctima forma parte de ambos mundos, ofreciéndose a sí mismo en toda su humanidad y bajo la influencia del Espíritu de Dios. Esto es lo que hace del sacerdocio y del sacrificio de Cristo un acto único y decisivo.
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En Jesús, tenemos al sumo sacerdote por excelencia. Puede compadecerse de nosotros porque se ha acercado hasta las raíces mismas de nuestro ser. Por eso es un buen Pontífice y Mediador, y nos puede ayudar en nuestra tentación y en los momentos de debilidad y fracaso.
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Roma había organizado sistemáticamente la recaudación de impuestos y tarifas. Un procedimiento ordinario era poner a un recaudador con un grupo de soldados, a la entrada de las ciudades, para cobrar las tarifas de las mercancías que entraban o salían de la ciudad.
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Jesús salió de nuevo a orillas del mar y les enseñaba. Esta vez, al pasar, Jesús vio a Leví, hijo de Alfeo, sentado en la oficina de la Aduana y le dijo: “Sígueme”. El quinto discípulo a quien Jesús llama es un “cobrador de impuestos, un aduanero, un encargado de recaudación pública de Cafarnaúm.
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Este hombre se levantó y lo siguió. Con estos dos verbos queda expresada la ruptura de Leví a su habitual estilo de vida, con su pasado de injusticia para seguir a Jesús. Al atardecer Jesús se sienta a la mesa en casa de Mateo y muchos publicanos y pecadores estaban recostados con “El y sus discípulos”. El hecho de que en la comunidad estén juntos los discípulos judíos, gente sin religión, recaudadores, descreídos, pecadores considerados impuros y que están religiosamente discriminados, provoca la protesta de los maestros de la Ley, que pretenden mostrar a los discípulos lo impropio de la conducta de su Maestro.
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Los escribas del partido de los fariseos se escandalizan porque Jesús no sólo se atrevía a perdonar pecados; sino que ahora llama a publicanos y además come con ellos. El “grupo de los fariseos” dedicados al conocimiento de la ley y de la tradición, para promover su estricto cumplimiento, insistían en la gravedad de frecuentar a ciertas personas para no comprometer su pureza legal.
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Jesús no se deja llevar por las clasificaciones corrientes que en su época originaban la marginación de tantos hombres; y ante la reacción de los fariseos, encerrados en su autosuficiencia y convencidos de ser los perfectos, su palabra es clara y firme: “No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos porque no he venido a llamar a los “justos”, sino a los “pecadores”.
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La casa de Mateo se convierte en figura de la nueva comunidad del Reino, compuesta de dos grupos: el de los discípulos, al que pertenecen los primeros llamados, que procedían del judaísmo, y el grupo de los otros seguidores, muy numerosos, que no proceden de Israel. El centro de la nueva comunidad es Jesús; su espíritu es la unión, amistad y alegría propias de un banquete.
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Para el discípulo, en esta lección, queda retratado el amor misericordioso de Dios, manifestado en Cristo Jesús. Llamando a “pecadores”, a los débiles y los enfermos, Jesús revela al Dios gratuito de aquellos que no lo pueden comprar.
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Cristo nos ha venido a salvar a nosotros y no nos acepta porque somos perfectos, sino que nos recibe y nos llama a pesar de nuestras debilidades y de la fama que podamos tener. Siempre está latente la tentación de tener los ojos muy abiertos a los defectos de los demás y cerrados a los nuestros. Ubicarnos como jueces y criticar. Vivir la Buena Nueva del reino significa, como Jesús, saber comprender, tolerar, dar un voto de confianza, aceptar a las personas como son y no como quisiéramos que fueran, para ayudarlos a dar pasos adelante, transformando sus vidas. Nos llama: no por nuestros méritos sino por su gran misericordia; y esto no tiene precio porque es de infinito valor.
PARA DISCERNIR
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¿Miramos a los demás con nuevos ojos, después de ver y escuchar a Jesús sentado a la mesa con los pecadores y los publicanos?
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¿Estamos dispuestos a estrechar la mano de los más extraños, los más lejanos, los despreciados y segregados de nuestra sociedad?
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¿Cuál es mi actitud frente a los pecadores? ¿Me repito a mí mismo la palabra de Jesús?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Me llamas Señor y te sigo
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
«No necesitan médico los sanos, sino los enfermos»
…”Dice el apóstol Pablo: «Despojaos del hombre viejo con sus obras, y revestíos del hombre nuevo» (Col 3, 9-10)… Ésta ha sido la obra que Cristo llevó a cabo llamando a Leví; le ha devuelto su verdadero rostro y ha hecho de él un hombre nuevo. Es también por este título de hombre nuevo que el antiguo publicano ofrece a Cristo un banquete, porque Cristo se complace en él y merece tener su parte de felicidad estando con Cristo… Desde aquel momento le siguió feliz, alegre, desbordante de gozo.
«Ya no me comporto como un publicano, decía; ya no soy el viejo Leví; me he despojado de Leví revistiéndome de Cristo. Huyó de mi vida primera; sólo quiero seguirte a ti, Señor Jesús, que curas mis heridas. ¿Quién me separará del amor de Dios que hay en ti? ¿la tribulación? ¿la angustia? ¿el hambre? (Rm 8,35). Estoy unido a ti por la fe como si fuera con clavos, me has sujetado con las buenas trabas del amor. Todos tus mandatos serán como un cauterio que llevaré aplicado sobre mi herida; el remedio muerde, pero quita la infección de la úlcera. Corta, Señor, con tu espada poderosa la podredumbre de mis pecados; ven pronto a cortar las pasiones escondidas, secretas, variadas. Purifica cualquier infección con el baño nuevo.
«Escuchadme, hombres pegados a la tierra, los que tenéis el pensamiento embotado por vuestros pecados. También yo, Leví, estaba herido por pasiones semejantes. Pero he encontrado a un médico que habita en el cielo y que derrama sus remedios sobre la tierra. Sólo él puede curar mis heridas porque él no tiene esas heridas; sólo él puede quitar al corazón su dolor y al alma su languidez, porque conoce todo lo que está escondido”…
San Ambrosio (hacia 340-397), obispo de Milán y doctor de la Iglesia – Comentario a Lucas, 5, 23.27
PARA REZAR
Señor, el día empieza.
Como siempre, postrados a tus pies,
la luz del día queremos esperar.
Eres la fuerza
que tenemos los débiles, nosotros.
Padre nuestro
que en los cielos estás,
haz a los hombres iguales;
que ninguno se avergüence de los demás;
que todos al que gime den consuelo;
que todos al que sufre del hambre la tortura,
le regalen en rica mesa de manteles blancos
con blanco pan y generoso vino;
que no luchen jamás;
que nunca emerjan
entre las áureas mieses de la historia,
sangrientas amapolas, las batallas.
Luz, Señor,
que ilumine las campiñas y las ciudades;
que a los hombres todos,
en sus destellos mágicos,
envuelva luz inmortal;
Señor, luz de los cielos,
fuente del amor y causa de la vida.
Liturgia de las Horas
Bautismo del Señor (F)
Ciclo B
Bautismo del Señor (F)
Ciclo B
Tú eres mi Hijo Amado, mi predilecto
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del profeta Isaías 55,1-11
Así dice el Señor:
“Oíd, sedientos todos, acudid por agua, también los que no tenéis dinero: venid, comprad trigo, comed sin pagar vino y leche de balde. ¿Por qué gastáis dinero en lo que no alimenta, y el salario en lo que no da hartura? Escuchadme atentos, y comeréis bien, saborearéis platos sustanciosos. Inclinad el oído, venid a mí: escuchadme, y viviréis. Sellaré con vosotros alianza perpetua, la promesa que aseguré a David: a él lo hice mi testigo para los pueblos, caudillo y soberano de naciones; tú llamarás a un pueblo desconocido, un pueblo que no te conocía correrá hacia ti; por el Señor, tu Dios, por el Santo de Israel, que te honra.
Buscad al Señor mientras se le encuentra, invocadlo mientras esté cerca; que el malvado abandone su camino, y el criminal sus planes; que regrese al Señor, y él tendrá piedad, a nuestro Dios, que es rico en perdón. Mis planes no son vuestros planes, vuestros caminos no son mis caminos -oráculo del Señor-. Como el cielo es más alto que la tierra, mis caminos son más altos que los vuestros, mis planes, que vuestros planes.
Como bajan la lluvia y la nieve del cielo, y no vuelven allá sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, para que dé semilla al sembrador y pan al que come, así será mi palabra, que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que hará mi voluntad y cumplirá mi encargo.”
Palabra de Dios.
SALMO Isaías 12, 2-6
R. Sacarán aguas con gozo de las fuentes de la salvación.
El Señor es mi Dios y Salvador:
confiaré y no temeré,
porque mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación.
Y sacaréis aguas con gozo
de las fuentes de la salvación. R.
Dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso. R.
Tañed para el Señor, que hizo proezas,
anunciadlas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión:
“Qué grande es en medio de ti
el Santo de Israel.” R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta
del apóstol san Juan 5,1-9
Queridos hermanos:
Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios; y todo el que ama a Dios que da el ser ama también al que ha nacido de él.
En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios: si amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos. Pues en esto consiste el amor a Dios: en que guardamos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son pesados, pues todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo. Y lo que ha conseguido la victoria sobre el mundo es nuestra fe.
¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? Éste es el que vino con agua y con sangre: Jesucristo. No sólo con agua, sino con agua y con sangre; y el Espíritu es quien da testimonio, porque el Espíritu es la verdad.
Porque tres son los testigos: el Espíritu, el agua y la sangre, y los tres están de acuerdo. Si aceptamos el testimonio humano, más fuerza tiene el testimonio de Dios. Éste es el testimonio de Dios, un testimonio acerca de su Hijo.
Palabra de Dios.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 1, 7-11
En aquel tiempo, proclamaba Juan: “Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo.” Por entonces llegó Jesús desde Nazaret de Galilea a que Juan lo bautizara en el Jordán. Apenas salió del agua, vio rasgarse el cielo y al Espíritu bajar hacia él como una paloma. Se oyó una voz del cielo: “Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto.”
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
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El pueblo había perdido la patria, el poder político y el templo, que era el centro de su vida religiosa, se había convertido en un montón de ruinas. En esta situación les llega el mensaje del siervo que anuncia la liberación.
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Tenemos aquí la primera de las cuatro piezas conocidas con el nombre de “cantos del siervo de Yahvé”. La misión del siervo hunde sus raíces en la elección o llamada del Señor. Se describe la figura del discípulo verdadero de Yahvé que ha sido elegido para enseñar “el derecho” a las naciones, que ha sido fortalecido para soportarlo todo, con tal de cumplir su misión y que, después de expiar con su dolor los pecados del pueblo, será glorificado por Dios.
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La forma de actuar del siervo en nada se parece a la del común de los mortales: “no gritará, no clamará…” no se hace propaganda, ni busca compensación alguna.
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La igualdad de los hombres ante Dios era comúnmente aceptada por los helenistas, esto es, por los cristianos procedentes de la gentilidad que habían sido mentalizados por la filosofía estoica. Sin embargo, para Pedro y los cristianos procedentes del judaísmo se trataba de un cambio radical en su concepción de la historia de salvación.
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Pedro confiesa abiertamente que ahora comprende lo que dicen las Escrituras. El apóstol se encuentra en casa de Cornelio compartiendo su mesa y le anuncia el Evangelio. Comprende que no debe distinguir ya entre alimentos puros e impuros y tampoco entre gentiles y judíos. Ante el asombro de todos proclama la universalidad de la salvación que realiza Dios en Cristo. Todos los hombres son iguales ante la salvación de Dios.
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Pedro aprovecha para predicar el Evangelio de Jesucristo describiendo su actividad pública a partir del Jordán y comenzando en Galilea. Jesús es el “ungido”, es decir, el Cristo o Mesías. Sobre Él descendió el Espíritu Santo y fue consagrado con toda la plenitud de Dios. Pedro destaca especialmente el poder de hacer milagros y la fuerza con la que Jesús libera a los oprimidos por el diablo. Su dignidad mesiánica está inseparablemente unida a su misión salvadora.
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En el evangelio de Marcos, Jesús entra en nuestra historia a través del bautismo de Juan. Con este gesto se introduce en la historia de salvación del pueblo de Dios. Se pone entre los pecadores y se somete, junto con ellos, al juicio de Dios. El bautismo de Jesús inaugura su misión de Siervo Doliente. Se deja contar entre los pecadores; es ya el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Se abren los cielos, que el pecado de Adán había cerrado.
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Jesús viene de Nazaret de Galilea, para ser bautizado por Juan en el Jordán. Es el primer acto de su vida pública. Jesús empieza por hacerse discípulo de Juan Bautista recibiendo su bautismo, se coloca en la fila de los pecadores como un “hombre cualquiera”. El bautismo de Jesús es el comienzo de su misión como enviado de Dios. Lleno del Espíritu Santo irá por los caminos de Israel curando a los enfermos, consolando a los atribulados, perdonando a los pecadores, resucitando a los muertos, enseñando y proclamando a todos la buena noticia de la salvación.
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Puesto en la cola de los pecadores, Jesús Siervo de Yahvé, inaugura su misión profética de traer la luz a las naciones y de liberar a los oprimidos llevando a cabo lo que hasta ahora fue promesa: Dios visitando a su pueblo, Dios a la mesa de los pobres, Dios en lo más bajo de la vida, Dios asumiendo el pecado, Dios tendiendo la mano. Será su palabra la que abra a la novedad, pero será su vida la que abra ciertamente a esperanza. Palabra y vida conjugadas en una misión evangelizadora y liberadora.
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No atropella ni descarta nada de lo que pasó , por eso se empalma con la misión de Juan Bautista y como uno más, se acerca para recibir su bautismo; para desde ahí mostrar y dar un nuevo Bautismo: superior; no sólo de agua y conversión sino de agua y Espíritu Santo.
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“Tú eres mi Hijo amado”, escucharán los demás en esa cola de pecadores. Palabras de unción y confirmación. La manifestación del Espíritu lo unge visiblemente como Mesías-Profeta. Solamente puede hablar en nombre de Dios aquel a quien Él envía con sus credenciales. Jesús es el enviado… “También a otras ciudades tengo que anunciar la Buena Nueva del Reino de Dios porque para esto he sido enviado”. “Te hice luz de las naciones para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión”: anuncia la liberación a los hombres resuena en los oídos de Jesús como susurro amoroso y constante del Padre.
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Investido de poder Jesús será sin embargo el Siervo Doliente, aquel que rehúsa un mesianismo triunfante, humanamente ganador y meramente político. Para liberar se hace “esclavo”. Va a vencer las miserias humanas asumiéndolas y pasando como el más miserable de los hombres. Va a sentir en su propia carne la vivencia humana de la limitación, y promete una situación de liberación de las esclavitudes en que vive el hombre. Para realizar la justicia, encarnará sobre sí toda la injusticia y desde sus mismas entrañas regalará la justicia nueva, la de la verdad transparente, aquella que se experimenta, sin revanchismos, desde la pureza de un corazón que a pesar del dolor y la contradicción, se ha dejado ganar por el amor grande a todos.
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El Inocente se ha hecho pecado para la salvación del hombre y así ha querido mezclar lo divino con lo humano, para trasformar lo humano en divino; porque donde abundó el pecado, abundó más la gracia, y donde el dolor estruja el corazón, con Dios se abre la posibilidad de seguir esperando.
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La misión de Jesús no quedó interrumpida con su muerte. Aquellos que creemos en Él fuimos invitados a recorrer su camino de testimonio entre los pueblos: hacernos solidarios con esta humanidad, revestida de pecado y de debilidad, para liberarla de la muerte y transformarla en riqueza de vida. ¿Quién es el que vence sino el que cree?
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Somos el nuevo pueblo con una misión, una vocación que afecta a toda la comunidad: denunciar la esclavitud en que está sumida y los pecados que la consumen como hiciera Jesús; aquel que pasó por la vida de los hombres, no como un tímido anodino llamado a la bondad interior, sin repercusiones sobre lo concreto de la historia y de la convivencia comunitaria. No fue un justiciero violento; no obstante “proclamará la justicia e implantará el derecho en la tierra”. No siguió el camino fácil pero ineficaz de la lucha con odio, ni el de la indiferencia estéril ausente de lucha. Siguió el camino de una justicia que se sostiene: en y desde el amor.
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Por el bautismo, somos la comunidad de los “hijos muy amados” que han recibido la misión, de ayudar a los hermanos a romper cadenas; anunciando -desde la cola de los pecadores- la liberación obrada en Cristo.
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Nuestro Dios, es un Dios que sale imprevisiblemente al cruce de los caminos del hombre. El pesebre y la cruz, las bodas de Caná y la tormenta embravecida, lo tuvieron como invitado. Pero ya desde el comienzo de su vida pública, marcó una línea que se continuará a lo largo de toda su vida. Jesús de Nazaret, el de la misión profética con destino universal, se pone -en la cola de los pecadores- como uno más. Dios no hace acepción de personas, dijo Pedro en la casa de Cornelio. Dios no hace acepción de lugares, todo lugar es buen lugar, cuando se hace espacio de encuentro con Dios y por lo tanto espacio de salvación.
PARA DISCERNIR
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¿Qué rasgos del estilo misionero de Jesús me conmueven más?
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¿Qué actitudes de Jesús cuestionan mi testimonio?
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¿Cuál es mi experiencia de “hijo muy amado”, puedo contagiarla, comunicarla, anunciarla?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
El los bautizará con el Espíritu Santo
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
…”Fred, lo que quiero decirte es que eres amado, y lo que espero es que tú puedas escuchar estas palabras como te fueron dichas, con toda la ternura y la fuerza que el amor puede darles. Mi único deseo es que estas palabras puedan resonar en cada parte de tu ser: tú eres amado.
El máximo regalo que mi amistad puede hacerte es el don de hacerte reconocer tu condición de “ser amado”. Puedo hacerte este don sólo en la medida en que lo quiero para mí mismo. ¿No es ésta la amistad: darnos uno al otro el don de “ser amados”? Sí, es la voz, la voz que habla desde lo alto, desde dentro de nuestros corazones, que susurra dulcemente y declara con fuerza: «Tú eres el amado, en ti me complazco». No es ciertamente fácil escuchar esta voz en un mundo lleno de otras voces que gritan: «No eres bueno, eres feo, eres indigno; eres despreciable, no eres nadie… y no puedes demostrar lo contrario».
Estas voces negativas son tan fuertes y tan insistentes que es fácil creerlas. Esta es la gran trampa. Es la trampa del rechazo de nosotros mismos. En el curso de los años, he llegado a darme cuenta de que, en la vida, la mayor trampa no es el éxito, la popularidad o el poder, sino el rechazo de nosotros mismos. Naturalmente, el éxito, la popularidad o el poder pueden ser una tentación grande, pero su fuerza de seducción deriva a menudo del hecho de que forman parte se una tentación mayor, la del rechazo de nosotros mismos. Cuando se presta oídos a las voces que nos llaman indignos y. no amables, entonces el éxito, la popularidad o el poder son fácilmente percibidos como soluciones atractivas. Pero la verdadera trampa, repito, es el rechazo de nosotros mismos”…
H. J. M. Nouwen, Tú eres mi amado: la vida espiritual en un mundo secular, Madrid s.f.
PARA REZAR
Dios Creador
¡Oh Señor!, tú has creado todas las cosas. Tú les has dado su ser y las has puesto en equilibrio y armonía. Están llenas de tu misterio, que toca el corazón si es piadoso.
También a nosotros, ¡oh Señor!, nos has llamado a la existencia y nos has puesto entre ti y las cosas. Según tu modelo nos has creado y nos has dado parte de tu soberanía. Tú has puesto en nuestras manos tu mundo, para que nos sirva y completemos en él tu obra. Pero hemos de estarte sometidos, y nuestro dominio se convierte en rebelión y robo si no nos inclinamos ante ti, el único que llevas la corona eterna y eres Señor por derecho propio.
Maravillosa, ¡oh Dios!, es tu generosidad. Tú no has temido por tu soberanía al crear seres con poder sobre ellos mismos y al confiar tu voluntad a su libertad. ¡Grande y verdadero Rey eres tú!
Tú has puesto en mis manos el honor de tu voluntad. Cada palabra de tu revelación dice que me respetas y te confías a mí, me das dignidad y responsabilidad. Concédeme la santa mayoría de edad, que es capaz de aceptar la ley que tú guardas y de asumir la responsabilidad que tú me transfieres. Ten despierto mi corazón para que esté ante ti en todo momento, y haz que mi actuación se convierta en ese dominio y esa obediencia a que tú me has llamado.
Amén.
Romano Guardini
TIEMPO DE NAVIDAD
La Sagrada familia de Jesús, María y José F)
28 de diciembre
Los Santos Inocentes (F)
29 de diciembre
Día V de la Octava de Navidad
30 de diciembre
Día VI de la octava
31 de diciembre
Día VII de la octava
1 de enero
Solemnidad de Santa María Madre de Dios
2 de enero
TIEMPO DE NAVIDAD
La Sagrada familia de Jesús, María y José F)
El niño iba creciendo y se llenaba de sabiduría
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Génesis 15, 1-6; 21, 1-3
En aquellos días, Abrahán recibió en una visión la palabra del Señor:
“No temas, Abrahán, yo soy tu escudo, y tu paga será abundante.”
Abrahán contestó: “Señor, ¿de qué me sirven tus dones, si soy estéril, y Eliezer de Damasco será el amo de mi casa?” Y añadió: “No me has dado hijos, y un criado de casa me heredará.”
La palabra del Señor le respondió: “No te heredará ése, sino uno salido de tus entrañas.”
Y el Señor lo sacó afuera y le dijo: “Mira al cielo; cuenta las estrellas, si puedes.” Y añadió: “Así será tu descendencia.”
Abrahán creyó al Señor, y se le contó en su haber. El Señor se fijó en Sara, como lo había dicho; el Señor cumplió a Sara lo que le había prometido. Ella concibió y dio a luz un hijo a Abrahán, ya viejo, en el tiempo que había dicho. Abrahán llamó al hijo que le había nacido, que le había dado Sara, Isaac.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 104, 1b-6. 8-9
R. El Señor es nuestro Dios, se acuerda de su alianza eternamente.
Dad gracias al Señor, invocad su nombre,
dad a conocer sus hazañas a los pueblos.
Cantadle al son de instrumentos,
hablad de sus maravillas. R.
Glorias de su nombre santo,
que se alegren los que buscan al Señor.
Recurrid al Señor y a su poder,
buscad continuamente su rostro. R.
Recordad las maravillas que hizo,
sus prodigios, las sentencias de su boca.
Estirpe de Abrahán, su siervo;
hijos de Jacob, su elegido! R.
Se acuerda de su alianza eternamente,
de la palabra dada, por mil generaciones;
de la alianza sellada con Abrahán,
el juramento hecho a Isaac. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta a los Hebreos 11,8. 11-12. 17-19
Hermanos:
Por fe, obedeció Abrahán a la llamada y salió hacia la tierra que iba a recibir en heredad. Salió sin saber adónde iba.
Por fe, también Sara, cuando ya le había pasado la edad, obtuvo fuerza para fundar un linaje, porque juzgó digno de fe al que se lo prometía. Y así, de uno solo y, en este aspecto, ya extinguido, nacieron hijos numerosos como las estrellas del cielo y como la arena incontable de las playas.
Por fe, Abrahán, puesto a prueba, ofreció a Isaac; y era su hijo único lo que ofrecía, el destinatario de la promesa, del cual le había dicho Dios: “Isaac continuará tu descendencia.”
Pero Abrahán pensó que Dios tiene poder hasta para resucitar muertos. Y así, recobró a Isaac como figura del futuro.
Palabra de Dios.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 2, 22-40
Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: “Todo primogénito varón será consagrado al Señor”, y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: “un par de tórtolas o dos pichones.”
Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo. Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:
“Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.”
Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo, diciendo a María, su madre: “Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma.”
Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana; de jovencita había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén.
Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba.
Palabra del Señor.
Para reflexionar
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No existe la familia ideal. Sin embargo, hay una fuerza vivificadora que en cualquier circunstancia y, especialmente, en los momentos de crisis y dificultades, es el camino que Dios espera de nosotros. Es lo que leíamos en la carta del apóstol Pablo: “la misericordia entrañable, la bondad, la humildad, la dulzura, la comprensión” y también el perdón. “Y por encima de todo esto -decía san Pablo- el amor”.
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Este es el mensaje que hoy se nos dirige a cada uno de nosotros, sea cual sea la situación familiar que vivimos: defender la familia desde el amor, tenemos siempre la posibilidad de vivirla mejor. Vivirla mejor si ponemos más y mejor amor en todas las grandes o pequeñas cosas, en los gestos y palabras o silencios, miradas o caricias que la componen.
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Defender la familia es comprometerse en un camino de fe y de esperanza en el amor. Vivir el amor en la familia es vivir los insospechados caminos de la gratuidad. En familia se ama más de lo que merece cada uno. No se aman en ella unos a otros porque no se encuentren defectos, porque sean los mejores…, sino porque son el padre, la madre, los hijos o hermanos.
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Defender la familia es vivir la paternidad, la maternidad y la filiación mucho más de lo que biológicamente se entiende. Ser padres no se limita a engendrar un hijo y a trabajar para darle de comer y educarlo. Ser padre y madre es dar vida, ser hijo es recibirla. Se es padre y madre en la medida que se da vida y se ayuda a desarrollarla. Se es hijo en la medida en que se acepta la vida y dejamos que nos ayuden a que se desarrolle.
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Defender la familia es no encerrarnos ni pretender encerrar a los demás en ella como último refugio, huyendo de la realidad y del compromiso de transformar el mundo. Cuando se pretende convertir la familia en el único mundo, se acaba en la asfixia. La familia que vive desde la fe y el amor es siempre una familia abierta donde el amor se practica y se nutre, pero no se encierra, sino que se abre a los otros. Entonces la familia acrecienta el amor, pero éste no se agota, porque puede expandirse hacia los demás y cumple su función de constructora de una sociedad solidaria.
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Defender la familia es creer en ella como medio elegido por Dios para venir a nosotros y como propuesta de formación humana y cristiana de personas y de generaciones.
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Defender la familia es ver a la familia como algo más que una pequeña estructura social. Se trata de vivir pensando en la gran familia humana. Sentir que los chicos de la calle, los niños abandonados, los niños huérfanos, los que son sometidos a la violencia familiar, los niños que mueren bajo las balas de narcotraficantes o policías, son nuestros hijos que claman para que alguien de la familia humana responda por sus vidas. Sentir que los viejos que mendigan son nuestros abuelos y abuelas, los hombres y mujeres desocupados son nuestros padres y nuestras madres que exigen de sus hijos la honra, el respeto y la dignidad que su condición humana les merece.
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Defender la familia es defender la vida, es defender el progreso, es defender el futuro, es defender la justicia, el bien común. No podemos relativizar a la familia, sería tanto como relativizar nuestra propia vida.
… la familia es “patrimonio de la humanidad, constituye uno de los tesoros más importantes de los pueblos latinoamericanos y de El Caribe. Ella ha sido y es escuela de la fe, palestra de valores humanos y cívicos, hogar en que la vida humana nace y se acoge generosa y responsablemente… La familia es insustituible para la serenidad personal y para la educación de sus hijos”… (Aparecida 114)
Para discernir
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¿Vivo mi experiencia familiar como lugar de encuentro, de respeto mutuo, de crecimiento?
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¿Qué aporto para el desarrollo de todos sus miembros?¿Qué riquezas recibo para mi madurez?
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¿La experimento como lugar de realización del plan de Dios?
Repitamos a lo largo de este día
Mis ojos han visto a tu Salvador
Para la lectura espiritual
«Regresaron a Galilea, a su pueblo de Nazaret»
Podéis orar a la Sagrada Familia por vuestra familia:
Padre nuestro que estás en el cielo, tú nos has dado un modelo de vida
en la Sagrada Familia de Nazaret.
Ayúdanos, Padre amantísimo, a hacer de nuestra familia
un nuevo Nazaret donde reine la alegría y la paz.
Que sea profundamente contemplativa,
intensamente eucarística y vibrante de gozo.
Ayúdanos a permanecer unidos en los gozos y en las penas
gracias a la oración familiar.
Enséñanos a reconocer a Jesús
en cada miembro de nuestra familia,
particularmente cuando sufre y está herida.
Que el Corazón eucarístico de Jesús
haga nuestros corazones suaves y humildes, semejantes al suyo (Mt 11,29).
Ayúdanos a cumplir santamente nuestra vocación familiar.
Que nos podamos amar los unos a los otros
como Dios nos ama a cada uno
cada día más,
y nos perdonemos mutuamente nuestras faltas
así como tú perdonas nuestros pecados.
Ayúdanos, Padre amantísimo,
a acoger todo lo que nos das
con una amplia sonrisa.
Corazón inmaculado de María, causa de nuestra alegría,
ora por nosotros.
Santos ángeles de la guardia,
permaneced junto a nosotros,
guiadnos, protegednos.
Amén.
Santa Teresa de Calcuta (1910-1997), fundadora de la Hermanas Misioneras de la Caridad – Un camino muy simple
Para rezar
Oración por el hogar
Señor, haz de nuestro hogar un lugar de amor:
donde no haya injurias, porque Tú nos das paciencia;
donde no haya rencor, porque Tú nos enseñas el perdón;
donde no haya abandono, porque Tú estás siempre con nosotros.
Haz, Señor, de nuestras vidas, una página llena de Ti.
Que cada mañana amanezca un día más de entrega.
Que cada noche nos encuentres con más amor de esposos.
Que vivamos todo el día en la ayuda y el consuelo mutuos.
Ayúdanos, Señor, para educar a nuestros hijos, según tu imagen y semejanza;
para que vivamos nuestro amor conforme a tu voluntad;
para que veamos en nuestra felicidad un motivo más para amarte;
para que demos a los demás lo mucho que Tú nos has dado.
Te invitamos, Señor, a nuestro hogar.
Ojalá encuentres el bien en él.
Amén.
28 de diciembre
Los Santos Inocentes (F)
José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 1, 5-2, 2
Queridos hermanos:
La noticia que hemos oído de él y que nosotros les anunciamos, es esta: Dios es luz, y en él no hay tinieblas. Si decimos que estamos en comunión con él y caminamos en las tinieblas, mentimos y no procedemos conforme a la verdad. Pero si caminamos en la luz, como él mismo está en la luz, estamos en comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos purifica de todo pecado.
Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonarnos y purificarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, lo hacemos pasar por mentiroso, y su palabra no está en nosotros.
Hijos míos, les he escrito estas cosas para que no pequen. Pero si alguno peca, tenemos un defensor ante el Padre: Jesucristo, el Justo. El es la Víctima propiciatoria por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 123, 2-3. 4-5. 7b-8 (R.: 7a)
R. Nuestra vida se salvó como un pájaro de la trampa del cazador.
Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,
cuando los hombres se alzaron contra nosotros,
nos habrían devorado vivos.
Cuando ardió su furor contra nosotros. R.
Las aguas nos habrían inundado,
un torrente nos habría sumergido,
nos habrían sumergido las aguas turbulentas. R.
La trampa del cazador: la trampa se rompió
y nosotros escapamos.
Nuestra ayuda está en el nombre del Señor,
que hizo el cielo y la tierra. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 2, 13-18
Después de la partida de los magos, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo.»
José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto.
Allí permaneció hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por medio del Profeta: Desde Egipto llamé a mi hijo.
Al verse engañado por los magos, Herodes se enfureció y mandó matar, en Belén y sus alrededores, a todos los niños menores de dos años, de acuerdo con la fecha que los magos le habían indicado. Así se cumplió lo que había sido anunciado por el profeta Jeremías: En Ramá se oyó una voz, hubo lágrimas y gemidos: es Raquel, que llora a sus hijos y no quiere que la consuelen, porque ya no existen.
Palabra del Señor.
Para reflexionar
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La carta de Juan entra en el primer gran tema de su mensaje: Dios es luz, Dios es «verdadero», Dios es transparencia, Dios es sinceridad. En El no hay ningún desfase entre “lo que dice o muestra”… y «lo que verdaderamente es».
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Jesucristo está en la luz, y nosotros debemos también caminar en la luz. Juan utiliza términos que en su contraposición nos hacen más claro el mensaje: amar-odiar, dar vida-dar muerte, luz-tinieblas.
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Juan se propone “desvelar” el mensaje de Cristo a los destinatarios de la carta porque deben ahondar cada vez más en sus exigencias.
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La luz, en el lenguaje bíblico, es sinónimo de alegría, de vida, de verdad, de bondad, de pureza. Lo contrario de todo esto es la tiniebla, la oscuridad, la penumbra.
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Caminar en la luz significa realizar el proyecto de vivir en comunión con El. Pero esto, no está al alcance de los solos medios humanos: el pecado obstaculiza continuamente nuestro caminar en la luz y nos extravía constantemente entre las tinieblas. Por desgracia todos tenemos la experiencia de nuestra debilidad, y nos sentimos pecadores. Con humildad, nadie puede decir que no tiene pecado. Sería engañarnos a nosotros mismos e ir contra la luz. Sin embargo esto no nos puede llenar de angustia, porque «la sangre de Jesús nos limpia» y «si alguno peca, tenemos a uno que aboga ante el Padre: Jesucristo, el Justo».
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La confesión de los pecados nos mantiene en la luz y en la comunión con Dios, pues la actitud misma de confesar los pecados es una llamada al perdón de Dios. Caminar en la luz de Dios no es un estado adquirido de una vez para siempre; se trata, por el contrario, de un incesante paso de las tinieblas a la luz por la conversión y la confesión de los pecados.
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El pecado es también una ocasión de comunión con Dios por el perdón que puede provocar. Sólo la pretensión de estar sin pecado nos priva de esa comunión salvadora.
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Vivir «según la verdad», es «vivir según Dios». Es en primer lugar una exigencia de lucidez, de santidad, de verdad.
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El Jesús de quien habla Juan es el que ha venido en Navidad y a la vez el de la Cruz, el que con su sangre nos purifica de todo pecado, no sólo a nosotros, sino a todo el mundo.
***
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El texto del evangelio de san Mateo relata la matanza de los niños inocentes de Belén por obra del rey Herodes el Grande, despechado porque los magos no le avisaron del lugar en el que lo encontraron. Este es el fundamento histórico de este legendario relato que evoca la famosa matanza de los niños israelitas en Egipto, cuando el faraón ordenó hacerlos morir ahogados en el Nilo, para controlar así el crecimiento del pueblo hebreo al que consideraba peligroso.
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San Mateo quiere presentar a Jesús como el nuevo Moisés que desde su nacimiento ha venido para dar al pueblo de Dios la nueva ley, a ser el mediador de una alianza definitiva y a liberarlo de toda esclavitud. El intento asesino del rey causa la muerte en torno suyo, pero, en este contexto de homicidio, Dios se hace presente, de nuevo, por medio de su ángel. Una nueva aparición del ángel durante el sueño de José prepara lo necesario para el cumplimiento de su palabra liberadora que se llevará a cabo a través de la fuga a Egipto de José con el niño y su madre. De esta manera se cumple lo anunciado en Oseas: “De Egipto llamé a mi hijo” (cf. Os 11,1). En un mundo de muerte causada por el temor de los poderosos, Dios se revela como Padre, fuente de la vida para su hijo y, por medio de él, para toda la Humanidad.
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Al igual que el pueblo elegido, la familia de Jesús huye a Egipto para escapar de las calamidades que sobrevinieron en Palestina hacia el final del reinado de Herodes el Grande. Esta peregrinación les sirvió para madurar sus opciones de fe y estar preparados para los continuos llamados de Dios.
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El sacrificio de estos niños inocentes y las lágrimas de sus madres se convierten en símbolo de tantos niños que son injustamente tratados y han sufrido y siguen sufriendo sin ninguna culpa.
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Estos niños mártires, hoy, también tienen nombres concretos en niños que siguen siendo asesinados víctimas de la pobreza, del desamparo, de la miseria. Mueren porque sus padres no llegan a los hospitales, porque no pueden pagar sus medicamentos, o simplemente porque no pueden darles de comer.
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La muerte ronda implacable alrededor de miles de inocentes abandonados por sus madres a las horas de nacer porque no pueden hacerse cargo de sus vidas, mueren en la calle, en las villas, en los campos, en los cordones industriales.
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Mueren miles de niños víctimas de la violencia familiar, de la prostitución infantil y de la delincuencia juvenil. Mueren en las calles, que para muchos es el único hogar que conocen, con hambre, frío, desnudos, sucios y analfabetos; empachados de drogas caseras y con la nostalgia de no haber sido amados por alguien. Mueren también en las cárceles y hogares de reformatorios.
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El amor de Dios se ha manifestado en la Navidad. Pero el mal existe, y el desamor de los hombres ha ocasionado a lo largo de la historia mucha muerte inocente.
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José y María empiezan a experimentar que los planes de Dios exigen una disponibilidad nada cómoda. La huida y el destierro no son precisamente un adorno poético en la historia de la Navidad.
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De esta experiencia brota una enseñanza para la comunidad de discípulos que nace y crece en un contexto de amenazas a la vida. El discípulo está llamado a hacer una experiencia de exilio, no de evasión, respecto a su entorno, para trabajar comprometidamente con la vida amenazada. Nuestra opción de fe nos invita constantemente a levantarnos, nos hace estar atentos a las cosas que pasan a nuestro alrededor, porque es el lugar donde Dios habla.
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También hoy el ángel del Señor nos invita a preservar la vida poniendo distancia de los que la amenazan y de esa forma, convertirnos en signo de esperanza para los inocentes que están expuestos a la matanza.
Para discernir
- ¿Nos quedamos contemplando horrorizados la muerte de los inocentes sin ver la que ocurre a nuestro alrededor?
- ¿Tomamos alguna actitud en defensa de la vida amenazada?
- ¿Qué postura tomamos ante la constante amenaza a la vida no nacida?
Para la lectura espiritual
Los santos Inocentes, pobres como Cristo pobre
No muy lejos del primer mártir [Esteban] se encuentran las «flores martyrum», las tiernas flores que fueron arrancadas antes que pudieran ofrecerse como víctimas. La piedad popular ha creído siempre que la gracia se adelantó al proceso natural y concedió a los niños inocentes la comprensión de lo que sucedería con ellos para hacerles capaces de entregarse libremente y asegurarse así el premio de los mártires. Sin embargo, ni aún así pueden equipararse al confesor consciente que con heroísmo se compromete en la causa de Cristo. Ellos se asemejan más bien a los corderos que, en su indefensa inocencia, «son llevados al matadero» (Is 53,7; Hch 8,32).
De este modo son la imagen de la pobreza más extrema. No poseen más riqueza que su vida. Y ésta también se les quita, sin que ellos opongan resistencia. Ellos rodean el pesebre para indicarnos cuál es la mirra que hemos de ofrecer al Niño Dios: quien quiera pertenecerle totalmente, tiene que entregarse a Él sin reservas y abandonarse a la voluntad divina como esos niños.
Santa Teresa Benedicta de la Cruz [Edith Stein] (1891-1942), carmelita descalza, mártir, copatrona de Europa Meditación para el 6 de enero 1941
Para rezar
Recibe, Señor
Recibe, Señor, nuestros miedos
y transfórmalos en confianza.
Recibe, Señor, nuestro sufrimiento
y transfórmalo en crecimiento.
Recibe, Señor, nuestro silencio
y transfórmalo en adoración.
Recibe, Señor, nuestras crisis
y transfórmalas en madurez.
Recibe, Señor, nuestras lágrimas
y transfórmalas en plegaria.
Recibe, Señor, nuestra ira
y transfórmala en intimidad.
Recibe, Señor, nuestro desánimo
y transfórmalo en fe.
Recibe, Señor, nuestra soledad
y transfórmala en contemplación.
Recibe, Señor, nuestras amarguras
y transfórmalas en paz del alma.
Recibe, Señor, nuestra espera
y transfórmala en esperanza.
Recibe, Señor, nuestra muerte
y transfórmala en resurrección.
29 de diciembre
Día V de la Octava de Navidad
Mis ojos han visto la salvación
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 2, 3-11
Queridos hermanos:
La señal de que lo conocemos, es que cumplimos sus mandamientos.
El que dice: «Yo lo conozco», y no cumple sus mandamientos, es un mentiroso, y la verdad no está en él. Pero en aquel que cumple su palabra, el amor de Dios ha llegado verdaderamente a su plenitud.
Esta es la señal de que vivimos en él. El que dice que permanece en él, debe proceder como él.
Queridos míos, no les doy un mandamiento nuevo, sino un mandamiento antiguo, el que aprendieron desde el principio: este mandamiento antiguo es la palabra que ustedes oyeron.
Sin embargo, el mandamiento que les doy es nuevo. Y esto es verdad tanto en él como en ustedes, porque se disipan las tinieblas y ya brilla la verdadera luz.
El que dice que está en la luz y no ama a su hermano, está todavía en las tinieblas. El que ama a su hermano permanece en la luz y nada lo hace tropezar.
Pero el que no ama a su hermano, está en las tinieblas y camina en ellas, sin saber a dónde va, porque las tinieblas lo han enceguecido.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 95, 1-2a. 2b-3. 5b-6 (R.: 11a)
R. Alégrese el cielo y goce la tierra.
Canten al Señor un canto nuevo,
cante al Señor toda la tierra;
canten al Señor, bendigan su Nombre. R.
Día tras día, proclamen su victoria,
anuncien su gloria entre las naciones,
y sus maravillas entre los pueblos. R.
El Señor hizo el cielo;
en su presencia hay esplendor y majestad,
en su Santuario, poder y hermosura. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 2, 22-35
Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, como está escrito en la Ley: Todo varón primogénito será consagrado al Señor. También debían ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o de pichones de paloma, como ordena la Ley del Señor.
Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era justo y piadoso, y esperaba el consuelo de Israel. El Espíritu Santo estaba en él y le había revelado que no moriría antes de ver al Mesías del Señor. Conducido por el mismo Espíritu, fue al Templo, y cuando los padres de Jesús llevaron al niño para cumplir con él las prescripciones de la Ley, Simeón lo tomó en sus brazos y alabó a Dios, diciendo:
«Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz, como lo has prometido, porque mis ojos han visto la salvación que preparaste delante de todos los pueblos: luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel.»
Su padre y su madre estaban admirados por lo que oían decir de él. Simeón, después de bendecirlos, dijo a María, la madre: «Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción, y a ti misma una espada te atravesará el corazón. Así se manifestarán claramente los pensamientos íntimos de muchos.»
Palabra del Señor.
Para reflexionar
-
Conocer a Dios por la fe no es un juego de pensamientos. No está reservado a los sabios, a los que son capaces de descifrar intelectualmente las «Escrituras» o el “Dogma”… es un conocimiento experimental, vital, asumido y mantenido con gozo. Juan nos dice dónde está la prueba de la verdadera fe: «en esto sabemos que le conocemos, en que guardamos sus mandamientos».
-
El que dice conocer a Dios y luego no vive según Dios, es un mentiroso, la verdad no está en él. Mientras que «quien vive de su Palabra, ciertamente el amor de Dios ha llegado en él a su plenitud».
-
Profundizando más todavía, para Juan la demostración de que hemos dejado la oscuridad y entrado en la luz, es el amor que tenemos al hermano: «quien dice que está en la luz y aborrece al hermano, está aún en las tinieblas», «no sabe a dónde va» y seguramente tropezará, porque «las tinieblas han cegado sus ojos».
-
La carta de Juan nos ha señalado un termómetro para evaluar nuestra celebración de la Navidad: la venida al mundo del Mesías es luz y es amor, por parte de Dios, y debe serlo también por parte nuestra. Porque el amor de Dios es total entrega: «tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo para que todos tengan vida eterna». El mismo Jesús vincula las dos direcciones del amor: «yo los he amado: ámense unos a otros».
***
-
La presentación de Jesús en el Templo es una escena que nos ayuda a seguir profundizando en el misterio de la Encarnación de Dios. José y María cumplen la ley, con lo que eso significa de solidaridad del Mesías con su pueblo. San Lucas es el único evangelista que nos presenta esta solemne escena de la presentación de Jesús recién nacido en el templo de Jerusalén.
-
La madre, después de dar a luz, quedaba legalmente impura: debía permanecer en casa otros treinta y tres días. El día cuarenta debía ofrecer un sacrificio en la puerta de Nicanor, al este del Atrio de las Mujeres. Por otro lado, todo primogénito varón, como aparece en el libro del Éxodo, debía ser consagrado a Dios para el servicio del santuario y rescatado mediante el pago de una suma.
-
Lucas no habla del rescate pero sí del sacrificio expiatorio de los pobres ofrecido para la purificación. Esto pone de manifiesto la condición social de José. La ley prescribía el sacrificio de un cordero para las familias con recursos económicos, o un par de tórtolas si eran pobres.
-
Cuando acuden al Templo, se produce el encuentro del Mesías recién nacido con el anciano Simeón, representante de los hombres justos de Israel que esperaban el consuelo y la salvación de Dios. Simeón, camina hacia la muerte, pero no parece estar triste. Es un hombre religioso que se deja guiar, y Dios lo ha conducido como de la mano, hacia el Templo.
-
Allí, movido por el Espíritu, reconoce en el hijo de esta sencilla familia al enviado de Dios, y prorrumpe en un canto de bendición y esperanza «ahora, Señor, puedes dejar a tu siervo irse en paz». Describe en su alabanza al Mesías: «mis ojos han visto a tu Salvador», que es «luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel».
-
Este Cristo que es la gloria del pueblo de Israel y la luz para los demás pueblos, es a la vez, juicio, signo de contradicción. Todos tendrán que tomar partido ante Él, no podrán quedar indiferentes. Por eso Simeón anuncia a la joven madre María una misión difícil, porque tendrá que participar en el destino de su Hijo: «será como una bandera discutida… y a ti una espada te traspasará el alma».
-
La presencia de María en este momento, al inicio de la vida de Jesús, la conecta con la madre que estará al pie de la Cruz cuando muera su Hijo. Presencia y cercanía de la madre a la misión salvadora de Cristo Jesús.
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El evangelio nos conduce a la profundidad de la Navidad. El anciano Simeón nos invita, con su ejemplo, a saber ver, a dejarnos conducir por el Espíritu, para descubrir la presencia de Dios en nuestra vida; así como Él la supo discernir en esta familia pobre, que no llamaba a nadie la atención. Reconoció a Jesús, y se llenó de alegría y lo anunció a todos los que escuchaban. En los detalles de cada día, y en las personas que pueden parecer más insignificantes, Dios se nos presenta si tenemos los ojos de la fe para descubrirlo.
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Además, Simeón nos dice a nosotros, como se lo dijo a María y José, que el Mesías es signo de contradicción. El niño a quien contemplamos indefenso en el pesebre de Belén y que ahora es presentado en el templo, se convertirá en un hombre, abandonará su casa, su familia, su trabajo, para asumir su destino, su vocación. Proclamará la buena noticia del amor de Dios por los pobres, los pequeños, los pecadores. Cristo, por su palabra de fraternidad y de reconciliación, se convierte en la luz del mundo no sólo para Israel, el pueblo al cual perteneció por sus orígenes humanos, sino para todos los pueblos de la tierra.
-
La fidelidad a esta verdad lo llevará a ser condenado por los poderes de este mundo a una muerte vergonzosa. Su mensaje, fue en su tiempo y lo sigue siendo ahora, una palabra exigente, que pone al descubierto los pensamientos de muchos y ante la que hay que tomar partido. Podemos hacerlo seguros y confiados porque tenemos la firme esperanza de que el Padre Dios, que lo resucitó a Él de entre los muertos, nos dará también a nosotros una vida nueva y definitiva.
-
Lucas hoy, pone en labios de Simeón, la seguridad que tenemos que tener como discípulos si nos comprometemos en el anuncio y el trabajo desde el evangelio de la Vida: “mis ojos han visto la salvación”.
Para discernir
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¿Estoy abierto al encuentro con Jesucristo?
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¿Trato de mirar la realidad más allá de las apariencias?
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¿Lo descubro en la realidad que me rodea?
Repitamos a lo largo de este día
Jesús, Tú eres nuestra luz
Para la lectura espiritual
Dios ha manifestado su salvación en todo el mundo
…”La misericordiosa providencia de Dios, que ya había decidido venir en los últimos tiempos en ayuda del mundo que perecía, determinó de antemano la salvación de todos los pueblos en Cristo.
De estos pueblos se trataba en la descendencia innumerable que fue en otro tiempo prometida al santo patriarca Abrahán, descendencia que no sería engendrada por una semilla de carne, sino por la fecundidad de la fe,
descendencia comparada a la multitud de las estrellas, para quien de este modo el padre de todas las naciones esperara una posteridad no terrestre, sino celeste.
Así pues, que todos los pueblos vengan a incorporarse a la familia de los patriarcas, y que los hijos de la promesa reciban la bendición de la descendencia de Abrahán, a la cual renuncian los hijos según la carne. Que todas las naciones, en la persona de los tres Magos, adoren al Autor del universo, y que Dios sea conocido, no ya sólo en Judea, sino también en el mundo entero, para que por doquier sea grande su nombre en Israel.
Instruidos en estos misterios de la gracia divina, queridos míos, celebremos con gozo espiritual el día que es de nuestras primicias y aquél en que comenzó la salvación de los paganos. Demos gracias al Dios misericordioso quien, según palabras del Apóstol, nos ha hecho capaz de compartir la herencia del pueblo santo en la luz; él nos ha sacado del dominio de las tinieblas y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido. Porque, como profetizó Isaías, el pueblo que caminaba en tinieblas vio una grande; habitaban en tierra de sombras, y una luz les brilló. También a propósito de ellos dice el propio Isaías al Señor: Naciones que no te conocían te invocarán, un pueblo que no te conocía correrá hacia ti.
Abrahán vio este día, y se llenó de alegría, cuando supo que sus hijos según la fe serían benditos en su descendencia, a saber, en Cristo, y él se vio a sí mismo, por su fe, como futuro padre de todos los pueblos, dando gloria a Dios, al persuadirse de que Dios es capaz de hacer lo que promete.
También David anunciaba este día en los salmos cuando decía: Todos los pueblos vendrán a postrarse en tu presencia, Señor; bendecirán tu nombre; y también: El Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia.
Esto se ha realizado, lo sabemos, en el hecho de que tres magos, llamados de su lejano país, fueron conducidos por una estrella para conocer y adorar al Rey del cielo y de la tierra. La docilidad de los magos a esta estrella nos indica el modo de nuestra obediencia, para que, en la medida de nuestras posibilidades, seamos servidores de esa gracia que llama a todos los hombres a Cristo.
Animados por este celo, debéis aplicaros, queridos míos, a seros útiles los unos a los otros, a fin de que brilléis como hijos de la luz en el reino de Dios, al cual se llega gracias a la fe recta y a las buenas obras; por nuestro Señor Jesucristo que, con Dios Padre y el Espíritu Santo, vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
De los sermones de san León Magno, papa – (Sermón 3 en la Epifanía del Señor, 1-3. 5: PI, 54, 240
Para rezar
Jesús voy a tu encuentro
Señor Jesús, aquí estoy junto a tí. Te necesito.
Jesús amigo, extiéndeme tu mano. Te necesito.
Jesús acércate a mi soledad. Es duro sentirse solo.
Jesús, tú eres el hombre que yo quiero ser.
Tú me comprendes, tú eres tolerante, tú esperas.
Tú eres paciente, tú amas, tú no oprimes.
Tú eres amigo de libertad y de confiar en el hombre.
Tú confías siempre, perdonas siempre, estás siempre.
Ayúdame a descubrir mi rostro. Un rostro nuevo.
Ayúdame a encontrarme conmigo mismo. Ayúdame.
Ayúdame a saber como soy por dentro. Por dentro.
Ayúdame a crecer como un hombre nuevo. Nuevo.
Jesús de Nazaret, amigo: dame luz para ver claro.
Jesús de Nazaret, amigo: dame tu amistad sincera.
Jesús de Nazaret, amigo: dame fuerza para caminar.
Jesús de Nazaret, amigo: dame saber ser hombre.
Jesús de Nazaret, amigo: Tú que fuiste el modelo de Hombre,
has que yo sepa mirar tu rostro y descubra
mi rostro nuevo en tu rostro resucitado.
Yo lo sé Señor: vale la pena.
30 de diciembre
Día VI de la octava
El que cumple su voluntad permanece en Él
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 2, 12-17
Hijos, les escribo porque sus pecados han sido perdonados por el nombre de Jesús.
Padres, les escribo porque ustedes conocen al que existe desde el principio.
Jóvenes, les escribo porque ustedes han vencido al Maligno.
Hijos, les he escrito porque ustedes conocen al Padre.
Padres, les he escrito porque ustedes conocen al que existe desde el principio.
Jóvenes, les he escrito porque son fuertes, y la Palabra de Dios permanece en ustedes, y ustedes han vencido al Maligno.
No amen al mundo ni las cosas mundanas. Si alguien ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo -los deseos de la carne, la codicia de los ojos y la ostentación de riqueza- no vienen del Padre, sino del mundo. Pero el mundo pasa, y con él, sus deseos.
En cambio, el que cumple la voluntad de Dios permanece eternamente.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 95, 7-8a. 8b-9. 10 (R.: 11a)
R. Alégrese el cielo y goce la tierra.
Aclamen al Señor, familias de los pueblos,
aclamen la gloria y el poder del Señor;
aclamen la gloria del nombre del Señor. R.
Entren en sus atrios trayendo una ofrenda,
adoren al Señor al manifestarse su santidad:
¡que toda la tierra tiemble ante él! R.
Digan entre las naciones: « ¡el Señor reina!
el mundo está firme y no vacilará.
El Señor juzgará a los pueblos con rectitud.» R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 2, 22. 36-40
Había también allí una profetisa llamada Ana, hija de Fanuel, de la familia de Aser, mujer ya entrada en años, que, casada en su juventud, había vivido siete años con su marido. Desde entonces había permanecido viuda, y tenía ochenta y cuatro años. No se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día con ayunos y oraciones. Se presentó en ese mismo momento y se puso a dar gracias a Dios. Y hablaba acerca del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.
Después de cumplir todo lo que ordenaba la Ley del Señor, volvieron a su ciudad de Nazaret, en Galilea. El niño iba creciendo y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con él.
Palabra del Señor.
Para reflexionar
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La primera carta de Juan define las modalidades de la comunión con Dios: vivir con El en la luz, compartir su amor amando a los hermanos: esto es conocerlo. Pero esa comunión supone una elección deliberada. No es posible servir a dos amos a la vez: al Padre y al Mundo. El término “mundo” no se refiere al mundo por el que Cristo ha muerto y al que Dios ha amado tanto, sino esa humanidad que se niega a admitir que su futuro depende de la iniciativa gratuita de Dios, ese mundo cuyo príncipe es Satanás.
-
El cristiano no huye del mundo; forma parte activa de él y sabe que puede llevar al mundo a su plenitud cuando vive tratando de ser dócil a los impulsos del Espíritu de Dios.
***
-
En esta línea el evangelio nos presenta a esta buena mujer, Ana que es conducida por el Espíritu. Ella es del grupo de los «pobres de Yahvé», que esperaban confiados la salvación de Dios y la alcanzaron a celebrar gozosamente. Representa a las tantas personas que desde su vida de cada día sirven a Dios y siguen el camino de Jesús, y, sin demasiada cultura probablemente, tienen capacidad para discernir los signos de los tiempos y de reconocer, más que los sabios, la presencia de Dios en la vida. Esta mujer, viuda, marginada, necesitada por lo tanto de sustento material, es una mujer religiosa que vive en profundidad su comunión con Dios. Su religiosidad no se limita al ámbito de lo íntimo e individual. Según Lucas, Ana tenía el don de profecía que no era algo común para las mujeres en Israel. Dios le había concedido ese don. Su experiencia religiosa le permitió reconocer en el niño Jesús, al Mesías y el don de profecía, la llevó a compartir esta alegría.
-
Ana no descubre al Mesías de un modo mágico; había preparado su alma y su corazón desde hacía muchos años. Su fe no era improvisada sino que se apoyaba en una experiencia de entrega en la oración profunda y creyente.
-
El descubrimiento de Jesús como Mesías no fue el resultado de haber estado en contacto con el templo, ni con la religión, sino directamente con Dios. La mujer servía en el templo, del mismo modo que lo hacían los sacerdotes; pero estos últimos no reconocen la presencia de Jesús liberador, porque eran otras sus preocupaciones. Es la experiencia con el Dios Vivo desde donde se puede reconocer al Mesías, y no sólo desde la pertenencia a una estructura religiosa.
-
La real comunión con el Dios de la Vida, abre el corazón a la novedad de lo que el mismo Dios quiere manifestar en cada tiempo, y nos ayuda a descubrir lo que Dios va haciendo en la historia.
-
El final del evangelio nos hace mirar a Jesús que va creciendo y aprendiendo. Los largos años de Nazaret son años de camino oculto: aprendiendo de sus padres y maestros, yendo a la sinagoga, llenándose de Dios. Su vida tan normal como la nuestra nos da a entender que Dios estará siempre junto a aquellos que, siendo hombres de buena voluntad, están dispuestos a dejarse conducir por su Espíritu. Navidad es invitación a estar siempre en la presencia del Señor: cuando oramos en el templo, pero sobre todo cuando con nuestro modo fiel de vivir, hacemos de toda nuestra vida una continua alabanza de su Nombre.
Para discernir
- ¿Qué es lo que espero más ardientemente en esta vida?
- ¿En qué expreso mi deseo de comunión con Dios?
- ¿Me dejo conducir por el Espíritu?
Repitamos a lo largo de este día
Te alabo Señor y te doy gracias
Para la lectura espiritual
…”Ser hijo de Dios no te hace libre de las tentaciones. Podrás tener momentos en que te sientas tan bendecido por Dios, tan en Dios, tan amado, como para olvidar que vives aún en un mundo de potencias y de principados. Pero tu inocencia de hijo de Dios tiene necesidad de ser protegida. De otro modo serás fácilmente catapultado fuera de tu verdadero yo y experimentarás la fuerza devastadora de las tinieblas que te rodean.
Este salir de ti mismo puede sobrevenirte como una gran sorpresa. Antes que seas plenamente consciente podrás encontrarte derrotado por la concupiscencia, por la ira, por el resentimiento o por la avidez. Un cuadro, una persona, un gesto, pueden desencadenar estas emociones fuertes y destructivas y seducir tu yo inocente.
Como hijo de Dios, debes ser prudente. No puedes andar sencillamente por el mundo como si nada o nadie pudiesen hacerte daño. Continúas siendo extremadamente vulnerable: La mismas pasiones que te hacen amar a Dios pueden ser utilizadas por las potencias del mal.
Los hijos de Dios necesitan apoyo, protección, ayudarse unos a otros cercanos al corazón de Dios. Tú perteneces a una minoría en un mundo grande y hostil. Haciéndote más consciente de tu verdadera identidad de hijo de Dios, distinguirás también más claramente las muchas fuerzas que tratan de convencerte de que todas las realidades espirituales son un falso sustituto de las cosas reales de la vida (…).
No te fíes de tus pensamientos ni de tus sentimientos cuando te encuentras fuera de ti mismo. Vuelve rápidamente a tu centro verdadero y no prestes atención a lo que te ha llevado a engaño. Gradualmente llegarás a estar mejor preparado para estas tentaciones y ellas tendrán cada vez menos poder sobre ti. Protege tu inocencia ateniéndote a la verdad: eres hijo de Dios y eres profundamente amado”…
H. J. M. Nouwen, La voz interior del amor, Madrid 1998.
Para rezar
Ante nada, para nada
Hay vidas que se consumen
a través de una ventana,
mueren sin encontrar
un camino,
mueren de no haber partido.
hay plegarias que son su propio eco;
esperanzas que son espejos:
aguardan sólo lo que aguardan,
se transforman en la estatua
de aquello que esperaban,
son el miedo a perder
no el deseo del encuentro.
Hay otras, otras vidas, que laten vida:
buscan lo aún sin nombre
hacen del azar su esperanza,
no miran a lo lejos
hacen de la lejanía un atajo.
es la de hombres que hablan con palabras
que no son palabras son golpes
contra el pecho de la vida,
como los que dan contra las paredes
los presidiarios
para que desde otra celda respondan.
son como mudos moviendo
los labios dentro de una ronda de ciegos,
como mudos, sí,
pero sin cerrar la boca, sin traicionar el grito.
Y hay vidas que ni gritan
ni golpean,
que no tienen ni siquiera una tapia donde
tatuar un nombre,
donde inscribir su paso,
son vidas a la intemperie:
es la espera en carne viva
como la de un mendigo en medio
de un páramo
ante nadie, para nada,
pero sin bajar ni cerrar la mano.
31 de diciembre
Día VII de la octava
La Palabra se hizo carne
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 2, 18-21
Hijos míos, ha llegado la última hora.
Ustedes oyeron decir que vendría el Anticristo; en realidad, ya han aparecido muchos anticristos, y por eso sabemos que ha llegado la última hora. Ellos salieron de entre nosotros, sin embargo, no eran de los nuestros. Si lo hubieran sido, habrían permanecido con nosotros. Pero debía ponerse de manifiesto que no todos son de los nuestros.
Ustedes recibieron la unción del que es Santo, y todos tienen el verdadero conocimiento.
Les he escrito, no porque ustedes ignoren la verdad, sino porque la conocen, y porque ninguna mentira procede de la verdad.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 95, 1-2. 11-12. 13-14 (R.: 11a)
R. Alégrese el cielo y goce la tierra.
Canten al Señor un canto nuevo,
cante al Señor toda la tierra;
canten al Señor, bendigan su Nombre,
día tras día, proclamen su victoria. R.
Alégrese el cielo y exulte la tierra,
resuene el mar y todo lo que hay en él;
regocíjese el campo con todos sus frutos,
griten de gozo los árboles del bosque. R.
Griten de gozo delante del Señor,
porque él viene a gobernar la tierra:
él gobernará al mundo con justicia,
y a los pueblos con su verdad. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Juan 1, 1-18
Al principio existía la Palabra,
y la Palabra estaba junto a Dios,
y la Palabra era Dios.
Al principio estaba junto a Dios.
Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra
y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe.
En ella estaba la vida,
y la vida era la luz de los hombres.
La luz brilla en las tinieblas,
y las tinieblas no la percibieron.
La Palabra era la luz verdadera
que, al venir a este mundo,
ilumina a todo hombre.
Ella estaba en el mundo,
y el mundo fue hecho por medio de ella,
y el mundo no la conoció.
Vino a los suyos,
y los suyos no la recibieron.
Pero a todos los que la recibieron,
a los que creen en su Nombre,
les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios.
Ellos no nacieron de la sangre,
ni por obra de la carne,
ni de la voluntad del hombre,
sino que fueron engendrados por Dios.
Y la Palabra se hizo carne
y habitó entre nosotros.
Y nosotros hemos visto su gloria,
la gloria que recibe del Padre como Hijo único,
lleno de gracia y de verdad.
Palabra del Señor.
Para reflexionar
-
Esta carta se dirige, evidentemente a unas comunidades que atraviesan una grave crisis. En este pasaje, san Juan pone en guardia a los cristianos contra los «falsos doctores».
-
El autor sigue haciendo su llamamiento a la serenidad. No sabe cuándo será la última hora de la historia, pero está convencido de que esa hora decisiva llegará precedida de anticristos, todos los que niegan a Cristo, todos los que no lo aceptan como Señor, que se esforzarán por seducir a los fieles.
-
Dentro de la comunidad de los creyentes existe la terrible posibilidad de que sólo se pertenezca a ella de una manera puramente externa sin vivir del Espíritu de Cristo.
-
Los «falsos doctores» han dejado la comunidad. Se los detecta por el hecho que: bautizados o sacerdotes, se separan de la Iglesia. Hay motivos para vacilar, sin duda; pero los que se mantengan fieles pueden seguir sintiéndose seguros, deben seguir siendo «ungidos», fieles al Ungido por excelencia, Jesús. Ellos son los que han recibido la Buena Noticia y los que han sido marcados con la unción. Por eso también han de ser ellos los que perseveren.
-
En la antítesis entre la verdad y la mentira, Cristo es la Verdad, la Palabra que Dios nos ha dirigido. Todo lo que no sea Cristo es mentira, embuste y anticristo.
***
-
Terminamos el año escuchando el prólogo de san Juan, el magnífico resumen de todo el misterio de Cristo y de nuestra fe. Este himno cristológico es muy antiguo. Juan afirma el origen de Jesucristo en Dios mismo.
-
Con palabras solemnes se nos dice que la Palabra de Dios, su Verbo, su “logos”, ha acampado en medio de nuestro mundo, para iluminarlo con su luz potente. La Palabra divina se ha hecho carne humana en Jesucristo, poniendo en nuestra historia un principio de esperanza. “El Hijo de Dios con su encarnación se ha unido, en cierto modo, con todo hombre. Trabajó con manos de hombre, pensó con inteligencia de hombre, obró con voluntad de hombre, amó con corazón de hombre. Nacido de la Virgen María, se hizo verdaderamente uno de los nuestros, semejante en todo a nosotros, excepto en el pecado” (G.S).
-
Dios, por la encarnación de su Hijo, se ha introducido en la historia del hombre para redimirnos y comunicarnos su propia vida. Jesús nos revela al hombre en su integridad total y absoluta.
-
Por eso, los creyentes sabemos que ni la muerte ni la vejez, ni el dolor ni la enfermedad, ni la guerra ni el hambre, ningún mal que podamos padecer podrá apartarnos del amor de Dios.
-
Nuestra suerte está asegurada si recibimos a Cristo en nuestra vida, en nuestro hogar, en nuestro corazón. La fe es algo más que unos criterios. Acoger a Jesús quiere decir dejarse cuestionar por Él. Dejar que sus criterios den luz tanto a nuestros pensamientos más íntimos, como a nuestra actuación social y laboral.
-
Y esto no es sólo esfuerzo, es sobre todo, don y gracia. Es nuestra vida injertada en la Vida de Dios. Vida recibida en el seno de la Iglesia.
-
A todos los que lo recibieron y creyeron en su nombre, Jesús les dio poder de hacerse hijos de Dios y no dudó de entregarse a la muerte por ellos.
-
Él nos comunica su Vida y su Espíritu y habita en nuestros corazones como en un templo. Desde esta presencia salvadora de Dios en nosotros, también nosotros somos llamados a poner nuestra morada en medio de los hombres para caminar en sus penas y alegrías, en sus gozos y esperanzas, en su dolor y en su pobreza.
-
Como Iglesia de Cristo no podemos quedarnos como espectadores en medio de todo aquello que sufre la humanidad. Cristo nos quiere como signos claros de su amor, de su alegría, de su bondad, de su paz, de su misericordia en medio de nuestros hermanos.
-
Navidad es luz y gracia, pero también examen sobre nuestra vida en la luz. En fechas como el fin de año necesitamos sabiduría para que nuestra historia personal y comunitaria no se desvíe de ese Cristo que, además de Niño nacido en Belén, se nos presenta como la Palabra, la Verdad y la Vida.
-
Los que hemos visto su gloria y lo hemos acogido en nuestra vida, nos sentimos llamados a que nuestro seguimiento sea más generoso y más fuerte.
-
Es bueno aprovechar para pensar si verdaderamente nos hemos dejado poseer y transformar por la buena noticia del amor de Dios, si nos hemos dejado iluminar por la luz que es Cristo, si permanecimos fieles a su palabra de verdad, si nuestro camino ha sido el justo o tenemos necesidad de rectificarlo.
Para discernir
-
La novedad de Dios hecho hombre ¿En qué modifica mi manera de ver la vida?
-
¿Qué significa para mí vivir en la luz?
-
¿Qué caminos necesito rectificar para vivir desde la propuesta de Cristo?
Repitamos a lo largo de este día
Hemos visto su Gloria
Para la lectura espiritual
… “Al ver más claro que tu vocación es la de ser testigo del amor de Dios al mundo, y al crecer tu determinación de vivir esta vocación, aumentarán los asaltos del enemigo. Oirás voces que te dirán: «No eres digno, no tienes nada que ofrecer, no tienes atractivo, no suscitas ni deseo ni amor». Cuanto más sientas la llamada de Dios, más descubrirás en tu propia alma la batalla cósmica entre Dios y Satán. No tengas miedo. Continúa profundizando en la convicción de que el amor de Dios te basta, que estás en manos seguras, y que eres guiado en cada paso de tu camino. No te dejes sorprender por los asaltos del demonio. Aumentarán pero, si los enfrentas sin miedo, descubrirás que son impotentes.
Lo que importa es aferrarse al verdadero, constante e inequívoco amor de Jesús. Cada vez que dudes de este amor, vuelve a tu morada interior y escucha allí la voz del amor. Solamente cuando sabes en tu ser más profundo que eres íntimamente amado, puedes afrontar las oscuras voces del enemigo sin ser seducido por ellas.
El amor de Jesús te dará una visión cada vez más clara de tu vocación, así como de las muchas tentativas de arrancarte de aquella llamada. Cuanto más sientas la llamada a hablar del amor de Dios, más necesidad tendrás de profundizar en el conocimiento de este amor en tu mismo corazón. Cuanto más lejos te lleve el camino exterior, más profundo debe ser tu camino interior. Sólo cuando tus raíces sean profundas, tus frutos podrán ser abundantes, pero tú puedes afrontar sin miedo al enemigo cuando te sabes seguro del amor de Jesús”…
H. J. M. Nouwen, La voz interior del amor, Madrid 19981.
Para rezar
Yo había pedido…
Yo había pedido a Dios la fuerza para
alcanzar el éxito, pero Él me hizo débil a
fin de que aprenda humildemente a obedecer.
Yo había pedido la salud para hacer
grandes cosas, pero Él me dio la enfermedad
para que pueda hacer cosas mejores.
Yo había pedido el poder para ser apreciado
por los hombres, pero me dio la debilidad
para que experimente la necesidad de Dios.
Yo había pedido la riqueza para
ser feliz, pero me ha dado la pobreza
para que pueda ser prudente.
Yo había pedido un compañero para no
vivir solo, pero me dio un corazón para
que pueda amar a todos mis hermanos.
Yo había pedido cosas que pudieran
alegrar mi vida, pero he recibido la vida
para que pueda gozar de todas las cosas.
Yo no he obtenido nada de lo que
había pedido, pero he recibido
todo cuanto había esperado.
Casi a pesar de mí mismo, mis plegarias
informuladas han sido escuchadas. Yo soy,
entre los hombres, el más ricamente colmado.
1 de enero
Solemnidad de Santa María Madre de Dios
Dios envió a su Hijo, nacido de mujer
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de los Números 6, 22-27
El Señor dijo a Moisés: «Habla en estos términos a Aarón y a sus hijos: Así bendecirán a los israelitas. Ustedes les dirán: “Que el Señor te bendiga y te proteja. Que el Señor haga brillar su rostro sobre ti y te muestre su gracia. Que el Señor te descubra su rostro y te conceda la paz.” Que ellos invoquen mi Nombre sobre los israelitas, y yo los bendeciré.»
Palabra de Dios.
SALMO Sal 66, 2-3. 5. 6 y 8 (R.: 2a)
R. El Señor tenga piedad y nos bendiga.
El Señor tenga piedad y nos bendiga,
haga brillar su rostro sobre nosotros,
para que en la tierra se reconozca su dominio,
y su victoria entre las naciones. R.
Que canten de alegría las naciones,
porque gobiernas a los pueblos con justicia
y guías a las naciones de la tierra. R.
¡Que los pueblos te den gracias, Señor,
que todos los pueblos te den gracias!
Que Dios nos bendiga,
y lo teman todos los confines de la tierra. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo
a los cristianos de Galacia 4, 4-7
Hermanos:
Cuando se cumplió el tiempo establecido, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer y sujeto a la Ley, para redimir a los que estaban sometidos a la Ley y hacernos hijos adoptivos.
Y la prueba de que ustedes son hijos, es que Dios infundió en nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama a Dios llamándolo: ¡Abba!, es decir, ¡Padre! Así, ya no eres más esclavo, sino hijo, y por lo tanto, heredero por la gracia de Dios.
Palabra de Dios.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 2, 16-21
Los pastores fueron rápidamente y encontraron a María, a José, y al recién nacido acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que habían oído decir sobre este niño, y todos los que los escuchaban quedaron admirados de lo que decían los pastores.
Mientras tanto, María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón. Y los pastores volvieron, alabando y glorificando a Dios por todo lo que habían visto y oído, conforme al anuncio que habían recibido.
Ocho días después, llegó el tiempo de circuncidar al niño y se le puso el nombre de Jesús, nombre que le había sido dado por el Ángel antes de su concepción.
Palabra del Señor.
Para reflexionar
-
La fórmula de bendición sacerdotal que aparece en la primera lectura, se cumplió plenamente en María. El Señor estuvo con ella, desde el principio, le dio su paz, fue la llena de gracia. Así lo sintió la primera Iglesia post-apostólica cuando la invocó: “Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros”. Y así lo siente la Iglesia de nuestros días llamándola: “Madre de la Paz”.
***
-
San Pablo nos muestra que el Hijo hecho hombre ha puesto su voluntad debajo de nuestras necesidades, De esta manera, Jesucristo, el Hijo de Dios, nos ha dado la posibilidad de ser también nosotros hijos de Dios por adopción.
***
-
María cobra un particular relieve en este texto de Lucas. En el contexto anterior de la presentación en el templo, ella aparece como Madre carnal de Jesús. Aquí se presenta otra relación entre Jesús y María: la de la fe. “Y María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón”. Actitud de fe adulta y reflexiva. María guardaba las cosas en su corazón, no como quien pone siete llaves y mantiene oculto. María guarda las cosas en su corazón como aquella que atesora, aquella que valora, aquella que es capaz de descubrir en cada cosa un sentido y eso le da razón a su caminar.
-
María tiene esa memoria sabia que no cae en olvidos injustos ni en recuerdos superficiales, tiene memoria del corazón.
-
Siempre estaba vivo en ella el gozo de la anunciación, por la promesa de Dios, el amor dado en la visitación, la confianza del buen José, todo lo que se decía del niño. Y en cada uno de estos momentos experimentaba el paso de Dios por su vida, la ternura de un Dios que la bendecía. Esta experiencia fue la que animó su esperanza y no quebrantó su fe ante en el momento del dolor.
-
La memoria del corazón le permitió experimentar, una y otra vez, que el mismo Dios que la había llamado no abandonaría la obra de sus manos aunque espesos nubarrones aparecieran en el horizonte.
-
Ella nos invita a acrecentar nuestra memoria del corazón, a mirar con ojos nuevos el paso de Dios por nuestra vida. Creemos que nuestro Dios es fiel y no cambia; lo que prometió lo cumplirá, lo que nos dio no lo quitará, de lo que dijo no se desdecirá, su proyecto no cambiará.
-
Necesitamos que la memoria de su fidelidad nos arranque de nuestros egoísmos, conveniencias, tibiezas e inseguridades, para hacer memoria agradecida del pasado que nos permita mirar el futuro con esperanza y pasión por el bien, la justicia y la paz. Para ese compromiso hace falta la memoria buena de un Dios que ha sido generoso con nuestra vida sabiendo rescatar todo lo bueno que hemos vivido, porque de la memoria del corazón brotará nuestra fidelidad.
-
María, Madre de Dios, al inicio de un nuevo año aparece como lugar de encuentro del hombre con Dios y de Dios con el hombre. Un mundo sin Dios, sería pronto un mundo sin hombres. Estaría la humanidad a merced del más fuerte, de la ley de la selva, de la violencia y la destrucción. En María, los hombres deben encontrar a Dios y sentirse hermanos los unos de los otros en Cristo Jesús.
-
María es el signo de la presencia de Dios en medio de los hombres, con el que se debe contar para construir el mundo en la verdad, la justicia y la paz.
Para discernir
- ¿Cómo me comprometo con la paz?
- ¿Creo que el valor de la paz verdadera anida en un corazón reconciliado?
- ¿Soy constructor de paz en mis ambientes y realidades?
Repitamos a lo largo de este día
Su nombre es Jesús
Para la lectura espiritual
«Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer» (Gal 4,4)
…”Cuando se mira a la Inmaculada se experimenta en el corazón la necesidad de acercarse a ella… Los que la aman y los que escriben sobre ella, se paran para mirar quien es ella, incluso si no la conocen profundamente. ¿Quién es ella en relación a Dios Padre? Es su creador, ciertamente; ella misma lo declara: «Soy la esclava del Señor» (Lc 1,38). Pero ¿qué es ella además? Es la preferida del Padre eterno. No podemos llegar a concebir esta verdad; las palabras humanas no lo pueden expresar.
El Padre celestial ha querido que la segunda persona de la Trinidad, su Hijo, tenga por madre, en el tiempo, a la Inmaculada. Ella es verdaderamente la Madre del Hijo de Dios; ¡cosa muy difícil de entender! Es preciso que estemos muy unidos a la Madre de Dios para comprender este misterio más profundamente. La Virgen María no puede compararse a los demás santos por el hecho de que ella es la Madre del Hijo de Dios, verdaderamente Madre de Dios… Ser creada por Dios, ser hija de Dios por adopción, esto todavía se puede comprender. Pero ser verdaderamente la Madre de Dios sobrepasa nuestra inteligencia… Es una verdad de fe que la Inmaculada es realmente la Madre de Dios y no solamente la madre de la humanidad de Jesús.
En relación al Espíritu Santo, ella es su Esposa. ¡Tampoco es posible entender esto! El Espíritu Santo se ha unido de tal manera a la Inmaculada que forma con ella un solo ser… Nuestra inteligencia no es suficiente para comprender esto, porque la Trinidad es infinita. Y aunque tuviéramos una comprensión perfecta, hay una distancia infinita entre lo que sabemos de la Santa Trinidad y lo que es en realidad. Más tarde, en el cielo, descubriremos este misterio. Incluso después de millares y millares de años, este conocimiento quedará siempre limitado, de tal manera que hará falta toda una eternidad para su perfecto conocimiento”…
San Maximiliano Kolbe (1894-1941), franciscano, mártir – Conferencia del 26/11/1938
Para rezar
Dios de luz,
bendito seas por cada mañana
y por cada año nuevo,
promesa de vida y de renovación.
Dios de ternura,
bendito seas por el corazón de cada hombre
y por las manos que se abren
en señal de paz.
Dios y Padre de Jesucristo,
bendito seas, más aún,
por la mirada de tu Hijo,
reflejo insondable de tu amor.
¡Bendito, glorificado y santificado seas
por Aquel que abrazó nuestra carne
y nos transfigura en tu luz!
Que con tu Iglesia
te canten los ángeles en los cielos,
pues tú eres el Dios de lo infinito
y el Dios de toda ternura,
y es a Ti a quien aclamamos.
Señor Jesucristo,
tu nacimiento fue la aurora de una paz nueva
para los hombres que tú amas.
Mira una vez más el amor
que tú mismo has depositado
en el corazón de tu Iglesia,
y, para que en este nuevo año
pueda ella cantar tu gloria,
dígnate unir nuestras manos
en la unidad y en la alegría.
Quédate con nosotros, Emmanuel,
y danos una paz que dure por los siglos y siglos sin fin.
2 de enero
En medio de ustedes hay alguien al que no conocen
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 2, 22-28
Queridos hermanos:
¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Ese es el Anticristo: el que niega al Padre y al Hijo. El que niega al Hijo no está unido al Padre; el que reconoce al Hijo también está unido al Padre.
En cuanto a ustedes, permanezcan fieles a lo que oyeron desde el principio: de esa manera, permanecerán también en el Hijo y en el Padre.
La promesa que él nos hizo es esta: la Vida eterna.
Esto es lo que quería escribirles acerca de los que intentan engañarlos.
Pero la unción que recibieron de él permanece en ustedes, y no necesitan que nadie les enseñe. Y ya que esa unción los instruye en todo y ella es verdadera y no miente, permanezcan en él, como ella les ha enseñado.
Sí, permanezcan en él, hijos míos, para que cuando él se manifieste, tengamos plena confianza, y no sintamos vergüenza ante él en el Día de su Venida.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 97, 1. 2-3ab. 3cd-4 (R.: 3cd)
R. Los confines de la tierra han contemplado el triunfo de nuestro Dios.
Canten al Señor un canto nuevo,
porque el hizo maravillas:
su mano derecha y su santo brazo
le obtuvieron la victoria. R.
El Señor manifestó su victoria,
reveló su justicia a los ojos de las naciones:
se acordó de su amor y su fidelidad
en favor del pueblo de Israel. R.
Los confines de la tierra han contemplado
el triunfo de nuestro Dios.
Aclame al Señor toda la tierra,
prorrumpan en cantos jubilosos. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Juan 1, 19-28
Este es el testimonio que dio Juan, cuando los judíos enviaron sacerdotes y levitas desde Jerusalén, para preguntarle: « ¿Quién eres tú?» El confesó y no lo ocultó, sino que dijo claramente: «Yo no soy el Mesías.»
« ¿Quién eres, entonces?», le preguntaron: « ¿Eres Elías?»
Juan dijo: «No.» « ¿Eres el Profeta?» «Tampoco», respondió.
Ellos insistieron: « ¿Quién eres, para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo?»
Y él les dijo: «Yo soy una voz que grita en el desierto: Allanen el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías.»
Algunos de los enviados eran fariseos, y volvieron a preguntarle: « ¿Por qué bautizas, entonces, si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?»
Juan respondió: «Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay alguien al que ustedes no conocen: él viene después de mí, y yo no soy digno de desatar la correa de su sandalia.»
Todo esto sucedió en Betania, al otro lado del Jordán donde Juan bautizaba.
Palabra del Señor.
Para reflexionar
-
Algunos decían en aquel entonces que Jesús no era Dios sino sólo un hombre especial del cual se sirvió Dios para anunciar su mensaje al mundo.
-
El testimonio sobre Jesús nos lo dará hoy San Juan, hombre que vivió con El y lo observó y escuchó en múltiples ocasiones durante mucho tiempo.
-
En esta primera lectura nos orienta para no hacer de Jesús un ídolo, sino para que nos abramos a su palabra. Para estar unidos al Padre por Jesús es necesario aceptar su persona. Jesús es el lazo de unión entre la humanidad caída y el Padre.
-
Juan afirma: «Jesús es Dios», Hijo del Padre, igual al Padre. Como discípulos somos oyentes de la palabra de salvación, seguidores del Hijo y escuchándolo nos realizamos como hijos del Padre.
-
La única y verdadera revelación de Dios es Jesús. Para contemplar a Dios necesitamos contemplar a Jesús.
-
Todo el que niega al Hijo, tampoco posee al Padre y quien confiesa al Hijo, posee también al Padre.
-
Negar la divinidad de Jesús, es, para Juan, condenarse a no conocer nada de Dios.
***
-
Sacerdotes y levitas vinieron de Jerusalén para preguntar a Juan quién era. Estos encargados del culto en el Templo de Jerusalén, estaban, como todo el mundo, a la espera de la venida del Mesías prometido por las Escrituras. Habiendo oído hablar de lo que Juan Bautista hacía, se toman el trabajo de desplazarse hasta el Jordán.
-
Quieren investigar sobre lo que expone este hombre, porque temen que un profeta les haga alguna propuesta alternativa a la que han vivido hasta ese momento y tengan que cambiar lo que se ha hecho siempre. Un profeta como Juan no está bajo su control y será siempre un peligro para los que prefieren la tranquilidad y el “orden establecido”.
-
Especialistas del culto parecen preocupados por el exacto cumplimiento de las reglas rituales y les intriga saber por qué bautiza, si no es el Mesías, ni Elías, ni el Profeta.
-
Juan en vez de meterse en estas cuestiones rituales, dirige la atención de sus interlocutores hacia la personalidad de Jesús. Su bautismo es el que cuenta. Juan se sabe sólo “voz que grita en el desierto”, y su papel es exhortar a todos a prepararse para recibir una novedad, para la que es preciso transparencia en el corazón.
-
Estamos celebrando la Encarnación de Dios en nuestra historia y eso nos da motivos para llenarnos de alegría y empezar el año en la confianza. El Dios-con-nosotros sigue siendo la base de nuestra fe y nos invita a aceptarlo en nuestra historia, en nuestra existencia personal y comunitaria. Este es el misterio de Navidad: darnos cuenta de que la salvación ya está en medio de nosotros y tenemos que reconocerla.
-
Si la experiencia de su presencia celebrada en estos días continúa dentro de nosotros, seguramente no sucederán milagros a cada momento, pero cambiará el color desde el cual podremos mirar la vida y reconocer al Señor que sale a nuestro encuentro cada día, en lo ordinario, en los días felices y en los grises, para darnos ánimo y sentido de vivir.
-
Cuando Juan define su misión también anuncia la presencia del Cristo en medio de ellos. Nuestra misión como discípulos misioneros, es decir a este mundo: «en medio de ustedes está…». Y ayudarlos a que lo conozcan.
Para discernir
-
¿A qué me invita esta Palabra hoy?
-
¿Dónde he reconocido al Dios de la vida, dónde al Dios hecho carne, en qué situaciones concretas?
-
¿Qué paso tendríamos que dar para testimoniar y que otros descubran a Jesús?
Repitamos a lo largo de este día
Dame un corazón dócil a tu palabra Señor
Para la lectura espiritual
«Yo soy la voz que grita en el desierto»
…”Juan era la voz, pero «en el principio ya existía la Palabra» (Jn 1,1). Juan, una voz por un tiempo; Cristo, la Palabra desde el principio, la Palabra eterna. Quita la palabra, ¿qué es la voz? Allí donde no hay nada para comprender, hay un ruido vacío. La voz sin la palabra percute el oído, y no edifica el corazón. Sin embargo, descubramos cómo las cosas se van encadenando en nuestro corazón que es lo que se trata de edificar: Si pienso en lo que debo decir, la palabra está ya en mi corazón; pero cuando te quiero hablar busco la manera de hacer pasar a tu corazón lo que ya tengo en el mío. Si busco, pues, cómo la palabra que ya está en mi corazón podrá unirse al tuyo y establecerse en tu corazón, me sirvo de la voz, y es con esta voz con la que te hablo: el sonido de la voz hace que llegue a ti la idea que está contenida en mi palabra. Entonces, es verdad, el sonido se pierde; pero la palabra que el sonido ha hecho llegar hasta ti está desde entonces en tu corazón sin haber abandonado el mío.
Cuando la palabra ha llegado hasta ti ¿no es verdad que el sonido parece decir, como Juan Bautista: «Él tiene que crecer y yo que menguar»? (Jn 3,30). El sonido de la voz ha resonado para hacer su servicio y después ha
desaparecido como queriendo decir: «Esta alegría mía está colmada» (v.29). Retengamos, pues, la Palabra; no dejemos que se marche la Palabra concebida en lo más profundo del nuestro corazón”…
San Agustín (354-430), obispo de Hipona (África del Norte) y doctor de la Iglesia – Sermón 293, 7º para la Natividad de Juan Bautista
Para rezar
Jesús
Jesús, te doy gracias
porque has sido como uno de nosotros.
Gracias por darte a conocer de esta manera.
Siempre me pareció verte distinto, un poco lejano…
pero ahora me doy cuenta que fuiste un hombre real,
de carne y hueso. Un hombre de nuestra raza.
Conociste la alegría humana, la amistad,
el gozo de compartir y reír.
Supiste muy bien lo que era la pena, el dolor,
el sufrimiento.
Recorriste pueblos, ciudades, caminos y montañas.
Te dio hambre, sueño, sed, cansancio…
Muchos se acercaron y te aclamaron, otros te rechazaron,
te persiguieron y te torturaron….
Subiste a la cruz sin escándalo,
y fuiste capaz de morir perdonando.
Señor, la fuerza de tu amor me impresiona.
Tu entrega no tuvo límites, amaste todo lo humano,
los pobres, los desvalidos, los enfermos, los marginados,
los niños, los pecadores, los buenos…
Ahora ya sé que estás presente en todos ellos.
Te agradezco lo que hoy me has entregado,
y, sobretodo, Señor, te agradezco,
que tú seas mi Dios.
TIEMPO DE NAVIDAD
25 de diciembre
NATIVIDAD DEL SEÑOR
26 de diciembre
San Esteban, primer mártir (F)
TIEMPO DE NAVIDAD
25 de diciembre
NATIVIDAD DEL SEÑOR
¡¡Hoy nos ha nacido un Salvador!!
(Misa de la noche)
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del profeta Isaías 9, 1-6
El pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz; sobre los que habitaban en el país de la oscuridad ha brillado una luz.
Tú has multiplicado la alegría, has acrecentado el gozo; ellos se regocijan en tu presencia, como se goza en la cosecha, como cuando reina la alegría por el reparto del botín.
Porque el yugo que pesaba sobre él, la barra sobre su espalda y el palo de su carcelero, todo eso lo has destrozado como en el día de Madián. Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado. La soberanía reposa sobre sus hombros y se le da por nombre: «Consejero maravilloso, Dios fuerte, Padre para siempre, Príncipe de la paz.» Su soberanía será grande, y habrá una paz sin fin para el trono de David y para su reino; él lo establecerá y lo sostendrá por el derecho y la justicia, desde ahora y para siempre. El celo del Señor de los ejércitos hará todo esto.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 95, 1-2a. 2b-3. 11-12. 13 (R.: Lc 2, 11)
R. Hoy nos ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor.
Canten al Señor un canto nuevo,
cante al Señor toda la tierra;
canten al Señor, bendigan su Nombre. R.
Día tras día, proclamen su victoria,
anuncien su gloria entre las naciones,
y sus maravillas entre los pueblos. R.
Alégrese el cielo y exulte la tierra,
resuene el mar y todo lo que hay en él;
regocíjese el campo con todos sus frutos,
griten de gozo los árboles del bosque. R.
Griten de gozo delante del Señor,
porque él viene a gobernar la tierra:
él gobernará al mundo con justicia,
y a los pueblos con su verdad. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a Tito 2, 11-14
La gracia de Dios, que es fuente de salvación para todos los hombres, se ha manifestado. Ella nos enseña a rechazar la impiedad y los deseos mundanos, para vivir en la vida presente con sobriedad, justicia y piedad, mientras aguardamos la feliz esperanza y la Manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador, Cristo Jesús. El se entregó por nosotros, a fin de librarnos de toda iniquidad, purificarnos y crear para sí un Pueblo elegido y lleno de celo en la práctica del bien.
Palabra de Dios.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 2, 1-14
En aquella época apareció un decreto del emperador Augusto, ordenando que se realizara un censo en todo el mundo. Este primer censo tuvo lugar cuando Quirino gobernaba la Siria. Y cada uno iba a inscribirse a su ciudad de origen.
José, que pertenecía a la familia de David, salió de Nazaret, ciudad de Galilea, y se dirigió a Belén de Judea, la ciudad de David, para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada.
Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre; y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue.
En esa región acampaban unos pastores, que vigilaban por turno sus rebaños durante la noche. De pronto, se les apareció el Angel del Señor y la gloria del Señor los envolvió con su luz. Ellos sintieron un gran temor, pero el Angel les dijo: «No teman, porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor. Y esto les servirá de señal: encontrarán a un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre.» Y junto con el Angel, apareció de pronto una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo:
« ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres amados por él!»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
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Noche buena auténtica, es aquella en la que podemos revivir y hacer nuestra, la alegría de la primera Navidad. Poder escuchar con la sorpresa de una buena noticia para todos nuestros pueblos, lo que los ángeles anunciaron en Belén: “No teman, porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor”.
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Había tinieblas y sombras de muerte en esa tierra. Estaban bajo la dominación de los romanos. Los impuestos se los llevaba el Imperio. Se infiltraban costumbres ajenas a su cultura, a sus tradiciones y a su religión. Muchos de los guías espirituales del pueblo habían endurecido la interpretación de las Escrituras y cerraban el acceso al Reino de los cielos.
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¡No teman! Ésas fueron las primeras palabras del ángel a los que cuidaban el rebaño muy cerca del lugar donde nacía Jesús. Había llegado la hora de alejarse de las tinieblas y del temor que dominaba la tierra. Era la hora de la verdad y de la gracia, de la confianza y la alegría, de la santidad y de la paz.
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¡No teman, les traigo una buena noticia, una gran alegría! Ha nacido Jesús, el Salvador. El evangelio hablando de María nos dice que le llegó su hora. No es solamente la hora que llega a cada mujer cuando va a dar a luz a su hijo, sino que ese hijo que va a brotar de las entrañas de María, marca una hora que es plenitud de los tiempos, hora de Dios y hora de los hombres, hora en que la historia se divide en un antes y después. Un antes en que todo era esperanza, promesa, profecía. Un hoy en que la esperanza de los viejos profetas y patriarcas se hace realidad en el niño que nace y podemos acercarnos a tocar lo que antes solamente intuía y deseaba nuestro corazón.
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¡No teman! A partir de Belén, toda aquella esperanza ha llegado a la plenitud. El Señor es Señor de la historia. El Señor de la historia es llamado Emmanuel, es decir: Dios-con-nosotros. Dios está en Jesús para nosotros, su ser es un ser para los hombres. Afirmar que Jesús es el Emmanuel, es afirmar que no estamos solos, que la energía de Dios, la fuerza de su Espíritu, está dentro mismo, de esta real y concreta historia en la que vamos caminando. Jesús pertenece a la historia de la humanidad, es totalmente Dios y es totalmente hombre, y con esa misma totalidad se comprometió con la historia de su pueblo. Jesús no es una idea o doctrina,
no es un mito o una leyenda. Es realidad histórica; es presencia salvadora, es Dios haciendo historia de salvación “El que me ve a mí, ve a mi Padre”, dirá Él mismo. Jesús es la manifestación de que el reino de Dios llega para todos los hombres, y que en todos los hombres, Dios se puede manifestar como liberación y salvación.
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¡No teman! el reino de Dios ya está inaugurado en el tiempo de los hombres. Desde aquella Navidad todos los años recordamos esta noche que el reino de Dios ya está en este mundo. El nacimiento de Cristo es el grito que despierta nuestra conciencia y nos dice que Dios está marchando con los hombres en la historia, que la aspiración de los hombres por la paz, por la justicia, por un reino de derecho divino, por algo santo, la podemos esperar confiadamente, no porque los hombres seamos capaces de construir esa bienaventuranza, sino porque está ya en medio de los hombres el artífice y constructor del reino de justicia, de amor y de paz.
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¡No teman! A pesar de los desconcertantes caminos de nuestro Dios. Sabiamente elige ser Dios con nosotros por medio de un niño para arrancarnos toda inseguridad y todo temor. Belén es hora de gracia de la humanidad. Es causa de alegría y perplejidad para todo el pueblo. El Mesías aparece en este mundo como un niño, con la sencillez y la sonrisa de un recién nacido: sin imponer nada, conquistando con delicadeza nuestro cariño y nuestra admiración, disipando temores y desconfianzas, y pidiendo simplemente nuestro corazón, aun nuestra ayuda. Acaso ¿qué podrá ser más lejano al temor que un niño recién nacido?
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¡No teman! La noche se hizo más clara que el mismo día. Acaba de aparecer el sol que nace de lo alto, venido a este mundo a iluminar nuestros días, nuestros dolores, nuestros desconciertos y desaciertos, para que amanezcan todas nuestras esperanzas. Acaba de iniciarse en Belén la revelación más extraordinaria de Dios; Jesús es la manifestación de toda su ternura y misericordia.
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¡No teman! Por eso le pedimos al Espíritu Santo que penetre como rocío de esperanza nuestros sentimientos más profundos, y nos acerque a Dios, como hijos de su perdón y de su benevolencia, y a los hermanos más queridos, como también a los más alejados.
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¡No teman! La noche buena es noche de paz porque Dios optó por un camino nuevo: no cobrarnos cuentas ni condenarnos, sino acercarse a nosotros y amarnos primero, sonreírnos en Belén desde el rostro del Niño, y ofrecernos su perdón hecho caricia. Así Dios nos convoca ahora, a tomar la iniciativa, como Él, en la generosidad, la ternura y el perdón, ir al encuentro del que está solo, afligido y desamparado. Nos convoca a erradicar todo lo que se opone al espíritu de Belén: las enemistades, la violencia y las injusticias que la provocan, las miserias, las deslealtades, el temor y la desesperanza. Nos invita a abrir nuestro espíritu para que llegue a Él esa semilla de un mundo nuevo, que es la buena noticia del nacimiento de Jesús y de la presencia entre nosotros de su evangelio, ya que Él vino a dirigir nuestros pasos hacia el camino de la paz.
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¡Cómo quisiéramos que también de todos nosotros se diga un día que, vivimos según los pensamientos y según el corazón de Dios, que pasamos haciendo el bien, siendo causa de alegría para nuestra familia y nuestros vecinos, para nuestros compañeros de estudio y de trabajo, para el mundo que camina en tinieblas y sombras de muerte!
¡Oh, Pequeño Niño! Mi único tesoro, me abandono a tus Caprichos Divinos. No quiero otra gloria que la de hacerte sonreír. Imprime en mí tus gracias y tus virtudes infantiles, para que en el día de mi nacimiento en el cielo, los ángeles y santos lo reconozcan en tu pequeña esposa.
(Santa Teresa del Niño Jesús y del Santo Rostro, plegaria n. 14)
Pregón de Navidad
Bajen, dejen las torres de su vigilancia
pues, Aquel, al que esperaban ha nacido ya
Despierten, muévanse de su sueño
pues, Aquel que llama a la puerta
es Dios mismo, Dios mismo en persona
Y no teman a nada ni a nadie
ahora, el Señor ha roto las fronteras
se hace fiador, sale al encuentro de cada hombre
entra en nuestras vidas, en la pequeñez de un niño
Ojala, el Señor, con su nacimiento
rejuvenezca tantos corazones viejos
y, cobren vigor las almas,
de algunos que sintiéndose jóvenes
viven sin ánimo ni entusiasmo para seguir adelante
¡ES NAVIDAD! ¡HA NACIDO EL AMOR!
El Señor vendrá, y lejos de venir y marchar,
se quedará para siempre
Sentiremos su presencia junto a nosotros
Compartirá nuestras lágrimas, cuando lloremos
Nuestros sufrimientos, cuando sangremos
Nuestras alegrías, cuando cantemos
¡ES NAVIDAD!¡CONTEMPLEMOS LA GLORIA DE DIOS!
Bendita sea la Palabra , que hoy se hace carne
Bendito sea Dios, que hoy gime por Jesús
Bendito sea el cielo, que hoy se abre a la tierra
Benditos sean los ángeles, que traen tan buena noticia
Benditos los pastores, que creen y salen al Portal
Benditos los Magos, que olvidan sus reinos
Bendita la estrella, que nos guía hacia la Verdad
¡ES NAVIDAD!¡ LA LUZ BRILLA SOBRE NOSOTROS!
Que brille, la Vida del pesebre, en nuestra pobre vida
Que hable, la Palabra del pesebre, ante nuestras dudas
Que venga, el Espíritu del Padre, y disipe toda tiniebla
Que brote, la Bondad de Belén, y reine la paz
Que hable el silencio, para que escuchemos a Dios
Que, en el pesebre, se acorten –definitivamente-
las distancias que existen entre la tierra y el cielo
entre el hombre y Dios, el odio y el amor
el egoísmo y la fraternidad, la tristeza y la alegría
¡ES NAVIDAD! ¡UN NIÑO NOS HA NACIDO YA!
Javier Leoz
NAVIDAD
(Día)
La Palabra se hace carne y acampa entre nosotros
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del profeta Isaías 52, 7-10
¡Qué hermosos son sobre las montañas los pasos del que trae la buena noticia, del que proclama la paz, del que anuncia la felicidad, del que proclama la salvación y dice a Sión: «¡Tu Dios reina!»
¡Escucha! Tus centinelas levantan la voz, gritan todos juntos de alegría, porque ellos ven con sus propios ojos el regreso del Señor a Sión.
¡Prorrumpan en gritos de alegría, ruinas de Jerusalén, porque el Señor consuela a su Pueblo, él redime a Jerusalén! El Señor desnuda su santo brazo a la vista de todas las naciones, y todos los confines de la tierra verán la salvación de nuestro Dios.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 97, 1. 2-3ab. 3cd-4. 5-6 (R.: 3c)
R. Los confines de la tierra han contemplado el triunfo de nuestro Dios.
Canten al Señor un canto nuevo,
porque él hizo maravillas:
su mano derecha y su santo brazo
le obtuvieron la victoria. R.
El Señor manifestó su victoria,
reveló su justicia a los ojos de las naciones:
se acordó de su amor y su fidelidad
en favor del pueblo de Israel. R.
Los confines de la tierra han contemplado
el triunfo de nuestro Dios.
Aclame al Señor toda la tierra,
prorrumpan en cantos jubilosos. R.
Canten al Señor con el arpa
y al son de instrumentos musicales;
con clarines y sonidos de trompeta
aclamen al Señor, que es Rey. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta a los Hebreos 1, 1-6
Después de haber hablado antiguamente a nuestros padres por medio de los Profetas, en muchas ocasiones y de diversas maneras, ahora, en este tiempo final, Dios nos habló por medio de su Hijo, a quien constituyó heredero de todas las cosas y por quien hizo el mundo.
El es el resplandor de su gloria y la impronta de su ser. El sostiene el universo con su Palabra poderosa, y después de realizar la purificación de los pecados, se sentó a la derecha del trono de Dios en lo más alto del cielo. Así llegó a ser tan superior a los ángeles, cuanto incomparablemente mayor que el de ellos es el Nombre que recibió en herencia.
¿Acaso dijo Dios alguna vez a un ángel: Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy? ¿Y de qué ángel dijo: Yo seré un padre para él y él será para mí un hijo?
Y al introducir a su Primogénito en el mundo, Dios nos dice: Que todos los ángeles de Dios lo adoren.
Palabra de Dios.
EVANGELIO
Principio del santo Evangelio según san Juan 1, 1-5. 9-14
Al principio existía la Palabra,
y la Palabra estaba junto a Dios,
y la Palabra era Dios.
Al principio estaba junto a Dios.
Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra
y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe.
En ella estaba la vida,
y la vida era la luz de los hombres.
La luz brilla en las tinieblas,
y las tinieblas no la percibieron.
La Palabra era la luz verdadera
que, al venir a este mundo,
ilumina a todo hombre.
Ella estaba en el mundo,
y el mundo fue hecho por medio de ella,
y el mundo no la conoció.
Vino a los suyos,
y los suyos no la recibieron.
Pero a todos los que la recibieron,
a los que creen en su Nombre,
les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios.
Ellos no nacieron de la sangre,
ni por obra de la carne,
ni de la voluntad del hombre,
sino que fueron engendrados por Dios.
Y la Palabra se hizo carne
y habitó entre nosotros.
Y nosotros hemos visto su gloria,
la gloria que recibe del Padre como Hijo único,
lleno de gracia y de verdad.
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
-
Isaías recuerda la liberación del pueblo judío de la opresión de Asiria y su retorno del destierro de Babilonia. Un mensajero trae el pregón de la victoria y la buena noticia de la paz. Los vigías de las murallas responden con cantos y con gritos de alegría. Es una alegría tan estrepitosa y atronadora que va creciendo y se amplía hasta los confines de la tierra, a tal punto que hasta las piedras de las ruinas de la ciudad, rompen a cantar porque “ya reina tu Dios”.
***
-
El texto es la introducción a la carta a los Hebreos. Dios toma la iniciativa y se revela ante el hombre, primero por medio de los profetas, y ahora por medio de su Hijo, palabra hecha persona. Esta primera parte resume en pocas líneas el Antiguo Testamento y su fin con la encarnación del Verbo de Dios. Él es el centro de la creación, por Él se hizo todo. Es la cima y quien “mantiene el universo”. Es imagen y reflejo del Padre. Por su sangre realizó la salvación y luego recibió la glorificación. Por ser Hijo de Dios es superior a los ángeles y recibe el nombre de “Señor”.
***
-
La Palabra se hace carne y acampa entre nosotros. Dios crea por su Palabra, re-crea por su Palabra, se hace Palabra en Jesús. Y Jesús nos revela la vida íntima de Dios, que es la luz de los hombres. Dios se hace hombre, como uno de nosotros. Desde aquella Navidad Dios tiene un rostro: Jesús. Él es el rostro de Dios, el lugar de Dios para el hombre. Desde aquella Navidad la pregunta por Dios, del hombre de hoy y de todos los tiempos, se concreta y se aclara de forma definitiva. La pregunta por Dios será la pregunta por Jesús. Las palabras de Jesús son palabras de Dios, las actitudes de Jesús son actitudes de Dios.
-
La Palabra se hace carne y acampa entre nosotros. Jesús nace en Belén y esto nos grita que Dios está de nuestra parte. Dios no es un Dios lejano que se coloca frente a nosotros para juzgarnos, sino el Dios-con-nosotros y en favor nuestro: el Emmanuel. En Jesucristo y por Jesucristo Dios hizo suya la causa del hombre y ha empeñado su palabra en la salvación del mundo.
-
La Palabra se hace carne y acampa entre nosotros. Existe un sentido en la vida, un futuro, una esperanza. Siguiendo el camino de Jesús, entramos en comunión con la vida de Dios. Ha desaparecido la distancia entre Dios y el hombre y la búsqueda angustiada de Dios.
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La Palabra se hace carne y acampa entre nosotros. Siendo Dios, se hace hombre, uno cualquiera. Nace de una familia humilde, en soledad y pobreza, sin protocolos, ni solemnidades palaciegas, sólo un niño, indefenso, impotente, accesible y que reclama amor. La salvación no viene de la riqueza, ni del poder, ni de la violencia. El amor será su predicación, su ley, el motivo de su muerte, y el fundamento de la resurrección. El amor es el mensaje de Navidad, el amor es la tarea a renovar cada Navidad.
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La Palabra se hace carne y acampa entre nosotros. Dios pone su tienda en el campamento de la humanidad, haciéndose solidario del empeño humano, de construir la fraternidad universal. Dios se hace nuestro prójimo, y el prójimo se transforma en el punto de mira que nos orienta y conduce a Dios. Jesús une indisolublemente el amor a Dios y el amor al prójimo, de modo que ya no son sino dos caras de la misma moneda. El nacimiento de Jesús significa el encuentro de Dios con los hombres, pero significa también el encuentro del hombre -de todos los hombres- con Dios.
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La Palabra se hace carne y acampa entre nosotros. Al venir Dios a este mundo abre definitivamente el camino de los hombres a Dios y a los que lo reciben les da el poder ser hijos de Dios, no por obra de la raza, sangre o nación, sino por la fe. En Jesús y por Jesús, los hombres, hijos todos de Dios, debemos aprender a vivir como en familia, como una gran familia.
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La Palabra se hace carne y acampa entre nosotros. Ésta es nuestra fe, Jesús vive y está con nosotros. Esta es nuestra esperanza también. Lo que celebramos en la Navidad no es sólo aquello que fue, lo que pasó en aquel tiempo y en aquel lugar, sino lo que sigue pasando en todo el mundo, porque fue y es una Navidad definitiva.
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La Palabra se hace carne y acampa entre nosotros. Dios nos ha hecho hijos suyos por nuestra unión a Jesús, su Hijo único hecho uno de nosotros. Por eso también nosotros estamos llamados ser, en el mundo, el resplandor de la Gloria del Padre por nuestras actitudes de amor, de rectitud, de bondad, de misericordia. Este es el mejor regalo que Dios quiere dar a la humanidad: una Iglesia que sabe amar, que sabe perdonar, que sabe salvar porque, desde ella, continúa actualizándose en el mundo el poder amoroso, misericordioso y salvador de Dios a favor de toda la humanidad.
Que el niño Jesús los bendiga.
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
Paz en la tierra
Paz en la tierra a los hombres que Dios ama.
La vida del hombre está llena de conflictos, enfrentamientos violentos y mutua agresividad. Las relaciones entre los pueblos están salpicadas de guerras. Encontramos conflictos en las familias y grupos sociales. Lo detectamos en nuestra propia persona. La falta de paz en el mundo es como una maldición implacable que se ha apoderado de la humanidad y amenaza con destruirla.
Ante los conflictos, los hombres tanto individualmente como colectivamente, tienen que hacer una opción: escoger el camino del diálogo, de la razón, del mutuo entendimiento o seguir los caminos de la violencia.
El hombre ha escogido casi siempre este segundo camino. Y a pesar de que todas las generaciones han ido experimentando el poder destructivo y absurdo que se encierra en la violencia, el hombre no ha sabido renunciar a ella.
Incluso, en nuestros días, en que siente con horror la amenaza de una posible aniquilación total de la vida sobre el planeta, parece que nada le puede detener en este camino de destrucción.
Desde estas tinieblas de violencia hemos de escuchar los creyentes el mensaje de Navidad: «Paz en la tierra a los hombres que ama el Señor». La paz firme, duradera y estable no se impondrá por las armas sino con el amor. La salvación del mundo no está en manos de las armas sino en manos de Dios.
Por eso nos atrevemos a celebrar una vez más la Navidad , pese a la angustia, la falta de paz y las guerras que siguen acosando al hombre y en vez de disminuir, siguen aumentando.
Navidad es una fiesta que no la hemos inventado ni hecho los hombres, sino que nos ha sido regalada por el mismo Dios. Este Niño es para nosotros el signo y la garantía de que Dios tiene la última palabra en la historia del mundo.
Cuando sentimos que las tinieblas del mal y la violencia crecen, los cristianos celebramos a este Niño como la única esperanza verdadera del mundo. Creemos que en este pequeño se encierra la fuerza salvadora de la humanidad.
Este día de Navidad se nos pide confiarnos a Dios. Creer en la fuerza del amor. Descubrirla en lo pequeño y humilde.
Cada uno de nosotros hemos de sentirnos llamados a llenar nuestro corazón de amor, no de violencia, de ternura, no de agresividad, de diálogo, no de guerra. Entonces podremos cantar también este año: «Gloria a Dios en los cielos y en la tierra paz a los hombres que ama Dios».
José Antonio Pagola
PARA REZAR
¡Ven Señor Jesús!
¡Ven Señor Jesús! Señor, vivimos tiempos difíciles y duros:
las naciones se agitan temerosas unas de otras.
Millones de seres humanos viven en la extrema pobreza
mientras unos pocos acaparan inmensas fortunas.
¡Ven Señor Jesús! Vivimos en medio de odios raciales y religiosos,
de luchas sociales, de miedos y persecuciones…
Aumenta el hambre, la pobreza, el abandono de los niños,
la penuria de los ancianos, la miseria de los marginados…
¡Ven Señor Jesús! necesitamos Tu presencia,
la que nos trae tu reino de amor, de comprensión,
de justicia, de paz, de perdón y de reconciliación.
¡Ven Señor Jesús! Porque llega el reino que nos anunciaste,
la nueva humanidad donde brilla la armonía y la paz,
pues los lobos habitan con los corderos
mientras que los niños juegan con las serpientes,
porque los que se odiaban ya se han perdonado
y los que estaban distantes ya se han unido.
¡Ven Señor Jesús! Porque tu reino ya está cerca,
porque ya percibimos sus signos entre nosotros,
porque esta comunidad también ha sido llamada y elegida,
porque sabemos que nos amas y que nos salvas.
26 de diciembre
San Esteban, primer mártir (F)
El Espíritu de su Padre hablará en ustedes
Lectura de los Hechos de los apóstoles 6, 8-10; 7, 54-60
Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y signos en el pueblo. Algunos miembros de la sinagoga llamada «de los Libertos», como también otros, originarios de Cirene, de Alejandría, de Cilicia y de la provincia de Asia, se presentaron para discutir con él. Pero no encontraban argumentos, frente a la sabiduría y al espíritu que se manifestaba en su palabra.
Al oír esto, se enfurecieron y rechinaban los dientes contra él. Esteban, lleno del Espíritu Santo y con los ojos fijos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús, que estaba de pie a la derecha de Dios. Entonces exclamó: «Veo el cielo abierto y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios.»
Ellos comenzaron a vociferar y, tapándose los oídos, se precipitaron sobre él como un solo hombre; y arrastrándolo fuera de la ciudad, lo apedrearon. Los testigos se quitaron los mantos, confiándolos a un joven llamado Saulo.
Mientras lo apedreaban, Esteban oraba, diciendo: «Señor Jesús, recibe mi espíritu.» Después, poniéndose de rodillas, exclamó en alta voz: «Señor, no les tengas en cuenta este pecado.» Y al decir esto, expiró.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 30, 3c-4. 6 y 7b-8a. 16bc y 17 (R.: 6a)
R. Señor, yo pongo mi vida en tus manos.
Sé para mí una roca protectora,
un baluarte donde me encuentre a salvo,
porque tú eres mi Roca y mi baluarte:
por tu Nombre, guíame y condúceme. R.
Yo pongo mi vida en tus manos:
tú me rescatarás, Señor, Dios fiel.
Confío en el Señor.
¡Tu amor será mi gozo y mi alegría! R.
Líbrame del poder de mis enemigos
y de aquellos que me persiguen.
Que brille tu rostro sobre tu servidor,
sálvame por tu misericordia. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 10, 17-22
Jesús dijo a sus apóstoles:
Cuídense de los hombres, porque los entregarán a los tribunales y los azotarán en las sinagogas. A causa de mí, serán llevados ante gobernadores y reyes, para dar testimonio delante de ellos y de los paganos.
Cuando los entreguen, no se preocupen de cómo van a hablar o qué van a decir: lo que deban decir se les dará a conocer en ese momento, porque no serán ustedes los que hablarán, sino que el Espíritu de su Padre hablará en ustedes.
El hermano entregará a su hermano para que sea condenado a muerte, y el padre a su hijo; los hijos se rebelarán contra sus padres y los harán morir. Ustedes serán odiados por todos a causa de mi Nombre, pero aquel que persevere hasta el fin se salvará.
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
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El día siguiente del nacimiento del Hijo de Dios, celebramos la muerte del primer mártir. Este Niño que nace es aquel que, por fidelidad al camino de Dios, llegará hasta la cruz; y como él, sus seguidores son llamados a ser testigos (“mártires”) de la Buena Noticia con la totalidad de su vida.
-
Este martirio, no obstante, lo celebramos como una fiesta gozosa: la muerte de Esteban es su nuevo nacimiento, es la participación de la Pascua de Jesús.
-
Esteban era «diácono» es decir «encargado del servicio de comedor» en los ágapes o comidas fraternas, durante las cuales los primeros cristianos celebraban la eucaristía.
-
Siendo de cultura griega habla muy bien, se enfrenta con los judíos y los denuncia por su infidelidad: no han sabido reconocer a Jesús de Nazaret, el Mesías que cumple todas las esperanzas del Antiguo Testamento. Sobre todo se escandalizan cuando Esteban afirma que ve a Jesús de pie a la derecha de Dios.
-
Esteban es un hombre abierto que comprende que la Buena Noticia de la fe cristiana significa apertura a todo el mundo, rompiendo el círculo de normas y leyes del judaísmo. Hablaba de Jesús con un ardor especial y su persona destellaba un esplendor especial que seducía a sus oyentes. Para las autoridades esto resultaba peligroso y, por eso, acabaron enseguida con él, condenándolo a muerte y apedreándolo.
-
Lucas ha seguido en la acusación de Esteban el mismo esquema de la acusación a Jesús: son buscados falsos testigos, se los acusa de actitudes y palabras blasfemas contra la ley y el templo, los dirigentes judíos excitan a la muchedumbre, son llevados al mismo tribunal. El Sanedrín los condenará por los mismos motivos.
- Como Jesús, hace aquello tan difícil de amar a los enemigos.
***
-
Esta página del Evangelio fue escrita cuando la comunidad ya tenía la amarga experiencia de las persecuciones y los martirios. La persecución la experimentaron todos: Pedro, los apóstoles, Pablo en sus varios viajes, pero el primero fue Esteban. También aquí la Navidad apunta a la Pascua, con su gran decisión de entrega y de cruz, para Cristo y para sus seguidores.
-
Cristo anuncia a sus seguidores las dificultades de la misión que confiaba: todo hombre que proclama el Reino de Dios debe estar dispuesto a afrontar la oposición y la contestación. Los llevarán a los tribunales, los perseguirán, por causa de Jesús serán conducidos ante los gobernadores y los reyes…” y creerán que hacen un acto de culto a Dios eliminándolos.
-
Las consecuencias de la Navidad son inesperadas e inseparables de la Pascua. De la alegría de Belén y del Dios-con-nosotros pasamos a la seriedad del testimonio de vida por coherencia con la fe. Navidad es algo más que la mirada tierna del Niño en la gruta, acompañado por María y José y el canto de los ángeles. El pesebre es el símbolo doloroso del destierro, de la persecución, de la pobreza y de la miseria: un pesebre es lo contrario de una cuna.
-
Creer en Dios y seguir a Jesús comporta decisiones y tomar postura: ser signo de contradicción.
-
Mateo nos pone en guardia contra un cristianismo edulcorado que ignore el martirio. En boca de Jesús pone unas profecías que habrán de acompañar a los cristianos hasta el fin del mundo.
-
Creer que Jesús es el Señor, quien nos ayuda a descubrir la verdad y el sentido de este mundo, implica para el discípulo la confianza total en Dios y su palabra. Y esta confianza muchas veces lo llevará a dar la vida cotidianamente. Pero no tienen que temer: el Espíritu es el que les inspirará lo que deben decir.
-
A lo largo de los siglos la Iglesia ha contado con un ejército de mártires de toda clase y condición.
-
Tal vez a nosotros no se nos pida dar nuestra vida por el Evangelio, pero sí es una exigencia de nuestra fe el testimoniarla delante de los demás, con nuestra vida y con nuestras palabras, con nuestro compromiso por construir un mundo más humano y más justo donde podamos vivir en paz y dignamente. Donde hagamos realidad las enseñanzas de aquel cuyo nacimiento estamos celebrando en estos días.
PARA DISCERNIR
- ¿A qué me compromete la Navidad?
- ¿Me quedo sólo en el recuerdo del nacimiento en Belén?
- ¿En qué modifica mi perspectiva de fe?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Hoy ha nacido el Salvador
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
…El Señor nos dice: “no tengan miedo” (Mt 28, 5). Como a las mujeres en la mañana de la Resurrección nos repite: “¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo?” (Lc 24, 5). Nos alientan los signos de la victoria de Cristo resucitado mientras suplicamos la gracia de la conversión y mantenemos viva la esperanza que no defrauda. Lo que nos define no son las circunstancias dramáticas de la vida, ni los desafíos de la sociedad, ni las tareas que debemos emprender, sino ante todo el amor recibido de Dios gracias a Jesucristo por la unción del Espíritu Santo. Esta prioridad fundamental es la que ha presidido todos nuestros trabajos, ofreciéndolos a Dios, a nuestra Iglesia, a nuestro pueblo, a cada uno de los latinoamericanos, mientras elevamos al Espíritu Santo nuestra súplica confiada para que redescubramos la belleza y la alegría de ser cristianos. Aquí está el reto fundamental que afrontamos: mostrar la capacidad de la Iglesia para promover y formar discípulos y misioneros que respondan a la vocación recibida y comuniquen por doquier, por desborde de gratitud y alegría, el don del encuentro con Jesucristo. No tenemos otro tesoro que éste. No tenemos otra dicha ni otra prioridad que ser instrumentos del Espíritu de Dios, en Iglesia, para que Jesucristo sea encontrado, seguido, amado, adorado, anunciado y comunicado a todos, no obstante todas las dificultades y resistencias. Este es el mejor servicio -¡su servicio!- que la Iglesia tiene que ofrecer a las personas y naciones.
PARA REZAR
“La luz brilla en las tinieblas y las tinieblas no la han podido apagar”
El Niño del pesebre extiende sus bracitos,
y su sonrisa parece decir ya
lo que más tarde pronunciarán
los labios del hombre:
“Venid a mí todos los que estáis fatigados
y agobiados, y yo os aliviaré.”…
¡Sígueme! así dicen las manos del Niño,
como más tarde lo harán los labios del hombre.
Así hablaron al discípulo que el Señor amaba
y que ahora también pertenece
al séquito del pesebre.
Y San Juan, el joven con un limpio corazón de niño,
lo siguió sin preguntar a dónde o para qué.
Abandonó la barca de su padre
y siguió al Señor por todos sus caminos
hasta la cima del Gólgota. ¡Sígueme!-
esto sintió también el joven Esteban.
Siguió al Señor en la lucha
contra el poder de las tinieblas,
contra la ceguera de la obstinada incredulidad,
dio testimonio de Él con su palabra y con su sangre,
lo siguió también en su espíritu,
espíritu de Amor que lucha contra el pecado,
pero que ama al pecador y que,
incluso estando muriendo,
intercede ante Dios por sus asesinos.
Son figuras luminosas que se arrodillan
en torno al pesebre:
los tiernos niños inocentes, los confiados pastores,
los humildes reyes, Esteban, el discípulo entusiasta,
y Juan, el discípulo predilecto.
Todos ellos siguieron la llamada del Señor.
Frente a ellos se alza la noche de la incomprensible
dureza y de la ceguera: los escribas,
que podían señalar el momento
y el lugar donde el Salvador del mundo
habría de nacer, pero que fueron incapaces
de deducir de ahí el “Venid a Belén”;
el rey Herodes que quiso quitar
la vida al Señor de la Vida.
Ante el Niño en el pesebre se dividen los espíritus.
El es el Rey de los Reyes y Señor
sobre la vida y la muerte.
El pronuncia su ¡sígueme!,
y el que no está con El está contra El.
El nos habla también a nosotros
y nos coloca frente a la decisión
entre la luz y las tinieblas.
Edith Stein. El misterio de Navidad, Obras completas.
Tiempo de Adviento – Ciclo B
Domingo IV
21 de diciembre
22 de diciembre
23 de diciembre
24 de diciembre
Tiempo de Adviento – Ciclo B
Domingo IV
Jesús salvación de Dios…María figura de adviento
PRIMERA LECTURA
Lectura del segundo libro de Samuel 7,1-5. 8b-12. 14a.16
Cuando el rey David se estableció en su palacio, y el Señor le dio la paz con todos los enemigos que le rodeaban, el rey dijo al profeta Natán:
«Mira, yo estoy viviendo en casa de cedro, mientras el arca del Señor vive en una tienda.»
Natán respondió al rey: «Ve y haz cuanto piensas, pues el Señor está contigo.»
Pero aquella noche recibió Natán la siguiente palabra del Señor
«Ve y dile a mi siervo David: “Así dice el Señor: ¿Eres tú quien me va a construir una casa para que habite en ella? Yo te saqué de los apriscos, de andar tras las ovejas, para que fueras jefe de mi pueblo Israel. Yo estaré contigo en todas tus empresas, acabaré con tus enemigos, te haré famoso como a los más famosos de la tierra. Daré un puesto a Israel, mi pueblo: lo plantaré para que viva en él sin sobresaltos, y en adelante no permitiré que los malvados lo aflijan como antes, cuando nombré jueces para gobernar a mi pueblo Israel.
Te pondré en paz con todos tus enemigos, te haré grande y te daré una dinastía. Y, cuando tus días se hayan cumplido y te acuestes con tus padres, afirmaré después de ti la descendencia que saldrá de tus entrañas, y consolidaré el trono de su realeza. Yo seré para él padre, y él será para mí hijo. Tu casa y tu reino durarán por siempre en mi presencia; tu trono permanecerá por siempre.”»
Palabra de Dios.
SALMO Sal 88, 2-3. 4-5. 27 y 29 (R.: cf. 2a)
R. Siempre voy a cantar tu amor, Señor.
Cantaré eternamente el amor del Señor,
Contaré a todos tu fidelidad.
Porque dijiste: «Mi amor se mantendrá eternamente,
mi fidelidad está afianzada en el cielo.» R.
Yo sellé una alianza David mi elegido
y le hice este juramento a mi servidor:
«Estableceré tu descendencia para siempre,
mantendré tu trono por todas las generaciones.» R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo
a los cristianos de Roma 16, 25-27
Hermanos:
¡Gloria a Dios, que tiene el poder de afianzarlos, según la Buena Noticia que yo anuncio, proclamando a Jesucristo, y revelando un misterio que fue guardado en secreto desde la eternidad y que ahora se ha manifestado!
Este es el misterio que, por medio de los escritos proféticos y según el designio del Dios eterno, fue dado a conocer a todas las naciones para llevarlas a la obediencia de la fe.
¡A Dios, el único sabio, por Jesucristo, sea la gloria eternamente! Amén.
Palabra de Dios.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1, 26-38
En el sexto mes, el Ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María.
El Ángel entró en su casa y la saludó diciendo: « ¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo.»
Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo.
Pero el Ángel le dijo: «No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin.»
María dijo al Ángel: « ¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?»
El Ángel le respondió: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios.»
María dijo entonces: «Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho.» Y el Ángel se alejó.
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
-
Para estabilizar su dinastía y dar al mismo tiempo un centro a su pueblo, David piensa construir una casa para albergar el arca de la alianza, pero Yahvé le responde que será Él quien construya una casa para David. El famoso oráculo de Natán, que está en los orígenes de la esperanza mesiánica del pueblo de Israel, nos pone de manifiesto como Yahvé no quiere tener una casa como los dioses cananeos.
-
La “casa” la construirá Él mismo. El lugar auténtico de la presencia de Dios será al fin, mucho más íntimo y profundo de lo que los hombres hubieran podido sospechar. De este texto arranca la gran esperanza de Israel: el mesianismo. Ningún sucesor de David cumple en su persona esta profecía, ni siquiera Salomón que edificó el Templo de Jerusalén.
-
Sólo Jesús de Nazaret, es el verdadero David, que puede colmar nuestras esperanzas humanas.
***
-
Pablo nos habla de misterio y nos introduce en el plan salvífico de Dios, manifestación de su sabiduría y amor, escondido a las generaciones pasadas pero que últimamente ha sido develado, en primer lugar a los apóstoles y profetas, y posteriormente a todos; este misterio tiene unas dimensiones universales, afectando a judíos y gentiles y se resume en una sola palabra: Cristo.
***
-
A Dios el templo construido por mano de hombre le queda chico, solamente un templo de carne puede contener su gloria, solamente la pequeñez puede abrazar la grandeza divina, el espacio más insignificante es apto para hospedar al infinito.
-
El evangelio de Lucas retoma esta perspectiva y nos muestra a María como la casa de Dios, el Santuario en el cual el Verbo ha querido habitar antes de estar entre sus hermanos. Nuevamente, el templo físico, de cedro, o de mármol, o de cualquier material lujoso, pasa a último lugar. Se pone la última piedra de la casa prometida por Dios a David. Se pone la primera piedra del verdadero templo de Dios entre los hombres. El cielo se acerca a la tierra.
-
Es el cuerpo de esta joven mujer, el lugar en el cual Dios querrá habitar. Y desde ahora quedará patente, que el Templo de Dios, es la misma humanidad, el lugar en el cual ha querido establecerse para siempre. La tierra escogida para levantar este nuevo santuario es María, una joven desconocida de Nazaret, un pueblo insignificante en todos los aspectos: lejos de Jerusalén, en una zona medio pagana, en una región subdesarrollada. Además una joven muchacha, en un pueblo así, no contaba más que para ser mano de obra barata o tener hijos que lo fueran.
-
A pesar de este contexto, ésta es una página que divide la historia. El tiempo mesiánico ha llegado y sus signos son sencillez, humildad, pobreza, plenitud, alegría.
-
Nos entrega a su Hijo respetando la libertad humana y esperando la respuesta de María. La humanidad desde María pone la fe más grande, una docilidad ilimitada y una entrega total. Dios se encarnó en su vientre por medio de su Palabra. Su aceptación anuló y superó todas las antiguas negaciones.
-
María estaba desposada con José, descendiente del rey David, pero pobre. Seguramente nacido en Belén, otro pueblo sin importancia. El matrimonio judío se realizaba en dos etapas: los desposorios y, un año después, aproximadamente, la boda. Sólo a partir de la boda vivían juntos los esposos. José también es llamado por Dios a colaborar su obra salvadora.
-
La respuesta de María es de total apertura a esta difícil propuesta que permite el despliegue de la abundancia de la gracia de Dios. La dignidad de María en plan de salvación, proviene de la audacia de su fe, que le cree al Señor más allá de todo cálculo y posibilidad humana.
-
Cuando el Verbo se hace carne en sus entrañas, su humanidad, unida a la espera de un pueblo, se hace portadora toda, de la vida de Dios. Se realiza el proyecto de un Dios desde la vida de su Hijo. Desde Jesús, “el misterio del hombre ya no se puede explicar más que desde el misterio del Dios que se hace hombre”.
-
María por el amor y por la fe, asumió el oficio de encarnar a Cristo en la historia. Y hoy, María se hace de nuestro pueblo y encarna a Cristo en las luces y sombras de nuestro pueblo, y María se hace de nuestro apellido para encarnar en la historia de nuestra familia la vida nueva del Evangelio.
-
María se identifica en la vida nueva del Evangelio y se identifica con cada uno de nosotros para encarnar a Cristo en nuestra vida individual, familiar y social.
-
Esa es la Buena Noticia que nos llena de alegría a todos. Nuestra alegría y esperanza es saber que por más insignificante que parezca nuestra vida y aunque nos sintamos los más abandonados de los seres en quien nadie piensa; Dios nos ama y con ternura infinita pensó en nosotros y va escribiendo en el libro de la historia con todos y con cada uno, una historia de salvación en la que quiere manifestar su gloria.
-
La Encarnación se renueva constantemente. El Hijo, hoy se sigue encarnando en el seno de la Iglesia. La Palabra de Dios se encarna en todo el que la escucha y la acoge, como María. La Palabra se encarna en la comunidad que celebra su fe, en la reunión de los que se quieren, en los hombres que se entregan al servicio y tienen hambre de justicia. La Palabra se encarna, en todos los que sufren: pobres, débiles, enfermos, marginados.
-
Para continuar manifestándose en el mundo, hoy nos invita a estar disponibles a su Palabra. En nuestra respuesta de fe, estamos llamados a participar en esta eficacia de Dios que transforma la historia.
PARA DISCERNIR
-
¿Estoy atento a las llamadas que Dios me hace desde su Palabra?
-
¿Estoy disponible al proyecto de Dios?
-
¿Cuál es el sí que Dios y los hombres están esperando de mí?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Que se cumpla en mí tu proyecto Señor
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
…”La Virgen santa es la madre del género humano, la nueva Eva. Pero, al mismo tiempo, es también su hija. El mundo antiguo y doloroso, el mundo anterior a la gracia la acunó largo tiempo en su corazón desolado -siglos y más siglos- en la espera oscura, incomprensible de una virgo genitrix (…). Durante siglos y siglos protegió con sus viejas manos cargadas de crímenes, con sus manos pesadas, a la pequeña doncella maravillosa cuyo nombre ni siquiera sabía. ¡Una pequeña doncella reina de los ángeles! Y no hay que olvidar que lo sigue siendo aún (…).
La Virgen santa no ha tenido ni triunfos ni milagros. Su Hijo no permitió que la gloria humana la rozara siquiera. Nadie ha vivido, ha sufrido y ha muerto con tanta sencillez y en una ignorancia tan profunda de su propia dignidad, de una dignidad que, sin embargo, la pone muy por encima de los ángeles. Ella nació también sin pecado, ¡qué extraña soledad! Un arroyuelo tan puro, tan límpido
y tan puro, que Ella no pudo ver reflejada en él su propia imagen, hecha para la sola alegría del Padre Santo, ¡Oh soledad sagrada!
Los antiguos demonios familiares del hombre, dueños y servidores al mismo tiempo, los terribles patriarcas que guiaron los primeros pasos de Adán en el umbral del mundo maldito, la Astucia y el Orgullo, contemplan desde lejos a esa criatura milagrosa que está fuera de su alcance, invulnerable y desarmada. Es verdad que nuestra pobre especie no vale mucho, pero la infancia emociona siempre sus entrañas y la ignorancia de los pequeños le hace bajar los ojos, esos ojos que han visto tantas cosas. ¡Pero no es más que la ignorancia al fin y al cabo! La Virgen es la inocencia. Date cuenta de lo que nosotros somos para Ella, nosotros, la raza humana. Ella detesta el pecado, naturalmente, pero no tiene de él experiencia alguna, esa experiencia que ni siquiera les ha faltado a los más grandes santos, hasta al propio santo de Asís, con lo seráfico que fue.
La mirada de la Virgen es la única verdaderamente infantil, la única de niño que se ha dignado fijarse jamás en nuestra vergüenza y nuestra desgracia. Para rezar bien las oraciones que a Ella dirigimos tenemos que sentir sobre nosotros esa mirada que no es del todo la de la indulgencia, pues la indulgencia va siempre acompañada de alguna amarga experiencia, sino de tierna compasión, de sorpresa dolorosa, de no sabemos qué sentimientos, una mirada inconcebible, inexpresable, que nos la muestra más joven que el pecado, más joven que la raza de que Ella es originaria”…
G. Bernanos, Diario de un cura rural, Barcelona 1985, 164-165.
PARA REZAR
Ven Señor Jesús
Ven Señor Jesús, signo del poder de Dios
llévanos al silencio capaz de engendrar
en nosotros la palabra nueva.
Ven Señor Jesús, palabra viva del Padre
sopla sobre nosotros
para que se avive en cada uno
la capacidad de escuchar
los signos de los tiempos
para responder con generosidad.
Ven Señor Jesús, ayúdanos a leer nuestra historia
para que descubramos como la mano providente
del Padre nunca nos ha abandonando
y nos ha conducido por oscuras quebradas
a verdes praderas.
Ven Señor Jesús, cumplimiento de la promesa
y acrecienta la esperanza que nos anime
a dejarte encarnar en nuestra vida
y desde ahí en el corazón de la historia y del mundo.
21 de diciembre
Salvará al pueblo de todos sus pecados
Lectura del Cantar de los Cantares 2, 8-14
¡La voz de mi amado! Ahí viene, saltando por las montañas, brincando por las colinas. Mi amado es como una gacela, como un ciervo joven.
Ahí está: se detiene detrás de nuestro muro; mira por la ventana, espía por el enrejado.
Habla mi amado, y me dice: « ¡Levántate, amada mía, y ven, hermosa mía! Porque ya pasó el invierno, cesaron y se fueron las lluvias. Aparecieron las flores sobre la tierra, llegó el tiempo de las canciones, y se oye en nuestra tierra el arrullo de la tórtola. La higuera dio sus primeros frutos y las viñas en flor exhalan su perfume. ¡Levántate, amada mía, y ven, hermosa mía! Paloma mía, que anidas en las grietas de las rocas, en lugares escarpados, muéstrame tu rostro, déjame oír tu voz; porque tu voz es suave y es hermoso tu semblante.»
Palabra de Dios.
SALMO Sal 32, 2-3. 11-12. 20-21 (R.: 1a y 3a)
R. Aclamen, justos, al Señor, entonen para él un canto nuevo.
Alaben al Señor con la cítara,
toquen en su honor el arpa de diez cuerdas;
entonen para él un canto nuevo,
toquen con arte, profiriendo aclamaciones. R.
El designio del Señor permanece para siempre,
y sus planes, a lo largo de las generaciones.
¡Feliz la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se eligió como herencia! R.
Nuestra alma espera en el Señor:
él es nuestra ayuda y nuestro escudo.
Nuestro corazón se regocija en él:
nosotros confiamos en su santo Nombre. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1, 39-45
María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá.
Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó:
«¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
-
El Cantar de los Cantares es un “Cántico de amor”. En todo tiempo ha sido interpretado como la encarnación más alta del amor de Dios; ese amor hecho hombre se llama Jesucristo. Dios viene a nosotros como el amado que va al encuentro de su “amada”.
-
Para llegar a entender a Dios como amor es de vital importancia abrirnos a nuestra capacidad de amar. Cuando somos capaces de afirmar el amor humano, se hace posible descubrir en él la manera cómo se revela un Dios que es amor.
***
-
Todas las lecturas de este día rebosan de alegría. Alegría que ante todo llena el corazón de Dios: “él se goza y se alegra con júbilo como en día de fiesta”. Alegría de los novios al poder verse después de la separación del invierno. Alegría de las dos mujeres, María e Isabel, que experimentan la venida del Dios salvador. Dos mujeres que son un símbolo del encuentro del Antiguo y del Nuevo Testamento; el tiempo de la espera y la plenitud de la venida.
-
Desde el seno de María la promesa de la alegría para el pueblo oprimido comienza a cumplirse. Aquello que todos esperaban para los días de fiesta ya es realidad. Isabel y María, dos mujeres sencillas del pueblo han sido agraciadas por Dios con una inesperada maternidad por estar totalmente disponibles a su voluntad.
-
La alegría se desencadena y desborda cuando María saluda a su prima, porque esta alegría viene de Aquel que entra en el mundo para hacer que se disipe toda tristeza. María, inspirada por el Espíritu, canta; Isabel se goza. Juan Bautista expresa su alegría antes de nacer, porque la alegría nace de la promesa. La promesa siempre engendra la esperanza, nos hace mirar hacia delante, más lejos.
-
La mujer estéril está en su sexto mes y la virgen siente cómo la vida de Dios crece en su seno. Todo el pueblo, representado por Isabel y su hijo por nacer, reconocen que el final de la ardua y muchas veces penosa espera ha llegado; en medio de ellos está la salvación. Estos pobres de Yahvé saben reconocer en la joven virgen, esposa del carpintero, que Dios al fin ha llegado a su pueblo.
-
Pero Lucas dice algo más: no es simplemente un encuentro familiar. La madre del Señor se presenta con su hijo para atender a la mujer anciana en el un parto que presumiblemente no será fácil. María, la servidora del Señor, es ahora la servidora de otra mujer. María no es alguien que se vanagloria de la elección. Al contrario se experimenta a sí misma servidora del pueblo que tiene que dar a luz la novedad de la vida nueva. Quien deja que el Señor entre en sus entrañas no puede no ser un servidor a sus hermanos.
-
María sigue hoy presente en el pueblo creyente, en los que confían que se cumplirán por fin las promesas de Dios, los anhelos de libertad y justicia. María servidora de los hombres es también modelo eminente de la Iglesia misionera, en la que todos tenemos un lugar y una responsabilidad.
-
Nuestra tarea será la misma: acoger a Jesucristo para dar a Jesucristo, y con Él y por Él, brindar esa alegría que está sobre toda alegría y ese amor que está sobre todo amor. El Señor también nos ha ungido con su Espíritu para que hagamos llegar la Buena Nueva de la Salvación a los pobres, a los enfermos, a los cautivos, a los más pequeños, a los más desprotegidos. Somos realmente portadores de Cristo cuando aquellos a quienes les anunciamos el Nombre del Señor se llenan de alegría por haber recuperado su dignidad de hijos de Dios.
-
En el tiempo en el que estamos viviendo, en medio de un mundo estéril, de un pueblo aparentemente seco, nos toca a nosotros abrirnos a la acción fecunda del espíritu, y cantar llenos de gozo la acción de gracias a un Dios que renueva su promesa y, desde aquella Navidad camina con nosotros.
PARA DISCERNIR
- ¿Cuáles son los motivos de nuestra alegría?
- ¿Experimento el gozo de la cercanía del Señor?
- ¿Me hace servidor el saberme amado por Dios?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Mi corazón se alegra en Dios mi Salvador
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
María, la mujer de fe, esperanza y amor
Los santos son verdaderos portadores de luz en la historia, porque son hombres y mujeres de fe, esperanza y amor. Entre los santos destaca por su excelencia, María, la Madre del Señor y espejo de toda santidad. En el evangelio de Lucas, la encontramos comprometida con un servicio de caridad hacia su prima Elisabet, junto a la cual se queda «alrededor de tres meses» (1,56), para asistirla en la fase final de su embarazo. «Proclama mi alma la grandeza del Señor», dice ella en esta ocasión: «Se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador» (1,46).
Con ello expresa todo el programa de su vida: no se pone en el centro, sino que deja que Dios, a quien ha encontrado tanto en la oración como en el servicio al prójimo, ocupe este lugar –tan sólo entonces el mundo es bueno. María es grande precisamente porque ella misma no quiere hacerse grande, sino que quiere engrandecer a Dios (Lc 1, 38.48). Sabe que contribuye a la salvación del mundo, no llevando la obra a su cumplimiento sino tan sólo poniéndose a la disposición de las iniciativas de Dios. María es una mujer de esperanza: únicamente porque cree en las promesas de Dios y espera la salvación de Israel; el ángel puede venir donde ella está y llamarla al servicio del cumplimiento decisivo de estas promesas. Es una mujer de fe: «Dichosa tú que has creído», le dice Elisabet.
- Encíclica «Deus caritas est», § 41
PARA REZAR
Ven Señor Jesús
Ven Señor Jesús, para que al sentirte cercano
aprenda amarte y te amen mis pensamientos,
te amen mis deseos, te amen mis entrañas.
Ven Señor Jesús, para que intuya tu amor
y sea capaz de responderte con un amor limitado
pero abierto a recibirte y a dejarse amar cada día más.
Ven Señor Jesús, para que pueda agradecer la ternura tu presencia,
tu silencio respetuoso en mis límites,
la suavidad y delicadeza de tu perdón.
Ven Señor Jesús, para que pueda bendecirte,
alabarte y gozarme de tu presencia.
22 de diciembre
Dios miró con bondad mi pequeñez
Lectura del primer libro de Samuel 1, 19b-20.24-28
Cuando el niño dejó de mamar, lo subió con ella, llevando además un novillo de tres años, una medida de harina y un odre de vino, y lo condujo a la Casa del Señor en Silo. El niño era aún muy pequeño. Y después de inmolar el novillo, se lo llevaron a Elí.
Ella dijo: «Perdón, señor mío; ¡por tu vida, señor!, yo soy aquella mujer que estuvo aquí junto a ti, para orar al Señor. Era este niño lo que yo suplicaba al Señor, y él me concedió lo que le pedía. Ahora yo, a mi vez, se lo cedo a él: para toda su vida queda cedido al Señor.»
Después se postraron delante del Señor.
Palabra de Dios.
SALMO 1 Sam 2, 1. 4-5. 6-7. 8abcd (R.: cf. 1a)
R. Mi corazón se regocija en el Señor, mi salvador.
Mi corazón se regocija en el Señor,
tengo la frente erguida gracias a mi Dios.
Mi boca se ríe de mis enemigos,
porque tu salvación me ha llenado de alegría. R.
El arco de los valientes se ha quebrado,
y los vacilantes se ciñen de vigor;
los satisfechos se contratan por un pedazo de pan,
y los hambrientos dejan de fatigarse;
la mujer estéril da a luz siete veces,
y la madre de muchos hijos se marchita. R.
El Señor da la muerte y la vida,
hunde en el Abismo y levanta de él.
El Señor da la pobreza y la riqueza,
humilla y también enaltece. R.
El levanta del polvo al desvalido
y alza al pobre de la miseria,
para hacerlos sentar con los príncipes
y darles en herencia un trono de gloria. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1, 46-55
María dijo entonces:
«Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador, porque el miró con bondad la pequeñez de su servidora. En adelante todas las generaciones me llamarán feliz, porque el Todopoderoso he hecho en mí grandes cosas: ¡su Nombre es santo! Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquellos que lo temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón. Derribó a los poderosos de su trono y elevó a los humildes. Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías. Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y de su descendencia para siempre.»
María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa.
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
-
Dios no olvida. Tiene buena memoria. Es fiel. Mantiene su palabra y cumple sus promesas. Ana, la esposa de Elcaná, avergonzada por su esterilidad, había pedido insistentemente en su oración poder superar esta afrenta. Vuelve al templo a dar gracias a Dios por haber sido escuchada, y consagró a Dios a su hijo, el pequeño Samuel que será importante en la historia de Israel. Su cántico contiene exactamente los mismos temas que el “Magnificat” de María que se lee en este día.
-
La maternidad excepcional de esa mujer, hasta ahora, estéril, anuncia también por adelantado las dos maternidades excepcionales de Isabel y de María.
-
También María, en casa de Isabel, después de escuchar las alabanzas de su prima, prorrumpe en un cántico agradecido por lo que Dios ha hecho en ella, y sobre todo por lo que sigue haciendo por Israel, con el que está plenamente solidarizada.
***
-
El cántico de María tiende un puente entre el Antiguo Testamento como tiempo de la espera, y el Nuevo Testamento como el tiempo de la realización. María aparece aquí como la voz que proclama el cambio ya empezado con la venida del Salvador.
-
En el Magnificat de María resuena el clamor de los humillados y oprimidos de todos los tiempos, de los sometidos y desheredados de la tierra, pero al mismo tiempo se hace eco del cambio profundo que va a producirse en las entrañas de la historia: Dios ha intervenido ya personalmente y ha apostado a favor de los pobres. Los “anawim”, los pobres son los preferidos por Dios.
-
La “pobreza” es una disposición esencial del corazón para el encuentro con la salvación que Dios viene a ofrecer. Una copa llena no puede llenarse. Hay que estar vacío de sí mismo para recibir a Dios. El hombre satisfecho, el que todo lo alcanza, no tiene nada que esperar.
-
En boca de María, aparece la gran liberación que Dios ha llevado a cabo en Israel y que se propone extender a toda la humanidad. María proclama la grandeza de Dios por el cambio personal que ha experimentado, y se alegra porque se ha fijado en la situación humillante de su pueblo, y ha venido a salvarlo. Lo alaba porque “dispersa a los soberbios, derriba del trono a los poderosos, enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos”.
-
Las santas mujeres, protagonistas de este día, se hacen nuestras maestras en la oración esperanzada. Ellas dan gracias: por el pan, por los hijos, por la intervención de Dios a favor de los pobres y humildes, por una vida más justa, por el cumplimiento de las promesas, por la posibilidad de mirar el futuro con esperanza y en actitud confiada, por la salvación total, la dignidad, el alma, los sueños, las necesidades más vitales e inmediatas, pero también las más escondidas; no por eso menos importantes; como encontrar el sentido de la vida en el amor dado y compartido teniendo la seguridad de que el amor no muere nunca.
-
Jesús, con su clara opción preferencial por los pobres y humildes, por los oprimidos y marginados, es la concreción pastoral de lo que dice el Magnificat.
-
La oración de María tiene que ser oración de la comunidad de Jesús, que no deja de sorprenderse por la actuación de Dios en la historia, que anhela la transformación de nuestro mundo, que dos mil años después del nacimiento de Jesús, ha sido realizada muy parcialmente. Necesitamos tomarnos en serio el evangelio y empeñarnos en anunciarlo y realizarlo. Toda una tarea, porque la salvación de Dios comienza a realizarse aquí en la tierra.
-
En la cercanía de la Navidad, Dios nos invita a pronunciar nuestro propio canto. Un canto que se amasa y madura en el silencio contemplativo de nuestra historia, que se hace luminosa junto a la palabra que nos revela, como a María, el sentido profundo de nuestra vida y misión.
PARA DISCERNIR
-
¿Cuáles son los motivos más grandes por los cuales puedo dar gracias a Dios?
-
¿En qué circunstancias me sentí socorrido por Dios?
-
¿Dónde descubro que Dios hace historia de salvación con su pueblo?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Te alabo Señor
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
«María dio gracias al Señor»
…”El Magnificat de María –retrato, por decirlo de alguna manera, de su alma- está enteramente bordado con hilos de la Escritura Sagrada, con hilos sacados de la Palabra de Dios. Con ello queda demostrado que en la Palabra de Dios, María se encuentra verdaderamente en su casa, entra y sale de ella con gran naturalidad. Habla y piensa por medio de la Palabra de Dios; la Palabra de Dios es su palabra, y su palabra nace de la Palabra de Dios. Además, así manifiesta que sus pensamientos son el diapasón de los pensamientos de Dios, que su voluntad consiste en querer con Dios. Estando profundamente penetrada por la Palabra de Dios, puede llegar a ser la madre de la Palabra encarnada.
María es, en fin, una mujer que ama. ¿Cómo podría ser de otra manera? Como creyente que, en la fe piensa con el pensar de Dios y quiere con la voluntad de Dios, sólo puede ser una mujer que ama. Lo percibimos a través de sus gestos silenciosos, los que se narran en los relatos de los evangelios de la infancia. Lo vemos a través de la delicadeza con la que, en Caná, se da cuenta de las necesidades en las que se encuentran los esposos y las presenta a Jesús. Lo vemos en la humildad con que acepta estar abandonada durante el periodo de la vida pública de Jesús, sabiendo que su hijo deber fundar una nueva familia y que la hora de su madre llegará tan sólo en el momento de la cruz… En Pentecostés serán los discípulos los que se reunirán a su alrededor esperando el Espíritu Santo (Hch 1,14)”…
Papa Benedicto XVI – Encíclica «Deus caritas est», § 41
PARA REZAR
Ven Señor Jesús
Ven Señor Jesús, para que pueda con humildad
cantar las maravillas del Señor,
por lo que día a día hace por nosotros.
Ven Señor Jesús, para que pueda sentirme feliz
en medio de tu pueblo,
deseoso de tu presencia, y contagiar a todos este gozo
que nace de sentir la misericordia de Dios.
Ven Señor Jesús, para hacer proezas con tu brazo,
derramando tu amor y tu misericordia a los humildes
y a todos los que te buscan con sincero corazón.
Ven Señor Jesús, a cambiar el corazón de los poderosos
para que no nieguen de tu pan a los hambrientos
y todos se colmen con tus bienes.
23 de diciembre
La mano del Señor estaba con él
Lectura de la profecía de Malaquías 3, 1-4. 23-24
Yo envío a mi mensajero, para que prepare el camino delante de mí. Y en seguida entrará en su Templo el Señor que ustedes buscan; y el Ángel de la alianza que ustedes desean ya viene, dice el Señor de los ejércitos.
¿Quién podrá soportar el Día de su venida? ¿Quién permanecerá de pie cuando aparezca? Porque él es como el fuego del fundidor y como la lejía de los lavanderos. El se sentará para fundir y purificar: purificará a los hijos de Leví y los depurará como al oro y la plata; y ellos serán para el Señor los que presentan la ofrenda conforme a la justicia. La ofrenda de Judá y de Jerusalén será agradable al Señor, como en los tiempos pasados, como en los primeros años.
Yo les voy a enviar a Elías, el profeta, antes que llegue el Día del Señor, grande y terrible. El hará volver el corazón de los padres hacia sus hijos y el corazón de los hijos hacia sus padres, para que yo no venga a castigar el país con el exterminio total.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 24, 4-5ab. 8-9. 10 y 14
R. Tengan ánimo y levanten la cabeza, porque está por llegar la liberación.
Muéstrame, Señor, tus caminos,
enséñame tus senderos.
Guíame por el camino de tu fidelidad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y mi salvador. R.
El Señor es bondadoso y recto:
por eso muestra el camino a los extraviados;
él guía a los humildes para que obren rectamente
y enseña su camino a los pobres. R.
Todos los senderos del Señor son amor y fidelidad,
para los que observan los preceptos de su alianza.
El Señor da su amistad a los que lo temen
y les hace conocer su alianza. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1, 57-66
Cuando llegó el tiempo en que Isabel debía ser madre, dio a luz un hijo. Al enterarse sus vecinos y parientes de la gran misericordia con que Dios la había tratado, se alegraban con ella.
A los ocho días, se reunieron para circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre; pero la madre dijo: «No, debe llamarse Juan.»
Ellos le decían: «No hay nadie en tu familia que lleve ese nombre.»
Entonces preguntaron por señas al padre qué nombre quería que le pusieran. Este pidió una pizarra y escribió: «Su nombre es Juan.»
Todos quedaron admirados. Y en ese mismo momento, Zacarías recuperó el habla y comenzó a alabar a Dios.
Este acontecimiento produjo una gran impresión entre la gente de los alrededores, y se lo comentaba en toda la región montañosa de Judea. Todos los que se enteraron guardaban este recuerdo en su corazón y se decían: « ¿Qué llegará a ser este niño?» Porque la mano del Señor estaba con él.
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
-
El profeta Malaquías, en el siglo V antes de Cristo, en un tiempo de restauración política, se queja de los abusos que hay en el pueblo y en sus autoridades. El culto del templo es muy deficiente, por desidia de los sacerdotes. Dios anuncia algo nuevo y sobre todo, el envío de un mensajero que preparará el camino del mismo Señor. El mensajero de la Alianza significa que el Señor del universo, acompañará a todo el pueblo que está esperando su voz y su presencia.
-
Para que esto sea posible, es necesario liberar al pueblo de los pecados: sobre todo de la violencia y la opresión que se había instalado en el corazón de la nación. Su venida será gracia y juicio a la vez, será fuego de fundidor, que purifica quemando, para que la ofrenda del Templo pueda ser presentada dignamente ante el Señor.
***
-
Los judíos habían interpretado a este mensajero anunciado por Malaquías como el profeta Elías, que vendría al final de los tiempos. Pero Jesús lo identificó con Juan Bautista. La propuesta del profeta no es escuchada. Dios ha decidido que ha llegado ya la plenitud de los tiempos y empieza a actuar. La profecía de Malaquías se cumple en Juan Bautista quién será el más grande de los nacidos de mujer. El Hijo de Dios, viene a celebrar una Nueva Alianza. Esta no será exclusividad de un pueblo, sino patrimonio de la humanidad.
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Zacarías, un viejo y honrado sacerdote, no ha creído en los signos de Dios y pierde la capacidad de hablar; la falta de fe le quita la palabra. A Isabel, se le cumple el tiempo y da a luz un hijo; y es a ella a quien la gente felicita, por la gran misericordia que Dios ha tenido, al concederle un hijo en su vejez.
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Ocho días más tarde, se circuncida al niño y se le va a poner un nombre. La imposición del nombre es privilegio del padre; pero es Isabel la que decide ponerle a su hijo un nombre que lo desconecta de la tradición familiar. Todos esperan que se llame como su padre, para perpetuar su nombre y quedar inscrito en el linaje sacerdotal. Sin embargo, su padre dice que se llamará Juan. Las palabras nuevas, recibidas en el silencio del Santuario, se han grabado en su corazón con más fuerza que la tradición de sus antepasados.
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Zacarías recobra el habla y asiente a la decisión de su esposa y dice que el nombre de su hijo es Juan. Juan significa: Dios se compadece. Llevará el nombre que le mostrará al pueblo el corazón de Dios. Su nombre invita a una nueva mirada sobre Dios.
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Juan será el precursor de la gracia que invita a la vigilancia, a no vivir dormidos, aletargados sino a poner la mirada en el futuro de Dios, y con el oído dispuesto a escuchar y vivir la palabra de Dios.
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La figura de Juan nos invita también a nosotros a la conversión, a volvernos hacia ese Señor que viene a salvarnos, y a dejarnos salvar por Él. Se hace necesario callar para escuchar la voz de Dios en nuestro propio interior y dejarla producir fruto abundante. Un silencio que no es mudez. La experiencia de la Palabra de Dios en nosotros, nos tiene que hacer capaces de nombrar a nuestros hermanos y a todas las cosas, con el nombre que Dios les ha dado. De este modo, nuestras palabras serán el lenguaje de las actitudes llenas de amor, de respeto, de preocupación por el bien de todos los que esperan el cumplimiento de la esperanza, que Dios ha puesto en el corazón del mundo.
PARA DISCERNIR
- ¿Soy capaz de hacer silencio para dejar que Dios hable?
- ¿Me cierro a la voz de Dios cuando escapa mis cálculos?
- ¿Oriento mi vida de fe de acuerdo a lo que puedo manejar y controlar?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Habla Señor que tu siervo escucha
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
«Se le soltó la boca y la lengua empezó a hablar bendiciendo a Dios»
…” A propósito de Juan Bautista leemos en Lucas: «Será grande a los ojos del Señor, y convertirá mucho israelitas al Señor, su Dios. Irá delante del Señor con el espíritu y el poder de Elías, preparando para el Señor un pueblo bien dispuesto» (1,15-17). ¿Por qué, pues, ha preparado un pueblo, y delante qué Señor él ha sido grande? Sin ninguna duda que delante de Aquel que ha dicho que Juan era «más que un profeta» y que «no ha nacido de mujer uno más grande que Juan el Bautista» (Mt 11,9.11). Porque él preparaba un pueblo anunciando por adelantado a sus compañeros de servidumbre la venida del Señor, y predicándoles la penitencia a fin de que, cuando el Señor se hiciera presente, todos se encontraran en estado de recibir su perdón y poder regresar a Aquel para quien se habían hecho extraños por sus pecados…
Sí, «en su misericordia» Dios «nos ha visitado, Sol que viene de lo alto; y ha brillado para los que estaban sentados en tinieblas y en sombras de muerte, y ha dirigido nuestros pasos por el camino de la paz» (Lc 1,78-79). Es en estos términos que Zacarías, liberado ya del mutismo en que había caído a causa de su incredulidad, y lleno de un Espíritu nuevo, bendecía a Dios de una nueva manera. Porque en adelante todo era nuevo, por el hecho de que el Verbo, por un proceso nuevo venía a cumplir el primer designio de su venida en la carne para que el hombre, que se había alejado de Dios, fuera por él reintegrado en la amistad con Dios .Y es por ello que este hombre aprendía a honorar a Dios de una manera nueva”…
San Ireneo de Lyón (hacia 130-hacia 280), obispo, teólogo y mártir – Contra las herejías III, 10,1
PARA REZAR
Ven Señor Jesús
Ven Señor Jesús, enciende nuestro corazón
con la audacia necesaria
para lanzarnos en el camino fe
teniéndote como única certeza y apoyo
Ven Señor Jesús, quema nuestras inseguridades
para que nos animemos a nombrar
la vida y la historia desde tu palabra renovadora.
Ven Señor Jesús, recrea nuestras certezas
para que no nos acostumbremos a lo que ya está
sino que nos arriesguemos a abrirnos a lo que está por venir
y allí pongamos nuestros esfuerzos y luchas .
24 de diciembre
Nos visitará el Sol que nace de lo alto
Lectura del Segundo Libro
del Profeta Samuel
7,1-5.8b-12.14a.16
Cuando el rey David se estableció en su palacio, y el Señor le dio la paz con todos los enemigos que le rodeaban, el rey dijo al profeta Natán: “Mira, yo estoy viviendo en casa de cedro, mientras el arca del Señor vive en una tienda.” Natán respondió al rey: “Ve y haz cuanto piensas, pues el Señor está contigo.”
Pero aquella noche recibió Natán la siguiente palabra del Señor: “Ve y dile a mi siervo David: “Esto dice el Señor: ¿Eres tú quien me va a construir una casa para que habite en ella? Yo te saqué de los ariscos, de andar tras las ovejas, para que fueras jefe de mi pueblo Israel. Yo estaré contigo en todas tus empresas, acabaré con tus enemigos, te haré famoso como a los más famosos de la tierra.
Daré un puesto a Israel, mi pueblo: lo plantaré para que viva en él sin sobresaltos, y en adelante no permitiré que los malvados lo aflijan como antes, cuando nombré jueces para gobernar a mi pueblo Israel. Te pondré en paz con todos tus enemigos, y, además, el Señor te comunica que te dará una dinastía. Y cuando tus días se hayan cumplido y te acuestes con tus padres, afirmaré después de ti la descendencia que saldrá de tus entrañas, y consolidaré su realeza. Yo seré para él padre, y él será para mí hijo. Tu casa y tu reino durarán por siempre en mi presencia; tu trono permanecerá por siempre.”"
Palabra de Dios
SALMO Sal 88, 2-5. 27.29
R: Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.
Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dije: “Tu misericordia es un edificio eterno,
más que el cielo has afianzado tu fidelidad.” R.
Sellé una alianza con mi elegido,
jurando a David, mi siervo:
“Te fundaré un linaje perpetuo,
edificaré tu trono para todas las edades.” R.
Él me invocará: “Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora.”
Le mantendré eternamente mi favor,
y mi alianza con él será estable. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1, 67-79
En aquel tiempo, Zacarías, padre de Juan, lleno del Espíritu Santo, profetizó diciendo:
“Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.
Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.”
Palabra del Señor
PARA REFLEXIONAR
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El rey David, una vez consolidada la situación militar y política del pueblo, lleno de buena intención religiosa, quiere construir un Templo para el Arca de la Alianza, o sea, una casa para Dios, dando por finalizada la etapa de la inestabilidad y de las peregrinaciones.
-
Natán le anuncia de parte de Dios que no será él, David, quien regale una casa a Dios, sino Dios quien le asegura a David una casa y una descendencia duradera, que en primer término es su hijo Salomón, pero que se entendió siempre como un anuncio del rey mesiánico futuro.
-
Dios, que le ha ayudado hasta ahora en sus empresas, le seguirá ayudando a él y a sus sucesores. La palabra «casa» juega así con su doble sentido de edificio material y de dinastía familiar. Son los planes de Dios, y no los nuestros, los que van conduciendo la marcha de la historia.
***
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Ayer el cántico del Magnificat, en boca de María, resumía la historia de salvación conducida por Dios. Hoy es el cántico del Benedictus, que probablemente era también de la comunidad, pero que Lucas pone en labios de Zacarías, el que nos ayuda a comprender el sentido que tiene la venida del Mesías.
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Dios ha transformado la aparente pérdida del habla del anciano sacerdote en silencio interior. Durante nueve meses ha rumiado la palabra y en ese silencio esta germina y se desarrolla. Ha podido leer el acontecimiento a la luz de las Escrituras. Por eso, una vez que ha nacido el niño puede dar voz a la palabra de todo un pueblo que esperaba.
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Zacarías bendice al Señor, Dios de Israel, reconoce que la historia ha llegado a su punto culminante. Ha llegado el tiempo de la visita de Dios. La idea de visita de Dios, para la Biblia, tiene dos significados. Se trata de una visita de salvación, para los pobres, oprimidos, perseguidos, los fieles a Dios, y a la vez una visita de condenación, para los corruptos, los que atentaron contra sus hijos. Zacarías se alegra de esa visita, porque por fin se establecerá la justicia en la tierra. Ya cada uno ocupará el lugar que verdaderamente le corresponde.
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Este niño será profeta; preparará el camino del Señor, guiará a su pueblo en la luz que viene de lo alto. Fue concebido por la bondad misericordiosa de nuestro Dios para llevar la paz a los que andan en las sombras de la muerte.
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El canto de bendición de Zacarías traza el camino de la nueva alianza: celebrar nuestra salvación delante de Dios sin temor, poder adorar, poder acercarnos y ofrecernos a Él completamente, caminar por el camino de la paz y de la luz.
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
Todos verán la salvación de Dios
…”Habiendo cantado el profeta la liberación de Israel y el perdón de los pecados de Jerusalén; habiendo solicitado para ella el consuelo —un consuelo ya próximo y como quien dice, pisando los talones a lo ya dicho—, añadió: viene nuestro salvador. Le precede como precursor enviado por Dios el Bautista, que en el desierto de Judá grita y dice: Preparad el camino del Señor, allanad los senderos de nuestro Dios.
Habiéndoselo revelado el Espíritu, también el bienaventurado Zacarías, el padre de Juan, profetizó diciendo: Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor, a preparar sus caminos. De él dijo el mismo Salvador a los judíos: Juan era la lámpara que ardía y brillaba, y vosotros quisisteis gozar un instante de su luz. Pues el sol de justicia y la luz verdadera es Cristo.
La sagrada Escritura compara al Bautista con una lámpara. Pues si contemplas la luz divina e inefable, si te fijas en aquel inmenso y misterioso esplendor, con razón la medida de la mente humana puede ser comparada a una lamparita, aunque esté colmada de luz y sabiduría. Qué signifique: Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos, lo explica cuando dice: Elévense los valles, desciendan los montes y colinas: que lo torcido se enderece, lo escabroso se iguale.
Pues hay vías públicas y senderos casi impracticables, escarpados e inaccesibles, que obligan unas veces a subir montes y colinas y otras a bajar de ellos, ora te ponen al borde de precipicios, ora te hacen escalar altísimas montañas. Pero si estos lugares señeros y abruptos se abajan y se rellenan las cavidades profundas, entonces sí, entonces lo torcido se endereza totalmente, los campos se allanan y los caminos, antes escarpados y tortuosos, se hacen transitables. Esto es, pero a nivel espiritual, lo que hace el poder de nuestro salvador. Mas una vez que se hizo hombre y carne —como dice la Escritura—, en la carne destruyó el pecado, y abatió a los soberanos, autoridades y poderes que dominan este mundo. A nosotros nos igualó el camino, un camino aptísimo para correr por las sendas de la piedad, un camino sin cuestas arriba ni bajadas, sin baches ni altibajos, sino realmente liso y llano.
Se ha enderezado todo lo torcido. Y no sólo eso, sino que se revelará la gloria del Señor, y todos verán la salvación de Dios. Ha hablado la boca del Señor. Pues Cristo era y es el Verbo unigénito de Dios, en cuanto que existía como Dios y nació de Dios Padre de modo misterioso, y en su divina majestad está por encima de todo principado, potestad, fuerza y dominación, y por encima de todo nombre conocido, no sólo en este mundo, sino en el futuro. El es el Señor de la gloria y hemos contemplado su gloria que antes no conocíamos, cuando hecho hombre como nosotros según el designio divino, se declaró igual a Dios Padre en el poder, en el obrar y en la gloria: sostiene el universo con su palabra poderosa, obra milagros con facilidad, impera a los elementos, resucita muertos y realiza sin esfuerzo otras maravillas.
Así pues, se ha revelado la gloria del Señor y todos han contemplado la salvación de Dios, a saber, del Padre, que nos envió desde el cielo al Hijo como salvador”…
San Cirilo de Alejandría, Comentario sobre el libro del profeta Isaías (Lib. 3, t 4: PG 70, 802-803)
PARA REZAR
¡Maranatha! ¡Ven, Señor, Jesús!
Yo soy la Raíz y el Hijo de David,
la Estrella radiante de la mañana.
El Espíritu y la Esposa dicen: “¡Ven, Señor!”
Quien lo oiga, diga: “¡Ven, Señor!”
Quien tenga sed, que venga; quien lo desee,
que tome el don del agua de la vida.
Sí, yo vengo pronto.
¡Amén! ¡Ven, Señor, Jesús!
Tiempo de Adviento – Ciclo B
Domingo III
Lunes de la semana III
Martes de la semana III
Miércoles de la semana III
17 de diciembre
18 de diciembre
19 de diciembre
Tiempo de Adviento – Ciclo B
Domingo III
estén siempre alegres
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del profeta Isaías 61, 1-2a. 10-11
El espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido. El me envió a llevar la buena noticia a los pobres, a vendar los corazones heridos, a proclamar la liberación a los cautivos y la libertad a los prisioneros, a proclamar un año de gracia del Señor.
Yo desbordo de alegría en el Señor, mi alma se regocija en mi Dios. Porque él me vistió con las vestiduras de la salvación y me envolvió con el manto de la justicia, como un esposo que se ajusta la diadema y como una esposa que se adorna con sus joyas.
Porque así como la tierra da sus brotes y un jardín hace germinar lo sembrado, así el Señor hará germinar la justicia y la alabanza ante todas las naciones.
Palabra de Dios.
SALMO Lc 1, 46-48. 49-50. 53-54 (R.: Is 61, 10b)
R. Mi alma se regocija en mi Dios.
Mi alma canta la grandeza del Señor,
y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador,
porque el miró con bondad la pequeñez de su servidora.
En adelante todas las generaciones me llamarán feliz. R.
Porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas:
¡su Nombre es santo!
Su misericordia se extiende de generación en generación
sobre aquellos que lo temen. R.
Colmó de bienes a los hambrientos
y despidió a los ricos con las manos vacías.
Socorrió a Israel, su servidor,
acordándose de su misericordia. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo
a los cristianos de Tesalónica 5, 16-24
Hermanos:
Estén siempre alegres. Oren sin cesar. Den gracias a Dios en toda ocasión: esto es lo que Dios quiere de todos ustedes, en Cristo Jesús. No extingan la acción del Espíritu; no desprecien las profecías; examínenlo todo y quédense con lo bueno. Cuídense del mal en todas sus formas.
Que el Dios de la paz los santifique plenamente, para que ustedes se conserven irreprochables en todo su ser -espíritu, alma y cuerpo- hasta la Venida de nuestro Señor Jesucristo. El que los llama es fiel, y así lo hará.
Palabra de Dios.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Juan 1, 6-8. 19-28
Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. El no era la luz, sino el testigo de la luz.
Este es el testimonio que dio Juan, cuando los judíos enviaron sacerdotes y levitas desde Jerusalén, para preguntarle: « ¿Quién eres tú?» El confesó y no lo ocultó, sino que dijo claramente: «Yo no soy el Mesías.»
« ¿Quién eres, entonces?», le preguntaron: « ¿Eres Elías?» Juan dijo: «No.»
« ¿Eres el Profeta?» «Tampoco», respondió.
Ellos insistieron: « ¿Quién eres, para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo?»
Y él les dijo: «Yo soy una voz que grita en el desierto: Allanen el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías.»
Algunos de los enviados eran fariseos, y volvieron a preguntarle: « ¿Por qué bautizas, entonces, si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?»
Juan respondió: «Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay alguien al que ustedes no conocen: él viene después de mí, y yo no soy digno de desatar la correa de su sandalia.»
Todo esto sucedió en Betania, al otro lado del Jordán, donde Juan bautizaba.
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
-
La comunidad ha vuelto del destierro babilónico y se encuentra en Jerusalén. El profeta intenta unificar a un pueblo dividido por la idolatría y que se ha aprovechado del destierro para apoderarse de los bienes de sus dominadores.
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La promesa de restauración predicha no se ha cumplido y el templo y las murallas siguen sin reedificarse y la desesperación cunde entre todo el pueblo. En ese contexto la voz del profeta quiere ser un rayo de esperanza, anuncia su vocación como una “unción” en función de los afligidos de Sión. Es el heraldo de la buena noticia, el mensajero de la alegría para todos los que sufren.
-
El profeta consuela a los afligidos diciéndoles que el tiempo del gran cambio va a llegar; entonces verán la compasión de Yahvé y a la vez, el juicio de sus enemigos. Proclama el año de “gracia” porque Israel recobra la dignidad perdida y recibe una recompensa por sus sufrimientos y de “desquite” del Señor porque Dios castiga al enemigo por sus agresiones y violencias.
-
Los cautivos y prisioneros, no son aquí los que sufren la cárcel del destierro, sino todos los que padecen por cualquier tipo de opresión.
-
La llamada es a la alegría. El tiempo de la angustia y del llanto va a pasar; llegan los días del gozo y de la felicidad. Lo que da la seguridad y la confianza en el día del Señor, es el Espíritu que establece el auténtico motivo de la dicha.
***
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Leemos las exhortaciones con las que concluye la primera carta de Pablo a los cristianos de Tesalónica, escrita hacia el año 51 d C. Pablo, después de las exhortaciones referidas al comportamiento, da unos criterios generales de vida que marcan un estilo cristiano muy preciso: alegría, oración, acción de gracias.
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Pablo invita al cristiano a vivir su compromiso moral dentro de la perspectiva de la venida del Señor, porque la actitud del cristiano, en la vida de cada día, es el signo real del advenimiento del Señor. No se trata de replegarse a una vida oculta, sino de asumirla como signo de la venida del Señor. Lo que fundamenta esta vida, es el Espíritu Santo, que habita en la comunidad y quiere que su fuerza expansiva no encuentre impedimento alguno.
***
-
Después de un breve fragmento, la lectura nos presenta la primera escena en la que interviene Juan y su bautismo. Era normal bautizar a los prosélitos, era también un rito normal en la comunidad esenia, pero aquí Juan lo hace por su cuenta y riesgo, sin ningún tipo de vinculación a ninguna estructura.
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La vida de Juan resultaba misteriosa y por eso provocaba curiosidad e inquietud. A la delegación venida de Jerusalén para preguntarle oficialmente quién es, responde Juan negando ser él, Elías o el profeta, que ellos esperan. Él no es más que una voz que lo anuncia, un testigo. Ese profeta esperado está ya presente y vive desconocido en medio de ellos en la persona de Jesús de Nazaret. Sólo falta descubrirlo y creer en Él.
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Él está en el que sufre, en el marginado, en el inocente. Debemos abrir los ojos y el corazón para descubrir su presencia. Estar abiertos a lo nuevo, a lo inesperado, porque Dios viene cuando menos se piensa, ahora lo mismo que entonces. Él es siempre el inesperado a pesar de todas las esperas y esperanzas. Su presencia es ante todo espiritual, invisible, interior. Esa es la condición de Dios para nosotros mientras peregrinamos hacia la plenitud de la luz.
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Hoy, domingo tercero de Adviento, es el domingo de la alegría mesiánica por la cercanía del Salvador. Entramos en la espera inmediata de Navidad y es justo que pongamos nuestra mirada en Aquel que sólo puede ser causa de nuestro gozo cumplido, el Señor, que es fiel a sus promesas, que no falla, que no hace acepción de personas, que viene para los pobres, los que están tristes, los que en las noches oscuras de la fe y de la esperanza ponen su confianza sólo en Él.
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En el corazón del Adviento el mensaje de la palabra de Dios es esperanzador. El Señor nos invita a estar alegres. Esperamos un Mesías que nos traiga la liberación y la plenitud de la vida. Allí donde hay sufrimiento, falta de libertad, opresión, injusticia, se tienen que despertar los sentimientos del Adviento y mirar confiados la venida del Cristo liberador.
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La alegría es una característica esencial de la fe. Sentirse amado y salvado por Dios es un gran gozo; sabernos hermanos de Jesucristo que ha dado su vida por nosotros, es el motivo principal de la alegría cristiana. La alegría cristiana brota de la acción de gracias, sobre todo por el amor que el Señor nos manifiesta; cada domingo lo hacemos comunitariamente al celebrar la Eucaristía.
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Dios está cerca. Surge el verdadero hombre nuevo, la verdadera revolución. La venida de Jesús nos lanza con más fuerza al porque el futuro ha empezado ya a ser presente.
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Dios quiere cambiar nuestro corazón y nos anima a trabajar para transformar nuestra vida y nuestra sociedad. El Señor está cerca, el Señor está entre nosotros.
-
En este domingo la actitud de Juan, sea cual sea la historia en la que andamos sumergidos, nos marca una senda a los cristianos, su misión y nuestra misión es testificar o indicar la presencia de Cristo en el mundo, procurando que nuestro testimonio sea transparente y los hombres descubran en nosotros el rostro de Jesús. Las palabras de Pablo completan mostrándonos el modo. Sabemos que Jesús se encuentra entre nosotros, sabemos que está en medio de nuestro mundo.
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Que nuestra alegría, oración, solidaridad, compasión muestre que somos más conscientes de la venida del Dios Salvador a nuestra vida. La alegría no nace del poseer, sino al dar, al entregarse. La alegría surge cuando el Reino se realiza mediante el encuentro fraternal de las personas por el amor.
-
El mundo de hoy necesita oír un anuncio de esperanza y ver testimonios vivientes de alegría auténtica porque Dios se ha hecho de nuestra carne y de nuestra sangre, su Madre es nuestra Madre y su vida es nuestra vida, somos pequeños y llenos de defectos, pero en nosotros puede resplandecer el poder y la misericordia de Dios.
PARA DISCERNIR
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¿Dónde busco la felicidad, qué realidades, qué situaciones me la proporcionan?
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¿A qué me invitan estos textos hoy? ¿Me siento movido a algún cambio de actitud, me mueven a conversión?
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¿Qué testimonio necesita hoy mi entorno, mi ambiente, mi realidad? ¿Me compromete esta Palabra?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Me alegro en Dios mi Salvador
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
Una voz grita en el desierto
…”Una voz grita en el desierto: «Preparad un camino al Señor, allanad una calzada para nuestro Dios.» El profeta declara abiertamente que su vaticinio no ha de realizarse en Jerusalén, sino en el desierto; a saber, que se manifestará la gloria del Señor, y la salvación de Dios llegará a conocimiento de todos los hombres.
Y todo esto, de acuerdo con la historia y a la letra, se cumplió precisamente cuando Juan Bautista predicó el advenimiento salvador de Dios en el desierto del Jordán, donde la salvación de Dios se dejó ver. Pues Cristo y su gloria se pusieron de manifiesto para todos cuando, una vez bautizado, se abrieron los cielos y el Espíritu Santo descendió en forma de paloma y se posó sobre él, mientras se oía la voz del Padre que daba testimonio de su Hijo: Éste es mi Hijo, el amado; escuchadlo.
Todo esto se decía porque Dios había de presentarse en el desierto, impracticable e inaccesible desde siempre. Se trataba, en efecto, de todas las gentes privadas del conocimiento de Dios, con las que no pudieron entrar en contacto los justos de Dios y los profetas.
Por este motivo, aquella voz manda preparar un camino para la Palabra de Dios, así como allanar sus obstáculos y asperezas, para que cuando venga nuestro Dios pueda caminar sin dificultad. Preparad un camino al Señor: se trata de la predicación evangélica y de la nueva consolación, con el deseo de que la salvación de Dios llegue a conocimiento de todos los hombres.
Súbete a un monte elevado, heraldo de Sión; alza fuerte la voz, heraldo de Jerusalén. Estas expresiones de los antiguos profetas encajan muy bien y se refieren con oportunidad a los evangelistas: ellas anuncian el advenimiento de Dios a los hombres, después de haberse hablado de la voz que grita en el desierto. Pues a la profecía de Juan Bautista sigue coherentemente la mención de los evangelistas.
¿Cuál es esta Sión sino aquella misma que antes se llamaba Jerusalén? Y ella misma era aquel monte al que la Escritura se refiere cuando dice: El monte Sión donde pusiste tu morada; y el Apóstol: Os habéis acercado al monte Sión. ¿Acaso de esta forma se estará aludiendo al coro apostólico, escogido de entre el primitivo pueblo de la circuncisión?
Y esta Sión y Jerusalén es la que recibió la salvación de Dios, la misma que a su vez se yergue sublime sobre el monte de Dios, es decir, sobre su Verbo unigénito: a la cual Dios manda que, una vez ascendida la sublime cumbre, anuncie la palabra de salvación. ¿Y quién es el que evangeliza sino el coro apostólico? ¿Y qué es evangelizar? Predicar a todos los hombres, y en primer lugar a las ciudades de Judá, que Cristo ha venido a la tierra”…
De los comentarios de Eusebio de Cesarea, obispo, sobre el libro de Isaías – Cap. 40: PG 24, 366-367
PARA REZAR
Ven Señor Jesús
Ven Señor Jesús y llenanos
con la alegría de tu presencia.
Que nuestro corazón se desborde
al sentirnos amados de un modo tan grande.
Ven Señor y que contagiemos
con la sencillez y generosidad de una vida
confiada en tus manos
la esperanza en tus promesas.
Ven Señor y danos la fuerza para ser
voz de aquellos que no pueden hablar,
oración de aquellos que no saben
o se han cansado de pedir.
Ven Señor, y que pueda darte gracias
no con palabras de fórmula
sino con un corazón que te descubre a cada paso
y no deja de bendecirte por tu amor y tu ternura.
Lunes de la semana III
El bautismo de Juan ¿de dónde venía?
Lectura del libro de Los Números 24,2-7. 17a
Cuando alzó los ojos y vio a Israel acampado por tribus, el espíritu de Dios vino sobre él y pronunció su poema, diciendo: “Oráculo de Balaam hijo de Beor, oráculo del hombre de mirada penetrante; oráculo del que oye las palabras de Dios y conoce el pensamiento del Altísimo; del que recibe visiones del Todopoderoso, en éxtasis, pero con los ojos abiertos.
¡Qué hermosas son tus carpas, Jacob, y tus moradas, Israel!
Son como quebradas que se extienden, como jardines junto a un río, como áloes que plantó el Señor, como cedros junto a las aguas.
El agua desborda de sus cántaros, su simiente tiene agua en abundancia. Su rey se eleva por encima de Agag y su reino es exaltado.
Entonces pronunció su poema, diciendo: “Oráculo de Balaam, hijo de Beor, oráculo del hombre de mirada penetrante; oráculo del que oye las palabras de Dios y conoce el pensamiento del Altísimo; del que recibe visiones del Todopoderoso, en éxtasis pero con los ojos abiertos.
Lo veo, pero no ahora; lo contemplo, pero no de cerca: una estrella se alza desde Jacob, un cetro surge de Israel: golpea las sienes de Moab y el cráneo de todos los hijos de Set.
Palabra de Dios
SALMO Sal 25(24), 4-5.6-7.8-9.
R: Señor, instrúyeme en tus sendas.
Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R.
Recuerda, Señor, que tu ternura
y tu misericordia son eternas;
acuérdate de mí con misericordia,
por tu bondad, Señor. R.
El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 21, 23-27
Jesús entró en el Templo y, mientras enseñaba, se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo, para decirle: “¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿Y quién te ha dado esa autoridad?”.
Jesús les respondió: “Yo también quiero hacerles una sola pregunta. Si me responden, les diré con qué autoridad hago estas cosas.
¿De dónde venía el bautismo de Juan? ¿Del cielo o de los hombres?”. Ellos se hacían este razonamiento: “Si respondemos: ‘Del cielo’, él nos dirá: ‘Entonces, ¿por qué no creyeron en él?’.
Y si decimos: ‘De los hombres’, debemos temer a la multitud, porque todos consideran a Juan un profeta”.
Por eso respondieron a Jesús: “No sabemos”. El, por su parte, les respondió: “Entonces yo tampoco les diré con qué autoridad hago esto”.
Palabra del Señor
PARA REFLEXIONAR
-
Esta vez es el adivino Balaán el que nos anuncia la salvación de Dios.
-
El rey de Moab le encarga, por su fama de vidente, que maldiga al pueblo de Israel y sus campamentos. Pero Dios toca su corazón, y el adivino pagano se convierte en uno de los mejores profetas del futuro mesiánico. En sus poemas breves, en vez de maldecir, bendice el futuro de Israel. Anuncia la aparición de un héroe que dominará sobre todos los pueblos.
-
Dios, no se deja manipular ni entra en nuestros cálculos.
-
Es una profecía que en un primer momento se interpretó como cumplida en el rey David, pero que luego los mismos israelitas dirigieron a la espera del Mesías.
***
-
De nuevo Jesús habla del Bautista y lo presenta como profeta enviado por Dios.
-
Después de expulsar a los mercaderes del Templo, las autoridades le preguntan en público: « ¿con qué autoridad haces esto?».
-
Jesús, como tantas veces en el evangelio, elude elegantemente la cuestión que no era sincera. Desenmascara a los sumos sacerdotes y ancianos del pueblo. No pueden contestar que es meramente autoridad humana, porque el pueblo tiene a Juan como profeta de Dios. Pero si su autoridad -la de Juan y en el fondo, la de Jesús- viene del cielo, entonces no se lo puede ignorar, hay que aceptarlo y hacerle caso. El pueblo sí lo ha hecho, pero muchos de las clases dirigentes no.
-
Los dirigentes de Israel no quieren aceptar a Juan.
-
La peor ceguera es la voluntaria. Aquí se cumple una vez más lo que decía Jesús: que los que se creen sabios no saben nada, y los sencillos y humildes son los que alcanzan la verdadera sabiduría.
-
El Dios del ayer es el Dios del hoy y el Dios del mañana. El que vino, el que viene, el que vendrá. Cada día, no sólo en la Eucaristía, sino a lo largo de la jornada, en esos pequeños encuentros personales y acontecimientos, sucede una continuada venida de Dios a nuestra vida, si estamos despiertos y sabemos interpretar la historia.
PARA DISCERNIR
- ¿Me abro a la propuesta que la Palabra me hace cada día?
- ¿Discierno la realidad desde la meditación y la oración de la Palabra?
- ¿Dejo que Dios me sorprenda y acojo su voluntad?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Haz Señor que camine con lealtad
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
…”¿De verdad quieres convertirte? ¿Quieres ser transformado? ¿O bien mantienes fuertemente con una mano tus viejos modos, mientras con la otra suplicas a la gente que te ayude a cambiar?
La conversión es algo que no puedes regalarte a ti mismo. No es cuestión de fuerza de voluntad. Tienes que confiar en la voz interior que te muestra el camino. Conoces esa voz. Te miras en ella a menudo.
Pero después de haber oído con claridad lo que se te pide que hagas, empiezas a poner pegas y a buscar la opinión de los demás. De esa forma te ves atrapado en una incontable variedad de opiniones, sentimientos e ideas contradictorios, y pierdes el contacto con Dios que está contigo. Así terminas por depender de las personas que te has buscado para que estén a tu alrededor.
Sólo con una atención constante a la voz interior te convertirás a una nueva vida libre y gozosa”…
H. J. M. Nouwen, La voz interior del amor, Madrid 1997, 20.
PARA REZAR
De luz nueva se viste la tierra,
porque el Sol que del cielo ha venido
en el seno feliz de la Virgen
de su carne se ha revestido.
El amor hizo nuevas cosas,
el Espíritu ha descendido
y la sombra del que es poderoso
en la Virgen su luz ha encendido.
Ya la tierra reclama su fruto
y de bodas se anuncia alegría,
el Señor que en los cielos moraba
se hizo carne en la Virgen María.
Gloria a Dios, el Señor poderoso,
a su Hijo y Espíritu Santo,
que en su gracia y su amor nos bendijo
y a su reino nos ha destinado. Amén.
Himno de Adviento
14 de diciembre
San Juan de la Cruz
Oremos
Oh Dios, que inspiraste a San Juan un amor extraordinario a la cruz y a la renuncia de sí mismo, concédenos seguir intensamente su ejemplo, para alcanzar la gloria eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Martes de la semana III
Vino Juan…y los pecadores le creyeron
Lectura de la profecía de Sofonías 3, 9-13
Así habla el Señor:
¡Ay de la rebelde, de la impura, de la ciudad opresora! Ella no escuchó el llamado, no aprendió la lección, no puso su confianza en el Señor ni se acercó a su Dios.
Entonces, yo haré que sean puros los labios de los pueblos, para que todos invoquen el nombre del Señor y lo sirvan con el mismo empeño. Desde más allá de los ríos de Cus, mis adoradores, los que están dispersos, me traerán ofrendas.
Aquel día, ya no tendrás que avergonzarte de las malas acciones con las que me has ofendido, porque yo apartaré a esos jactanciosos prepotentes que están en medio de ti, y ya no volverás a engreírte sobre mi santa Montaña.
Yo dejaré en medio de ti a un pueblo pobre y humilde, que se refugiará en el nombre del Señor. El resto de Israel no cometerá injusticias ni hablará falsamente; y no se encontrarán en su boca palabras engañosas. Ellos pacerán y descansarán sin que nadie los perturbe.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 33, 2-3. 6-7. 17-18. 19 y 23 (R.: 7a)
R. El pobre invocó al Señor, y él lo escuchó.
Bendeciré al Señor en todo tiempo,
su alabanza estará siempre en mis labios.
Mi alma se gloría en el Señor:
que lo oigan los humildes y se alegren. R.
Miren hacia él y quedarán resplandecientes,
y sus rostros no se avergonzarán.
Este pobre hombre invocó al Señor:
él lo escuchó y lo salvó de sus angustias. R.
El Señor rechaza a los que hacen el mal,
para borrar su recuerdo de la tierra.
Cuando los justos claman, el Señor los escucha
y los libra de todas sus angustias. R.
El Señor está cerca del que sufre
y salva a los que están abatidos.
El Señor rescata a sus servidores,
y los que se refugian en él no serán castigados. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 21, 28-32
Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
« ¿Qué les parece? Un hombre tenía dos hijos y, dirigiéndose al primero, le dijo: “Hijo, quiero que hoy vayas a trabajar a mi viña.” El respondió: “No quiero.” Pero después se arrepintió y fue.
Dirigiéndose al segundo, le dijo lo mismo y este le respondió: “Voy, Señor”, pero no fue. ¿Cuál de los dos cumplió la voluntad de su padre?»
«El primero», le respondieron.
Jesús les dijo: «Les aseguro que los publicanos y las prostitutas llegan antes que ustedes al Reino de Dios.
En efecto, Juan vino a ustedes por el camino de la justicia y no creyeron en él; en cambio, los publicanos y las prostitutas creyeron en él. Pero ustedes, ni siquiera al ver este ejemplo, se han arrepentido ni han creído en él.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
-
Sofonías escribe un siglo después de Isaías, aproximadamente en el 640. La historia del pueblo escogido es una larga serie de infidelidades: idolatrías, injusticias sociales, hipocresía religiosa.
-
Los primeros versículos que leemos hoy constituyen una queja dolorosa de Dios, al ver que Jerusalén, lejos de oír su voz, de buscarlo y arrepentirse con sincera conversión, se ha vuelto ciudad rebelde, manchada, opresora, ciudad materialista. Es tarea de los profetas denunciar ese mal.
-
Pero en la última parte del texto, Dios redunda en promesas de restauración mesiánica. Y no sólo para Jerusalén, sino para todos los pueblos, a los que dará “labios puros” para que “le invoquen y lo sirvan unánimes”.
-
El profeta tiene una visión mesiánica y universalista; anuncia que las desgracias que sobrevendrán a Jerusalén, la purificarán y que será el comienzo de una era nueva, que verá la conversión y la afluencia de paganos en el pueblo de Dios.
-
Un pueblo que experimenta su debilidad y su pobreza, encontrará su fortaleza en una vuelta sincera a Dios, reconociéndose pobre y débil ante Él. Este reconocimiento es lo que lo hace grato a los ojos de Dios.
***
-
La conversación con los doctores de la ley viene seguida de la parábola de los dos hijos. Mientras uno de los hijos dice “sí”, sin medir las consecuencias, el otro reflexiona y vuelve sobre su primera afirmación y termina por cumplir la misión que su Padre la había confiado.
-
Jesús coloca a los fariseos como delante un espejo. De poco les sirve un piadoso cumplimiento y un santo discurso, si existe la distancia de dos mundos entre las palabras y las acciones.
-
No deja de asombrar el evangelio cuando Jesús coloca los publicanos y las prostitutas encabezando el cortejo que entra en el Reino de Dios. Jesús no hace apología del robo, ni de la prostitución. Detrás de estas comparaciones busca mostrar que a Dios sólo le interesa la confianza que el hombre es capaz de tener en su palabra de vida y salvación.
-
Los publicanos son justificados no por haber robado, sino por haber creído en quien los invitó a seguirlo. La salvación no se alcanza por acumular méritos, sino por creer en la gracia del que salva a los pobres y a los que se convierten de corazón. Juan Bautista recibió el odio de los fariseos, de los sacerdotes y de los ancianos por haber recibido a todo hombre sin pedirle otra cosa que la conversión del corazón, sin importar tanto el pasado, sino la vida nueva de la gracia, que mira siempre hacia adelante.
PARA DISCERNIR
-
¿Somos capaces de volver sobre nuestros pasos cuan do nos equivocamos?
-
¿Juzgamos a los demás según su pasado o damos oportunidades?
-
¿Nos detenemos en el pasado o confiamos en lo que Dios puede obrar en nosotros?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Quiero hacer tu voluntad Señor
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
…”Oh pueblos, oh tierra entera, gritemos al Señor, y escuchará nuestra oración, porque el Señor se alegra del arrepentimiento y de la conversión de los hombres. Todas las potencias celestes esperan que también gocemos de la suavidad de Dios y contemplemos la belleza de su rostro. Cuando los hombres conservan el santo temor de Dios, la vida en la tierra es serena y dulce. Ahora, sin embargo, los hombres han comenzado a vivir según su propia voluntad y su razón, y han abandonado los santos mandamientos, y esperan encontrar felicidad sin el Señor, no sabiendo que sólo el Señor es nuestra verdadera alegría y sólo en el Señor el hombre encuentra felicidad.
Él caldea el alma como el sol reaviva las flores del campo y como el viento le acuna, infundiéndole vida.
Señor, dirige tu pueblo hacia ti, para que conozca tu amor y todos vean en el Espíritu Santo la mansedumbre de tu rostro: que todos gocen aquí en la tierra de la visión de tu rostro y -viéndote como eres- se asemejen a ti. Gloria al Señor, porque nos ha concedido el arrepentimiento y por medio del arrepentimiento todos seremos salvados sin excepción”…
Archimandrita Sofronio, Silvano del Monte Athos
Para rezar
De luz nueva se viste la tierra,
porque el sol que del cielo ha venido
en el seno feliz de la Virgen
de su carne se ha revestido.
El amor hizo nuevas las cosas,
el Espíritu ha descendido
y la sombra del que es poderoso
en la Virgen su luz ha encendido.
Ya la tierra reclama su fruto
y de bodas se anuncia la alegría,
el Señor que en los cielos moraba
se hizo carne en la Virgen María.
Gloria a Dios, el Señor poderoso,
a su Hijo y Espíritu Santo,
que en su gracia y su amor nos bendijo
y a su reino nos ha destinado.
Amén
Miércoles de la semana III
Anuncien a Juan lo que han visto y oído
Lectura del profeta Isaías 45,6b-8.18.21b-25
“Yo soy el Señor y no hay otro: artífice de la luz, creador de las tinieblas, autor de la paz, creador de la desgracia; yo, el Señor, hago todo esto. Cielos, destilad el rocío; nubes, derramad la victoria; ábrase la tierra y brote la salvación, y con ella germine la justicia; yo, el Señor, lo he creado.”
Así dice el Señor, creador del cielo _él es Dios_, él modeló la tierra, la fabricó y la afianzó; no la creó vacía, sino que la formó habitable: “Yo soy el Señor, y no hay otro. No hay otro Dios fuera de mí. Yo soy un Dios justo y salvador, y no hay ninguno más. Volveos hacia mí para salvaros, confines de la tierra, pues yo soy Dios, y no hay otro. Yo juro por mi nombre, de mi boca sale una sentencia, una palabra irrevocable: “Ante mí se doblará toda rodilla, por mí jurará toda lengua”; dirán: “Sólo el Señor tiene la justicia y el poder”. A él vendrán avergonzados los que se enardecían contra él; con el Señor triunfará y se gloriará la estirpe de Israel.”
Palabra de Dios.
SALMO Sal 84
-
Cielos, destilad el rocío; nubes, derramad al Justo.
Voy a escuchar lo que dice el Señor:
“Dios anuncia la paz
a su pueblo y a sus amigos.”
La salvación está ya cerca de sus fieles,
y la gloria habitará en nuestra tierra. R.
La misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo. R.
El Señor nos dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 7,19-23
En aquel tiempo, Juan envió a dos de sus discípulos a preguntar al Señor: “¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?” Los hombres se presentaron a Jesús y le dijeron:
“Juan, el Bautista nos ha mandado a preguntarte:
“¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?”
Y en aquella ocasión Jesús curó a muchos de enfermedades, achaques y malos espíritus, y a muchos ciegos les otorgó la vista. Después contestó a los enviados: “Vayan a anunciar a Juan lo que han visto y oído: los ciegos ven, los inválidos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia el Evangelio. Y dichoso el que no se escandalice de mí.”
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
El único que puede salvar es Dios. Él es el todopoderoso, el creador de la luz y las tinieblas, de la paz y de las tribulaciones. Sólo a El podemos clamar pidiendo salvación y justicia.
Los profetas intentaban recordar al pueblo, la existencia y la actuación de ese Dios trascendente, el único, el «todo Otro», lleno de poder y de misericordia a la vez, Señor del cosmos y de la historia.
De esta convicción brota la oración más propia del Adviento: «cielos, lloved vuestro rocío, ábrase la tierra y brote el Salvador». El único que puede concedernos eso es Dios.
***
El Bautista, sigue siendo el personaje de esta semana. Envía desde la cárcel a los discípulos con la pregunta crucial: «¿eres tú, o esperamos a otro?». El Bautista orienta a sus discípulos hacia Jesús.
La respuesta de Jesús es muy concreta y está llena de sentido pedagógico.
Sus obras, son las que demuestran que en Él se cumplen los signos mesiánicos que anunciaban los profetas y que hemos ido escuchando en las semanas anteriores: devuelve la vista a los ciegos, cura a muchos de sus achaques y malos espíritus, resucita a los muertos, y a los pobres les anuncia la Buena Noticia. Ésa es la mejor prueba de que Dios está actuando: el consuelo, la curación, la paz, el anuncio de la Buena Noticia de la salvación.
Todo cristiano puede, en este Adviento, ante todo crecer él mismo en su fe, y luego transmitirla a los demás, evangelizar, conducir a Jesús. Todo el que está trabajando en el campo de la evangelización, está acercando la salvación a este mundo, está siendo profeta y precursor de Adviento para los demás. Para que no sigan esperando a otro, y se enteren que ya ha venido el Salvador enviado por Dios.
El programa mesiánico sólo está inaugurado, sigue en marcha hasta el final. Y somos nosotros los que lo llevamos adelante.
PARA DISCERNIR
- ¿Actuamos como el Bautista, siendo precursores de una Buena Noticia?
-
¿Qué respuestas tenemos para las búsquedas, para las esperas de los hombres de hoy?
-
Nuestras obras ¿hablan del Dios de la Vida?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Venga a nosotros tu Reino
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
«La Buena Nueva es anunciada a los pobres»
La luz del sol, vista con los ojos de nuestro cuerpo, anuncia el sol espiritual, el «Sol de justicia» (Ml 3,20). Verdaderamente, es el más dulce sol que haya podido amanecer para los que, en aquel tiempo, tuvieron la dicha de ser sus discípulos, y pudieron mirarle con sus ojos todo el tiempo que él compartió la misma vida de los hombres como si fuera un hombre ordinario. Y, sin embargo, por naturaleza era Dios verdadero; por eso fue capaz de devolver la vista a los ciegos, hacer andar a los cojos y oír a los sordos; purificó a los leprosos y, con sólo una palabra, llamó a los muertos a la vida.
Y aún ahora no hay nada más dulce que fijar la mirada de nuestro espíritu sobre él para contemplar y representarse su inexpresable y divina belleza; no hay nada más dulce que estar iluminados y embellecidos por esta participación y comunión con su luz, tener el corazón pacificado, el alma santificada, y estar llenos de esta alegría divina todos los días de la vida presente… En verdad, este Sol de justicia es, para los que le miran, el proveedor del gozo, según la profecía de Isaías: «¡Los justos se alegran, gozan en la presencia de Dios, rebosando de alegría!» Y también: «¡Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren!» (Sl 67,4; 33,1)
San Gregorio de Agrigento (hacia 559-hacia 594), obispo – Comentario sobre el Eclesiastés, 10,2
PARA REZAR
Tiempo de Cambio y Conversión
Adviento,
tiempo de cambio y conversión.
Para preparar el nacimiento del Señor
hay que enderezar los caminos…
nos enseña Juan el Bautista,
que a su vez lo aprendió de Isaías,
y a los dos los encontramos
en los textos bíblicos del Adviento.
Porque para vivir como Dios pide
el camino es su Palabra.
¿Qué deberás allanar en tu camino
hacia el Padre y su proyecto?
En tu vida personal, en la mía, en la nuestra…
¿Cuáles son los escollos
que ofrecemos a la senda
que el Señor nos propone?
Adviento, tiempo de cambio.
Reencuentro con Dios-Esperanza,
que busca un lugar para nacer
en nuestro corazón,
y desde allí alimentar
nuestra conversión y sostenerla…
Porque lo difícil es
perseverar en el cambio,
y por eso te pedimos,
Señor de la Esperanza,
camina con nosotros,
camina cerca nuestro,
tómanos de la mano
para no desviar el rumbo.
Ayúdanos a vivir este Adviento
como tiempo de conversión,
para aprender a dar la vuelta,
reconocer tus pasos,
y caminar, con decisión,
por el sendero del Evangelio.
Caminar al encuentro del Dios de la Vida,
abriendo el corazón a su Palabra,
aprendiendo a escuchar su llamado,
y respondiendo con compromiso de vida.
Por el camino de la justicia y la paz,
por el camino de la opción por los pobres,
por el camino de la vida comunitaria
y la esperanza tozuda en un mañana distinto,
por el camino de Jesús, con el aliento del Espíritu,
hacia el Reino del Padre…
que asoma como brote nuevo y siempre vivo
en cada Navidad.
- Que así sea –
Marcelo A. Murúa
17 de diciembre
De María nació Jesús llamado Cristo
Lectura del libro del Génesis 49, 1-2. 8-10
Jacob llamó a sus hijos y les habló en estos términos:
«Reúnanse, para que yo les anuncie lo que les va a suceder en el futuro:
Reúnanse y escuchen, hijos de Jacob, oigan a Israel, su padre.
A ti, Judá, te alabarán tus hermanos, tomarás a tus enemigos por la nuca y los hijos de tu padre se postrarán ante ti. Judá es un cachorro de león. -¡Has vuelto de la matanza, hijo mío!- Se recuesta, se tiende como un león, como una leona: ¿quién lo hará levantar?
El cetro no se apartará de Judá ni el bastón de mando de entre sus piernas, hasta que llegue aquel a quien le pertenece y a quien los pueblos deben obediencia.»
Palabra de Dios.
SALMO Sal 71, 1-2. 3-4ab. 7-8. 17 (R.: cf. 7)
R. Que en sus días florezca la justicia y abunde la paz eternamente.
Concede, Señor, tu justicia al rey
y tu rectitud al descendiente de reyes,
para que gobierne a tu pueblo con justicia
y a tus pobres con rectitud. R.
Que las montañas traigan al pueblo la paz,
y las colinas, la justicia;
que él defienda a los humildes del pueblo,
socorra a los hijos de los pobres. R.
Que en sus días florezca la justicia
y abunde la paz, mientras dure la luna;
que domine de un mar hasta el otro,
y desde el Río hasta los confines de la tierra. R.
Que perdure su nombre para siempre
y su linaje permanezca como el sol;
que él sea la bendición de todos los pueblos
y todas las naciones lo proclamen feliz. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 1, 1-17
Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham:
Abraham fue padre de Isaac; Isaac, padre de Jacob; Jacob, padre de Judá y de sus hermanos. Judá fue padre de Fares y de Zará, y la madre de estos fue Tamar. Fares fue padre de Esrón; Esrón, padre de Arám; Arám, padre de Aminadab; Aminadab, padre de Naasón; Naasón, padre de Salmón. Salmón fue padre de Booz, y la madre de este fue Rahab. Booz fue padre de Obed, y la madre de este fue Rut. Obed fue padre de Jesé; Jesé, padre del rey David.
David fue padre de Salomón, y la madre de este fue la que había sido mujer de Urías. Salomón fue padre de Roboám; Roboám, padre de Abías; Abías, padre de Asá; Asá, padre de Josafat; Josafat, padre de Jorám; Jorám, padre de Ozías. Ozías fue padre de Joatám; Joatám, padre de Acaz; Acaz, padre de Ezequías; Ezequías, padre de Manasés. Manasés fue padre de Amón; Amón, padre de Josías; Josías, padre de Jeconías y de sus hermanos, durante el destierro en Babilonia.
Después del destierro en Babilonia: Jeconías fue padre de Salatiel; Salatiel, padre de Zorobabel; Zorobabel, padre de Abiud; Abiud, padre de Eliacím; Eliacím, padre de Azor. Azor fue padre de Sadoc; Sadoc, padre de Aquím; Aquím, padre de Eliud; Eliud, padre de Eleazar; Eleazar, padre de Matán; Matán, padre de Jacob. Jacob fue padre de José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, que es llamado Cristo.
El total de las generaciones es, por lo tanto: desde Abraham hasta David, catorce generaciones; desde David hasta el destierro en Babilonia, catorce generaciones; desde el destierro en Babilonia hasta Cristo, catorce generaciones.
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
-
La escena del Génesis nos prepara para escuchar luego la genealogía de Jesús. La salvación futura, se perfila de un modo ya bastante concreto en este poema, en boca del anciano Jacob, que se despide de sus hijos. Es la familia de su hijo Judá, la elegida por Dios, para que de ella nazca el Mesías.
***
-
Mateo empieza su evangelio con el árbol genealógico de Jesús. No se trata de una enumeración de los antepasados de Jesús. Es la historia del «adviento» de Jesús que nos ayuda a entender mejor el misterio del Dios-con-nosotros.
-
El Hijo de Dios, la Palabra eterna del Padre, se ha encarnado plenamente en la historia humana arraigándose en el pueblo concreto de Israel. Pertenece con pleno derecho a la familia humana. Jesús, no sólo está profundamente enraizado en nuestra historia, sino que es el culmen de la historia humana.
-
Lo importante es que los nombres que aparecen no son los de una letanía de Santos. El se ha unido con el ser humano y no con el más limpio y puro, sino con una familia en la que entre sus antepasados hay personajes famosos e ilustres, y también criminales y pecadores de todo tipo. Jacob le arrancó con trampas su primogenitura a Esaú. Judá vendió a su hermano José. David es una mezcla de santo y pecador. La mayoría de los reyes son idólatras y asesinos. Aun las mujeres nombradas no tienen un legajo muy recomendable: incestuosas como Tamar, prostitutas como Rahab, adúlteras como Betsabé; la única que no tiene nada reprochable es Rut, pero pertenecía a Moab, un pueblo odiado por los israelitas.
-
Después del destierro hay muy pocos que se distingan por sus valores humanos y religiosos hasta llegar a los dos últimos nombres, José y María. Los pensamientos de Dios no son los de los hombres. Dios va construyendo la historia de la salvación a partir personas concretas.
-
Pero el Mesías salvador nace por una intervención directa de Dios en la historia humana. Jesús no es un hombre cualquiera. El nacimiento virginal, por obra del Espíritu Santo, nos muestra esta acción de Dios como una segunda creación, que supera la descrita en el Génesis.
-
Jesús se arraiga en la humanidad al cabo de una historia marcada por el pecado, pero también por la esperanza. Todos somos solidarios de Cristo, primero por la carne y luego por la fe.
-
También la Navidad de cada año, la celebramos hombres y mujeres débiles, pecadores y con un pasado tal vez cargado de muchas sombras. Dios quiere conceder su gracia a personas que tal vez tampoco son un modelo de santidad. Esto es una invitación a mirar a todos con ojos nuevos, sin menospreciar a nadie. Nadie está imposibilitado para recibir la salvación. Jesús viene a sanar a los enfermos y a salvar a los pecadores, no a felicitar a los sanos, a canonizar a los buenos. En esto se apoya nuestra confianza.
-
En cada Navidad, el Señor quiere darnos la oportunidad de rehacer nuestra vida, de tal forma que en adelante, nos podamos manifestar como hijos de Dios, llenos de amor, de perdón y de ternura, como Él se ha manifestado con nosotros.
-
Este tiempo de adviento es un tiempo para mirarnos, reconocernos, aceptarnos, para dejar que Dios nos ame y nos salve, en y desde la historia concreta de cada uno.
PARA DISCERNIR
-
¿Acepto mi historia y mi presente?
-
¿Puedo leer mi vida como una historia que vamos haciendo codo a codo con Dios?
-
¿Tengo esperanza en las promesas de Dios?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Que te reconozca Jesús
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
…”Los largos y prodigiosos siglos que preceden al primer nacimiento no están vacíos de Cristo, sino penetrados por su potente influjo.
Es la agitación de su concepción la que mueve las masas cósmicas y dirige las primeras corrientes biosféricas. La preparación de su nacimiento es la que
acelera el progreso del instinto y hace que el pensamiento desemboque en la tierra. No nos escandalicemos ingenuamente de la interminable espera que nos ha impuesto el Mesías.
Se requería nada menos que las espantosas y anónimas fatigas del hombre primitivo, la durable belleza egipcia, la espera inquieta de Israel, el perfume destilado del misticismo oriental, la sabiduría cien veces refinada de los griegos, para que del tronco de Jesé y de la humanidad germinase un retoño y pudiese abrirse la Flor.
Todas estas preparaciones eran cósmicamente, biológicamente necesarias para que Cristo entrase en la escena humana. Y toda esta agitación se movía por el desvelo activo y creador de su alma en cuanto que esta alma era elegida para animar al Universo.
Cuando Cristo aparece en brazos de María, en él se elevaba todo el mundo.
No, yo no me escandalizo de estas esperas interminables y de estos largos preparativos. Todavía lo contemplo en el corazón de los hombres de hoy, que, de luz en luz, caminan lentamente hacia aquel que es la luz. Caminan hacia esta Palabra que ha sido pronunciada, pero todavía no escuchada, algo así como el esplendor de las estrellas que emplean tantos años para llegar a nuestros ojos”…
P. Teilhard de Chardin, El medio divino.
PARA REZAR
Ven Señor Jesús
Ven Señor Jesús, hijo de Dios
que entraste en el mundo como uno de tantos,
que podamos en tu Iglesia mostrarte
como único salvador y redentor.
Ven Señor Jesús, a nuestra historia
de miseria y de pecado para que comprendiendo
tu amor redentor descubramos que cada momento
de nuestra existencia
forma parte de una historia de salvación.
Ven Señor Jesús, y danos tu sabiduría y dulzura
que nos permita trabajar en las cosas cotidianas
dejando una impronta de tu presencia.
18 de diciembre
Salvará al pueblo de todos sus pecados
Lectura del libro del profeta Jeremías 23, 5-8
Llegarán los días -oráculo del Señor- en que suscitaré para David un germen justo; él reinará como rey y será prudente, practicará la justicia y el derecho en el país. En sus días, Judá estará a salvo e Israel habitará seguro. Y se lo llamará con este nombre: «El Señor es nuestra justicia.»
Por eso, llegarán los días -oráculo del Señor- en que ya no se dirá: «Por la vida del Señor que hizo subir a los israelitas del país de Egipto», sino más bien: «Por la vida del Señor que hizo subir a los descendientes de la casa de Israel, y los hizo llegar del país del Norte y de todos los países adonde los había expulsado, para que habiten en su propio suelo.»
Palabra de Dios.
SALMO Sal 71, 1-2. 12-13. 18-19 (R.: cf. 7)
R. Que en sus días florezca la justicia y abunde la paz eternamente.
Concede, Señor, tu justicia al rey
y tu rectitud al descendiente de reyes,
para que gobierne a tu pueblo con justicia
y a tus pobres con rectitud. R.
Porque él librará al pobre que suplica
y al humilde que está desamparado.
Tendrá compasión del débil y del pobre,
y salvará la vida de los indigentes. R.
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
el único que hace maravillas.
Sea bendito eternamente su Nombre glorioso
y que su gloria llene toda la tierra.
¡Amén! ¡Amén! R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 1, 18-24
Este fue el origen de Jesucristo:
María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto.
Mientras pensaba en esto, el Angel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados.»
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el Profeta: La Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emmanuel, que traducido significa: «Dios con nosotros.»
Al despertar, José hizo lo que el Angel del Señor le había ordenado: llevó a María a su casa.
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
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A pesar de las muchas infidelidades, sigue en pie el amor de Dios por su pueblo. Así como lo libró una vez de Egipto, en el primer éxodo, será grande la intervención de Dios liberándolo del destierro de Babilonia, y haciéndolos volver a Jerusalén. Con debilidades continuas por parte del pueblo, y con fidelidad admirable por parte de Dios, sigue adelante la historia de la salvación y el Señor reafirma su promesa.
-
Un nuevo rey, un vástago de la casa de David reinará como verdadero rey, será inteligente y prudente, practicará el derecho y la justicia en la tierra. En oposición a lo que han conocido, éste será un rey justo, prudente que salvará y dará seguridad a Israel. Por eso se llamará «el Señor, nuestra justicia». De modo que, en la humanidad pecadora hay un «germen justo», un germen de Dios. En la dinastía de David, tan condenable, hay un germen de Mesías. Toda una tradición presentaba al Mesías como un descendiente de la familia de David. María está comprometida con “José, descendiente de David”.
***
-
Según las costumbres judías el matrimonio se celebraba en dos etapas: el contrato y luego la vida matrimonial. El contrato los constituía como matrimonio, sólo que la mujer seguía viviendo bajo la autoridad y en la casa de su padre. Entre estos dos momentos transcurría un tiempo, que podía durar hasta un año. El contrato podía hacerse desde que la joven tenía doce años; el intervalo daba tiempo a la maduración física de la esposa. La fidelidad que debía la desposada a su marido, era la misma de una mujer casada, de modo que, la infidelidad se consideraba adulterio.
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José y María están unidos por contrato, pero aún no vivían juntos. El desconcierto de José, es muy grande y comprensible al notar que María está embarazada sin haber convivido. La ley, ordenaba denunciar a la mujer que había sido infiel a su prometido y apedrearla frente a la casa de su padre.
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José, ama demasiado a María como para buscar esa condena para ella; y por eso decide abandonarla en secreto. De ese modo, no habrá esposo que la denuncie y al creer que el hijo es de José, se evitarán habladurías.
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La intervención de Dios se hace necesaria para que José participe y no quede fuera del misterio de la Encarnación. El ángel disipa sus dudas, le anuncia el nacimiento y le encarga, como a padre legal, imponerle el nombre Jesús, que significa «Dios salva». Jesús hará lo que es propio del Mesías, restablecer la justicia: librar al hombre oprimido bajo el peso del pecado.
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Así prepara Dios para su Hijo, un hogar en el mundo, padres que lo eduquen y lo protejan hasta que se valga por sí mismo, un nombre, unos antepasados que lo vinculan a las más queridas esperanzas de Israel. Un ambiente en el cual pueda crecer en la realización de su misión. La historia de Jesús, es la historia de una esperanza cumplida, que ya estaba presente en su pueblo, pero que se presenta con otras constantes: el silencio, la pobreza, la misericordia, la debilidad, la compasión. Creer en Jesucristo, como hijo de Dios, supone aceptar la presencia de Dios que está con nosotros, desde dentro de la historia humana.
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La obediencia de José, nos enseña que a Dios hay que dejarlo ser Dios y no encasillarlo en las lógicas humanas. Dios rompe la medida de nuestros planteos y especulaciones. Aún es posible que Dios se revele y nos invite a ver las cosas de manera diferente.
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En este Adviento, somos invitados para que con una disponibilidad y obediencia como las que tuvieron José y María, nos hagamos instrumentos del nacimiento de Cristo en muchas personas, para que experimenten la cercanía y ternura del Emmanuel, que es Dios con nosotros.
PARA DISCERNIR
-
¿Cómo experimentamos a Jesús en nuestra vida?
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¿Dejamos que alguien nos revele el misterio de Jesús?
-
¿De qué me tengo que dejar salvar?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Quiero testimoniar tu cercanía y ternura Señor
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
…”Frente al misterio divino, José ha sabido mantener el tono justo. No se dejó llevar por sentimientos humanos. No puede comprender lo que percibe en María y no quiere penetrar el misterio. Más bien se retira aparte, con tímida y respetuosa veneración, abandonándose a la voluntad de Dios y dejando en sus manos todo lo demás.
Pero en cuanto comprende cuál es la voluntad divina, no duda un instante ni opone dificultades, en seguida lleva a la práctica lo que el ángel le había mandado. Sólo él, totalmente dispuesto a obedecer al Señor, podrá escuchar su Palabra y colaborar en su obra, porque sólo sabe obedecer quien sabe escuchar. Y José obedece a la Palabra, la pone en práctica, declarándose con sus obras dócil instrumento en manos del Altísimo. José no quiere nada para sí, sólo pretende estar sencillamente a disposición de Dios.
Toma consigo a María, su esposa, pero no para poseerla como esposa, sino para cumplir la voluntad de Dios, para que ella pueda dar a luz a su Hijo. Pero será él, José, también por obediencia, quien imponga el nombre al hijo. Ese nombre en torno al cual gira el universo y por cuya voluntad todo ha sido creado: Jesús, el Mesías.
El Antiguo y el Nuevo Testamento, las palabras de los profetas y las de Dios, el nombre y su significado, lo divino y lo humano confluyen en aquel que une todo y. a todos: Jesús, el Mesías Salvador”…
R. Grotzwiller, Meditaciones sobre Mateo.
PARA REZAR
Ven Señor Jesús
Ven Señor Jesús,
para que podamos fortalecer
de tal manera nuestras palabras,
que se transformen
en acciones que nos tomen la vida.
Ven Señor Jesús,
para que la transparencia de tu vida
nos anime a transparentar,
sin miedo lo que hay en nosotros,
para que lo transfigures y lo redimas.
Ven Señor Jesús,
y dirige hacia nosotros tu palabra
para que podamos hacerla nuestra,
y desde nosotros,
sea de todos los que te buscan con sincero corazón,
para que los transfigures y los redimas.
Ven Señor Jesús,
para que sintamos el gozo de tu amor,
la certeza de tu paciencia inacabable
y la esperanza que nos da tu misericordia.
19 de diciembre
No temas tu súplica ha sido escuchada
Lectura del libro de los Jueces 13, 2-7. 24-25a
Había un hombre de Sorá, del clan de los danitas, que se llamaba Manóaj. Su mujer era estéril y no tenía hijos.
El Ángel del Señor se apareció a la mujer y le dijo: «Tú eres estéril y no has tenido hijos, pero vas a concebir y a dar a luz un hijo. Ahora, deja de beber vino o cualquier bebida fermentada, y no comas nada impuro. Porque concebirás y darás a luz un hijo. La navaja nunca pasará por su cabeza, porque el niño estará consagrado a Dios desde el seno materno. El comenzará a salvar a Israel del poder de los filisteos.»
La mujer fue a decir a su marido: «Un hombre de Dios ha venido a verme. Su aspecto era tan imponente, que parecía un ángel de Dios. Yo no le pregunté de dónde era, ni él me dio a conocer su nombre. Pero me dijo: “Concebirás y darás a luz un hijo. En adelante, no bebas vino ni bebida fermentada, ni comas nada impuro, porque el niño estará consagrado a Dios desde el seno de su madre hasta el día de su muerte.”»
La mujer dio a luz un hijo y lo llamó Sansón. El niño creció y el Señor lo bendijo. Y el espíritu del Señor comenzó a actuar sobre él.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 70, 3-4a. 5-6ab. 16-17 (R.: cf. 8ab)
R. Mi boca proclama tu alabanza y anuncia tu gloria.
Sé para mí una roca protectora, Señor,
tú que decidiste venir siempre en mi ayuda,
porque tú eres mi Roca y mi fortaleza.
Líbrame, Dios mío, de las manos del impío. R.
Porque tú, Señor, eres mi esperanza
y mi seguridad desde mi juventud.
En ti me apoyé desde las entrañas de mi madre;
desde el seno materno fuiste mi protector. R.
Vendré a celebrar las proezas del Señor,
evocaré tu justicia, que es sólo tuya.
Dios mío, tú me enseñaste desde mi juventud,
y hasta hoy he narrado tus maravillas. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1, 5-25
En tiempos de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, de la clase sacerdotal de Abías. Su mujer, llamada Isabel, era descendiente de Aarón. Ambos eran justos a los ojos de Dios y seguían en forma irreprochable todos los mandamientos y preceptos del Señor. Pero no tenían hijos, porque Isabel era estéril; y los dos eran de edad avanzada.
Un día en que su clase estaba de turno y Zacarías ejercía la función sacerdotal delante de Dios, le tocó en suerte, según la costumbre litúrgica, entrar en el Santuario del Señor para quemar el incienso. Toda la asamblea del pueblo permanecía afuera, en oración, mientras se ofrecía el incienso.
Entonces se le apareció el Ángel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías quedó desconcertado y tuvo miedo. Pero el Ángel le dijo: «No temas, Zacarías; tu súplica ha sido escuchada. Isabel, tu esposa, te dará un hijo al que llamarás Juan. El será para ti un motivo de gozo y de alegría, y muchos se alegrarán de su nacimiento, porque será grande a los ojos del Señor. No beberá vino ni bebida alcohólica; estará lleno del Espíritu Santo desde el seno de su madre, y hará que muchos israelitas vuelvan al Señor, su Dios. Precederá al Señor con el espíritu y el poder de Elías, para reconciliar a los padres con sus hijos y atraer a los rebeldes a la sabiduría de los justos, preparando así al Señor un Pueblo bien dispuesto.»
Pero Zacarías dijo al Ángel: « ¿Cómo puedo estar seguro de esto? Porque yo soy anciano y mi esposa es de edad avanzada.»
El Ángel le respondió: «Yo soy Gabriel, el que está delante de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte esta buena noticia. Te quedarás mudo, sin poder hablar hasta el día en que sucedan estas cosas, por no haber creído en mis palabras, que se cumplirán a su debido tiempo.»
Mientras tanto, el pueblo estaba esperando a Zacarías, extrañado de que permaneciera tanto tiempo en el Santuario. Cuando salió, no podía hablarles, y todos comprendieron que había tenido alguna visión en el Santuario. El se expresaba por señas, porque se había quedado mudo.
Al cumplirse el tiempo de su servicio en el Templo, regresó a su casa. Poco después, su esposa Isabel concibió un hijo y permaneció oculta durante cinco meses. Ella pensaba: «Esto es lo que el Señor ha hecho por mí, cuando decidió librarme de lo que me avergonzaba ante los hombres.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
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Muerto Josué, la situación de las tribus israelitas en la tierra prometida no fue siempre tranquila. Los filisteos acosaban mucho a las tribus del sur. Dios quiso suscitar a un hombre para que defienda a su pueblo frente a los filisteos. El ángel de Dios se aparece a la mujer de Manoaj, que era estéril, anunciándole un hijo. Este tendrá un don especial de Dios y tendrá que ser consagrado por el nazareato, llevar una vida de consagración que implicaba ciertas privaciones.
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Dios escoge a una mujer estéril para ser madre del que será defensor de su pueblo. De este modo quiere mostrar su bondad y omnipotencia llevando a cabo su plan salvador a través de lo humanamente inservible.
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El anuncio del nacimiento de Sansón tiene muchos puntos en común con otras anunciaciones del Antiguo y Nuevo Testamento, con la de Isaac, con la de Samuel, con la de Juan Bautista y hasta con la de Jesús. Todos son hijos «dados por Dios». En todas aparecen dos aspectos sobresalientes: el nacimiento del muchacho se debe a una decisión divina ya que su madre era estéril y que el muchacho que nacerá, consagrado a Dios, tendrá una misión importante dentro del pueblo escogido.
***
-
En el evangelio tenemos otra anunciación que se debe a la fuerza exclusiva de Dios: la de Juan el Bautista. También: Isabel, la madre, era estéril, y los dos, también Zacarías, el padre, eran de edad avanzada. La vocación de Juan Bautista “que será grande a los ojos del Señor”, no surge por generación espontánea; está preparada en el corazón y la vida de sus padres, que “eran justos a los ojos de Dios”.
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La esterilidad en ambos relatos, es como un signo de ausencia de bendición; permiten demostrar como Dios interviene maravillosamente en la historia.
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La historia es el lugar desde el cual Dios actúa y salva, pero desde los pobres, desde lo que aparentemente o realmente se muestra como estéril, como incapaz de nada grande, como impotente de cualquier acción y decisión. Y es desde allí, justamente desde lo que no es, desde donde Dios actúa, crea, y salva.
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Hoy también quiere salvarnos, pero necesita de nuestra humilde confianza y disponibilidad. No es bueno fiarnos de nuestras propias fuerzas; ni de las físicas como las de Sansón, ni de las intelectuales o espirituales. Cuando Sansón se independizó de Dios, perdió su fuerza; sin embargo, el Bautista nunca se creyó el Salvador, sino sólo la voz que anuncia su cercanía.
-
Dios puede hacer brotar la salvación de un tronco seco o, de un matrimonio estéril o, de una persona sin cultura. Cuando se asoma algún brote de nueva vida inesperada o no calculada, siempre aparece la incredulidad. La novedad suele casi siempre tener opositores. A veces se hace en nombre de la experiencia, pero en el fondo, es en nombre de una tremenda soberbia, según la cual sólo lo que nace de mí y puedo manejar, es bueno y no lo que nace de los demás.
-
Cuando Dios se compadece, sólo la fe puede descubrirlo y animarse a la acción de gracias, a la alabanza y al anuncio; mientras que la incredulidad, nos reduce al silencio en el cual todo pierde su nombre y valor.
-
Como Dios se fijó en aquella buena mujer israelita estéril y en aquel buen matrimonio de ancianos, y sus hijos fueron decisivos para la historia de Israel; así pone su mirada en nosotros y nos llama a ser sus colaboradores en la gracia salvadora, que en esta Navidad, quiere derramar sobre todos los hombres.
-
Descubramos aquello que ya creíamos seco, sin vida, y pidamos confiadamente que por la gracia del Señor que viene, se transformen en camino de salvación.
PARA DISCERNIR
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¿Hay cosas de mi vida en las que creo que ya se ha dicho la última palabra?
-
¿Creo posible para Dios lo humanamente imposible para mí?
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¿Me abandono con confianza en las manos de Dios providente?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Que se haga en mí Señor tu voluntad
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
San José, modelo de escucha
…”El silencio de san José es un silencio impregnado de la contemplación del misterio de Dios, en una actitud de disponibilidad total a las voluntades divinas. En otras palabras, el silencio de san José no manifiesta un vacío interior, sino por el contrario, una plenitud de fe que lleva en su corazón, y guía cada uno de sus pensamientos y cada una de sus acciones. Un silencio gracias al cual José, al unísono con María, conserva la Palabra de Dios, conocida a través de las Santas Escrituras, confrontándolas permanentemente con los acontecimientos de la vida de Jesús; un silencio entretejido de oración continua, de bendición del Señor, de adoración de su voluntad y de confianza absoluta en su providencia.
¡Dejémonos «contaminar» por el silencio de san José! Tenemos necesidad de ello en un mundo a menudo tan ruidoso que no favorece en absoluto el recogimiento y la escucha de la voz de Dios. En este tiempo de preparación a la Navidad, cultivemos el recogimiento interior, para acoger y conservar a Jesús en nuestra vida”…
Papa Benedicto XVI
PARA REZAR
Ven Señor Jesús
Ven Señor Jesús,
regalanos tu palabra
y ayudanos a comprender como nuestra vida
es un proyecto de tu amor.
Ven Señor Jesús,
reanima nuestro corazón cansado y decepcionado
para renazca,
a un renovado deseo de amor por todos los hombres.
Ven Señor Jesús,
para que la fe nos dé una mirada nueva
y podamos contar tus maravillas,
que transforman nuestras debilidades y pobrezas,
en caminos ciertos de salvación.
Tiempo de Adviento – Ciclo B
Domingo II
Lunes de la semana II
Martes de la semana II
8 de diciembre
Inmaculada Concepción de la Virgen María
Miércoles de la semana II
Jueves de la semana II
Viernes de la semana II
Sábado de la semana II
12 de diciembre
Ntra. Sra. de Guadalupe (F)
Tiempo de Adviento – Ciclo B
Domingo II
Preparen el camino del Señor
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del profeta Isaías 40,1-5.9-11.
¡Consuelen, consuelen a mi Pueblo, dice su Dios!
Hablen al corazón de Jerusalén y anúncienle que su tiempo de servicio se ha cumplido, que su culpa está paga, que ha recibido de la mano del Señor doble castigo por todos sus pecados.
Una voz proclama: ¡Preparen en el desierto el camino del Señor, tracen en la estepa un sendero para nuestro Dios!
¡Que se rellenen todos los valles y se aplanen todas las montañas y colinas; que las quebradas se conviertan en llanuras y los terrenos escarpados, en planicies!
Entonces se revelará la gloria del Señor y todos los hombres la verán juntamente, porque ha hablado la boca del Señor.
Súbete a una montaña elevada, tú que llevas la buena noticia a Sión; levanta con fuerza tu voz, tú que llevas la buena noticia a Jerusalén. Levántala sin temor, di a las ciudades de Judá: “¡Aquí está su Dios!”.
Ya llega el Señor con poder y su brazo le asegura el dominio: el premio de su victoria lo acompaña y su recompensa lo precede.
Como un pastor, él apacienta su rebaño, lo reúne con su brazo; lleva sobre su pecho a los corderos y guía con cuidado a las que han dado a luz.
Palabra de Dios
SALMO Sal 85 (84), 9-10.11-12.13-14.
R: Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.
Voy a escuchar lo que dice el Señor:
“Dios anuncia la paz
a su pueblo y a sus amigos.”
La salvación está ya cerca de sus fieles,
y la gloria habitará en nuestra tierra. R.
La misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo. R.
El Señor nos dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pedro 3, 8-14.
Pero ustedes, queridos hermanos, no deben ignorar que, delante del Señor, un día es como mil años y mil años como un día.
El Señor no tarda en cumplir lo que ha prometido, como algunos se imaginan, sino que tiene paciencia con ustedes porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se conviertan.
Sin embargo, el Día del Señor, llegará como un ladrón, y ese día, los cielos desaparecerán estrepitosamente; los elementos serán desintegrados por el fuego, y la tierra, con todo lo que hay en ella, será consumida.
Ya que todas las cosas se desintegrarán de esa manera, ¡qué santa y piadosa debe ser la conducta de ustedes, esperando y acelerando la venida del Día del Señor! Entonces se consumirán los cielos y los elementos quedarán fundidos por el fuego.
Pero nosotros, de acuerdo con la promesa del Señor, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva donde habitará la justicia. Por eso, queridos hermanos, mientras esperan esto, procuren vivir de tal manera que él los encuentre en paz, sin mancha ni reproche.
Palabra de Dios
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 1,1-8.
Comienzo de la Buena Noticia de Jesús, Mesías, Hijo de Dios.
Como está escrito en el libro del profeta Isaías: Mira, yo envío a mi mensajero delante de ti para prepararte el camino.
Una voz grita en el desierto: Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos, así se presentó Juan el Bautista en el desierto, proclamando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados.
Toda la gente de Judea y todos los habitantes de Jerusalén acudían a él, y se hacían bautizar en las aguas del Jordán, confesando sus pecados.
Juan estaba vestido con una piel de camello y un cinturón de cuero, y se alimentaba con langostas y miel silvestre. Y predicaba, diciendo: “Detrás de mí vendrá el que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de ponerme a sus pies para desatar la correa de sus sandalias.
Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo”.
Palabra del Señor
PARA REFLEXIONAR
-
El profeta, no calla todo lo vivido por el pueblo en el destierro. Ha sido desterrado por sus pecados, por las idolatrías, por las injusticias sociales, por los abusos de los reyes en el poder. Y por eso Dios ha castigado a su pueblo, pero dice el profeta: “”¡Consuelen, consuelen a mi pueblo dice nuestro Dios! ¡Hablen al corazón de Jerusalén y griten que se ha cumplido su servicio y está pagado su crimen!”. Dios no se complace en hacer sufrir a los hombres, aunque sean pecadores. Dios permite que el hombre sienta en propia carne, la experiencia de no encontrar en las cosas de la tierra, la alegría que Él le ha dado.
***
-
La segunda lectura nos habla de ese destino de los hombres y de los pueblos, caminando hacia una tierra nueva y hacia unos cielos nuevos, para que no nos quedemos de rodillas, idolatrando los bienes de esta tierra, que dice que se van a consumir.
-
Dios inscribe en el corazón del hombre el deseo del encuentro y el mismo Dios anhela ese encuentro, porque lo que le interesa es salvar; sea niño, sea joven, sea viejo; sea en la edad presente, o sea en el futuro. Lo que espera es que toda esta familia creada, comparta con Él la alegría, la felicidad, la vida divina.
***
-
Adviento, el Tiempo de la Alegre Esperanza; y este domingo la liturgia se inicia con un grito cargado de esa alegría y esperanza: ¡Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos! ¡Entonces, todos los hombres verán la Salvación de Dios! En la oración le hemos pedido a Dios que quite todos los obstáculos que puedan estorbar en este encuentro con Él.
-
El Adviento es la gran preparación para la venida, la preparación para un encuentro con mayúsculas. Adviento, es una preparación cariñosa para el encuentro con Dios, que viene a responder a ese deseo más íntimo del corazón del hombre: la felicidad. Y el camino que Dios usará para este encuentro es nuestra propia vida, sobre todo cuando se vive en la incesante búsqueda de la verdad, de la justicia y del amor. El encuentro de Dios con su pueblo, seguirá estas mismas coordenadas: la historia que se va haciendo cada día, como patria, como sociedad, como familia. En estos ámbitos hay que dejar que resuene la voz del Señor. “Enderecen los caminos”, ésta es la voz de Adviento, la voz de los profetas que resuena plena en Juan Bautista.
-
La figura de Juan es un camino, un hombre que se hace camino, que se hace luz, que se hace testimonio; que con su integridad: predica no sólo cuando levanta y señala al cordero de Dios, sino con su mismo porte de austeridad, de pobreza, de sinceridad, de sencillez, de valentía, de enfrentamiento, aunque sea al rey que después le va a cortar la cabeza. Grita y denuncia aunque le cueste la vida. Es de los hombres que son faros que señalan caminos. Hombres con grandeza que no es fruto del marketing, ni de la prensa que se compra. Hombres que pueden renunciar a que los sigan, y sacar tajada de lo que han provocado en el corazón del pueblo, diciendo: Preparen el camino del Señor, la vida la vamos construyendo con Dios y entre todos, conviértanse porque sólo así verán el día feliz, la salvación de Dios.
-
Dios no habla para que todo siga igual, sino para que todo cambie, para que cambie el hombre y el mundo. Dios no pasa por la historia para que dé lo mismo, pasa para que el hombre se convierta, que no es otra cosa que reconocer que sólo en Dios, y desde Dios, la vida tiene verdadero sentido, y apostar la vida en eso.
-
Convertirse no es reprimirse, sino apostar a lo grande, a lo bueno, a lo bello; es volver nuestra mirada hacia la Promesa ya cumplida y encaminar nuestros pasos hacia el reino de Dios que se acerca, que está viniendo y que llega. En cada gesto de Amor su reino llega.
-
No esperamos lo incierto, sino lo que sabemos. Jesús vino y vendrá; estamos llamados a preparar el camino y a ser camino, a señalar que existe una verdadera noticia, una noticia que no es mentirosa, noticia que nos cambia la perspectiva de todo: del nacer, del vivir y hasta de la misma muerte: ¡Dios está con nosotros! ¡Dios se acerca al hombre, Jesucristo para que el hombre pueda acercarse a Dios!
-
Adviento tiempo de espera: pero Jesús no es solamente aquél a quien esperamos, sino quien espera algo de nosotros. Juan el Bautista lo dice: ¡Conviértanse! háganse vulnerables a un amor como el de Cristo Salvador, de modo que puedan transparentarlo con la palabra y con el gesto oportuno.
-
Convertirnos es agradecer que Dios derroche gratuitamente su vida en nosotros y por eso esforzarnos por una justicia más humana; es reinventar cada día el ánimo y la esperanza, la alegría, y el optimismo realista buscando los pequeños signos del paso de Dios por la vida.
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Convertirnos es querer mirar a todos como si fueran hermanos, a pesar de que haya muchos que ganen con la guerra y la división. Es buscar lo que nos une por encima de posiciones, ideas, o estilos. Convertirnos es sentir en nuestra carne y nuestra sangre todos y cada uno de los problemas y dolores del mundo y de los hombres, de modo que nada nos resulte indiferente y ajeno, y en todo intentemos poner un poco más de sinceridad, de justicia y de unidad.
-
Convertirnos es abandonarnos en las manos Providentes del Padre y, rompiendo todo tipo de egoísmo, sentirnos manos providentes de nuestros hermanos, es no creer que somos los dueños de la verdad y permitirle al otro que sea distinto, sin enjuiciarlo, condenarlo, despreciarlo o minusvalorarlo.
-
Convertirnos es ser un buen padre, un profesional responsable, un hijo sincero, un esposo o esposa fiel en los momentos de alegría y en los que la vida se hace cuesta arriba; es ser amigo honesto; es pasar por la vida identificándonos con Aquel que “pasó haciendo el bien”.
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Convertirnos es no confundir en nuestra vida de fe, lo esencial con lo accesorio, hacer carne de nuestra carne el mensaje de liberación que Cristo trajo con el rostro de un Dios ternura.
-
Convertirnos es no aflojar de soñar y hacer nuestro el sueño de Dios: su Reino, un Reino que está en cada hombre que se ha abierto a la esperanza y cree firmemente que no está dicha la última palabra.
-
Cuando nuestro esfuerzo de cada día intenta vivir todo esto, y más aún, aunque sea pálidamente y a veces no sin dolor, la vida será una explosión de gracia tan grande, que todos verán la salvación de Dios, se sentirán convocados por ella y no habrá que andar buscando paliativos mentirosos a la felicidad.
PARA DISCERNIR
-
¿Mis caminos son los de Dios?
-
¿Qué necesito cambiar en el camino de mi vida para alcanzar la felicidad que Dios me ofrece?
-
¿Busco la presencia de Dios en mi caminar de cada día?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Preparemos un camino al Señor
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
Una voz grita en el desierto
…”Una voz grita en el desierto: «Preparad un camino al Señor, allanad una calzada para nuestro Dios.» El profeta declara abiertamente que su vaticinio no ha de realizarse en Jerusalén, sino en el desierto; a saber, que se manifestará la gloria del Señor, y la salvación de Dios llegará a conocimiento de todos los hombres.
Y todo esto, de acuerdo con la historia y a la letra, se cumplió precisamente cuando Juan Bautista predicó el advenimiento salvador de Dios en el desierto del Jordán, donde la salvación de Dios se dejó ver. Pues Cristo y su gloria se pusieron de manifiesto para todos cuando, una vez bautizado, se abrieron los cielos y el Espíritu Santo descendió en forma de paloma y se posó sobre él, mientras se oía la voz del Padre que daba testimonio de su Hijo: Éste es mi Hijo, el amado; escuchadlo.
Todo esto se decía porque Dios había de presentarse en el desierto, impracticable e inaccesible desde siempre. Se trataba, en efecto, de todas las gentes privadas del conocimiento de Dios, con las que no pudieron entrar en contacto los justos de Dios y los profetas.
Por este motivo, aquella voz manda preparar un camino para la Palabra de Dios, así como allanar sus obstáculos y asperezas, para que cuando venga nuestro Dios pueda caminar sin dificultad. Preparad un camino al Señor: se trata de la predicación evangélica y de la nueva consolación, con el deseo de que la salvación de Dios llegue a conocimiento de todos los hombres.
Súbete a un monte elevado, heraldo de Sión; alza fuerte la voz, heraldo de Jerusalén. Estas expresiones de los antiguos profetas encajan muy bien y se refieren con oportunidad a los evangelistas: ellas anuncian el advenimiento de Dios a los hombres, después de haberse hablado de la voz que grita en el desierto. Pues a la profecía de Juan Bautista sigue coherentemente la mención de los evangelistas.
¿Cuál es esta Sión sino aquella misma que antes se llamaba Jerusalén? Y ella misma era aquel monte al que la Escritura se refiere cuando dice: El monte Sión donde pusiste tu morada; y el Apóstol: Os habéis acercado al monte Sión. ¿Acaso de esta forma se estará aludiendo al coro apostólico, escogido de entre el primitivo pueblo de la circuncisión?
Y esta Sión y Jerusalén es la que recibió la salvación de Dios, la misma que a su vez se yergue sublime sobre el monte de Dios, es decir, sobre su Verbo unigénito: a la cual Dios manda que, una vez ascendida la sublime cumbre, anuncie la palabra de salvación. ¿Y quién es el que evangeliza sino el coro apostólico? ¿Y qué es evangelizar? Predicar a todos los hombres, y en primer lugar a las ciudades de Judá, que Cristo ha venido a la tierra”…
Eusebio de Cesarea, sobre el libro de Isaías (Cap. 40)
PARA REZAR
¿Qué quieres que haga?
Ahora que te siento vivo en mis adentros,
ahora que escucho tu palpitar en lo que me envuelve,
ahora que te desvelas en mis silencios…
Señor… ¿qué quieres que haga?
Aquí estoy
dispuesto a hacer tu voluntad.
Ayúdame a descubrirla entre los ruidos y prisas,
a saber discernir entre cada instante,
en cada circunstancia,
en cada presente.
Hazme ver, Señor, la parte que me corresponde;
el lugar que debo ocupar al servicio de mis hermanos.
Que sea tu Espíritu el que guíe mis pasos
y no mis enmascarados egoísmos.
Abre caminos,
marca senderos,
donde pueda serte fiel testigo del Evangelio,
donde pueda ser fiel continuador
de tu obra de amor,
desde lo que yo soy.
Sé que desde siempre cuentas conmigo
para colaborar contigo,
en la edificación del reino.
Ante ti, Señor,
tal como soy,
desde mi nada…
¿qué quieres que haga?
Lunes de la semana II
Hoy hemos visto cosas maravillosas
Lectura del libro del profeta Isaías 35, 1-10
¡Regocíjense el desierto y la tierra reseca, alégrese y florezca la estepa! ¡Sí, florezca como el narciso, que se alegre y prorrumpa en cantos de júbilo! Le ha sido dada la gloria del Líbano, el esplendor del Carmelo y del Sarón. Ellos verán la gloria del Señor, el esplendor de nuestro Dios.
Fortalezcan los brazos débiles, robustezcan las rodillas vacilantes; digan a los que están desalentados: « ¡Sean fuertes, no teman: ahí está su Dios! Llega la venganza, la represalia de Dios: él mismo viene a salvarlos.»
Entonces se abrirán los ojos de los ciegos y se destaparán los oídos de los sordos; entonces el tullido saltará como un ciervo y la lengua de los mudos gritará de júbilo. Porque brotarán aguas en el desierto y torrentes en la estepa; el páramo se convertirá en un estanque y la tierra sedienta en manantiales; la morada donde se recostaban los chacales será un paraje de cañas y papiros.
Allí habrá una senda y un camino que se llamará «Camino santo.» No lo recorrerá ningún impuro ni los necios vagarán por él; no habrá allí ningún león ni penetrarán en él las fieras salvajes. Por allí caminarán los redimidos, volverán los rescatados por el Señor; y entrarán en Sión con gritos de júbilo, coronados de una alegría perpetua: los acompañarán el gozo y la alegría, la tristeza y los gemidos se alejarán.
Palabra de Dios.
SALMO 84, 9ab y 10. 11-12. 13-14
R. Ahí está nuestro Dios, viene a salvarnos.
Voy a proclamar lo que dice el Señor:
el Señor promete la paz,
la paz para su pueblo y sus amigos.
Su salvación está muy cerca de sus fieles,
y la Gloria habitará en nuestra tierra. R.
El Amor y la Verdad se encontrarán,
la Justicia y la Paz se abrazarán;
la Verdad brotará de la tierra
y la Justicia mirará desde el cielo. R.
El mismo Señor nos dará sus bienes
y nuestra tierra producirá sus frutos.
La Justicia irá delante de él,
y la Paz, sobre la huella de sus pasos. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 5, 17-26
Un día, mientras Jesús enseñaba, había entre los presentes algunos fariseos y doctores de la Ley, llegados de todas las regiones de Galilea, de Judea y de Jerusalén. La fuerza del Señor le daba poder para curar. Llegaron entonces unas personas transportando a un paralítico sobre una camilla y buscaban el modo de entrar, para llevarlo ante Jesús. Como no sabían por dónde introducirlo a causa de la multitud, subieron a la terraza y, desde el techo, lo bajaron con su camilla en medio de la concurrencia y lo pusieron delante de Jesús.
Al ver su fe, Jesús le dijo: «Hombre, tus pecados te son perdonados.»
Los escribas y los fariseos comenzaron a preguntarse: « ¿Quién es este que blasfema? ¿Quién puede perdonar los pecados, sino sólo Dios?» Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, les dijo: « ¿Qué es lo que están pensando? ¿Qué es más fácil decir: “Tus pecados están perdonados”, o “Levántate y camina”? Para que ustedes sepan que el Hijo del hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados -dijo al paralítico- yo te lo mando, levántate, toma tu camilla y vuelve a tu casa.»
Inmediatamente se levantó a la vista de todos, tomó su camilla y se fue a su casa alabando a Dios. Todos quedaron llenos de asombro y glorificaban a Dios, diciendo con gran temor: «Hoy hemos visto cosas maravillosas.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
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Durante esta segunda semana de Adviento, leeremos unos pasajes de la segunda parte del libro de Isaías.
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Esta segunda parte de Isaías se conoce también como «el libro de la consolación». Jerusalén, como Samaría, ha sido destruida, el Templo profanado y arruinado por los ejércitos enemigos, y todos los judíos aptos para el trabajo fueron deportados a Babilonia donde están sometidos a duros trabajos. En ese contexto, el profeta medita sobre el “retorno a la tierra santa”. Con imágenes de alegría tales como el desierto florecido el profeta hace una vigorosa predicación de esperanza.
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Las amarguras de la opresión y el mal causado por los babilonios serán cambiadas por tiempos mejores. No se trata de tiempos nuevos y mejores sólo para los humanos, sino que esa transformación o esa bendición, también incluye a la naturaleza.
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Todos han de regocijarse en el Señor, pues Él jamás ha dejado de amar a su pueblo. Deben recobrar el ánimo porque no sólo hay que reconstruir la ciudad, sino el Templo de Dios. Pero antes es necesario reconstruir el corazón y llenarlo de esperanza para poder poner manos a la obra.
-
Ésta es una obra personal de Yahvé donde revela su poder, sus caminos y su misericordia.
***
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El evangelio aclara y completa el sentido de esta página del profeta Isaías: en Cristo Jesús se restaura todo lo perdido por el pecado de Adán. Cristo, perdonando el pecado y curando a los enfermos se nos presenta como el auténtico Salvador y Redentor. La salvación del hombre consiste en su transformación. Pero el hombre es incapaz de transformarse por sí solo. Este paralítico, como tantos otros, estaba totalmente impedido para desempeñarse como cualquier otro hombre. A esta dolorosa limitación había que sumarle el desprecio al que era sometido debido a que se consideraba que la enfermedad provenía del pecado. Cuanto más grave la enfermedad, tanto mayor se suponía que era el pecado que habría cometido el enfermo, la familia o algún antepasado.
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Jesús se presenta como el que salva, el que cura, el que perdona. Al ver la fe de aquellos hombres, recibe con ternura al paralítico, lo cura de su mal y le perdona sus pecados dándole así, más de lo que pedía. Lo que le ofrece no sólo es la salud, sino la liberación integral de su persona.
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Para el judío el perdón de los pecados sólo podía otorgarlo Dios. Por eso a la perplejidad de constatar cómo Jesús va sanando a muchos de sus males, se agrega el escándalo de ver que se atreve a perdonar los pecados al paralítico.
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Lo que promete Isaías, Jesús lo hizo realidad. El ser humano, cualquiera que sea, tiene un valor tan grande que las leyes y las normas tienen que ser una ayuda y no una traba en su desarrollo como persona y como creyente. La fe se afirma en la certeza de que el Dios de la Vida está en medio de nosotros para hacernos crecer en dignidad, justicia y solidaridad. La fe en Dios no puede ser un pretexto para marginar y recriminar a nadie. Los notables del pueblo se escandalizan mientras la gente sencilla alaba a Dios por lo que han visto y oído.
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Jesús no sólo ha venido a ayudarnos en nuestros dolores y pobrezas, no sólo ha venido a curarnos de nuestras enfermedades; nos ha abierto las puertas de la salvación. Él ha venido para liberarnos de la esclavitud del pecado y de la muerte para que vivamos la libertad de los Hijos de Dios.
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Los que hemos recibido la salvación que Dios nos ofrece en Cristo, tenemos que ser los primeros en preocuparnos del bien y la salvación de los demás, trabajando intensamente y utilizando todos los medios a nuestro alcance para conducirlos al encuentro con el Señor.
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El mensaje del Adviento es hoy, y siempre ante tantas rodillas vacilantes y manos temblorosas: “levanten la cabeza, ya viene la liberación”, “no tengas miedo”, “tus pecados son perdonados, levántate y anda”.
PARA DISCERNIR
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¿Qué cosas me paralizan en mi camino de fe?
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¿Busco al Señor con humildad?
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¿Reconozco el daño que produce el pecado en mi vida?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
No temo, Dios me salva
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
« ¿Quién puede perdonar pecados más que Dios?»
…¡Oh desdichado Adán! ¿Qué buscas que sea mejor que la presencia divina? Pero, hete aquí, ingrato, rumiando tu fechoría: « ¡No; seré como Dios!» (Cf. Gn 3,5). ¡Qué orgullo tan intolerable! Acabas de ser hecho de arcilla y barro y, en tu insolencia, ¿quieres hacerte semejante a Dios ?… Es así como el orgullo ha engendrado la desobediencia, causa de nuestra desdicha…
¿Qué humildad podría compensar orgullo tan grande? ¿Es que hay obediencia de hombre capaz de rescatar semejante falta? Cautivo ¿cómo puede liberar a un cautivo?; impuro ¿cómo puede liberar a un impuro? Dios mío ¿va a perecer vuestra criatura? « ¿Es que Dios se ha olvidado de su bondad, o la cólera cierra sus entrañas?» (Sl 76,10). ¡Oh no! « Mis pensamientos son de paz y no de aflicción » dice el Señor (Jr 29,11).
¡Apresúrate, pues, Señor; date prisa! Mira las lágrimas de los pobres; fíjate, «el gemido de los cautivos llega hasta ti» (Sl 78,11). Tiempo de dicha, día amable y deseado, cuando la voz del Padre exclama: «Por la opresión del humilde, por el gemido del pobre, yo me levantaré» (Sl 11,6)… Sí, «Ven a salvarnos, Señor, ven tú mismo, porque se acaban los buenos» (Sl 11,2)…
Aelredo de Rielvaux (1110-1167), monje cisterciense – Sermón para Navidad
PARA REZAR
¡Ven Señor! Tú eres el Dios de la Vida,
¡Ven Señor! tú eres el compañero fiel
que está siempre a mi lado.
¡Ven Señor! Maestro que me descubre
mis propios talentos y dones.
¡Ven Señor! Amigo que me palmea el hombro
y me alienta en el camino.
¡Ven Señor! Horizonte de mis días,
¡Ven Señor! Alegría de mi sonrisa
y sostén firme de mi existencia.
¡Ven Señor! Tú eres mi Dios,
aquel que quiero seguir
aunque cueste y sea difícil,
aunque haya renuncias y opciones.
¡Ven Señor! Porque Tu eres la Vida y el Camino,
la fuente de donde brota mi propia vida
y el destino final de mi sendero.
¡Ven Señor! Tú eres el Dios de la Vida
el Señor, el Dios con nosotros.
Martes de la semana II
8 de diciembre
Inmaculada Concepción de la Virgen María
Yo soy la servidora del Señor
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Génesis 3, 9-15. 20
Después que Adán comió del árbol, el Señor Dios llamó al hombre y le dijo:
« ¿Dónde estás?»
«Oí tus pasos por el jardín, respondió él, y tuve miedo porque estaba desnudo. Por eso me escondí.»
El replicó: « ¿Y quién te dijo que estabas desnudo? ¿Acaso has comido del árbol que yo te prohibí?»
El hombre respondió: «La mujer que pusiste a mi lado me dio el fruto y yo comí de él.»
El Señor Dios dijo a la mujer: « ¿Cómo hiciste semejante cosa?»
La mujer respondió: «La serpiente me sedujo y comí.»
Y el Señor Dios dijo a la serpiente: «Por haber hecho esto, maldita seas entre todos los animales domésticos y entre todos los animales del campo. Te arrastrarás sobre tu vientre, y comerás polvo todos los días de tu vida. Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo. El te aplastará la cabeza y tú le acecharás el talón.»
El hombre dio a su mujer el nombre de Eva, por ser ella la madre de todos los vivientes.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 97, 1. 2-3b. 3c-4 (R.: 1a)
R. Canten al Señor un canto nuevo, porque él hizo maravillas.
Canten al Señor un canto nuevo,
Porque él hizo maravillas:
Su mano derecha y su santo brazo
Le obtuvieron la victoria. R.
El Señor manifestó su victoria,
reveló su justicia a los ojos de las naciones:
se acordó de su amor y su fidelidad
en favor del pueblo de Israel. R.
Los confines de la tierra han contemplado
el triunfo de nuestro Dios.
Aclame al Señor toda la tierra,
prorrumpan en cantos jubilosos. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo
a los cristianos de Efeso 1, 3-6. 11-12
Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Cristo con toda clase de bienes espirituales en el cielo, y nos ha elegido en Él, antes de la creación del mundo, para que fuéramos santos e irreprochables en su presencia, por el amor.
Él nos predestinó a ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, que nos dio en su Hijo muy querido.
En Él hemos sido constituidos herederos, y destinados de antemano -según el previo designio del que realiza todas las cosas conforme a su voluntad- a ser aquellos que han puesto su esperanza en Cristo, para alabanza de su gloria.
Palabra de Dios.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1, 26-38
En el sexto mes, el Ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María.
El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: « ¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo.»
Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo.
Pero el Ángel le dijo: «No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin.»
María dijo al Ángel: « ¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?»
El Ángel le respondió: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios.»
María dijo entonces: «Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho.»
Y el Ángel se alejó.
Palabra del Señor
PARA REFLEXIONAR
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Hoy celebramos una fiesta que llena de esperanza a toda la humanidad. No es sólo el recuerdo de una mujer, María de Nazaret, que fue concebida sin pecado porque iba a ser la Madre del Mesías, sino que es “el feliz comienzo de la Iglesia”. María aparece como la que vive por adelantado la redención que nos traerá la Pascua de Cristo. En María queremos reconocer la obra salvadora de Dios en su humilde servidora y desde ella en nosotros; y por eso dejarnos contagiar de su fidelidad al Padre.
-
Es la fiesta de todos los que nos sentimos de alguna manera, representados y unidos a ella. En la joven de Nazaret, se realiza en forma excelsa y superior lo que esperamos que se realice en cada uno de nosotros y en toda la Iglesia. María, Santa e Inmaculada desde su concepción, es modelo y llamada, a esa santidad en la cual todos nosotros fuimos concebidos por Dios en el bautismo, para que Cristo viva en nosotros, y despliegue en nuestra vida toda su fuerza salvadora.
***
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La primera lectura nos presenta al hombre y a la mujer frente a Dios que los descubre y les hace tomar conciencia de esa situación que constantemente los desgarra interiormente: el pecado. El hombre se siente tironeado por dos fuerzas opuestas que se disputan el terreno de su conciencia y libertad. Llevamos en nuestro interior la semilla del egoísmo, de la envidia, de la ambición, de la prepotencia, de la mentira. Pero Dios pone delante de los hombres el anuncio de una humanidad que como linaje de mujer, alcanzará finalmente la victoria. De la misma humanidad que sufre el peso del pecado, ha de surgir la salvación. Esta promesa de Dios se cumple cuando un descendiente de mujer, Jesús, vence al pecado en una vida de perfecta santidad y obediencia al Padre.
***
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Pablo en la Carta a los Efesios nos recuerda que Dios nos ha bendecido con toda clase de bendiciones, nos ha elegido y predestinado en Cristo para que fuésemos santos e inmaculados en su presencia, transformándonos así en hijos y herederos. En María se cumple y realiza esta predestinación. María fue mucho más que incontaminada por el pecado; María fue sobre todo “irreprochable en el amor” y vivió positivamente todo lo que el amor significa.
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Nosotros fuimos llamados desde siempre a la más total y perfecta vida nueva en santidad: para ser “santos e inmaculados”; irreprochables en el amor.
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En el evangelio de la Anunciación la promesa abre paso al cumplimiento. La humanidad por María se transforma en “llena de gracia”, porque “el Señor está con ella”. En el diálogo del ángel con la Virgen, se condensa la historia del diálogo de Dios con la humanidad. Especialmente con la humanidad que está dispuesta a escuchar al Señor y a seguir su camino. Algo tan grande y magnífico es expresado con sencillez. Un “sí” definitivo y fecundo, inicia una nueva etapa en la historia de la humanidad, en un lugar de donde se cree que nada puede venir: de la periferia, de la pobreza y marginación.
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En la humildad de una mujer ignorada, se anuncia la realización de la historia de Salvación en su Hijo, esperanza de la humanidad. Porque el hijo que concibe y engendra María es el santo y el hijo de Dios. Lucas a través de la figura de María nos presenta a Jesús y su misión.
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Era necesaria una mujer, que en nombre de toda la humanidad, permitiera que Dios se hiciera hombre y diera cumplimiento a su promesa. María se convierte en el modelo de cómo Dios puede cambiarlo todo: de una humilde virgen hebrea, hace una figura extraordinaria para todos los pueblos.
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Ella es la primera creyente del pueblo de Dios, que supo entregarse de lleno al cumplimiento de la voluntad de Dios. Si por Eva, la primera madre, pudo entrar la rebeldía y el egoísmo al mundo, por María, la segunda, nos llega la santidad en la obediencia filial y en el amor.
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La fiesta de hoy nos anuncia que del linaje de la mujer, saldrá quién aplastará la cabeza de la serpiente, y que también nosotros unidos a Cristo estamos llamados a aplastar esa cabeza del pecado, tal como lo hizo María concibiendo a Cristo en nuestra vida por la fe. Si el hombre viejo se dejó seducir por la serpiente, la nueva humanidad debe dejarse impulsar por el mismo Espíritu, que engendró a Jesús en el seno fiel de María; el mismo que es derramado en nuestros corazones si nos abrimos a la Palabra.
-
Hoy contemplamos a quién, vaciándose totalmente de sí misma y de todo rastro de egoísmo, se deja llenar de la gracia de Dios, que es el mismo Cristo Jesús, el que da sentido a su vida. María es la llena de gracia, no solamente porque llevó a Jesús en su seno, sino porque lo abrazó por la fe haciéndose discípula de su palabra, lo siguió por el camino de la cruz, y esperó con confianza plena el cumplimiento total de la promesa.
-
María es comienzo e imagen de la Iglesia, esposa de Cristo figura de la Iglesia. De la misma manera que María fue elegida y preparada para ser una madre digna del Hijo de Dios, la Iglesia ha sido destinada a ser la madre que engendra por el bautismo nuevos hijos de Dios.
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Nuestro camino y compromiso como creyentes es dejar que la Palabra viva y eficaz de Dios se encarne en nosotros, y a través nuestro, en los lugares, ambientes y estructuras de la sociedad “no como un barniz superficial” sino “transformando los valores determinantes, las líneas de pensamiento, los criterios de juicio”. La Iglesia encarnada por la palabra, con la fuerza del Espíritu, debe encarnarse más y mejor en el pueblo. Así se recibe el anuncio y se anuncia el Evangelio.
PARA DISCERNIR
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¿Experimento la maternal compañía de la Virgen María?
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¿Descubro en Ella un llamado y un estímulo para mi camino de santidad?
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¿Siento la invitación del Señor a dejar que su palabra se encarne en mi vida y en el mundo?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Dios te salve María… Llena eres de gracia
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
“No temas María”
…”Oíste, Virgen, que concebirás y darás a luz a un hijo; oíste que no será por obra de varón, sino por obra del Espíritu Santo. Mira que el ángel aguarda tu respuesta, porque ya es tiempo que se vuelva al Señor que lo envió. También nosotros, los condenados infelizmente a muerte por la divina sentencia, esperamos, Señora, esta palabra de misericordia. Se pone entre tus manos el precio de nuestra salvación; en seguida seremos librados si consientes. Por la Palabra eterna de Dios fuimos todos creados, y a pesar de eso morimos; mas por tu breve respuesta seremos ahora restablecidos para ser llamados de
nuevo a la vida…
¿Por qué tardas? Virgen María, da tu respuesta. Responde presto al ángel, o, por mejor decir, al Señor por medio del ángel; responde una palabra y recibe al que es la Palabra; pronuncia tu palabra y concibe la divina; emite una palabra fugaz y acoge en tu seno a la Palabra eterna. Cree, di que sí y recibe. Que tu humildad se revista de audacia, y tu modestia de confianza. De ningún modo conviene que tu sencillez virginal se olvide aquí de la prudencia. En este asunto no temas, Virgen prudente, la presunción; porque, aunque es buena la modestia en el silencio, más necesaria es ahora la piedad en las palabras.
Abre, Virgen dichosa, el corazón a la fe, los labios al consentimiento, las castas entrañas al Criador. Mira que el deseado de todas las gentes está llamando a tu puerta. Si te demoras en abrirle, pasará adelante, y después volverás con dolor a buscar al amado de tu alma. Levántate, corre, abre. Levántate por la fe, corre por la devoción, abre por el consentimiento.
“Aquí está –dice la Virgen- la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.” (Lc 1,38)
San Bernardo (1091-1153) monje cisterciense, doctor de la Iglesia – Homilía 4, 8-9: Opera omnia, edición cisterciense, 4 (1966)
PARA REZAR
María, Madre de Jesús y Madre nuestra,
da firmeza a nuestro corazón
para podamos comprender la esperanza
de gloria a la que fuimos llamados.
María, Madre de Jesús y madre nuestra,
pacifica nuestros corazones
para que podamos abandonarnos al poder del Altísimo.
María, Madre de Jesús y madre nuestra,
enséñanos el camino de la caridad sincera
que se nutre del amor del Padre
y florece en la vida de los hombres, nuestros hermanos.
María, Madre de Jesús y madre nuestra,
ahonda la contemplación de la belleza de tu vida
para que no nos resistamos a transformar
desde la pureza del amor verdadero
la vida del mundo que nos confiaste.
Miércoles de la semana II
Aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón
Lectura del libro del profeta Isaías 40, 25-31
« ¿A quién me van a asemejar, para que yo me iguale a él?», dice el Santo. Levanten los ojos a lo alto y miren: ¿quién creó todos estos seres? El que hace salir a su ejército uno por uno y los llama a todos por su nombre: ¡su vigor es tan grande, tan firme su fuerza, que no falta ni uno solo!
¿Por qué dices, Jacob, y lo repites tú, Israel: «Al Señor se le oculta mi camino y mi derecho pasa desapercibido a mi Dios»? ¿No lo sabes acaso? ¿Nunca lo has escuchado?
El Señor es un Dios eterno, él crea los confines de la tierra; no se fatiga ni se agota, su inteligencia es inescrutable. El fortalece al que está fatigado y acrecienta la fuerza del que no tiene vigor.
Los jóvenes se fatigan y se agotan, los muchachos tropiezan y caen. Pero los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas, despliegan alas como las águilas; corren y no se agotan, avanzan y no se fatigan.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 102, 1-2. 3-4. 8 y 10 (R.: 1a)
R. Bendice al Señor, alma mía.
Bendice al Señor, alma mía,
que todo mi ser bendiga a su santo Nombre;
bendice al Señor, alma mía,
y nunca olvides sus beneficios. R.
El perdona todas tus culpas
y cura todas tus dolencias;
rescata tu vida del sepulcro,
te corona de amor y de ternura. R.
El Señor es bondadoso y compasivo,
lento para enojarse y de gran misericordia;
no nos trata según nuestros pecados
ni nos paga conforme a nuestras culpas. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11, 28-30
Jesús tomó la palabra y dijo:
«Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
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El destierro se prolonga y el pueblo no deja de repetir que ya no hay futuro ni salvación posible. Todo se pone en tela de juicio y a Dios se lo acusa de haberse olvidado de su pueblo. En esa circunstancia se alza el profeta que no tolera semejantes reproches. La certeza de la fidelidad de Dios tiene que seguir siendo la piedra angular de la fe de Israel. Por eso los invita a poner la vista más allá: Dios es el dueño del mundo, es el único, el incomparable, el santo y por lo tanto tiene que rendir cuentas a nadie. Él es el fiel y no abandona su obra de salvación.
-
El profeta acaba con un acto de fe: «Los que esperan en Yahvé renuevan sus fuerzas, echan alas como las águilas». Si el pueblo se había sentido abandonado en el exilio, y estaba cansado de esperar, el Señor nunca se cansa y está atento a las súplicas de su pueblo.
***
-
Con la multiplicación de leyes y preceptos, la dependencia agobiante de la estructura religiosa se había convertido en una carga insoportable; era el “yugo” que pesaba sobre la gente. El aparato religioso que se había montado, en lugar de proporcionar el espacio sagrado para el encuentro con Dios, lo reducía a un ámbito al que sólo podían acceder algunos privilegiados. El legalismo fariseo había creado en torno suyo una moral sin alegría, ni paz.
-
Jesús se presenta como humilde y sencillo. Con esta afirmación se contrapone, en general, a “los sabios y entendidos”, y, en particular, a los autosuficientes maestros de la ley.
-
Las palabras de Jesús son una invitación a la esperanza. Jesús ofrece en contraposición a todo el peso de la ley que sofocaban el espíritu, el yugo y la carga de su ley, que por ser “el amor” resulta suave y fácil de llevar. De allí nace la invitación a deshacer lazos esclavizantes y establecer un nuevo tipo de relación religiosa aprendiendo del Él, identificándonos con Él; viviendo con Él y desde Él.
-
Para poder cargar con su yugo nos invita a ir a Él, porque nos quiere cercanos, discípulos en la escuela del amor, en la que se aprende por la gratuidad del compartir. Sólo en esta escuela se puede aprender el verdadero sentido liberador de la ley. Jesús no exige menos que los demás rabinos; exige de otra manera. Abre primero la puerta del reino de la misericordia a los “pobres” y a los “mansos”; después los invita a una nueva “justicia”.
-
Jesús hoy pide que nos acerquemos a Él, porque su yugo es el más liviano. Y no es que no implique luchas, desalientos, y hasta persecuciones. La carga ligera que nos ofrece es la experiencia del Evangelio que nos enseña a amar y a perdonar, a ser solidarios con los que sufren, a compartir lo que tenemos. A crear un mundo más justo y más humano en el que podamos vivir como hermanos, como amigos.
-
Para eso nace Jesús y para eso nos preparamos en este Adviento: para recibirlo en nuestras vidas, para comprometernos con Él a llevar el peso de los que están abrumados o caídos bajo el peso de sus angustias y dolores.
-
En la liturgia de hoy, si bien, tanto el profeta como Jesús, nos hablan de los que están cansados, nos asegura que Dios quiere ayudar a los desfallecidos comunicándoles su fuerza.
PARA DISCERNIR
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¿Vivir la fe me resulta un peso insoportable?
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¿Experimento el sentido liberador de la ley?
-
¿Me dejo acompañar por Jesús?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Jesús manso y humilde de corazón haz mi corazón semejante al tuyo
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
Su gloria llenará la tierra
…”Nuevo es el himno, o el cántico, como corresponde a la novedad de las cosas: El que es de Cristo es una criatura nueva. Pues está escrito: Lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha comenzado. Los israelitas fueron rescatados de la tiranía de los egipcios por la mano del sapientísimo Moisés: fueron liberados del trabajo de los ladrillos y de los vanos sudores de las preocupaciones terrenas, de la sevicia de los capataces y de la crueldad del faraón. Atravesaron por medio del mar, comieron el maná en el desierto, bebieron el agua de la roca, atravesaron el Jordán a pie enjuto, entraron en la tierra prometida.
Pues bien: todo esto se renueva en nosotros de un modo incomparablemente mejor que en la antigüedad. En efecto, nos hemos emancipado, no de la esclavitud carnal sino de la espiritual, y en vez de las preocupaciones terrenas, hemos sido liberados de toda mancha de codicia carnal; no nos hemos librado de los capataces egipcios ni de un tirano impío y despiadado, hombre al fin y al cabo como nosotros, sino más bien de los malvados y nefandos demonios que nos inducen al pecado, y del jefe de semejante grey, o sea, de Satanás.
Hemos atravesado, como un mar, el oleaje de la presente vida con su cortejo de innumerables y vanas agitaciones. Hemos comido el maná espiritual e intelectual, y el pan del cielo que da vida al mundo; hemos bebido el agua que brotaba de la roca, es decir, de las aguas cristalinas de Cristo, abundantes, deliciosas. Hemos atravesado el Jordán a través del inapreciable don del bautismo. Hemos entrado en la tierra prometida y digna de los santos, de la que el mismo Salvador hace mención cuando dice: Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra.
Era por tanto conveniente que por estos acontecimientos nuevos el reino de Cristo, esto es, todos los que sumisos le obedecen, cantaran un cántico nuevo. Y este himno o, lo que es lo mismo, esta digna glorificación, debe ser cantado no sólo por los judíos, sino desde el uno al otro confín de la tierra, es decir, por todos cuantos viven en la tierra entera. En otro tiempo Dios se manifestaba en Judá y en solo Israel era grande su fama. Pero una vez que hemos sido llamados por Cristo al conocimiento de la verdad, el cielo y la tierra están llenos de su gloria. Así lo afirma el salmista: Su gloria llenará la tierra.
San Cirilo de Alejandría, Comentario sobre el libro del profeta Isaías (Lib. 4, or 1: PG 70, 859-861)
PARA REZAR
Ven Señor Jesús
Ven Señor Jesús, para que podamos ir hacia ti
como hermanos tuyos y nos hagas participar
del misterioso y gran de tu Padre.
Ven Señor Jesús, para que podamos conocer el camino
que nos lleva a aprender de tu mansedumbre fiel
y de la humildad serena y fuerte de tu corazón.
Ven Señor Jesús, porque no son nuestros méritos
lo que mueve tu corazón a amarnos
sino nuestros cansancios y debilidades.
Ven Señor Jesús, colócanos tu yugo suave
que no nos aplasta sino que nos anima a seguir andando.
Jueves de la semana II
No ha nacido ningún hombre más grande que Juan el Bautista
Lectura del libro del profeta Isaías 41, 13-20
Yo, el Señor, soy tu Dios, el que te sostengo de la mano derecha y te digo: «No temas, yo vengo en tu ayuda.»
Tú eres un gusano, Jacob, eres una lombriz, Israel, pero no temas, yo vengo en tu ayuda -oráculo del Señor- y tu redentor es el Santo de Israel.
Yo te convertiré en una trilladora, afilada, nueva, de doble filo: trillarás las montañas y las pulverizarás, y dejarás las colinas como rastrojo. Las aventarás y el viento se las llevará, y las dispersará la tormenta; y tú te alegrarás en el Señor, te gloriarás en el Santo de Israel.
Los pobres y los indigentes buscan agua en vano, su lengua está reseca por la sed. Pero yo, el Señor, les responderé, yo, el Dios de Israel, no los abandonaré.
Haré brotar ríos en las cumbres desiertas y manantiales en medio de los valles; convertiré el desierto en estanques, la tierra árida en vertientes de agua.
Pondré en el desierto cedros, acacias, mirtos y olivos silvestres; plantaré en la estepa cipreses, junto con olmos y pinos, para que ellos vean y reconozcan, para que reflexionen y comprendan de una vez que la mano del Señor ha hecho esto, que el Santo de Israel lo ha creado.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 144, 1 y 9. 10-11. 12-13ab (R.: 8)
R. El Señor es bondadoso y compasivo, lento para enojarse y de gran misericordia.
Te alabaré, Dios mío, a ti, el único Rey,
y bendeciré tu Nombre eternamente;
el Señor es bueno con todos
y tiene compasión de todas sus criaturas. R.
Que todas tus obras te den gracias, Señor,
y tus fieles te bendigan;
que anuncien la gloria de tu reino
y proclamen tu poder. R.
Así manifestarán a los hombres tu fuerza
y el glorioso esplendor de tu reino:
tu reino es un reino eterno,
y tu dominio permanece para siempre. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11, 11-15
Jesús dijo a la multitud:
«Les aseguro que no ha nacido ningún hombre más grande que Juan el Bautista; y sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es más grande que él.
Desde la época de Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los Cielos es combatido violentamente, y los violentos intentan arrebatarlo. Porque todos los Profetas, lo mismo que la Ley, han profetizado hasta Juan. Y si ustedes quieren creerme, él es aquel Elías que debe volver.
¡El que tenga oídos, que oiga!»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
-
Israel siente que en el destierro ha sido como un gusano pisoteado por las naciones. Las imágenes que usa el profeta para mostrar la salvación que traerá el Mesías están llenas de poesía y de esperanza. Dará de beber a los sedientos, responderá a todo el que le invoque, hará surgir ríos en terrenos áridos, transformará el desierto llenándolo de árboles de toda especie. Dios cuida de su pueblo y lo llama a ser instrumento de salvación para los demás.
***
-
Ese Dios volcado hacia su pueblo decidió, al cumplirse la plenitud de los tiempos, enviar a su Hijo al mundo. Y quiso también que su venida estuviera preparada por un precursor, Juan Bautista.
-
El Bautista es el que establece el puente hacia los tiempos nuevos, los definitivos. Jesús lo alaba diciendo que es el profeta a quien se había anunciado cuando se decía que Elías volvería y que es el más grande de los nacidos de mujer.
-
El Bautista supo mantenerse en su lugar con verdad reconociendo que no era él el Salvador, sino el que le preparaba el camino. Vivió en la austeridad y predicó sin recortes ni grises el mensaje de conversión. Fue la voz que clamó en el desierto para preparar la venida del Mesías, encaminó a sus discípulos hacia Jesús, el nuevo y definitivo Maestro.
-
Con Juan Bautista han terminado los tiempos de la Ley y de los profetas. Antes, el camino de salvación se realizaba a través del cumplimiento de la ley y de la pureza ritual, de ahora en adelante, el camino de salvación está trazado por seguimiento de Jesús.
-
Con este marco el Señor aprovecha para decir que su Reino supone esfuerzo, que hace violencia. Sólo los esforzados harán experiencia del reino nuevo. Es un orden nuevo exigente y radical. La vida del Reino inevitablemente genera violencia, rupturas, propias del paso a lo nuevo. El parto lleva consigo la violencia de lo que se abandona, por la vida nueva que irrumpe. El Bautista ya anunció que el hacha estaba dispuesta para cortar el árbol. El Reino es gracia y tarea, es salvación y juicio a la vez.
-
El Reino no se hará presente como por acto de magia, ni se expresará débilmente. Desde la búsqueda de una justicia largamente esperada, desde la defensa de la dignidad del hombre, desde el compromiso con los pobres y los que sufren, desde la fuerza por hacer presente la Vida sobre la muerte, el Reino se mostrará violento, recreando y renovando.
-
Vivir el Adviento supone esfuerzo, no es un tiempo dulzón y sentimental. El don de Dios es siempre a la vez tarea y compromiso. Es palabra de consuelo y de conversión.
PARA DISCERNIR
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¿Me animo a hacer violencia con las cosas que me impiden vivir el reino?
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¿Vivo con tibieza y acomodándome a las cosas?
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¿Me dejo apasionar por la novedad del reino de Jesús?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Que venga tu Reino Señor
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
«Juan era la lámpara que arde e ilumina» (Jn 5,35)
…” Cuando la justicia soberana dijo a Noé: «Tú eres el único justo que he encontrado» (Gn 7,1) fue un gran elogio de su justicia. Es signo de un mérito muy grande cuando Dios asegura a Abrahán que es por él que se cumplirán las promesas… ¡Qué gloria para Moisés, cuando Dios arde de celo para defenderle y confundir a sus enemigos! (cfr Num. 12,6s)… Y ¿qué decir de David en quien el Señor se felicita por haber encontrado en él a «un hombre según su corazón»? (1Sam 13,14).
Y sin embargo, por muy grande que haya sido la grandeza de estos hombres, ni entre ellos ni entre los demás «nacidos de mujer», «no ha habido ninguno mayor que Juan el Bautista», según el testimonio del Hijo de la Virgen. Es cierto que no todas las estrellas tienen el mismo brillo (1C 15,41), y en el coro de los santos astros que han iluminado la noche de este mundo antes que amaneciera el verdadero Sol, algunos han brillado con un resplandor admirable. Sin embargo ninguno de ellos no ha sido mayor ni más brillante que esta estrella de la mañana, esta lámpara ardiente y luminosa preparada por Dios para su Cristo (cfr Sl 131,17). Primera luz matutina, estrella de la aurora, precursor del Sol, anuncia a los mortales la inminencia del día y grita a los que duermen «en tinieblas y en sombras de muerte» (Lc 1,79): «Convertíos, porque el Reino de Dios está cerca» (Mt 3,2). Es como si dijera: «La noche está avanzada, el día se echa encima: dejemos las actividades de las tinieblas y pertrechémonos con las armas de la luz» (Rm 13,12). «Despierta tú que duermes, levántate de entre los muertos y Cristo será tu luz» (Ef. 5,14).
Beato Guerrico de Igny (hacia 1080-1157), abad cisterciense – 3er sermón para la Natividad de san Juan Bautista, 1-2; PL 185, 169
PARA REZAR
Señor Jesús
mientras peregrino navegando
sobre turbulentas aguas de mi vida
dame la alegría de tener como brújula
un corazón que me lleve hacia el puerto del amor.
Dame un corazón de POBRE
capaz de amar, para abrirse y entregarse.
Dame un corazón PACIENTE
capaz de amar, viviendo esperanzado.
Dame un corazón PACIFICO
capaz de amar, sembrando la paz en el mundo.
Dame un corazón JUSTO
capaz de amar, jugándose por la justicia.
Dame un corazón MISERICORDIOSO
capaz de amar, comprendiendo y perdonando.
Dame un corazón SENSIBLE
capaz de amar, llorando sin desalientos.
Dame un corazón PURO
capaz de amar, descubriendo a Dios en el hombre.
Dame un corazón FUERTE
capaz de amar, siendo fiel hasta la muerte.
Dame un corazón EVANGÉLICO
capaz de amar.
Viernes de la semana II
La sabiduría se reconoce por las obras
Lectura del libro del profeta Isaías 48, 17-19
Así habla el Señor, tu redentor, el Santo de Israel:
Yo soy el Señor, tu Dios, el que te instruye para tu provecho, el que te guía por el camino que debes seguir.
¡Si tú hubieras atendido a mis mandamientos, tu prosperidad sería como un río y tu justicia, como las olas del mar! Como la arena sería tu descendencia, como los granos de arena, el fruto de tus entrañas; tu nombre no habría sido extirpado ni borrado de mi presencia.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 1, 1-2. 3. 4 y 6 (R.: cf. Jn 8, 12)
R. El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la Vida.
¡Feliz el hombre
que no sigue el consejo de los malvados,
ni se detiene en el camino de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los impíos,
sino que se complace en la ley del Señor
y la medita de día y de noche! R.
El es como un árbol
plantado al borde de las aguas,
que produce fruto a su debido tiempo,
y cuyas hojas nunca se marchitan:
todo lo que haga le saldrá bien. R.
No sucede así con los malvados:
ellos son como paja que se lleva el viento.
Porque el Señor cuida el camino de los justos,
pero el camino de los malvados termina mal. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11, 16-19
Jesús dijo a la multitud:
« ¿Con quién puedo comparar a esta generación? Se parece a esos muchachos que, sentados en la plaza, gritan a los otros: “¡Les tocamos la flauta, y ustedes no bailaron! ¡Entonamos cantos fúnebres, y no lloraron!”
Porque llegó Juan, que no come ni bebe, y ustedes dicen: “¡Ha perdido la cabeza!” Llegó el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: “Es un glotón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores.” Pero la Sabiduría ha quedado justificada por sus obras.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
-
Todo pecado priva de la bendición de Dios. El pueblo debía tener conciencia desde muy antiguo que Yahvé su Señor es quien da los mandatos, quien traza el camino. Pero la realidad es que Israel no ha escuchado y no ha sido fiel a los preceptos de su Señor.
-
El mayor pecado del pueblo no fue quebrantar los mandamientos de Dios sino despreciarlos y considerarlos inútiles. Intentar prescindir de Dios y de su voluntad para pretender vivir sin otra ley que su propio capricho.
-
La realidad del destierro no es venganza de Yahvé, es consecuencia de los desvíos de Israel. Cuando Israel se dejó convencer por los caminos alternativos que le presentaban sus líderes, pensó que sería grande, y lo único que encontró fue la ruina.
-
El destierro es para el pueblo una prueba de Dios, para que conozca sus caminos, para que vea a dónde le lleva su infidelidad. Por eso toda infidelidad exige el destierro, símbolo de la lejanía de Dios.
-
En medio de todos los mensajes del profeta encaminados a mantener la esperanza del pueblo nos encontramos hoy con un mensaje que tiene un tinte de lamentación. Dios se presenta dolorido ante el pueblo para hacerles comprender que los mandamientos no son un yugo impuesto para oprimirlos, sino señales para que no se equivoquen en el camino que tienen que seguir: de paz, de justicia y felicidad. A pesar de su infidelidad Israel no está solo ni ha sido abandonado por su Dios, pues, la fidelidad de su Dios es perpetua. Yahvé toma de nuevo la iniciativa.
***
-
En esta parábola, Jesús presenta a sus contemporáneos como los “chicos malcriados y caprichosos” que necesitan que todo sea como ellos decretan. Quien no responde a sus exigencias o no entra en sus categorías es etiquetado y excluido.
-
Jesús lo explica con claridad aludiendo primero a Juan el Bautista, que por su estilo austero de vida, es rechazado por muchos por parecer demasiado exigente. Luego se presenta Jesús aparentemente más humano: que come, bebe y es capaz de la amistad, la ternura y la compasión y también lo rechazan diciendo que “es un comilón y un borracho”.
-
Jesús pretende mostrar que en el fondo, no quieren cambiar. Se encuentran bien como están, y hay que desprestigiar al que pretenda sacarlos de sus esquemas. Los fariseos no toleran de Jesús es que sea “amigo de publicanos y pecadores», que haya hecho una clara opción preferencial por los pobres y los débiles, los llamados pecadores, que han sido marginados por la sociedad.
-
No se dan cuenta que los únicos perjudicados con esta obstinación son ellos mismos, que son incapaces de vivir la salvación con gozo y permitir que otros la vivan. Son, como dice el refrán, como el perro del hortelano: “no comen ellos ni dejan comer al amo”. No se dejan salvar ni dejan que los demás se salven.
-
Jesús muestra que en el reino de Dios se vive y se juzga de otra manera, según otros criterios: acciones a favor de la justicia, compromiso con el que vive al margen de la sociedad, solidaridad con los pecadores y publicanos. Estas cosas distinguen a Jesús y a sus seguidores. Esta es la novedad que del Evangelio.
-
Tenemos una increíble capacidad para descubrir el mal donde no lo hay, para oscurecer el bien que se nos brinda y, quizá lo que es peor, atribuir intenciones a quienes, tal vez, sólo buscan regalarnos lo mejor de sí mismos.
-
Jesús los invita y también a nosotros, dando primero el ejemplo, a deshacernos de preconceptos, a rever nuestro modo de pensar y a orientarnos actuando según el principio del amor de Jesús.
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Sólo a Dios pertenece el juzgar, “los hechos darán razón a la Sabiduría de Dios”.
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Vivir en la libertad del Evangelio de la gracia, nos debe llenar de verdadera alegría; de modo que los demás puedan reconocer más allá de sus inseguras seguridades, el fuerte paso del Dios que viene, transforma y llena todo de gracia.
PARA DISCERNIR
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¿Experimento el límite que me ponen mis prejuicios?
-
¿Actúo con los demás de acuerdo a lo que simplemente me parece?
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¿Puedo nivelar desde el evangelio?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Mi dicha es seguirte Señor
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
Convertirse a las repetidas llamadas de Dios que viene
…No te enojes, Señor, no te acuerdes más de nuestros pecados. He aquí que Sión, tu ciudad santa, Jerusalén, el lugar donde reside tu santidad y tu gloria, ha sido devastada, allí donde nuestros padres cantaron tus alabanzas. Cielos, derramad vuestra justicia, que de las nubes venga la salvación (cf Is 64,8s; 45,8).
Hemos pecado y nos hemos hecho semejantes a los paganos. Como hojas muertas hemos caído y nuestros pecados nos han alejado de ti. Tú nos has escondido tu rostro y nos has destrozado a causa de nuestros pecados. Cielos, derramad vuestra justicia, que de las nubes venga la salvación (cf. Is 64,5ss).
¡Mira, Señor, el abatimiento de tu pueblo y envíanos aquel que ha de venir! Envía al Cordero, el soberano del universo, desde la roca del desierto hasta el monte de la Hija de Sión, que nos libere del yugo de nuestros pecados. Cielos, derramad vuestra justicia, que de las nubes venga la salvación (Ap 5,12; Sl 77,15; Is 9,3).
Consuélate, consuélate pueblo mío, porque pronto vendrá tu Salvador y tu rey. ¿Por qué te dejas consumir por la tristeza? ¿Es porque tu dolor ha vuelto sobre ti? No temas, que yo te salvaré. Porque yo soy tu Salvador, tu Señor y tu Dios, el Santo de Israel, tu pastor, tu redentor. Cielos, derramad vuestra justicia, que de las nubes venga la salvación (Is 40,1s)…
Liturgia latina – Himno de Adviento: Rorate caeli
PARA REZAR
Ven Señor Jesús
Ven Señor Jesús, dame tu palabra
para que rectifique mi modo de pensar
y lo haga más evangélico.
Ven Señor Jesús, dame tu humildad
para poder reconocer
que no soy mejor que los demás.
Ven Señor Jesús, dame tu sencillez
para no vea siempre en los otros
dobles intenciones.
Ven Señor Jesús, dame tu calidez
para que pueda alabar tu obra
en las obras de mis hermanos.
Ven Señor Jesús, dame tu fortaleza
para que mi inseguridad no me lleve
a descalificar a mis hermanos.
Ven Señor Jesús, dame tu silencio
para que pueda ser receptivo
de la palabra y de la vida de los demás.
Sábado de la semana II
12 de diciembre
Ntra. Sra. de Guadalupe (F)
¿No estoy yo aquí que soy tu Madre?
Lectura del libro del Profeta Isaías 7,10-14; 8,10
Una vez más, el Señor habló a Ajaz en estos términos: “Pide para ti un signo de parte del Señor, en lo profundo del Abismo, o arriba, en las alturas”.
Pero Ajaz respondió: “No lo pediré ni tentaré al Señor”.
Isaías dijo: “Escuchen, entonces, casa de David: ¿Acaso no les basta cansar a los hombres, que cansan también a mi Dios?
Por eso el Señor mismo les dará un signo. Miren, la joven está embarazada y dará a luz un hijo, y lo llamará con el nombre de Emanuel.
Hagan un proyecto: ¡fracasará! Digan una palabra: ¡no se realizará! Porque Dios está con nosotros.
Palabra de Dios.
SALMO 66, 2-3. 5. 7-8
R: ¡Aclame al Señor toda la tierra!
¡Canten la gloria de su Nombre!
Tribútenle una alabanza gloriosa,
digan al Señor:
“¡Qué admirables son tus obras!”. R.
Por la inmensidad de tu poder,
tus enemigos te rinden reverencia.
Vengan a ver las obras del Señor,
las cosas admirables que hizo por los hombres. R.
El gobierna eternamente con su fuerza;
sus ojos vigilan a las naciones.
Bendigan, pueblos, a nuestro Dios,
hagan oír bien alto su alabanza. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1, 39-48
María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó:
« ¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor.»
María dijo entonces: «Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
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Celebramos la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de América Latina. En su rostro indígena, en el rostro moreno de María reconocemos nuestra propia raza, los hijos de esta tierra latinoamericana a quienes María quiere hacer llegar su maternal protección.
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Dios ha irrumpido en la historia del hombre haciéndose uno de nosotros. El Hijo de Dios, encarnado en María, lleva a su pleno cumplimiento las promesas hechas a nuestros antiguos padres. María, la Madre del Hijo de Dios Encarnado, se convierte en la portadora de esa salvación para Isabel que queda llena del Espíritu Santo, el cual es el único que nos hace participar de la Vida y Salvación que Dios nos ofrece en Jesús.
-
Una de las constantes en la vida de María fue y ha sido su servicio. María se presenta como la servidora, la que está siempre atenta a las necesidades del prójimo. Desde que Jesús nos la dejó como Madre, ella, con gran amor continúa realizando esta acción de amor en sus hijos.
-
María recoge las expectativas y esperanzas de salvación del “pequeño resto” de Israel, y hoy sigue siendo el prototipo de madre y mediadora que recoge los anhelos y esperanzas de los más pobres.
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María, además de Madre de Jesús, es para nosotros figura y prototipo de la Iglesia que se convierte en misionera, en portadora de la salvación, en engendradora del Salvador, en el corazón de todos los hombres, por la fuerza del Espíritu Santo que habita en ella.
-
El pueblo indígena se encuentra en crisis después de la caída del Imperio Azteca. La presencia de María de Guadalupe viene a darle nuevas fuerzas, viene a ser Evangelio: buena noticia para este pueblo.
-
El acontecimiento encierra diferentes Buenas Nuevas. La Virgen de Guadalupe – es “La que Procede de la Región de la Luz como Águila de Fuego”-. Y el Fuego que la transforma en Sol, es el Niño-Sol que lleva en su seno. Es la Noticia portadora de Alegría.
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Es Buena Noticia porque Guadalupe reivindica a Juan Diego en su dignidad de persona, de protagonista responsable de una historia, capaz de llevar una misión a su exitosa culminación.
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Su Buena Noticia es una palabra eficaz. Cura sin duda al tío Bernardino que ya agoniza a causa de una enfermedad mortal. Juan Bernardino personifica al Pueblo Mexicano conquistado, abatido, contagiado. Pero Guadalupe transforma al Tepeyacac en un jardín de exquisitas, frescas, perfumadas y significativas rosas. No era el tiempo ni el lugar apropiado para que las hubiera.
-
Nuestra Señora, transforma también el corazón de quien se abre a la novedad: Fray Juan de Zumárraga tendrá que reconocer la fuerza de lo verdadero que proviene del mundo nuevo de los conquistados. De todos ellos se hará eco y voz Santa María de Guadalupe, desde el TEPEYAC.
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Las palabras que dice a Juan Diego: ¿Por qué temes?, ¿no estoy yo aquí que soy tu Madre? son el signo y a la vez promesa que invitan a confiar en ella y en su poderosa intercesión.
-
Hoy en América Latina Nuestra Señora de Guadalupe, despierta en nuestro pueblo una gran confianza de hijos, ya que desde su misma imagen mestiza se presenta cercana y unida al pueblo pobre para ayudarlo y defenderlo en sus dolores y angustias más profundas; y al mostrar su predilección por los humildes y necesitados nos impulsa a vivir un amor generoso y compasivo.
PARA DISCERNIR
-
¿Experimento el cuidado de la Santísima Virgen?
-
¿Me identifico con los más pobres de mi pueblo?
-
¿Me siento parte del pueblo latinoamericano?
PARA REZAR
Oración a la Virgen de Guadalupe
Préstame Madre tus ojos,
para con ellos poder mirar,
porque si con ellos miro,
nunca volveré a pecar.
Préstame Madre tus labios,
para con ellos rezar,
porque si con ellos rezo,
Jesús me podrá escuchar.
Préstame Madre tu lengua,
para poder comulgar,
pues es tu lengua patena de amor y santidad.
Préstame Madre tus brazos,
para poder trabajar,
que así rendirá el trabajo una y mil veces más.
Préstame Madre tu manto,
para cubrir mi maldad,
pues cubierta con tu manto al Cielo he de llegar.
Préstame Madre a tu Hijo,
para poder yo amar.
Si tú me das a Jesús,
qué más puedo yo desear
y ésta será mi dicha
por toda la eternidad.
Amén.
Tiempo de Adviento – Ciclo B
Domingo I
Lunes de la semana I
San Andrés, Apóstol (F)
Martes de la semana I
Miércoles de la semana I
Jueves de la semana I
Viernes de la semana I
Sábado de la semana I
Tiempo de Adviento – Ciclo B
Domingo I
Estén prevenidos
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del profeta Isaías 63, 16b-17. 19b; 64, 2-7
¡Tú, Señor, eres nuestro padre, «nuestro Redentor» es tu Nombre desde siempre! ¿Por qué, Señor, nos desvías de tus caminos y endureces nuestros corazones para que dejen de temerte? ¡Vuelve, por amor a tus servidores y a las tribus de tu herencia!
¡Si rasgaras el cielo y descendieras, las montañas se disolverían delante de ti!
Cuando hiciste portentos inesperados, que nadie había escuchado jamás, ningún oído oyó, ningún ojo vio a otro Dios, fuera de ti, que hiciera tales cosas por los que esperan en él. Tú vas al encuentro de los que practican la justicia y se acuerdan de tus caminos.
Tú estás irritado, y nosotros hemos pecado, desde siempre fuimos rebeldes contra ti. Nos hemos convertido en una cosa impura, toda nuestra justicia es como un trapo sucio. Nos hemos marchitado como el follaje y nuestras culpas nos arrastran como el viento.
No hay nadie que invoque tu Nombre, nadie que despierte para aferrarse a ti, porque tú nos ocultaste tu rostro y nos pusiste a merced de nuestras culpas.
Pero tú, Señor, eres nuestro padre, nosotros somos la arcilla, y tú, nuestro alfarero: ¡todos somos la obra de tus manos!
Palabra de Dios.
Salmo Sal 79, 2ac y 3b. 15-16. 18-19 (R.:4)
R. Restáuranos, Señor del universo, que brille tu rostro y seremos salvados.
Escucha, Pastor de Israel,
tú que tienes el trono sobre los querubines,
reafirma tu poder y ven a salvarnos. R.
Vuélvete, Señor de los ejércitos,
observa desde el cielo y mira:
ven a visitar tu vid,
la cepa que plantó tu mano,
el retoño que tú hiciste vigoroso. R.
Que tu mano sostenga al que está a tu derecha,
al hombre que tú fortaleciste,
y nunca nos apartaremos de ti:
devuélvenos la vida e invocaremos tu Nombre. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo
a los cristianos de Corinto 1-3-9
Hermanos:
Llegue a ustedes la gracia y la paz que proceden de Dios,
nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
No dejo de dar gracias a Dios por ustedes, por la gracia que él
les ha concedido en Cristo Jesús. En efecto, ustedes han sido colmados en él con toda clase de riquezas, las de la palabra y las del conocimiento, en la medida que el testimonio de Cristo se arraigó en ustedes. Por eso, mientras esperan la Revelación de nuestro Señor Jesucristo, no les falta ningún don de la gracia. El los mantendrá firmes hasta el fin, para que sean irreprochables en el día de la Venida de nuestro Señor Jesucristo. Porque Dios es fiel, y él los llamó a vivir en comunión con su Hijo Jesucristo, nuestro Señor.
Palabra de Dios.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 13, 33-37
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
«Tengan cuidado y estén prevenidos, porque no saben cuándo llegará el momento. Será como un hombre que se va de viaje, deja su casa al cuidado de sus servidores, asigna a cada uno su tarea, y recomienda al portero que permanezca en vela.
Estén prevenidos, entonces, porque no saben cuándo llegará el dueño de casa, si al atardecer, a medianoche, al canto del gallo o por la mañana. No sea que llegue de improviso y los encuentre dormidos.
Y esto que les digo a ustedes, lo digo a todos: ¡Estén prevenidos!»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
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El regreso del exilio se presenta inmensamente complicado. La reconstrucción de la vida en Jerusalén parece una empresa titánica imposible
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El autor tiene convencimiento de que la situación de dificultad y desconcierto que están viviendo los retornados es consecuencia del pecado. Es ahí cuando el profeta dirige esta desgarradora súplica, fundada en la única fuente de absoluta confianza: la paternidad de Dios que a pesar del pecado de Israel, no puede quedar insensible ante el clamor de sus hijos.
-
Es un grito de confianza que clama que se rasguen los cielos porque la salvación sólo puede venir de Dios
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Sólo aceptándose como pobre descubre Israel su dignidad. El arrepentimiento es lo primero para liberarse de las cadenas del pecado.
***
-
Los Corintios fueron “santificados” y “llamados a ser santos”. Fueron colmados y, no obstante, siguen esperando. La comunidad cristiana está inserta en la historia y comprometida con ella, pero espera algo más; vive de una nostalgia y de una esperanza.
-
La gracia y la paz, la salvación y la nueva vida, nos vienen de Dios por Jesucristo. También por Jesucristo tenemos que dar gracias a Dios.
***
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Marcos presenta a un hombre que se marcha lejos confiando a los criados el cuidado de sus bienes. No insiste en el cuidado de los bienes sino en la actitud alerta y vigilante que deben tener porque no se conoce la llegada del amo. Se pide a los creyentes la máxima vigilancia, que renuncien a realizar cálculos y a hacer previsiones sobre el fin de los tiempos. Es necesario aguardar sin temor aquel fin, entregados al trabajo de cada día. La esperanza evangélica del presente se vive en “el hoy de Dios”.
-
El autor, después de mostrar la liberación traída por el Hijo del hombre en su intervención final, les pide a los creyentes que su confianza y su entusiasmo se concreten en una acción cotidiana.
***
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Velen es la palabra de orden del Adviento. En medio de nuestra necesidad lo esperamos todo de Dios porque Él es fiel. Todo nos viene de su bondad y misericordia, por eso podemos esperar en Él con seguridad y confianza. Pero también trabajamos y ponemos de nuestra parte lo que hemos recibido. Velamos activos, no nos sentamos a esperar, sino que vamos construyendo los caminos para que llegue.
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Vigilancia y fe, que ya hacen presente en medio de la vida de cada día, a ese Cristo que está realizando los cielos nuevos y la tierra nueva. El cristiano no es un hombre que lo espera todo en el futuro, el cristiano sabe que Cristo, ya hace veinte siglos, está trabajando en la humanidad, y que la humanidad que se convierte a Cristo se transforma en ese hombre nuevo, que necesita la sociedad para organizar un mundo según el corazón de Dios.
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La restauración del mundo ya está iniciada, desde que Cristo, vino trayendo la vida de Dios para injertarla en el corazón de la historia, ya puso la levadura divina en la humanidad. Cristo ya está en la historia, Cristo ya está en la entraña del pueblo, Cristo ya está operando los cielos nuevos y la tierra nueva y el trabajo de Adviento es precisamente esa vigilancia y fe: descubrir a ese Cristo que está viniendo continuamente y está buscando encarnarse para transformar todo desde la novedad del Evangelio.
-
Adviento es celebrar la venida de salvación que Cristo realizó hace veinte siglos, pero no es historia pasada, es futuro. Adviento significa también esperar la segunda venida de Cristo cuando venga a juzgar, pero es presente. Presente en la vida de la Iglesia, en su esfuerzo de descubrir el Cristo que viene en la Palabra de vida, en la gracia viva de los sacramentos, en las personas que nos rodean –particularmente en los pobres y sufrientes-, en la vida de la comunidad que camina tratando de hacer historia de salvación, en los acontecimientos de la vida, en el trabajo muchas veces dolorosamente perseverante por un mundo más fraterno y solidario. “Ayúdanos a preparar la venida de tu reino, hasta la hora en que nos presentemos ante ti, santo entre los santos del cielo… Entonces en la creación nueva, liberada por fin de la corrupción te cantaremos la acción de gracias de Jesucristo, tu Ungido que vive eternamente”. P.E. Reconc. 1.
-
Adviento es la Iglesia, que sale al encuentro de todos los hombres y de todo el hombre, y no le importa dialogar hasta con los publicanos y las prostitutas, como Cristo, con los pecadores, con tal de llevarles el verdadero mensaje de salvación. Cristo viene a salvar al hombre donde quiera que se encuentre. Quiere salir a todas las encrucijadas y quiere salir en su Iglesia, en sus cristianos, en la espera del juicio final, cuando se va a consumar la historia, cuando se creen los cielos nuevos donde no habrá injusticia ni dolor, porque la última palabra la dirá el Señor.
-
Adviento es presencia cristiana en el mundo. Celebramos la Encarnación. Celebramos el gesto infinitamente amoroso de Dios que de tal manera amó al mundo que le dio a su propio Hijo. Y Cristo, nacido de María de Nazaret fue hombre de su pueblo y de su tiempo: vivió como un judío, trabajó como un obrero de Nazaret y desde entonces sigue encarnándose en todos los hombres. La Iglesia debe seguir este mismo camino. Una Iglesia que sepa sentir como suyo todo lo humano y quiera encarnarse en el dolor, la esperanza, la angustia de todos los que sufren y gozan, esa Iglesia será Cristo amado y esperado, Cristo presente; y eso depende de nosotros.
PARA DISCERNIR
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¿Qué significado le he dado hasta hoy al Adviento?
-
¿Qué novedad, qué conversión me trae la Palabra de este domingo?
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¿Qué aspectos tengo que revisar de mi “esperanza” y mi “alegría”?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Tú eres Señor nuestro alfarero
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
El Señor bajó
…”Baja siempre. Está bajando. Y no desaparece la soledad, el odio, la pobreza, la guerra, la división. Pero no baja a nuestra manera. Incluso uno a veces se pregunta si es verdad que tenemos tantas ganas de que baje el Señor. Pues sin él hasta parece que estamos contentos. Tenemos de todo, aunque nada nos satisface; seguimos aburridos, sin amar, sin dejarnos amar. Seguimos mintiendo. No somos libres: no decimos lo que sentimos, no nos presentamos como somos. En el fondo no nos interesa mucho que baje el Señor. Preferimos que baje del
cielo una lluvia de millones. No bajes, Señor, en el fondo no nos va tan mal. Nos va bien con nuestros jefes, con nuestros líderes, con nuestras estrellas, con nuestro trabajo, con nuestros ahorros, nuestras compras y nuestros caprichos. Nos va bien con nuestros espectáculos, nuestros deportes, nuestro consumo, nuestra droga de cada día.
De ahí que el buen planteamiento para este adviento no es un deseo vacío de que baje el Señor. Porque ya está ahí. Y como está ahí la pregunta no es: ¿dónde está Dios?, sino: ¿estoy dispuesto a crear en mi vida las disposiciones adecuadas para encontrarle? La cuestión es si nos interesa recibirlo y si nos ponemos en la situación de encontrarlo. Su presencia no es evidente, cierto, pero no por eso es menos real. No es evidente, porque no quiere imponerse. Porque el amor no se impone, respeta siempre la libertad. Es una presencia “sacramental”. Todos conocemos las múltiples presencias del Señor. Es cuestión de descubrirlas. O, más que descubrirlas, es cuestión de ir allí donde sabemos que está. De estas múltiples presencias del Señor, conviene insistir en una porque es la que más fácilmente olvidamos y, sin embargo, es la más decisiva y la que verifica (“hace verdaderas”) a todas las demás. Me refiero a su presencia en el prójimo. Si no sabemos descubrirle ahí no le encontraremos en otros sitios, en la oración o en la liturgia, por ejemplo.
«El Reino de los cielos se parece a…» El Reino de los cielos, o sea Dios mismo es semejante a un banquete en el que todos los hombres, sobre todo los pobres, son acogidos; a un pastor que se ocupa y preocupa más de una oveja perdida que de noventa y nueve seguras; a un padre que acoge, sin pedir explicaciones, al hijo que ha malgastado su herencia; al propietario de un campo que ofrece generosamente un abundante sueldo a quien no se lo ha ganado. En suma, el hombre se encuentra con Dios cuando crea las condiciones para un encuentro fraterno, liberador, reconciliador y gratuito: es lo que indica directamente la parábola del juicio escatológico, en donde el Rey explica a los que tuvieron compasión y misericordia con su prójimo que, en realidad, a quien estaban atendiendo y con quien se estaban encontrando era con Dios mismo (Mt 25,31 ss.).
En todo lo que favorece el bien del hombre es posible encontrar una huella de la presencia de Dios. De ahí que la Escritura critica la falsa imagen de un Dios que no tiene que ver con la salvación del hombre. Así los profetas recuerdan que el verdadero conocimiento de Yahvé va ligado a la práctica de la justicia con los pobres y los indigentes (Jer 22,16). Y la vida de Jesús chocó con las autoridades judías no a propósito de la fe en Dios, sino de cómo funcionaba esa fe en relación con los pobres (cf. Lc 11,39-45). Una imagen de Dios que no coincida con la salvación del hombre es idolátrica y debe ser desechada. Saber encontrar al que ya está: en nuestra relación con el prójimo nos jugamos el encuentro con Dios. La primera carta de Juan nos lo dice bien claro: amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios (1 Jn 4,7)”…
Martín Gelabert Ballester, o.p.
PARA REZAR
Pregón del Adviento
Les anuncio que comienza el Adviento.
Alcen la vista, abran los ojos, miren el horizonte.
Reconozcan el momento. Abran los oídos.
Capten los gritos y susurros, el viento, la vida…
Empezamos el Adviento,
y una vez más renace la esperanza en el horizonte.
Al fondo, clareando ya, la Navidad.
Una Navidad sosegada, íntima, pacífica,
fraternal, solidaria, encarnada,
también superficial, desgarrada, violenta…;
pero siempre esposada con la esperanza.
Es Adviento esa niña esperanza que todos llevamos,
sin saber cómo, en las entrañas;
una llama temblorosa, imposible de apagar,
que atraviesa el espesor de los tiempos;
un camino de solidaridad bien recorrido;
la alegría contenida en cada trayecto;
unas huellas que no engañan; una gestación llena de vida;
anuncio contenido de buena nueva;
una ternura que se desborda…
Estén alerta y escuchen.
Lleno de esperanza grita Isaías:
“Caminemos a la luz del Señor”.
Con esperanza pregona Juan Bautista:
“Conviértanse, porque ya llega el reino de Dios”.
Con la esperanza de todos los pobres de Israel,
de todos los pobres del mundo,
susurra María su palabra de acogida:
“Hágase en mí según tu palabra”.
Alégrense, salten de júbilo.
Vistan su mejor traje.
Perfúmense con los perfumes más fragantes.
¡Que se note!
Viene Dios. Aviven alegría, paz y esperanza.
Preparen el camino.
Ya llega nuestro Salvador. Viene Dios… y está a la puerta.
¡Despierten a la vida!
Lunes de la semana I
San Andrés, Apóstol (F)
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron
Lectura de la carta del apóstol san Pablo
a los cristianos de Roma 10, 9-18
Hermanos:
Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvado. Con el corazón se cree para alcanzar la justicia, y con la boca se confiesa para obtener la salvación. Así lo afirma la Escritura: El que cree en él, no quedará confundido.
Porque no hay distinción entre judíos y los que no lo son: todos tienen el mismo Señor, que colma de bienes a quienes lo invocan. Ya que todo el que invoque el nombre del Señor se salvará.
Pero, ¿cómo invocarlo sin creer en él? ¿Y cómo creer, sin haber oído hablar de él? ¿Y cómo oír hablar de él, si nadie lo predica? ¿Y quiénes predicarán, si no se los envía? Como dice la Escritura: ¡Qué hermosos son los pasos de los que anuncian buenas noticias!
Pero no todos aceptan la Buena Noticia. Así lo dice Isaías: Señor, ¿quién creyó en nuestra predicación? La fe, por lo tanto, nace de la predicación y la predicación se realiza en virtud de la Palabra de Cristo.
Yo me pregunto: ¿Acaso no la han oído? Sí, por supuesto: Por toda la tierra se extiende su voz y sus palabras llegan hasta los confines del mundo.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 18, 2-3. 4-5 (R.: 5a)
R. Resuena su eco por toda la tierra.
El cielo proclama la gloria de Dios
y el firmamento anuncia la obra de sus manos;
un día transmite al otro este mensaje
y las noches se van dando la noticia. R.
Sin hablar, sin pronunciar palabras,
sin que se escuche su voz,
resuena su eco por toda la tierra
y su lenguaje, hasta los confines del mundo. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 4, 18-22
Mientras caminaba a orillas del mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: a Simón, llamado Pedro, y a su hermano Andrés, que echaban las redes al mar porque eran pescadores. Entonces les dijo: «Síganme, y yo los haré pescadores de hombres.»
Inmediatamente, ellos dejaron las redes y lo siguieron.
Continuando su camino, vio a otros dos hermanos: a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca de Zebedeo, su padre, arreglando las redes; y Jesús los llamó.
Inmediatamente, ellos dejaron la barca y a su padre, y lo siguieron.
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
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Celebramos hoy la fiesta de Andrés apóstol. Humilde pescador de Galilea, deja sus redes para ser pescador de hombres. Es también el discípulo de Juan Bautista, que apenas descubre a Jesús y después de un breve diálogo, se va con Él y se queda todo el día. Este encuentro es tan importante para él, que se acuerda hasta de la hora: “eran más o menos las 4 de la tarde”. Andrés llama a su hermano Simón Pedro y confiesa a Jesús como Mesías. Forma con Pedro, Santiago y Juan el núcleo de los doce Apóstoles, a los únicos que Jesús revela su visión apocalíptica de la historia. También tenemos noticias de Andrés en Marcos, quien lo ubica cuarto en la lista de los que Jesús eligió.
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En el mismo cuarto evangelio, encontramos una nueva noticia de Andrés; en el capítulo 12 aparece con Felipe haciendo de “mediador” entre Jesús y unos griegos que querían hablar con Él. De aquí podemos concluir que Andrés era un judío helenista, es decir, que hablaba el griego, cosa muy frecuente entre los habitantes de Galilea, particularmente entre los de las ciudades costeras del lago. El mismo Juan nos cuenta que Andrés era de Betsaida, pero probablemente se había trasladado a Cafarnaún con su hermano Simón “llamado Pedro”.
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Teniendo en cuenta que era un helenista, entendemos el papel que desempeñó en la tarea evangelizadora entre los gentiles y paganos de habla griega; aunque la tradición cristiana no nos ofrece datos sobre la actividad del apóstol.
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Hoy nos encontramos con la narración de su vocación al discipulado a la luz de Mateo. Igual que para Marcos, el llamado de los cuatro primeros discípulos, entre ellos Andrés, está precedida de la actividad evangelizadora de Jesús. No aparece ningún tipo de signo por parte de Jesús antes de comenzar a formar su grupo de seguidores. Jesús por una parte comienza con el anuncio y la realización del reino, y por la otra, comienza el proceso de discipulado de sus seguidores.
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Una vez conformado el grupo de quienes serán testigos; el evangelio comienza a contarnos la actividad de Jesús tanto en palabras como en obras. En la cotidianidad de la vida, junto al maestro, el discípulo va aprendiendo y al mismo tiempo se va configurando con el maestro, para ser testigo y continuador de su obra.
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La llamada de Andrés, y de sus compañeros, se inscribe en el orden de dar vida a la humanidad y renovar la creación. Compartiendo el proyecto misionero de Jesús desde el camino del discipulado encuentran su lugar, su vocación y la fuerza para llevarla a cabo. Gracias a los discípulos, el Reino se hace presente en la vida de los hombres y se lleva a plenitud la misión profética de Jesús. El futuro de Dios se anticipa y se hace presente en medio de la existencia humana y a través de hombres como nosotros.
PARA DISCERNIR
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¿Descubro el llamado del Señor a anunciar su reino?
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¿Cuáles son las redes que tengo que dejar?
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¿Experimento la necesidad de estar con el Señor compartiendo su vida?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Te sigo Señor
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
San Andrés sigue a Cristo hasta en su muerte
Una tradición… narra la muerte de Andrés en Patras, donde sufre el suplicio de la crucifixión. Pero en este momento supremo, de manera análoga a su hermano Pedro, pide ser puesto en una cruz diferente a la de Jesús. En su caso se trata de una cruz en forma decusada, es decir con el palo transversal inclinado, que por eso se la nombra «cruz de san Andrés».
Según una vieja narración, parece que el apóstol habría dicho en esta ocasión: «Salve, oh cruz, inaugurada con el cuerpo de Cristo y llegada a ser ornamento de sus miembros, como si se tratara de piedras preciosas. Antes que el Señor subiera a ti, inspirabas un temor terrestre. Ahora, por el contrario, dotada de un amor celeste, eres recibida como un don. Los creyentes saben, respecto a ti, qué gozo posees, qué regalos tienes preparados. También yo, seguro y lleno de gozo, vengo a ti para que, tú también, me recibas exultante como a aquel que de ti fue suspendido… Oh
cruz bienaventurada, que has sido revestida con la majestad y belleza de los miembros del Señor… Tómame y llévame lejos de los hombres y devuélveme a mi Maestro para que, por mediación tuya, me reciba el que me rescató. Salve, oh cruz, sí, en verdad, salve!»
Como se ve hay aquí una espiritualidad cristiana muy profunda que ve en la cruz, no precisamente un instrumento de tortura sino más bien el medio incomparable de una plena asimilación al Redentor, al grano de trigo caído en tierra (Jn 12,24). De ahí debemos aprender una lección muy importante: nuestras cruces tienen valor si son consideradas y acogidas como una parte de la cruz de Cristo, si son un reflejo de su luz. Es solamente por esta cruz que nuestros sufrimientos quedan ennoblecidos y adquieren su verdadero sentido.
Comentario del Evangelio por el Papa Benedicto XVI – Audiencia general del 14/06/06
PARA REZAR
Oración del misionero
Señor, cuando nos mandas a sembrar,
rebosan nuestras manos de riquezas;
tu palabra nos llena de alegría
cuando la echamos a tierra abierta.
Señor, cuando nos mandas a sembrar,
sentimos en el alma la pobreza:
lanzamos la semilla que nos diste
y esperamos inciertos la cosecha.
Y nos parece que es perder el tiempo,
este sembrar en insegura espera.
Y nos parece que es muy poco el grano
para la inmensidad de nuestras tierras.
Y nos aplasta la desproporción
de tu mandato frente a nuestras fuerzas,
pero la fe, nos hace comprender,
que estás a nuestro lado en la tarea.
Y avanzamos sembrando por la noche
y por la niebla matinal. Profetas
pobres, pero confiados en que Tú
nos usas como humildes herramientas.
Gloria a ti, Padre Bueno, que nos diste
a tu Verbo, semilla verdadera,
y por la gracia de tu Santo Espíritu
la siembras con nosotros en la Iglesia.
Hno. Fermín Gainza
Martes de la semana I
Felices los ojos que venlo que ustedes ven
Lectura del libro del profeta Isaías 11, 1-10
En aquel día, saldrá una rama del tronco de Jesé y un retoño brotará de sus raíces. Sobre él reposará el espíritu del Señor: espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de ciencia y de temor del Señor -y lo inspirará el temor del Señor- .
El no juzgará según las apariencias ni decidirá por lo que oiga decir: juzgará con justicia a los débiles y decidirá con rectitud para los pobres del país; herirá al violento con la vara de su boca y con el soplo de sus labios hará morir al malvado. La justicia ceñirá su cintura y la fidelidad ceñirá sus caderas.
El lobo habitará con el cordero y el leopardo se recostará junto al cabrito; el ternero y el cachorro de león pacerán juntos, y un niño pequeño los conducirá; la vaca y la osa vivirán en compañía, sus crías se recostarán juntas, y el león comerá paja lo mismo que el buey.
El niño de pecho jugará sobre el agujero de la cobra, y en la cueva de la víbora, meterá la mano el niño apenas destetado. No se hará daño ni estragos en toda mi Montaña santa, porque el conocimiento del Señor llenará la tierra como las aguas cubren el mar.
Aquel día, la raíz de Jesé se erigirá como emblema para los pueblos: las naciones la buscarán y la gloria será su morada.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 71, 1-2. 7-8. 12-13. 17 (R.: cf. 7)
R. Que en sus días florezca la justicia y abunde la paz eternamente.
Concede, Señor, tu justicia al rey
y tu rectitud al descendiente de reyes,
para que gobierne a tu pueblo con justicia
y a tus pobres con rectitud. R.
Que en sus días florezca la justicia
y abunde la paz, mientras dure la luna;
que domine de un mar hasta el otro,
y desde el Río hasta los confines de la tierra. R.
Porque él librará al pobre que suplica
y al humilde que está desamparado.
Tendrá compasión del débil y del pobre,
y salvará la vida de los indigentes. R.
Que perdure su nombre para siempre
y su linaje permanezca como el sol;
Que él sea la bendición de todos los pueblos
y todas las naciones lo proclamen feliz. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 10, 21-24
En aquel momento Jesús se estremeció de gozo, movido por el Espíritu Santo, y dijo:
«Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido. Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre, como nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.» Después, volviéndose hacia sus discípulos, Jesús les dijo a ellos solos:
« ¡Felices los ojos que ven lo que ustedes ven! ¡Les aseguro que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven y no lo vieron, oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron!»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
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La paz es uno de los bienes más grandes, constantemente implorados en el Antiguo Testamento. La verdadera paz llegará a la tierra recién con la venida del Mesías. Isaías, un profeta de la corte y amante de la dinastía davídica, esperaba al rey Mesías del linaje de David. Y esperaba que el reinado de este descendiente sea en verdad un reinado de fidelidad a la Ley de Dios.
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La imagen del tronco y del renuevo le sirve a Isaías, para anunciar que, a pesar de que el pueblo de Israel parece un tronco seco y sin futuro, Dios le va a infundir vida y de él va a brotar un retoño que traerá a todos la salvación.
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Jesé era el padre del rey David. Por tanto el «tronco de Jesé» hace referencia a la familia y descendencia de David, que será la que va a alegrarse de este nuevo brote. La «raíz de Jesé» se erguirá como enseña y bandera para todos los pueblos.
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Esta página del profeta fue siempre interpretada como un anuncio de los planes salvadores de Dios para los tiempos mesiánicos aunque la profecía no se dispara hacia un “más allá” celestial. El profeta espera que en verdad un rey reine de esta manera.
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Y el modo de reinar y de impartir la justicia ha de ser a favor de los pobres.
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El Espíritu de Dios reposará sobre el Mesías y lo colmará de sus dones. Por eso su juicio será siempre justo, doblegará a los violentos y en su tiempo reinará la paz.
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La salvación que Jesús viene a traer recuperará el orden querido por Dios en la creación, en donde ni los animales, ni los hombres se causarán daño entre sí. Esa paz será garantizada por la experiencia de Dios y por la justicia con los pobres.
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Jesús se estremece de júbilo en el Espíritu por lo que ha sido revelado a los pobres y sencillos. Y lo hace utilizando una fórmula de bendición que es familiar a los judíos. A lo largo del día los judíos piadosos eran invitados a dar gracias a Dios por todo diciéndole: ” Bendito Tú eres por…” Este es un tipo de plegaria que Jesús hacía a menudo.
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En este momento su acción de gracias surge de la contemplación del trabajo que el Padre está haciendo en el corazón de los hombres. En una sociedad, hija del poder y de la sabiduría de los grandes, no era normal que los sencillos, los ignorantes, los sin poder, los que experimentaban todo tipo de pobreza, tuvieran una participación activa. Los fuertes y poderosos les quitaban todo protagonismo, los anulaban y los convertían en vasallos pasivos. Era peligroso que los pobres y sencillos tuvieran iniciativa o participación en las decisiones, porque eso se traduciría, tarde o temprano, en conciencia crítica, en autonomía, en rebelión, en búsqueda de justicia.
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Por eso, cuando Jesús ve actuar a los que hasta ese momento habían sido dejados de lado, su corazón rompe en alegría incontenible. Si a partir de la aceptación de la Palabra de vida, el miedo de los excluidos se transforma en valentía, la exclusión en inclusión, la marginación en participación activa, hay esperanzas de un mundo nuevo.
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Jesús en su modo de anunciar el Reino abrió un camino nuevo para el conocimiento de Dios. Ya no será por los caminos de la ciencia o de la sabiduría humana, sino por los caminos de la sencillez y la humildad que podremos abrirnos al don de Dios y alegrarnos de su salvación. El conocimiento de Dios pasará por una práctica de la justicia, según el Evangelio, que lleva a una existencia más solidaria, fraterna, de entrega, comunicación, comunión con otros, y destronamiento de toda clase de egoísmos que dominen al hombre y la creación.
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Esta nueva sabiduría, los prudentes, los sabios, los autoritarios, los autosuficientes no la necesitan. En cambio, para los pobres, una palabra de consuelo, una mano tendida, son más valorados que muchos tratados de paz. Saben descubrir lo aparentemente invisible, porque están habituados a vivir de lo esencial. Éste será el camino de Jesús y el nuestro. Su misión pasará por el aparente fracaso y sólo algunos pocos serán fieles.
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Esta nueva sabiduría que viene de un corazón pobre, acepta que la acción de Dios está mediada por la vida e historia de una persona concreta que es Jesús, el que venía de Galilea y murió en Jerusalén. “Nadie sabe quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre sino el Hijo”.
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Conocimiento del Padre por la familiaridad y el amor. La verdadera felicidad del discípulo será participar en esta familiaridad que lo hace vivir con gozo y certeza la presencia de la salvación. Y esta es la esperanza. Para vivirla se necesita pequeñez y pobreza. Dejar que el espíritu se pose en nosotros para ser contados entre aquellos que son dichosos por ver lo que ven. Comienza así el tiempo tan esperado de la paz verdadera.
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Celebrar el Adviento no es otra cosa que dejarnos modelar interiormente por la presencia del Espíritu, crear espacio en nuestra vida para que podamos recibir sus dones de sabiduría, de discernimiento y fortaleza… todos ellos necesarios para descubrir los senderos por donde El quiere que camine nuestra Iglesia en este tiempo.
PARA DISCERNIR
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¿Siento que Jesús alaba a Dios por mi fe?
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¿Conozco a Dios por el amor?
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¿Experimento la felicidad de la fe?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Hazme sencillo, alegre, y agradecido Señor
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
…”No nos lamentemos demasiado fácilmente de la falta de tiempo para leer y no la hagamos responsable de un estado espiritual imputable con frecuencia a nuestra falta de decisión (la decisión de llevar las cosas a la práctica). Volvamos asiduamente al evangelio, a cualquier libro sólido, y tratemos de asimilarlo para vivirlo. No dejemos que se vaya agrandando la fisura entre verdad buscada y meditada y el llevar a la práctica sus exigencias. Es preciso exponer nuestra vida a la luz del Espíritu de Jesús, esforzándonos por practicar el sermón de la montaña, el discurso de la última Cena, el Vía Crucis, las parábolas de la oración y de la fe, y sobre todo el mandamiento del amor: ahí encontraremos la verdadera ciencia de Cristo, la que poseían los apóstoles.
Cualquier momento del día se nos brinda como algo único e irrepetible; por eso, los que no se han abandonado suficientemente al Espíritu y dependen de modo muy rígido de un ideal moral especulativo, no llegan a la santidad perfecta, viva, en consonancia con las exigencias de la vida. Su santidad es artificial, rígida, careciendo del impulso y espontaneidad del amor; son incapaces de un acto de locura en la pobreza, en el amor al prójimo; no viven el Evangelio del Salvador (…). La lectura de una biografía o de los escritos de los santos, con frecuencia es más eficaz para una auténtica vida espiritual que la lectura de libros doctrinales. Velad constantemente por mantener un gran equilibrio en vuestra vida, para conservarla siempre en la sencillez del momento presente y para llevar a la práctica el Evangelio“…
R. Voillaume, Come foro, Turín s.f.
PARA REZAR
Derrama
Ven Señor Jesús, renuevo de Jesé,
derrama en nosotros el espíritu que nos guíe
para buscar la sabiduría que nos ayude a vivir bien
y lograr la felicidad que no pasa.
Ven Señor Jesús y derrama sobre nosotros tu espíritu
para que podamos comprender nuestra historia
como plan de Dios Padre.
Ven Señor Jesús y derrama el espíritu de consejo y valentía
para poder decidir la vida en cada acontecimiento.
Ven Señor Jesús y derrama en nosotros el espíritu de conocimiento
para sentirte cercano y conocer los secretos de tu corazón.
Ven Señor Jesús y derrama sobre nosotros el espíritu de temor del Señor
para que el centro de nuestros pensamientos,
deseos y proyectos sea la voluntad del Padre.
Ven Señor Jesús y derrama sobre nosotros el espíritu
con el que revelas el rostro del Padre a los pequeños y a los pobres
y que sintamos el gozo de haber sido elegidos para ser de los tuyos.
Miércoles de la semana I
Todos comieron hasta saciarse
Lectura del libro del profeta Isaías 25, 6-10a
En aquel día:
El Señor de los ejércitos ofrecerá a todos los pueblos sobre esta montaña un banquete de manjares suculentos, un banquete de vinos añejados, de manjares suculentos, medulosos, de vinos añejados, decantados.
El arrancará sobre esta montaña el velo que cubre a todos los pueblos, el paño tendido sobre todas las naciones.
Destruirá la Muerte para siempre; el Señor enjugará las lágrimas de todos los rostros, y borrará sobre toda la tierra el oprobio de su pueblo, porque lo ha dicho él, el Señor.
Y se dirá en aquel día: «Ahí está nuestro Dios, de quien esperábamos la salvación: es el Señor, en quien nosotros esperábamos; ¡alegrémonos y regocijémonos de su salvación!» Porque la mano del Señor se posará sobre esta montaña.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 22, 1-3a. 3b-4. 5. 6 (R.: 6cd)
R. Habitaré en la Casa del Señor, por muy largo tiempo.
El Señor es mi pastor,
nada me puede faltar.
El me hace descansar en verdes praderas,
me conduce a las aguas tranquilas
y repara mis fuerzas. R.
Me guía por el recto sendero,
por amor de su Nombre.
Aunque cruce por oscuras quebradas,
no temeré ningún mal,
porque tú estás conmigo:
tu vara y tu bastón me infunden confianza. R.
Tú preparas ante mí una mesa,
frente a mis enemigos;
unges con óleo mi cabeza
y mi copa rebosa. R.
Tu bondad y tu gracia me acompañan
a lo largo de mi vida;
y habitaré en la Casa del Señor,
por muy largo tiempo. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 15, 29-37
Jesús llegó a orillas del mar de Galilea y, subiendo a la montaña, se sentó. Una gran multitud acudió a él, llevando paralíticos, lisiados, ciegos, mudos y muchos otros enfermos. Los pusieron a sus pies y él los curó. La multitud se admiraba al ver que los mudos hablaban, los inválidos quedaban curados, los paralíticos caminaban y los ciegos recobraban la vista. Y todos glorificaban al Dios de Israel.
Entonces Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: «Me da pena esta multitud, porque hace tres días que están conmigo y no tienen qué comer. No quiero despedirlos en ayunas, porque podrían desfallecer en el camino.»
Los discípulos le dijeron: « ¿Y dónde podríamos conseguir en este lugar despoblado bastante cantidad de pan para saciar a tanta gente?»
Jesús les dijo: « ¿Cuántos panes tienen?»
Ellos respondieron: «Siete y unos pocos pescados.»
El ordenó a la multitud que se sentara en el suelo; después, tomó los panes y los pescados, dio gracias, los partió y los dio a los discípulos.
Y ellos los distribuyeron entre la multitud. Todos comieron hasta saciarse, y con los pedazos que sobraron se llenaron siete canastas.
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
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En las costumbres orientales que aparecen frecuentemente en la Biblia el banquete forma parte del ritual de entronización de los reyes. Con frecuencia la magnificencia en la preparación de la mesa, la calidad de los manjares y de los vinos son signo del poder de un rey, y muy particularmente son el modo de celebrar una victoria.
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El texto de lectura del profeta Isaías fue probablemente redactado hacia el siglo quinto o cuarto antes de Cristo y el banquete quiere expresar como se solemniza la victoria de Israel sobre los demás pueblos que hasta entonces lo han oprimido. Dios es, en definitiva, el verdadero triunfador ya que ha conducido al pueblo en medio de calamidades hasta el triunfo; por eso, Dios mismo anuncia que será el anfitrión de su propia mesa en la que han de participar todos los que han sido fieles a su palabra. Dios no quiere ver lágrimas en los ojos de nadie, no habrá más luto ni tristeza; se ha acabado la violencia y la opresión.
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Con toda la poesía y humanidad que tiene la imagen de una comida, la Palabra nos ayuda a entender los planes de Dios. Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, Dios al invitarnos a la fiesta, celebra la victoria sobre la muerte: el enemigo más grande, la gran obsesión de la humanidad, el gran fracaso, el gran absurdo, el símbolo de la fragilidad y del sufrimiento.
***
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En el evangelio vemos como mucha gente se acerca a Jesús llevando lisiados, ciegos, mudos y otros enfermos. La lista es significativa, porque pone de relieve la atención de Dios, dirigida en primer lugar hacia las tantas miserias humanas.
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En Jesús de Nazaret se han cumplido las promesas del profeta. Con Él ha llegado la plenitud de los tiempos. El signo de la venida del Mesías es que el mal retrocede, la desgracia y la opresión son vencidas.
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El que tenía cautivo al hombre ha caído, y el llanto de los pobres es secado por el mismo Dios, que recogiendo sus dolores los transforma en gozo y fiesta.
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Jesús prepara un banquete y hace de una comida el signo de su gracia. Un banquete austero en cuanto a la comida, pero exuberante y especial en su manera de manifestar la providencia.
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Comida de acción de gracias, repartida por los discípulos y capaz de saciar a todos. Comida que es Él mismo y que nace de la compasión; está a nuestro lado sosteniendo nuestro caminar; llega a nosotros por ministerio de sus apóstoles y predicadores; Él es nuestra Eucaristía y puede saciar todo corazón y todo anhelo.
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Jesús ofrece fiesta, no tristeza. Fiesta en la que sólo se quiere expresar lo desbordante de la vida que Dios nos regala. El manjar, si bien es para todos, tendrá la medida del hambre y el sabor de aquello en lo que nos sentimos más hambrientos. Nuestra esperanza se alimenta de nuestra hambre, crece con el hambre.
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El Adviento es para los que nos sabemos débiles, hambrientos y pecadores y acudimos a Jesús, el Salvador que se compadece, seca nuestras lágrimas, nos da de comer, anuncia su palabra de vida y de fiesta, y nos acoge a todos. Adviento es ir tras la promesa de la fiesta, y la comida para los pobres, entre los pobres. Aceptar esta pobreza, es clamar sin dudas a Dios, que viene a transformar nuestro luto en danza y nuestro desierto en mesa de fiesta.
PARA DISCERNIR
- ¿Cuáles son mis hambres más profundas?
- ¿De qué necesito que Dios se compadezca y me salve?
- ¿Cuáles son los motivos por los que quiero hacer fiesta de la vida?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Dame un corazón compasivo y generoso Señor
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
…”Buscas maneras de encontrar a Jesús. Intentas conseguirlo, no sólo en tu mente sino también en tu cuerpo. Buscas su afecto y sabes que éste implica a su cuerpo lo mismo que al tuyo. Se hizo carne por ti, para que tú pudieras encontrarle en la carne y recibir su amor en ella.
Pero hay algo en ti que impide ese encuentro. Hay todavía mucha vergüenza y mucho sentido de culpabilidad en tu cuerpo, bloqueando la presencia de Jesús. Cuando estás en tu cuerpo, no te sientes realmente en casa; vives como arrojado en él, como si no fuera un lugar suficientemente bueno, suficientemente bello o suficientemente puro para encontrarte con Jesús.
Cuando examinas con atención tu vida, te das cuenta de hasta qué punto se ha visto llena de miedos, especialmente de miedo a las personas con autoridad: tus padres, profesores, obispos, directores espirituales, incluso de miedo a tus amigos. Nunca te consideras igual a ellos y te colocas debajo cuando te encuentras delante de ellos. Durante la mayor parte de tu vida has sentido como si necesitaras su permiso para ser tú mismo (…).
No podrás encontrarte con Jesús en tu cuerpo mientras éste siga con montones de dudas y miedos. Jesús vino para librarte de esos lazos y crear en ti un espacio en el que pudieras estar con él. Quiere que vivas la libertad de los hijos de Dios.
No desesperes pensando que no puedes cambiar después de tantos años. Sencillamente entra en la presencia de Jesús como eres y pídele que te dé un corazón libre de todo miedo en el que él pueda estar contigo. No puedes hacerte a ti mismo diferente. Jesús vino para darte un corazón nuevo, un espíritu nuevo, una mente nueva y un cuerpo nuevo. Deja que él te transforme por su amor y te permita recibir su afecto en todo tu ser “…
H. J. M. Nouwen, La voz interior
del amor
PARA REZAR
Ven Señor Jesús
Ven Señor Jesús y acrecienta la feliz esperanza,
el hambre por el banquete de la vida plena y definitiva,
que con el Padre preparas para todos los hombres.
Te bendecimos por el pan de cada día,
signo de tu preocupación por nosotros.
Te bendecimos por el amor de cada día
que nos impulsa a buscar el pan que necesitamos,
para nosotros y para los que más necesitan.
Te bendecimos por tu amor que se hace amor
en nuestras pobres manos y busca alimentar
la esperanza de tu pueblo.
Ven Señor Jesús, a mi vida,
y desde mi vida a la vida del mundo.
Jueves de la semana I
Edificar sobre Cristo
Lectura del libro del profeta Isaías 26, 1-6
Aquel día, se entonará este canto en el país de Judá:
Tenemos una ciudad fuerte, el Señor le ha puesto como salvaguardia muros y antemuros. Abran las puertas, para que entre una nación justa, que se mantiene fiel. Su carácter es firme, y tú la conservas en paz, porque ella confía en ti.
Confíen en el Señor para siempre, porque el Señor es una Roca eterna. El doblegó a los que habitaban en la altura, en la ciudad inaccesible; la humilló hasta la tierra, le hizo tocar el polvo. Ella es pisoteada por los pies del pobre, por las pisadas de los débiles.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 117, 1 y 8-9. 19-21. 25-27a (R.: 26a)
R. ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!
¡Den gracias al Señor, porque es bueno,
porque es eterno su amor!
Es mejor refugiarse en el Señor
que fiarse de los hombres;
es mejor refugiarse en el Señor
que fiarse de los poderosos. R.
«Abran las puertas de la justicia
y entraré para dar gracias al Señor.»
«Esta es la puerta del Señor:
sólo los justos entran por ella.»
Yo te doy gracias porque me escuchaste
y fuiste mi salvación. R.
Sálvanos, Señor, asegúranos la prosperidad.
¡Bendito el que viene en nombre del Señor!
Nosotros los bendecimos desde la Casa del Señor:
el Señor es Dios, y él nos ilumina. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 7, 21. 24-27
Jesús dijo a sus discípulos:
«No son los que me dicen: “Señor, Señor”, los que entrarán en el Reino de los Cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi Padre que está en el cielo.
Así, todo el que escucha las palabras que acabo de decir y las pone en práctica, puede compararse a un hombre sensato que edificó su casa sobre roca. Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa; pero esta no se derrumbó porque estaba construida sobre roca.
Al contrario, el que escucha mis palabras y no las practica, puede compararse a un hombre insensato, que edificó su casa sobre arena. Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa: esta se derrumbó, y su ruina fue grande.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
-
En Palestina y en todo el cercano oriente las rocas, que en realidad son alturas rocosas, tienen un gran valor: sirven como defensa, refugio del sol o de la lluvia, lugar de vigilancia para detectar los posibles enemigos. Una ciudad nunca se construye en un valle, pues caería fácilmente en manos de los enemigos.
-
Tener una ciudad fuerte, asentada sobre roca, inexpugnable para el enemigo, era una de las condiciones más importantes para sentirse seguros. Sus murallas, torres, y sus puertas bien custodiadas, eran garantía de paz y de victoria. Jerusalén era considerada inexpugnable porque estaba admirablemente situada sobre un espolón rocoso, lugar muy estratégico para la defensa.
-
Esta imagen le sirve al profeta para anunciar que la verdadera seguridad de una ciudad no procede de sus medios humanos de defensa, sino de su apoyo en Dios. Dios es la roca verdadera.
***
-
En el evangelio de hoy encontramos una cierta continuidad con el fragmento de Isaías. En los dos pasajes, la roca, aparece como símbolo de seguridad.
-
Jesús, con la parábola del hombre sabio, que edifica su casa sobre roca firme y el necio que la edifica sobre arena movedizas, contrapone a los que han escuchado sus palabras y han hecho de éstas el verdadero fundamento para construir su vida; y por eso pueden sostenerse a pesar de los ataques, de las persecuciones y las dificultades; y aquellos cuyas vidas se han derrumbado, porque se han contentado sólo con oír la Palabra y decir ¡Señor, Señor!
-
Nuestra vida de fe se va construyendo, en torno a la esperanza cierta, de llegar a nuestra plenitud en Cristo Jesús y entrar en el Reino de Dios. Por eso no basta con tener a Jesús en la boca, ni basta con cumplir lo mandado. Tomar en serio el camino de la fe, que nos convierte en verdaderos discípulos, implica buscar al Señor, para que descubriendo su voluntad en su Palabra y en su ejemplo, podamos vivir como hijos del Reino.
-
La experiencia de construir el reino viviendo el mensaje de las bienaventuranzas, es la roca firme donde los discípulos de Jesús, tenemos que edificar nuestra vida como personas y como cristianos. El Señor se acerca a nosotros, no sólo para que nos alegremos con Él, sino para que vivamos en una auténtica amistad y compromiso, de tal forma que toda nuestra vida se edifique en Él; y podamos ser en el mundo, un verdadero reflejo del amor que Dios nos ha manifestado por medio de su Hijo.
-
La imagen de la roca en este día de Adviento nos interpela, para que en la construcción de nuestro proyecto de vida o de comunidad, no nos fiemos sólo de nuestras propias fuerzas y capacidades, o en la firmeza de algunas instituciones, o en estructuras o doctrinas, sino en Dios, que en su Palabra escuchada y aceptada como criterio de vida, es el único fundamento que no falla y da solidez a lo que intentamos construir.
PARA DISCERNIR
- ¿Cómo estamos construyendo el edificio de nuestra vida?
- ¿Construimos para algunos años, o construimos para siempre?
- ¿Construimos desde la fachada, o desde las bases?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Se mi roca firme, Señor
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
Vendrá a nosotros la Palabra de Dios
…”Sabemos de una triple venida del Señor. Además de la primera y de la última, hay una venida intermedia. Aquellas son visibles, pero ésta no. En la primera, el Señor se manifestó en la tierra y convivió con los hombres, cuando, como atestigua él mismo, lo vieron y lo odiaron. En la última, todos verán la salvación de Dios y mirarán al que traspasaron. La intermedia, en cambio, es oculta, y en ella sólo los elegidos ven al Señor en lo más íntimo de sí mismos, y así sus almas se salvan. De manera que, en la primera venida, el Señor vino en carne y debilidad; en esta segunda, en espíritu y poder; y, en la última, en gloria y majestad.
Esta venida intermedia es como una senda por la que se pasa de la primera a la última: en la primera, Cristo fue nuestra redención; en la última, aparecerá como nuestra vida; en ésta, es nuestro descanso y nuestro consuelo.
Y para que nadie piense que es pura invención lo que estamos diciendo de esta venida intermedia, oídle a él mismo: El que me ama —nos dice— guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él. He leído en otra parte: El que teme a Dios obrará el bien; pero pienso que se dice algo más del que ama, porque éste guardará su palabra. ¿Y dónde va a guardarla? En el corazón, sin duda alguna, como dice el profeta: En mi corazón escondo tus consignas, así no pecaré contra ti.
Así es cómo has de cumplir la palabra de Dios, porque son dichosos los que la cumplen. Es como si la palabra de Dios tuviera que pasar a las entrañas de tu alma, a tus afectos y a tu conducta. Haz del bien tu comida, y tu alma disfrutará con este alimento sustancioso. Y no te olvides de comer tu pan, no sea que tu corazón se vuelva árido: por el contrario, que tu alma rebose completamente satisfecha.
Si es así como guardas la palabra de Dios, no cabe duda que ella te guardará a ti. El Hijo vendrá a ti en compañía del Padre, vendrá el gran Profeta, que renovará Jerusalén, el que lo hace todo nuevo. Tal será la eficacia de esta venida, que nosotros, que somos imagen del hombre terreno, seremos también imagen del hombre celestial. Y así como el viejo Adán se difundió por toda la humanidad y ocupó al hombre entero, así es ahora preciso que Cristo lo posea todo, porque él lo creó todo, lo redimió todo, y lo glorificará todo”…
San Bernardo, abad Sermón 5 en el Adviento del Señor
PARA REZAR
Ven Señor
Ven Señor Jesús y ayúdame
a construir mi vida en tus palabras,
roca que no vacila.
Ven Señor Jesús y perdona mi obstinación
en poner mis cimientos lejos de Ti.
Ven Señor Jesús y dame la valentía
para ser y no aparentar.
Ven Señor Jesús y construye en mí
desde tu amor una nueva casa,
espacio de tu misericordia
y remanso para el dolor de mis hermanos.
3 Diciembre – San Francisco Javier
Oremos
Señor, Dios nuestro, que quisiste que numerosos pueblos llegaran a conocerte por medio de la predicación de San Francisco Javier, concede a todos los bautizados un gran celo por la propagación de la fe, para que así tu Iglesia pueda alegrarse de ver aumentados sus hijos en todo el mundo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo. Amén
Viernes de la semana I
Ten piedad de nosotros, Hijo de David
Lectura del libro del profeta Isaías 29, 17-24
Así habla el Señor:
¿No falta poco, muy poco tiempo, para que Líbano se vuelva un vergel y el vergel parezca un bosque?
Aquel día, los sordos oirán las palabras del libro, y verán los ojos de los ciegos, libres de tinieblas y oscuridad. Los humildes de alegrarán más y más en el Señor y los más indigentes se regocijarán en el Santo de Israel. Porque se acabarán los tiranos, desaparecerá el insolente, y serán extirpados los que acechan para hacer el mal, los que con una palabra hacen condenar a un hombre, los que tienden trampas al que actúa en un juicio, y porque sí no más perjudican al justo.
Por eso, así habla el Señor, el Dios de la casa de Jacob, el que rescató a Abraham:
En adelante, Jacob no se avergonzará ni se pondrá pálido su rostro. Porque, al ver lo que hago en medio de él, proclamarán que mi Nombre es santo, proclamarán santo al Santo de Jacob y temerán al Dios de Israel. Los espíritus extraviados llegarán a entender y los recalcitrantes aceptarán la enseñanza.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 26, 1. 4. 13-14 (R.: 1a)
R. El Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es el baluarte de mi vida,
¿ante quién temblaré? R.
Una sola cosa he pedido al Señor,
y esto es lo que quiero:
vivir en la Casa del Señor
todos los días de mi vida,
para gozar de la dulzura del Señor
y contemplar su Templo. R.
Yo creo que contemplaré la bondad del Señor
en la tierra de los vivientes.
Espera en el Señor y sé fuerte;
ten valor y espera en el Señor. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 9, 27-31
Cuando Jesús se fue, lo siguieron dos ciegos, gritando: «Ten piedad de nosotros, Hijo de David.»
Al llegar a la casa, los ciegos se le acercaron, y él les preguntó:
« ¿Creen que yo puedo hacer lo que me piden?»
Ellos le respondieron: «Sí, Señor.»
Jesús les tocó los ojos, diciendo: «Que suceda como ustedes han creído.»
Y se les abrieron sus ojos.
Entonces Jesús los conminó: « ¡Cuidado! Que nadie lo sepa.»
Pero ellos, apenas salieron, difundieron su fama por toda aquella región.
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
-
El pueblo de Israel, sometido al imperio de turno sabe que en su tierra fue ciego y fue sordo. Sabe que, de algún modo, él mismo es responsable del mal que ahora padece. Pero el profeta no hace tanto énfasis en el castigo, sino en el anuncio esperanzador de un tiempo nuevo: “los que sufren volverán a alegrarse en el Señor, los pobres gozarán con el Dios Santo de Israel”.
-
El profeta vislumbra como cercana la salvación total. Esta salvación está ya presente en el corazón de los que esperan, aunque no aparezca en el orden externo.
-
Cuando los profetas en medio de la cultura palestina, hablan de vergeles y de bosques, lo hacen desde un contexto en el que, lo normal es la sequedad, el calor, la infertilidad; situaciones, que el pueblo judío por sí mismo no podía solucionar. El Líbano convertido en un vergel, y el vergel en un bosque, expresa la presencia de Dios, el Día del Señor. Y esto se completa con la imagen de los sordos que oyen, los ciegos que ven, los oprimidos que se alegran y los pobres que se gozan en el Dios de Israel.
-
Cuando triunfe el Mesías, cuando llegue su Reino y todo sea transformado y el mundo redimido, no podrá existir el mal en ningún sentido. Tanto el mal cósmico como el humano habrán desaparecido. Todos escucharán y todos verán, porque todos vivirán pendientes de la palabra de Yahvé y de su voluntad salvadora.
***
-
La enfermedad quebranta, por eso los milagros de curación física tienen una fuerza particular: no sólo se trata del bien de la salud sino que devuelven la “firmeza” al decaído y derrumbado. El Dios que se muestra capaz de vencer la enfermedad, es el Dios que se revela capaz de devolver vigor y firmeza a la obra que Él mismo ha creado.
-
Dos ciegos siguen a Jesús pidiéndole que los cure. La petición de estos dos hombres incluye una confesión de fe; al llamar a Jesús “hijo de David”, lo reconocen como el descendiente de David que tenía que venir, portador del cumplimiento de las promesas mesiánicas.
-
El evangelista, muestra que Jesús no los curó inmediatamente, que esperó llegar a la casa a la que se dirigía, y que además los interrogó sobre su fe. La fe y no sólo el simple contacto de la mano de Jesús es lo que cura a los ciegos. La fe, que es confianza incondicional de que el bien vence al mal, que Dios es más grande que cualquier mal o enfermedad.
-
Todo esto quiere decir que se hacen realidad las palabras de Isaías escuchadas por boca del profeta. La transformación anunciada toma cuerpo por el Mesías que da la vista a los ciegos. La vida marcada por el pecado propio o el de los otros, lleva a una visión distorsionada de nosotros mismos, de los otros y de la realidad y cuando no, una ceguera. La Buena Noticia, abre los ojos para ver la ceguera en la que estamos, y la necesidad que tenemos de ser curados y salvados.
-
Hace falta reconocerse necesitado, abrir el corazón, para ver cómo la pobreza es capacidad para ser enriquecidos, la ceguera posibilidad de una nueva luz. Jesucristo abre los ojos a los ciegos. Es el final de la esclavitud y el comienzo de la liberación. Jesucristo devuelve a cada hombre la dignidad. Basta que un hombre lo acepte y alce la cabeza, para que lo que esclaviza, quede derrotado perdiendo su fuerza para degradarlo.
-
Jesucristo explica y entrega al mundo en cada curación, en cada milagro, que Él hace nuevas todas las cosas. Basta un pequeño gesto de amor, para que el egoísmo y la maldad sean vencidos.
-
Igual que los ciegos, que rápidamente divulgan la noticia por toda la comarca, el seguidor de Jesús, tocado por la misericordia y el amor del Señor, no puede callar la proclamación de las maravillas que realiza Dios entre sus hijos. Este tiempo de adviento puede ser una gran oportunidad para nosotros como personas, y como comunidades, para examinar si nuestro camino de fe sigue estos pasos.
PARA DISCERNIR
-
¿Dónde están puestas mis esperanzas?
-
¿Pido a Dios desde mi pobreza?
-
¿Encuentro en Jesús el cumplimiento de mis anhelos más profundos?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Oigo en mi corazón: Busca mi rostro…No me escondas tu rostro
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
…”Habla, corazón mío; ábrete todo entero y dirígete a Dios: «Busco tu rostro; sí, Señor es tu rostro que busco» (Sl 26,8). Y tú, Señor, mi Dios, enseña a mi corazón cómo y dónde he de buscarte; cómo y dónde he de encontrarte, Señor. Señor, si tú no estás aquí, si estás ausente ¿dónde buscarte? Y si es que estás presente en todas partes ¿por qué yo no puedo verte? Ciertamente, tú habitas en una luz inaccesible. . Pero ¿dónde está esta luz inaccesible? ¿Quién me conducirá hasta ella y me introducirá en ella para que yo pueda verte? Y luego, ¿bajo qué signos, bajo qué figura podré descubrirte? No te he visto jamás, Señor Dios mío, y no conozco tu rostro. Altísimo Señor, ¿qué puedo hacer, qué hará este desterrado lejos de ti? ¿Qué puede hacer tu siervo, ansioso de tu amor y alejado de tu rostro? Aspira a contemplarte y tu rostro se le oculta enteramente. Desea reunirse contigo, pero tu mansión es inaccesible. Ansía encontrarte, pero no sabe dónde habitas. Emprende tu búsqueda, pero desconoce tu rostro.
Señor, tú eres mi Dios, tú mi Maestro, y sin embargo yo no te he visto. Tú me has creado y me has redimido, tú me has dado todos mis bienes, y sin embargo no te conozco aún. Me has hecho con la única finalidad de que te vea, y sin embargo yo no he realizado aún mi destino. Miserable condición la del hombre que ha perdido aquello para lo que fue creado… Te encontraré al amarte y te amaré mientras te encuentro”…
San Anselmo. Proslogion, 1
PARA REZAR
Ven Señor Jesús
Ven Señor Jesús, luz que viene de lo alto
y no permitas que las tinieblas tomen nuestro corazón.
Ven Señor Jesús, luz que no se apaga
y abre con la gracia de tu Espíritu nuestros ojos.
Ven Señor Jesús, luz venida a nuestro mundo
y sana nuestras cegueras y oscuridades.
Ven Señor Jesús, luz resplandeciente
y renueva nuestra mirada para tener tus mismos ojos
y reconocer la obra de Dios.
Sábado de la semana I
Se compadeció de nuestras debilidades
Lectura del libro del profeta Isaías 30, 19-21. 23-26
Así habla el Señor:
Sí, pueblo de Sión, que habitas en Jerusalén, ya no tendrás que llorar: él se apiadará de ti al oír tu clamor; apenas te escuche, te responderá.
Cuando el Señor les haya dado el pan de la angustia y el agua de la aflicción, aquel que te instruye no se ocultará más, sino que verás a tu maestro con tus propios ojos. Tus oídos escucharán detrás de ti una palabra: «Este es el camino, síganlo, aunque se hayan desviado a la derecha o a la izquierda.»
El Señor te dará lluvia para la semilla que siembres en el suelo, y el pan que produzca el terreno será rico y sustancioso.
Aquel día, tu ganado pacerá en extensas praderas. Los bueyes y los asnos que trabajen el suelo comerán forraje bien sazonado, aventado con el bieldo y la horquilla.
En todo monte elevado y en toda colina alta, habrá arroyos y corrientes de agua, el día de la gran masacre, cuando se derrumben las torres. Entonces, la luz de la luna será como la luz del sol, y la luz del sol será siete veces más intensa -como la luz de siete días- el día en que el Señor vende la herida de su pueblo y sane las llagas de los golpes que le infligió.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 146, 1-2. 3-4. 5-6 (R.: Is 30, 18)
R. Felices los que esperan en el Señor.
¡Qué bueno es cantar a nuestro Dios,
qué agradable y merecida es su alabanza!
El Señor reconstruye a Jerusalén
y congrega a los dispersos de Israel. R.
Sana a los que están afligidos
y les venda las heridas.
El cuenta el número de las estrellas
y llama a cada una por su nombre. R.
Nuestro Señor es grande y poderoso,
su inteligencia no tiene medida.
El Señor eleva a los oprimidos
y humilla a los malvados hasta el polvo. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 9, 35-10, 1. 5a. 6-8
Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias. Al ver a la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos:
«La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha.»
Jesús convocó a sus doce discípulos y les dio el poder de expulsar a los espíritus impuros y de curar cualquier enfermedad o dolencia.
A estos Doce, Jesús los envió con las siguientes instrucciones:
«Vayan, en cambio, a las ovejas perdidas del pueblo de Israel. Por el camino, proclamen que el Reino de los Cielos está cerca. Curen a los enfermos, resuciten a los muertos, purifiquen a los leprosos, expulsen a los demonios. Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
-
Las palabras esperanzadoras de Isaías han de leerse en el contexto dramático que viven los habitantes de Jerusalén viendo acercarse a su puerta la amenaza asiria. Los ejércitos de la época arrasan las ciudades y matan a todos los habitantes, a excepción de los más fuertes que son deportados.
-
El profeta enseña al pueblo que tiene que creer y confiar en el Señor simplemente porque éste es bueno y llama hacia él: creer en Dios significa experimentar que es fiel. Después de tantas infidelidades de Israel a la alianza, el profeta les recuerda que, la confianza firme en el amor misericordioso de Dios y el encuentro constante con su amor, que lo perdona y asume su fracaso constantemente, son la única esperanza y la única certeza en las que se puede abandonar el creyente; toda la iniciativa viene de Él. El hombre solamente puede recoger el don de su amor.
-
Isaías evoca una felicidad paradisíaca, un futuro reino mesiánico del que todo mal habrá desaparecido. El anuncio de esperanza que se apoya en la fidelidad de Dios que no defrauda, se cumple en Cristo Jesús.
***
-
El Dios que sana corazones destrozados, el Cristo que se apiada de los que sufren, es quien hoy nos invita a nosotros a tener y a repartir esperanza en una humanidad que sigue hambrienta, desorientada, desilusionada. La llamada del Adviento, el anuncio de la venida de Jesús a nuestra historia, viene dirigida a nosotros. Viene a enjugar nuestras lágrimas y a vendar nuestras heridas con ternura.
-
Jesús no sólo muestra compasión, sino que es la compasión de Dios que se ha hecho presente en el mundo y en la historia. Su actitud humana revela a los hombres el corazón de Dios volcado hacia los hombres, un corazón que por la gracia estamos invitados a reproducir. Un corazón invitado a dejarse hablar por la realidad, un corazón que sabe compartir y hacer propias las angustias y esperanzas de los hombres para dar creativamente respuestas.
-
El trabajo del discípulo queda perfectamente delineado por el mismo Jesús: proclamar el reino, y al mismo tiempo hacerlo manifiesto a través de las obras: curar enfermos, resucitar muertos, purificar leprosos y expulsar demonios. Realizar esto y no otra cosa, es la misión del discípulo.
-
El pedido al Padre, que envíe operarios a la mies, es la oración que ya ha sido escuchada en el don de la venida de Jesucristo. Porque el Padre ha respondido y ha enviado a su mismo Hijo, los discípulos pueden ofrecerse confiadamente a sí mismos en el anuncio del evangelio.
-
Nosotros somos parte de ese pueblo pobre, hambriento y necesitado. Pero a la vez el don de Jesucristo, también nos posibilita a dar desde nuestra pobreza, animarnos a conducir desde nuestro ser conducidos, consolar desde el consuelo con el que el Señor nos consuela.
PARA DISCERNIR
- ¿Experimento la compasión de Jesús por todos los hombres como propia?
- ¿Me siento sanado y consolado por el Buen pastor?
- ¿Me siento impulsado en este Adviento a pastorear con Jesús a su pueblo?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Quiero ser anuncio bueno para mis hermanos
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
Dios nos ha hablado en Cristo
…”La principal causa por la cual en la ley antigua eran lícitas las preguntas que se hacían a Dios, y convenía que los profetas y sacerdotes quisiesen visiones y revelaciones de Dios, era porque entonces no estaba aún fundada la fe ni establecida la ley evangélica; y así, era menester que preguntasen a Dios y que él hablase, ahora por palabras, ahora por visiones y revelaciones, ahora en figuras y semejanzas, ahora en otras muchas maneras de significaciones. Porque todo lo que respondía y hablaba y obraba y revelaba eran misterios de nuestra fe y cosas tocantes a ella o enderezadas a ella. Pero ya que está fundada la fe en Cristo y manifiesta la ley evangélica en esta era de gracia, no hay para qué preguntarle de aquella manera, ni para qué él hable ya ni responda como entonces.
Porque en darnos, como nos dio, a su Hijo -que es una Palabra suya, que no tiene otra-, todo nos lo habló junto y de una vez en esta sola Palabra, y no tiene más que hablar.
Y éste es el sentido de aquella autoridad, con que san Pablo quiere inducir a los hebreos a que se aparten de aquellos modos primeros y tratos con Dios de la ley de Moisés, y pongan los ojos en Cristo solamente, diciendo: Lo que antiguamente habló Dios en los profetas a nuestros padres de muchos modos y maneras, ahora a la postre, en estos días, nos lo ha hablado en el Hijo, todo de una vez.
En lo cual da a entender el Apóstol, que Dios ha quedado ya como mudo, y no tiene más que hablar, porque lo que hablaba antes en partes a los profetas ya lo ha hablado en él todo, dándonos el todo, que es su Hijo.
Por lo cual, el que ahora quisiese preguntar a Dios o querer alguna visión o revelación; no sólo haría una necedad, sino haría agravio a Dios, no poniendo los ojos totalmente en Cristo, sin querer otra cosa o novedad. Porque le podría responder Dios de esta manera: «Si te tengo ya hablado todas las cosas en mi Palabra, que es mi Hijo, y no tengo otra cosa que te pueda revelar o responder que sea más que eso, pon los ojos sólo en él; porque en él te lo tengo puesto todo y dicho y revelado, y hallarás en él aún más de lo que pides y deseas.
Porque desde el día que bajé con mi espíritu sobre él en el monte Tabor, diciendo: Éste es mi amado Hijo en que me he complacido; a él oíd, ya alcé yo la mano de
todas esas maneras de enseñanzas y respuestas, y se la di a él; oídle a él, porque yo no tengo más fe que revelar, más cosas que manifestar. Que si antes hablaba, era prometiéndoos a Cristo; y si me preguntaban, eran las preguntas encaminadas a la petición y esperanza de Cristo, en que habían de hallar todo bien, como ahora lo da a entender toda la doctrina de los evangelistas y apóstoles.»”…
San Juan de la Cruz, Subida al monte Carmelo – (Libro 2, cap. 22,)
PARA REZAR
Ven Señor Jesús
Ven Señor Jesús para que podamos
sintonizar con tu compasión y hacermos
compasión para nuestros hermanos.
Ven Señor Jesús para que miremos
con tus ojos la mies ya madura y trabajemos
para que no se pierda por descuido.
Ven Señor Jesús para que sintamos
la seguridad de ser escuchados e
n nuestras plegarias por todos los hombres.
Ven Señor Jesús para que en comunión
de amor con tu palabra seamos fieles
testigos de tu amor en medio del mundo.
Domingo XXXIV – Ciclo A
Solemnidad de Cristo Rey
Lunes XXXIV
Martes XXXIV
Miércoles XXXIV
Jueves XXXIV
Viernes XXXIV
Sábado XXXIV
Domingo XXXIV – Ciclo A
Solemnidad de Cristo Rey
Se sentará en el trono de su gloria y separará a unos de otros
Lectura de Libro del profeta Ezequiel
34,11-12.15-17
Porque así habla el Señor: ¡Aquí estoy yo! Yo mismo voy a buscar mi rebaño y me ocuparé de él. Como el pastor se ocupa de su rebaño cuando está en medio de sus ovejas dispersas, así me ocuparé de mis ovejas y las libraré de todos los lugares donde se habían dispersado, en un día de nubes y tinieblas.
Yo mismo apacentaré a mis ovejas y las llevaré a descansar -oráculo del Señor-. Buscaré a la oveja perdida, haré volver a la descarriada, vendaré a la herida y curaré a la enferma, pero exterminaré a la que está gorda y robusta. Yo las apacentaré con justicia.
En cuanto a ustedes, ovejas de mi rebaño, así habla el Señor: Yo voy a juzgar entre oveja y oveja, entre carneros y chivos.
Palabra de Dios
SALMO Sal 23(22), 1-2.2-3.5.6.
R: El Señor es mi pastor, nada me falta.
El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar. R.
Me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas;
me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre. R.
Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R.
Lectura de la I Carta del apóstol San Pablo
a los Corintios 15,20-26.28
Hermanos:
Pero no, Cristo resucitó de entre los muertos, el primero de todos. Porque la muerte vino al mundo por medio de un hombre, y también por medio de un hombre viene la resurrección.
En efecto, así como todos mueren en Adán, así también todos revivirán en Cristo, cada uno según el orden que le corresponde: Cristo, el primero de todos, luego, aquellos que estén unidos a él en el momento de su Venida.
En seguida vendrá el fin, cuando Cristo entregue el Reino a Dios, el Padre, después de haber aniquilado todo Principado, Dominio y Poder. Porque es necesario que Cristo reine hasta que ponga a todos los enemigos debajo de sus pies. El último enemigo que será vencido es la muerte,
Y cuando el universo entero le sea sometido, el mismo Hijo se someterá también a aquel que le sometió todas las cosas, a fin de que Dios sea todo en todos.
Palabra de Dios
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 25, 31-46
Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria rodeado de todos los ángeles, se sentará en su trono glorioso.
Todas las naciones serán reunidas en su presencia, y él separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos, y pondrá a aquellas a su derecha y a estos a su izquierda.
Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: ‘Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron; desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver’.
Los justos le responderán: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de paso, y te alojamos; desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?’.
Y el Rey les responderá: ‘Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo’.
Luego dirá a los de su izquierda: ‘Aléjense de mí, malditos; vayan al fuego eterno que fue preparado para el demonio y sus ángeles, porque tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; estaba de paso, y no me alojaron; desnudo, y no me vistieron; enfermo y preso, y no me visitaron’.
Estos, a su vez, le preguntarán: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de paso o desnudo, enfermo o preso, y no te hemos socorrido?’.
Y él les responderá: ‘Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron conmigo’.
Estos irán al castigo eterno, y los justos a la Vida eterna”.
Palabra del Señor
PARA REFLEXIONAR
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El texto encuentra su situación histórica en la diáspora y en el exilio de Israel en Babilonia. Experimentan el fracaso de la monarquía y la incapacidad de los dirigentes, fue la causa principal del exilio y la dispersión de los hijos de la alianza. La imagen del pastor es frecuente en el antiguo Oriente para expresar las relaciones entre el rey y los vasallos.
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En la lectura de hoy se denuncian las injusticias o las culpas de los malos pastores por no haber sido auténticamente conductores de su pueblo, sino buscarse a sí mismos, su propio provecho en lugar de buscar el bien y el bienestar de las ovejas, del pueblo; y llevarlas hacia las verdaderas praderas. Pero Yavé, no desistirá de su plan de salvación.
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Justamente, es en el fracaso de los hombres donde brillará con más fuerza la fidelidad de Dios, como último recurso para salvar a su pueblo, va a intervenir en persona. El mismo será el pastor que saldrá en busca de las ovejas descarriadas y dispersas por todas las naciones, para reunirlas y devolverlas a su tierra.
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El señorío de Cristo glorioso no se reduce a unos cuantos hombres ni a un sector de la realidad. Pablo ve en la Resurrección de Cristo la victoria sobre el pecado que domina a los hombres desde Adán en adelante. La victoria de Cristo se va completando en cada hombre y en cada generación hasta llegar al final. Cristo resucitado comunica su Vida a quien libremente se entrega a Él, Vida que supera todas las oscuridades de pecado y muerte.
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El proceso histórico puesto en marcha por Cristo se manifestará un día en toda su fuerza y dimensión. Ese día se revelará al fin, con toda claridad, que Dios había sido desde siempre la razón de ser del hombre.
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Estamos ante la última enseñanza de Jesús según el evangelio de Mateo. Su lenguaje es sobre todo profético, aunque lo realiza a través de una la parábola. Las últimas palabras del Maestro nos describen la venida del Hijo del Hombre en gloria y poder para el juicio; cuando se ha sentado en el trono y se disponga a juzgar.
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Lo significativo del texto radica en esa presencia de los paganos en el acontecimiento final, algo absolutamente impensable en la mentalidad de los judíos contemporáneos de Jesús.
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Para Mateo, tal como lo ha ido desarrollando a lo largo de su obra, la inclusión en el Reino de Dios, no puede ir ligada exclusivamente al conocimiento de Dios o al cumplimiento de su ley. Lo que hace del pagano un miembro del Reino de Dios, es su vida humanitaria comprometida con el que sufre. Esto determina la calidad de su persona, y de tal modo que, puede ser considerada dentro de los “justos”, título hasta ahora reservado exclusivamente a los miembros del Pueblo de Dios y ligado al cumplimiento de la ley. La identificación del rey con los necesitados constituye desde el Éxodo, uno de los rasgos característicos del Dios bíblico.
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A través de este texto, Jesús hace ver a sus discípulos que en el futuro Reino de Dios, pueden también tener cabida aquellos que oficialmente o legalmente no son miembros del Pueblo de Dios.
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La profecía de Ezequiel que anuncia que el mismo Dios se va a preocupar de su pueblo: como pastor, guía, médico, juez, liberador, reunificador, se ha cumplido perfectamente en Cristo Jesús en quien Dios se nos ha acercado definitivamente.
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Jesús como Pastor no domina, sino apacienta, no se enseñorea, sino que busca y cuida a sus ovejas; cura a las enfermas y venda a las heridas; libera de todas las esclavitudes e ilumina todas las oscuridades; es un Pastor, que a nadie pone a su servicio, sino que a todos sirve para que todos vivamos sometidos por amor a nuestro Padre común.
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Los contemporáneos de Jesús identificaban al Pueblo de Dios con el Reino de Dios. Jesús proclama la mayor amplitud del Reino sobre el Pueblo, con una consecuencia, sorprendente: al Reino de Dios no se accede por la sola vía religiosa. Frente a una concepción restrictiva del Reino de Dios, Jesús presenta una concepción universal que lo convierte en un texto capital para la humanidad. Cualquier hombre puede llegar a Dios, siempre que su vida tenga la calidad de la solidaridad.
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El juicio será según las obras, no según lo que decimos creer y confesar. Son las obras las que distinguen y juzgan a los hombres, no las palabras ni el tipo o cantidad de plegarias. Distinciones de raza, de dinero o cultura, no valen nada y no permanecerá ni colocarán a los hombres a la izquierda o a la derecha del Señor. La realización concreta del mandamiento del amor o su incumplimiento anticipa ya en el mundo el juicio final.
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El que ama a Cristo en los pobres y sufrientes, solidarizándose con su causa se introduce en el reino de Dios. Los cristianos no tenemos la exclusiva del reino de Dios, ni la exclusiva del servicio a Dios. El reino de Dios se extiende más allá de nuestras fronteras: se encuentra dondequiera que haya hombres capaces de amar y de servir a los hermanos. Lo que uno ha hecho a otro, lo ha hecho a Jesús y a Dios. Ya no tiene importancia si lo sabía o no, si quería o no servir en él a Jesús y a Dios. Al fin se manifiesta que todo servicio al amor fue servicio al Padre.
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El peligro de no pertenecer al Reino no nos viene tanto de lo que hacemos mal, sino de aquello que dejamos de hacer. Cada hermano que no es amado suficientemente, que no recibe la ayuda posible; cada vez que eludimos nuestras responsabilidades o posibilidades comunitarias, en la sociedad, en la Iglesia; el no hacer nada para que mejore el ambiente del trabajo, para defender a los que están mal pagados, o excluidos; nos aleja de Jesucristo y del reino que inauguró con su estilo de vida basado en la compasión y el amor. Para un discípulo, la pertenencia a la Iglesia como modo de vivir el Reino, no puede dejar de expresarse en un compromiso de servicio a la humanidad.
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La encarnación del hijo de Dios ha sido tan profunda en la naturaleza humana que donde haya un hombre que reclama nuestra atención, allí está presente el Dios hecho hombre, Jesucristo, el Salvador.
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Ser discípulo de Cristo es amar con el amor efectivo que consiste en servir, consolar, acompañar, compartir, dar lo que sea preciso, a cada hombre concreto con quien tropezamos, con la certeza de que en cada hombre, tropezamos con Cristo.
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Este es el camino que nos enseñó y vivió nuestro Rey, Nuestro Señor Jesucristo. Un camino posible para todos, pero exigente para todos. Así, la fiesta de hoy no es la exaltación de un « catolicismo triunfante», sino más bien al contrario: es la exaltación del reinado del amor servidor sobre todas las cosas.
PARA DISCERNIR
- ¿Qué imagen de Cristo Rey tengo formada en mi corazón?
- ¿Reconozco el reinado de Cristo diverso al reinado humano?
-
¿Acepto un reinado que se da desde la entrega y la cruz? ¿Apuesto con mi vida a un reino que no es de este mundo?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Que venga tu Reino Señor
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
«Venid vosotros, los benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo»
…”«Habiendo realizado la purificación de los pecados, Cristo está sentado a la derecha de su Majestad en las alturas» (Hb 1,3)…Es, pues, para servirnos que vino desde su Padre hasta el mundo. Y para colmo: no se manifestó tan sólo en el momento en que vino a la tierra revestido de la debilidad humana presentándose en forma de esclavo y escondida su calidad de señor, sino que más tarde se manifestará en todo su esplendor, el día en que vendrá con todo su poder y aparecerá con toda la gloria de su Padre. Refiriéndose a su reino, se dice: «Se ceñirá, hará sentar a sus siervos a la mesa y los irá sirviendo» (Lc 12,37). ¡Éste es aquel por quien reinan los soberanos y gobiernan los príncipes!
Es de esta manera que ejercerá su realeza verdadera y sin mancha…; es de esta manera que hace seguir a los que ha sometido a su poder: más amable que un amigo, más imparcial que un príncipe, más tierno que un padre, más íntimo que los miembros, más indispensable que el corazón. No se impone a través del temor, no domina por un salario. Sólo en él encuentra la fuerza de su poder, sólo a través de sí mismo se une a sus súbditos. Porque reinar a través del temor o en vistas a un salario, no es gobernar con autoridad, sino por la esperanza de un sueldo o por amenaza…
Es preciso que Cristo reine en el sentido estricto de la palabra; toda otra autoridad es indigna de él. Ha sabido llegar a ella por un medio extraordinario… para llegar a ser el verdadero Señor, abraza la condición de esclavo y se hace el servidor de los esclavos, hasta la cruz y la muerte; es así como arrebata el alma de los esclavos y se apodera directamente de su voluntad. Sabiendo que éste es el secreto de su realeza, Pablo escribe: «Se rebajó hasta someterse incluso a la muerte y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo» (Flp 2, 8-9)… Por la primera creación, Cristo es Señor de la naturaleza; por la nueva creación, se ha convertido en señor de nuestra voluntad… Por eso dice: «Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra» (Mt 28,18)”…
San Nicolás Cabasilas (hacia 1320-1363), teólogo laico griego – La vida en Cristo, IV, 93-97, 102
PARA REZAR
Construir el Reino es,
hacer la Verdad;
porque la más auténtica Verdad
de nuestro mundo es que está llamado
a ser algo muy distinto
de lo que en realidad es;
la más auténtica realidad
de nuestro mundo es que está llamado
a estar construido sobre la solidaridad,
sobre el afecto, la mutua confianza,
la búsqueda del bien común;
la ausencia de todo egoísmo,
de todo tipo de lucha,
de toda forma de injusticia o insolidaridad;
la más auténtica realidad de nuestro mundo
es que está llamado a pervivir,
a transformarse entrando en una vida nueva
y sin término, a reconocer plenamente
que Dios está ahí y que es el Padre común
de todos los hombres
y el autor de toda la creación.
Lunes XXXIV
Ella dio todo lo que tenía para vivir
Lectura del Libro del Apocalipsis 14,1-3.4b-5
Después vi al Cordero que estaba de pie sobre el monte Sión, acompañado de ciento cuarenta y cuatro mil elegidos, que tenían escrito en la frente el nombre del Cordero y de su Padre.
Oí entonces una voz que venía del cielo, semejante al estrépito de un torrente y al ruido de un fuerte trueno, y esa voz era como un concierto de arpas: los elegidos cantaban un canto nuevo delante del trono de Dios, y delante de los cuatro Seres Vivientes y de los Ancianos. Y nadie podía aprender este himno, sino los ciento cuarenta y cuatro mil que habían sido rescatados de la tierra.
Estos son los que no se han contaminado con mujeres y son vírgenes. Ellos siguen al Cordero donde quiera que vaya. Han sido los primeros hombres rescatados para Dios y para el Cordero. En su boca nunca hubo mentira y son inmaculados.
Palabra de Dios
SALMO Sal 24(23), 1-2.3-4.5-6.
R: Éste es el grupo que viene a tu presencia, Señor.
Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos. R.
¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes
y puro corazón,
que no confía en los ídolos. R.
Ése recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Éste es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 21, 1-4
Levantado los ojos, Jesús vio a unos ricos que ponían sus ofrendas en el tesoro del Templo. Vio también a una viuda de condición muy humilde, que ponía dos pequeñas monedas de cobre, y dijo: «Les aseguro que esta pobre viuda ha dado más que nadie. Porque todos los demás dieron como ofrenda algo de lo que les sobraba, pero ella, de su indigencia, dio todo lo que tenía para vivir.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
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Vuelve a aparecer la “liturgia del cielo”, que vimos la semana pasada. Hoy aparece “el Cordero, de pie, sobre el monte Sión” junto con “ciento cuarenta y cuatro mil que llevan grabado en la frente el nombre del Cordero y el del Padre librando la gran batalla contra el mal”. El cordero llevado al matadero, ahora es el cordero pascual, cabeza de una multitud.
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El número es simbólico: doce por doce por mil. Significa la plenitud aplicada a las doce tribus de Israel. La visión es esperanzada, el Cordero que conduce a los suyos a la victoria porque han permanecido fieles y forman el cortejo triunfal de Cristo. Ellos son las primicias de la humanidad salvada porque no se han dejado manchar por la idolatría.
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Su actitud martirial es discipular: siguen al Cordero como los Doce iban siguiendo a Jesús; aman la verdad y no han querido profesar la falsa doctrina de Satanás y unirse a la bestia; y no se han prostituido en la adoración de las imágenes idolátricas, ni han sido colaboracionistas del Imperio.
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La segunda visión hace referencia a la conducta de los idólatras, a quienes se dirige el juicio de Dios pregonado por tres ángeIes. El primero anuncia el evangelio eterno. El segundo ángel esparce la noticia de la caída de Babilonia. El tercer enviado predice el castigo terrible de los adoradores de la bestia con las imágenes del fuego, del azufre y de la copa que contiene el vino de la ira de Dios.
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La bienaventuranza final anuncia que los que al morir sellan su testimonio, participan de la alegría y del reposo eternos. Han sufrido como sufrió el Cordero. Desde ahora, pues, son glorificados con Él en el reino del Padre.
***
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Para la fiesta de Pascua acudían a Jerusalén unos 300 a 400 mil peregrinos. El Templo era para los judíos un motivo de orgullo y su grandeza dependía en gran medida de las donaciones que ellos depositaban en el arca del Tesoro.
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Pero el Templo no era sólo un lugar de culto, en él se concentraba todo el poder económico, político, militar y religioso. Si bien el espacio preponderante era el dedicado al culto, allí también estaba el sanedrín, el arca del tesoro y la guardia.
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En tiempo de la dominación romana, el templo era símbolo de la identidad del pueblo de la alianza y de la resistencia a la infiltración cultural y religiosa por parte de los romanos. Por eso, los que donaban grandes sumas de dinero al Templo, eran valorados por razones religiosas y también por razones políticas. En esta situación los pobres, los huérfanos, las viudas y los extranjeros era una multitud no tenida en cuenta y frecuentemente despreciada.
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El episodio que narra este pasaje concluye la serie de discusiones que Jesús mantiene con las sectas judías. Está directamente unido a la maldición de los escribas que roban a las viudas.
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La exaltación de los pobres que aparece frecuentemente en los discursos de Jesús, le sirve para anunciar la inminencia del Reino y la transformación que acarreará la nueva vida según Dios, en las estructuras humanas.
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Jesús observa que mientras los más ricos, echaban grandes donaciones en el arca del templo una viuda pobre echó lo poco que tenía. Ella sólo posee lo que ha dado. Lo que dio era todo lo que tenía.
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La viuda era por su condición de mujer, pobre y marginada, sin embargo al depositar su ofrenda con un inmenso esfuerzo, daba todo lo que le era necesario para vivir. Se entregaba totalmente a Dios con modestia y humildad. Los ricos y poderosos ofrecían lo que tenían de sobra fruto de sus negocios; ofrenda que venía muchas veces manchada por el hambre y la indigencia de peones y esclavos, sometidos para poder alcanzar esa riqueza.
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Jesús pensando en la nueva comunidad, aprovecha la actitud de la viuda para una enseñar que a Dios no le podemos ofrecer lo que nos sobra, aquello de lo que podemos prescindir. La ofrenda es verdadera, cuando damos desde nuestra pobreza, lo que somos y tenemos. Dios no recibe cosas; cuando le entregamos algo material, le estamos entregando ante todo nuestra vida. Y se la entregamos generosamente porque sabemos que Él hará con ella lo mejor para nosotros y para nuestra comunidad.
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Jesús no se aferró a su dignidad de Hijo Único de Dios; despojándose de todo se humilló y bajó hasta nuestra miseria para enriquecernos; elevándonos así, a la dignidad de hijos en el Hijo de Dios. No nos dio de lo que le sobraba, sino que lo dio todo amándonos hasta el extremo, viviendo Él mismo, las palabras que había pronunciado: Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.
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El Señor nos pide que por el bien de nuestros hermanos lo demos todo, porque toda nuestra vida, por la entrega generosa en la comunión, en el servicio y en el amor con Cristo, se ha de convertir en causa de salvación para todos.
PARA DISCERNIR
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¿Qué damos nosotros: lo que nos sobra o lo que necesitamos?
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¿Damos con sencillez o con ostentación, gratuitamente o pasando factura?
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¿Ponemos nuestras cualidades y talentos a disposición de la comunidad, de la familia, de la sociedad, o los guardamos mezquinamente?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Quiero ser generoso Señor
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
«Ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir»
…” Acordémonos de esta viuda que, preocupada por los pobres, se olvida de ella misma hasta el punto de dar todo lo que le quedaba para vivir, pensando sólo en la vida futura, tal como lo atestigua el mismo Señor. Los demás habían dado de lo que les sobraba, pero ella, quizás más pobre que muchos pobres –puesto que toda su fortuna quedaba reducida a dos monedas- en su corazón era más rica que todos los ricos. Sólo dirigía su mirada hacia las riquezas de la recompensa eterna; deseosa de los tesoros celestiales, renunció a todo lo que poseía como a bienes que proceden de la tierra y a la tierra regresan (Gn 3,19). Dio lo que tenía para alcanzar lo que no veía. Dio bienes perecederos para adquirir bienes inmortales. Esta pobre mujer no se olvidó de los bienes previstos y dispuestos por el Señor para obtener la recompensa futura. Por eso el Señor, tampoco se olvidó de ella, y el juez de este mundo pronunció por adelantado su sentencia: elogia a aquella que coronará en el día del juicio”…
San Paulino de Nola (355-431), obispo – Carta 34, 2-4: PL 61, 345-346
PARA REZAR
UNA ORACION DE GENEROSIDAD
Querido Señor, enseñame a ser generoso,
enseñame a servirte como Tú mereces
a dar y no contar el costo,
a luchar y no prestar atención a la herida,
a trabajar duro y no buscar el descanso,
a trabajar y no buscar la recompensa,
excepto el saber que hago tu voluntad.
San Ignacio de Loyola
Martes XXXIV
No quedará piedra sobre piedra
Lectura del Libro del Apocalipsis 14,14-19
Y vi una nube blanca, sobre la cual estaba sentado alguien que parecía Hijo de hombre, con una corona de oro en la cabeza y una hoz afilada en la mano.
En seguida salió del Templo otro Angel y gritó con voz potente al que estaba sentado sobre la nube: “Empuña tu hoz y siega, porque ha llegado el tiempo de la cosecha y los sembrados de la tierra están maduros”.
Y el que estaba sentado sobre la nube pasó su hoz sobre la tierra, y esta quedó segada.
Entonces otro Angel salió del Templo que está en el cielo, llevando también una hoz afilada.
Y salió del altar otro Angel -el que tiene poder sobre el fuego- y gritó con voz potente al que tenía la hoz afilada: “Empuña tu hoz y cosecha los racimos de la viña de la tierra, porque han llegado a su madurez”.
El Angel pasó la hoz afilada sobre la tierra, cosechó la viña y arrojó los racimos en la inmensa cuba de la ira de Dios.
Palabra de Dios
SALMO Sal 96,10.11-12.13.
R: El Señor llega a regir la tierra.
Decid a los pueblos: “El Señor es rey,
él afianzó el orbe, y no se moverá;
él gobierna a los pueblos rectamente.” R.
Alégrese el cielo, goce la tierra,
retumbe el mar y cuanto lo llena;
vitoreen los campos y cuanto hay en ellos,
aclamen los árboles del bosque. R.
Delante del Señor, que ya llega,
ya llega a regir la tierra:
regirá el orbe con justicia
y los pueblos con fidelidad. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 21, 5-9
Como algunos, hablando del Templo, decían que estaba adornado con hermosas piedras y ofrendas votivas, Jesús dijo: «De todo lo que ustedes contemplan, un día no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido.»
Ellos le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo tendrá lugar esto, y cuál será la señal de que va a suceder?»
Jesús respondió: «Tengan cuidado, no se dejen engañar, porque muchos se presentarán en mi Nombre, diciendo: “Soy yo”, y también: “El tiempo está cerca.” No los sigan. Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones no se alarmen; es necesario que esto ocurra antes, pero no llegará tan pronto el fin.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
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El juicio anunciado por los tres ángeles se expresa simbólicamente de manera anticipada. Hoy aparece la imagen grandiosa de la siega cósmica, para castigo de los adoradores de la Bestia, los idólatras, el castigo “en el gran lagar de la ira de Dios”. Ha llegado el momento del juicio de Dios, la hora de la verdad.
-
El Apocalipsis llama a Cristo con el mismo nombre que Daniel en su profecía: “uno con aspecto de hombre”, “el Hijo del Hombre”, como se lo llama repetidamente en el evangelio. Juan ve una nube blanca y a uno sentado con aspecto de hombre con la corona ceñida sobre la cabeza, llevando en la mano una hoz afilada para segar la tierra. Y ve un ángel del templo celeste llevando también una hoz afilada para vendimiar la viña de la tierra y echar las uvas en el gran lagar de la ira de Dios. Ahora se verá quién vence y quién es derrotado.
PARA DISCERNIR
- ¿Reflexiono sobre la gran fragilidad de todas las cosas?..
- ¿Soy consciente de mi fragilidad?
-
¿Qué actitud tomo al descubrir la brevedad de la belleza, de la vida?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Dame alegrarme con tu visita Señor
PARA LA LECTURA ESPIRITIUAL
«¿No sabéis que sois el templo de Dios?» (1C 3,16)
…” «Jesús dijo a los judíos: ‘Destruid este templo y en tres días lo levantaré’. Pero él hablaba del templo de su cuerpo» (Jn 2, 21)… Algunos piensan que no es posible aplicar al cuerpo de Cristo todo lo que se ha dicho del Templo; piensan que su cuerpo ha sido llamado ‘templo’ porque, de igual manera que el primer Templo estaba habitado por la gloria de Dios, así también el ‘Primer nacido de entre todas las criaturas’ es la imagen de la gloria de Dios (Col 1,15) y que por eso es justo que a su Cuerpo, a la Iglesia, se le llame templo de Dios, porque contiene la imagen de la divinidad… Nosotros hemos aprendido de Pedro que la Iglesia es el cuerpo y la casa de Dios, construida con piedras vivas, una casa espiritual para un sacerdocio santo (1P 2,5).
Así podemos ver en Salomón, el hijo de David que construyó el Templo, una prefiguración de Cristo: es después de la guerra, cuando reinaba una gran paz, que Salomón hizo construir, en la Jerusalén terrestre, un templo a la gloria de Dios… En efecto, cuando todos los enemigos de Cristo serán «colocados bajo sus pies y el último enemigo, la muerte, será vencido» (1C 15, 25-26) entonces la paz será perfecta, cuando Cristo será «Salomón», cuyo nombre significa «pacífico», en él se cumplirá esta profecía: «Con los que odian la paz, yo era pacífico» (Sl 119, 6-7). Entonces, cada una de las piedras vivas, según lo merecido en la vida presente, será una piedra del templo: uno, apóstol o profeta, puesto en los fundamentos, sostendrá las piedras colocadas encima; otro, viniendo detrás de los que son fundamentos, llevado él mismo por los apóstoles, llevará con él a otros más débiles; otro será un piedra totalmente interior, allí donde se encuentra el arca con los querubines y el propiciatorio (1R 6,19); otro, la piedra del vestíbulo (v. 3), y otro, fuera del vestíbulo de los sacerdotes y los levitas, será la piedra del altar donde se hacen las ofrendas de las cosechas… El desarrollo de la construcción, con la organización de los ministerios, será confiada a los ángeles de Dios, sus fuerzas santas prefiguradas por los jefes de trabajo de Salomón… Todo eso se cumplirá cuando la paz sea perfecta, cuando una gran paz reinará”…
Orígenes (hacia 185-253), presbítero y teólogo – Comentario al Evangelio de Juan, 10,39; PG 14, 369s
PARA REZAR
Tengo pues la certeza de que Dios existe, que creó todo lo que vive y lo que no, que nos creó a todos los seres humanos, que tuvo un motivo para crearnos, y que más allá de la visión, imagen que tengamos de Él o el Nombre que le queramos poner, o el carácter o justicia que deseamos que Él posea e imparta, Él tiene una visión de nosotros, Él sabe lo que hacemos.
No somos almas solitarias supeditadas a nuestra propia voluntad para construirnos un futuro incierto, un destino. Además creo que en la libertad que Él nos dio. Tengo la certeza de que Él quiso acercarse a nosotros mediante Jesús, para que pudiésemos entender esto del amor entre las personas. Tengo la certeza de que Dios se preocupa por el destino de este mundo, que su Espíritu vuela vigilante.
Pero creo que para Él toda nuestra vida es un suspiro, un destello.
Tengo la certeza de que nadie puede encerrar a Dios en su limitado conocimiento. Tengo la certeza de que Dios nos quiere plenos, y que nos dio recursos para lograrlo aún a pesar de la maldad
humana, (Él nos creó, Él nos conoce), sino sería un cínico, un torturador que nos puso aquí para sufrir.
Yo quiero una vida plena, quiero el amor sincero, el abrazo del hermano, y el de los familiares, y el de los amigos. Quiero compartir el amor que Dios me ha permitido tener. Pero no quiero reprimir mis buenos deseos, mis dudas, mis ganas…
Con estas certezas vivo…
María Verónica Benavente
Miércoles XXXIV
Gracias a la constancia salvarán sus vidas
Lectura del Libro del Apocalipsis 15,1-4
Después vi en el cielo otro signo grande y admirable: siete Ángeles que llevaban las siete últimas plagas, con las cuales debía consumarse la ira de Dios.
También vi como un mar de cristal, mezclado de fuego. Los que habían vencido a la Bestia, a su imagen y la cifra de su nombre, estaban de pie sobre el mar, teniendo en sus manos grandes arpas, y cantaban el canto de Moisés, el servidor de Dios, y el canto del Cordero, diciendo: “¡Grandes y admirables son tus obras, Señor, Dios todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los pueblos! ¿Quién dejará de temerte, Señor, quién no alabará tu Nombre? Sólo tú eres santo, y todas las naciones vendrán a adorarte, porque se ha manifestado la justicia de tus actos”.
Palabra de Dios
SALMO Sal 98,1.2-3.7-8.9.
R: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor, Dios omnipotente.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R.
El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R.
Retumbe el mar y cuanto contiene,
la tierra y cuantos la habitan;
aplaudan los ríos, aclamen los montes. R.
Al Señor, que llega para regir la tierra.
Regirá el orbe con justicia
y los pueblos con rectitud. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 21, 10-19
Jesús dijo a sus discípulos:
«Se levantará una nación contra otra y un reino contra otro. Habrá grandes terremotos, pestes y hambre en diversos lugares. Se verán también cosas espantosas y señales terribles en el cielo.
Los detendrán, los perseguirán, los entregarán a las sinagogas y serán encarcelados; los llevarán ante reyes y gobernadores a causa de mi Nombre, y esto les sucederá para que puedan dar testimonio de mí.
Tengan bien presente que no deberán preparar su defensa, porque yo mismo les daré una elocuencia y una sabiduría que ninguno de sus adversarios podrá resistir ni contradecir.
Serán entregados hasta por sus propios padres y hermanos, por sus parientes y amigos; y a muchos de ustedes los matarán. Serán odiados por todos a causa de mi Nombre. Pero ni siquiera un cabello se les caerá de la cabeza. Gracias a la constancia salvarán sus vidas.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
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A los cristianos perseguidos por el emperador romano, a fines del siglo I, el vidente de Patmos los quiere convencer de que la victoria es segura, que el Cordero y sus seguidores, aunque tengan que pasar por mil penalidades, van a terminar cantando himnos de gozo.
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El fin del mundo y de la historia es como la plenitud de la Pascua, de la cual la primera a orillas del Mar Rojo, no era más que un anuncio.
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En el nuevo éxodo, en la nueva Pascua del pueblo nuevo guía Cristo Jesús, el Gran Libertador.
-
La «bestia» simboliza el Imperio Romano, perseguidor e idólatra. Las siete cabezas de la Bestia representan siete colinas sobre las que Roma está construida. También se ha identificado a la «bestia» con el mismo Nerón.
-
Los que han vencido a la Bestia de pie, junto al cristal mezclado de fuego, llevaban las cítaras de Dios y entonan cantos acompañados de sus liras; salvados definitivamente.
***
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Después de hablar de los signos engañosos que acompañarán el final, el evangelio de hoy se refiere a los verdaderos signos. El principal es la persecución por “predicar el evangelio”. Jesús mismo protegerá a su comunidad si se mantiene firme y fiel dando testimonio.
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La persecución “por causa de Jesús” es un signo evangélico ya anunciado en las Bienaventuranzas: “Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos ustedes cuando los insulten y los persigan y los calumnien de cualquier modo por mi causa”.
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Cuando Lucas escribía su evangelio, la comunidad cristiana ya tenía mucha experiencia de persecuciones, cárceles y martirios, por parte de los enemigos de fuera; y dificultades, divisiones y traiciones desde dentro.
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La situación de los cristianos en el mundo antiguo fue dificultosa y precaria desde el comienzo. Sufrieron la persecución de los judíos que los veían como un peligro para la religión oficial y luego fueron perseguidos por el estado romano, que los veía como la misma encarnación del mal y un peligro para el imperio.
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La persecución no fue una contingencia producida por odios personales. Esta situación se produjo por la actitud de los cristianos que se caracterizaron por poner en duda todo el sistema de valores religiosos y políticos vigentes en el mundo antiguo. Este modo de ver y sentir la vida, los llevó a inevitables enfrentamientos con los defensores del sistema cultual, político, financiero que era considerado de carácter sagrado.
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A lo largo de dos mil años, la Iglesia por otros motivos y en lugares diversos, ha seguido teniendo la misma experiencia de calumnia, odio, persecución y muerte. Mártires de todos los tiempos, también del nuestro, estimulan con el ejemplo de su vida y de su muerte. Mártires de sangre y mártires silenciosos de la vida diaria, que viven según los criterios del evangelio de Jesús con admirable coherencia y constancia.
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Cuando la predicación del Evangelio no molesta a nadie es porque se ha amoldado a los criterios del mundo y ha perdido su fuerza. Quiénes siguen a Cristo decididamente deben optar por Él, sin hacer concesiones. Por eso el mensaje de vida del evangelio, paradójicamente, genera rechazo, persecución y muerte. Los testigos son excluidos, traicionados, difamados, encarcelados, expulsados, torturados, asesinados. Muchos se preguntaron si vale la pena un futuro de este tipo.
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Jesús no nos ha engañado: nunca prometió que en esta vida seremos aplaudidos y que nos resultará fácil el camino. Lo que sí nos asegura es que salvaremos la vida por la fidelidad, y que Él dará testimonio ante el Padre de los que hayan dado testimonio de Él ante los hombres.
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Por eso sigue siendo válido seguir a Cristo. Porque la Vida siempre triunfa sobre la muerte, porque no hay nada por encima del poder de Dios. Ser cristiano cuando las cosas andan bien no es problema. Lo difícil es perseverar en los momentos de dificultad. El cristianismo, es un estilo de vida que, necesariamente, si es fiel al Evangelio va a encontrarse muchas veces en contraposición con los valores, pensamientos y actitudes del mundo, y ésta es la causa de los problemas.
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Necesitamos ser valientes y mostrar al mundo la buena noticia del reino como verdaderos discípulos de Jesús. Él ha prometido ayudarnos y estar con nosotros hasta el final. Su palabra no pasa ni cambia: permanece para siempre.
PARA DISCERNIR
- ¿Me arriesgo por causa de la Buena Noticia?
- ¿Soy capaz de aceptar el rechazo por manifestar mi fe?
- ¿Hago concesiones con tal de no ser cuestionado?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Toda mi vida quiero serte fiel
PARA LA ELCTURA ESPIRITUAL
«Todos os odiarán por causa de mi nombre, pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá»
…”Jesús prometió siempre la paz a sus discípulos, tanto antes de su muerte como después de su resurrección, siempre la paz (Jn 14,27; Lc 24,36). Los discípulos jamás alcanzaron la paz exterior, pero vivieron la paz en la lucha y el amor en el sufrimiento; y en la muerte encontraron la vida. Encontraron también
un gozoso triunfo cuando, antes de la muerte, se les interrogaba, juzgaba y condenaba. Fueron verdaderos testimonios.
Sí, hay muchos hombres que viven llenos de dulzura en su cuerpo y en su alma hasta el punto de estar penetrados de ella hasta el meollo y hasta las venas, pero cuando seguidamente viene el sufrimiento, las tinieblas, el abandono interior y exterior, no saben qué hacer. Se paran, simplemente, y de ahí nada sacan. Cuando llegan los terribles huracanes, el abandono interior, la tentación exterior del mundo, de la carne y del Enemigo, el que sabrá pasar a través de todo ello encontrará la paz profunda que nadie le podrá quitar. Pero el que no coge este camino se queda atrás y jamás saboreará la paz verdadera. Así se ve cuáles son los verdaderos testimonios de Cristo”…
Juan Tablero (hacia 1300-1361), dominico en Estrasburgo – Sermón 21, para la Ascensión
PARA REZAR
Oración del testigo
Es hora de ser tus testigos, Señor del alba.
Es hora de construir juntos la Civilización del amor.
Es hora de salir a las plazas y ciudades como hermanos.
Es hora de hacer del mundo un arco iris de unidad y de color.
Es hora de anunciar la vida desde la vida hecha fiesta.
Es hora de gritar al mundo de los hombres tu salvación.
Es hora de gritar como voceros del alba a hombres y mujeres,
que el Crucificado ha resucitado, y el mundo sabe a redención.
Es hora de vivir en la luz y abrir caminos sin fronteras.
Es hora de darse la mano y hacer un coro grande al sol.
Es hora de decir a los miedosos; no teman, tengan ánimo,
que el mundo, el corazón del mundo, vive en Resurrección.
Es hora de juntarnos como amigos en un solo pueblo.
Es hora de marchar unidos sembrando la paz y el amor.
Es hora de llamar al hombre hermano, hermano mío.
Es hora de vivir en armonía, en lazos de hermandad y comunión.
Que así sea.
Jueves XXXIV
Levanten la cabeza porque llega la liberación
Lectura del Libro del Apocalipsis 18, 1-2.21-23; 19, 1-3.9a
Después vi que otro Angel descendía del cielo con gran poder, mientras la tierra se iluminaba con su resplandor.
Y gritó con voz potente: “¡Ha caído, ha caído Babilonia, la grande! Se ha convertido en refugio de demonios, en guarida de toda clase de espíritus impuros y en nido de aves impuras y repugnantes.
Y un Angel poderoso tomó una piedra del tamaño de una rueda de molino y la arrojó al mar, diciendo: “Así, de golpe, será arrojada Babilonia, la gran Ciudad, y nunca más se la verá”.
Ya no se escuchará dentro de ti el canto de los que tocan el arpa y de los músicos, de los flautistas y de los trompetistas; ya no se encontrarán artesanos de los diversos oficios, ni se escuchará el sonido de la rueda del molino.
No volverá a brillar la luz de la lámpara, ni tampoco se escuchará la voz de los recién casados. Porque tus comerciantes eran los grandes de la tierra, y con tus encantos sedujiste a todos los pueblos.
Después oí algo parecido al clamor de una enorme multitud que estaba en el cielo, y exclamaba: “¡Aleluya! La salvación, la gloria y el poder pertenecen a nuestro Dios, porque sus juicios son verdaderos y justos. El ha condenado a la famosa Prostituta que corrompía la tierra con su lujuria, y ha vengado en ella la sangre de sus servidores”.
Y volvieron a decir: “¡Aleluya! La humareda de la Ciudad se eleva por los siglos de los siglos”. Después el Angel me dijo: “Escribe esto: Felices los que han sido invitados al banquete de bodas del Cordero”. Y agregó: “Estas son verdaderas palabras de Dios”.
Palabra de Dios
SALMO Sal 100,2.3.4.5.
R: Dichosos los invitados al banquete de bodas del Cordero.
Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con vítores. R.
Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño. R.
Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre. R.
“El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades.” R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 21, 20-28
Jesús dijo a sus discípulos:
«Cuando vean a Jerusalén sitiada por los ejércitos, sepan que su ruina está próxima. Los que estén en Judea, que se refugien en las montañas; los que estén dentro de la ciudad, que se alejen; y los que estén en los campos, que no vuelvan a ella. Porque serán días de escarmiento, en que todo lo que está escrito deberá cumplirse.
¡Ay de las que estén embarazadas o tengan niños de pecho en aquellos días! Será grande la desgracia de este país y la ira de Dios pesará sobre este pueblo. Caerán al filo de la espada, serán llevados cautivos a todas las naciones, y Jerusalén será pisoteada por los paganos, hasta que el tiempo de los paganos llegue a su cumplimiento.
Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, los pueblos serán presa de la angustia ante el rugido del mar y la violencia de las olas. Los hombres desfallecerán de miedo por lo que sobrevendrá al mundo, porque los astros se conmoverán.
Entonces se verá al Hijo del hombre venir sobre una nube, lleno de poder y de gloria.
Cuando comience a suceder esto, tengan ánimo y levanten la cabeza, porque está por llegarles la liberación.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
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La escena de hoy resume toda la lucha entre el bien y el mal, entre Cristo y la Bestia. Describe la ruina de Babilonia, de Roma.
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La imagen de una gran piedra que es lanzada al fondo del mar, es muy expresiva para describir la destrucción de la Bestia. En su territorio ya no habrá música, ni fiesta, ni luz de lámparas, ni voz de novio, o de novia. Silencio, oscuridad, ruina, muerte.
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Por otro lado, con voces de una gran muchedumbre cantando himnos y aleluyas, la victoria.
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El Apocalipsis es un libro guerrero y valiente, nos da ánimos en la lucha y nos hace mirar hacia el futuro confiados en el triunfo de Cristo y los suyos.
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La comunidad del Cordero, los que no han apostatado ni se han dejado manchar por la corrupción, sigue en pie y no deja de cantar.
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Entonamos aleluyas a Dios y a Cristo, lo hacemos con alegría agradecida, humildemente, con el deseo de que esta salvación sea universal, que nadie quede fuera de este cortejo, que todos puedan pasar a gozar para siempre de la vida de Dios.
***
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Es la tercera vez que Jesús anuncia, con pena, la destrucción de Jerusalén. Lucas mezcla dos planos: el de la caída de Jerusalén que probablemente ya había sucedido cuando él escribe este evangelio y la segunda venida de Cristo, precedida de signos en el sol y las estrellas, el estruendo del mar, el miedo y la ansiedad “ante lo que se avecina”.
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Los discípulos habían preguntado por la señal que daría paso a la restauración de Israel. Jesús les responde ahora hablándoles de señales cósmicas que ya, en los profetas, eran símbolo de la caída de un orden social injusto y la inauguración de un mundo distinto. La caída del régimen opresor judío, vendrá seguida de la caída sucesiva de los opresores paganos.
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La caída de la ciudad santa es entendida como la consecuencia de haber rechazado la salvación que se le ofrecía en Jesús. Jesús expresa su compasión por las víctimas. Y pone en guardia a los discípulos para que no perezcan. Lo visto y experimentado en la caída de la ciudad se convierte en urgente invitación a aceptar aquella propuesta.
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Por otro lado, el tiempo que se inaugura a partir de ese acontecimiento, deberá ser leído en clave positiva. La visión profética trata de descubrir en el desarrollo de la historia las oportunidades de salvación que se presentan, por eso, tanto la destrucción de Jerusalén y del poder de los paganos que los oprimía es también ocasión de la proclamación del anuncio de salvación.
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Por eso la perspectiva ante la venida con poder del Hijo del Hombre es optimista: el anuncio no quiere entristecer, sino animar invitando a alzar la cabeza porque se acercan los tiempos nuevos marcados por la liberación.
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Sea en el momento de nuestra muerte, que no es final, sino comienzo de una nueva manera de existir mucho más plena; sea en el momento del final de la historia, con la venida de Cristo no en humildad y pobreza, como en Belén, sino en gloria y majestad; sea en cada acontecimiento del presente donde descubrimos el paso de Dios somos llamados a alzar la cabeza y levantarnos, porque son tiempos de salvación. Somos nuevamente invitados a tener confianza en la victoria de Cristo Jesús: el Hijo del Hombre viene a salvar a los hombres y a renovar la creación.
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Nos hace bien en este tiempo pensar que la meta es la victoria final, junto al Hijo del Hombre: Él ya atravesó en su Pascua la frontera de la muerte e inauguró para sí y para nosotros la nueva existencia, los cielos nuevos y la tierra nueva. Nos toca ahora trabajar, para alcanzarlos, llevando a cabo la misión que inició Cristo y que nos confió a nosotros. Esperar activamente, levantar la cabeza y no bajar los brazos: esto es caminar en esperanza.
PARA DISCERNIR
- ¿Estoy atento a los signos que Dios me va mostrando en la vida cotidiana?
- ¿Mi esperanza se agota en esta vida?
- ¿Experimento el llamado a construir los cielos nuevos y la tierra nueva?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Quiero seguirte y vivir en esperanza Señor
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
«Levantaos, alzad la cabeza, se acerca vuestra liberación»
…”«Aclamen los árboles del bosque, delante del Señor que ya llega, ya llega a regir la tierra» (Sl 95 12-13). El Señor vino una primera vez y vendrá de nuevo. Vino una primera vez «sobre las nubes» (Mt 26,64) en su Iglesia. ¿Cuáles son las nubes que lo trajeron? Los apóstoles, los predicadores… Vino una primera vez llevado por sus predicadores, y llenó toda la tierra. No nos resistamos a su primera venida si no queremos temer la segunda…
¿Qué es lo que debe hacer, pues, el cristiano? Aprovecharse de este mundo, pero no servirse de este mundo. ¿En qué consiste esto? «Poseer como si no se poseyera». Es eso lo que dice san Pablo: «Hermanos, el momento es apremiante… Desde ahora, los que lloran como si no lloraran; los que están alegres como si no lo estuvieran; los que compran como si no poseyeran; los que negocian en el mundo, como si no disfrutaran de él: porque la representación de este mundo se termina. Quiero que os ahorréis preocupaciones» (1C 7, 29-32). El que está libre de preocupaciones espera con confianza la venida de su Señor. Porque ¿ama uno a su Señor si teme su venida? Hermanos míos, ¿no enrojecemos? Le amamos ¿y tememos su venida? Verdaderamente le amamos ¿o es que más bien amamos nuestros pecados? Odiemos, pues, nuestros pecados, y amemos a Aquel que ha de venir…
«Aclamen los árboles del bosque, delante del Señor que ya llega», porque el Señor vino una primera vez… Vino una primera vez, y volverá para juzgar la tierra; entonces encontrará llenos de alegría a todos los que habrán creído en su primera venida.
San Agustín (354-430), obispo de Hipona (África del Norte) y doctor de la Iglesia
Disertación sobre el salmo 95
PARA REZAR
Espera en Dios. Espera.
El no se desdice. El no te miente.
El Dios de la Paz te dará la Paz.
El Dios del Amor te dará Amor.
Amor para recibir, para dar, para vivir.
El Dios gozoso te hará gozoso.
El no se guarda sus tesoros.
El no escatima sus dones.
El no olvida sus promesas.
Él te conoce.
Él te nombra y te ama.
Él te amó primero.
Él se dejó encontrar.
Confía.
No te perderás sus riquezas.
Pasarás en paz. El Caos no te alcanza.
Porque Dios es tu escudo.
Le invocas. Él viene.
Le llamas. Él está ya en tu puerta.
Le pides y Él ya te lo dio.
Estiras las manos y Él ya las colmó.
Viernes XXXIV
El Reino de Dios está cerca
Lectura del Libro del Apocalipsis 20, 1-4.11-21,2
Yo, Juan, vi que un Angel descendía del cielo, llevando en su mano la llave del Abismo y una enorme cadena. El capturó al Dragón, la antigua Serpiente -que es el Diablo o Satanás- y lo encadenó por mil años. Después lo arrojó al Abismo, lo cerró con llave y lo selló, para que el Dragón no pudiera seducir a los pueblos paganos hasta que se cumplieran los mil años. Transcurridos esos mil años, será soltado por un breve tiempo.
Entonces vi unos tronos, y los que se sentaron en ellos recibieron autoridad para juzgar. También vi las almas de los que habían sido decapitados a causa del testimonio de Jesús y de la Palabra de Dios, y a todos los que no habían adorado a la Bestia ni a su imagen, ni habían recibido su marca en la frente o en la mano. Ellos revivieron y reinaron con Cristo durante mil años.
Después vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él. Ante su presencia, el cielo y la tierra desaparecieron sin dejar rastros. Y vi a los que habían muerto grandes y pequeños, de pie delante del trono. Fueron abiertos los libros, y también fue abierto el Libro de la Vida; y los que habían muerto fueron juzgados de acuerdo con el contenido de los libros; cada uno según sus obras.
El mar devolvió a los muertos que guardaba: la Muerte y el Abismo hicieron lo mismo, y cada uno fue juzgado según sus obras. Entonces la Muerte y el Abismo fueron arrojados al estanque de fuego, que es la segunda muerte. Y los que no estaban inscritos en el Libro de la Vida fueron arrojados al estanque de fuego.
Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar ya no existe más.
Vi la Ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo y venía de Dios, embellecida como una novia preparada para recibir a su esposo.
Palabra de Dios.
SALMO 83, 3-6a. 8a
R. Esta es la morada de Dios entre los hombres.
Mi alma se consume de deseos
por los atrios del Señor;
mi corazón y mi carne claman ansiosos
por el Dios viviente. R.
Hasta el gorrión encontró una casa,
y la golondrina tiene un nido
donde poner sus pichones,
junto a tus altares, Señor del universo,
mi Rey y mi Dios. R.
¡Felices los que habitan en tu Casa
y te alaban sin cesar!
¡Felices los que encuentran su fuerza en ti!
Ellos avanzan con vigor siempre creciente. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 21, 29-33
Jesús hizo a sus discípulos esta comparación:
«Miren lo que sucede con la higuera o con cualquier otro árbol. Cuando comienza a echar brotes, ustedes se dan cuenta de que se acerca el verano. Así también, cuando vean que suceden todas estas cosas, sepan que el Reino de Dios está cerca.
Les aseguro que no pasará esta generación hasta que se cumpla todo esto. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
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Continúan las visiones enigmáticas. Después de la caída de la ciudad perseguidora, los reyes de la tierra, la bestia…, ahora es Satanás mismo el que es castigado. El “dragón, que es la antigua serpiente, el diablo o Satanás”, es arrojado al abismo, aunque luego estará “suelto por un poco de tiempo”. El juicio empieza así: por el aniquilamiento del Mal, Juan describe la escena de la Audiencia, de modo solemne: la sede, el juez, los documentos, los acusados.
-
El mensaje principal es que el juicio va a ser serio y universal, por parte del que está sentado en el gran trono blanco. Cada uno será juzgado “según sus obras, escritas en los libros”. Los muertos fueron juzgados conforme a sus obras y según lo escrito en los libros.
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Los que han sido seguidores del Malo, serán “arrojados al lago de fuego, junto con la Muerte y el Abismo”. Pero los que han dado testimonio de Jesús y “no han rendido homenaje a la bestia y a su imagen y no llevan su señal”, pasarán a la vida, formando parte del “cielo nuevo y la tierra nueva, la ciudad santa, la nueva Jerusalén”, a la que el vidente contempla como “enviada de Dios, arreglada como una novia que se adorna para su esposo”.
-
La salvación o la condenación no son una arbitrariedad de Dios el día en que nos juzgue, hoy, estamos construyendo el Juicio.
***
-
El pueblo se congrega en torno a Jesús para escucharlo. En el pasaje que hoy quiere mostrarles de qué modo se debe leer la realidad. Usando una metáfora fácilmente comprensible para su audiencia campesina muestra que del mismo modo que un árbol anuncia sus frutos por medio de las flores y los retoños, de la misma manera, la realidad muestra signos de lo que vendrá. Se trata de descubrir en el presente los signos de los acontecimientos que están por venir.
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Jesús inauguró ya hace dos mil años el Reino de Dios. Cayó Jerusalén. Luego cayó Roma. Más tarde otros muchos imperios e ideologías. La comunidad de discípulos de Jesús, generación tras generación, intenta transmitir al mundo sus valores, evangelizarlo, para que el árbol dé frutos y la salvación alcance a todos. El reino de Dios todavía está madurando, y no ha alcanzado su plenitud. El reino de Dios se trata de una realidad que no irrumpe abruptamente sino que se va abriendo paso como la savia que hace brotar hojas nuevas en los árboles después de los fríos del invierno.
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La comparación que Jesús propone advierte al pueblo sobre los peligros que lleva el asegurarse únicamente en las garantías que ofrece un gran templo, la provisión económica, las conveniencias políticas y la solidez de unas grandes murallas. Estas seguridades los volverán ciegos ante los signos del Reino que Dios suscitaba en medio de ellos.
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La realización plena del Reino de Dios, puede ser desde ahora adelantada cada vez que vivimos algo de ese Reino, en el hoy de nuestra historia. Lo que se nos exige es estar atentos a los signos de los tiempos, donde se hace visible esa cercanía del Reino de Dios en una actitud de discernimiento permanente.
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Nuestra vida se mueve entre una historia y un proyecto. La invitación del Señor es a aprender de las lecciones del pasado, con deseo de superación. Pero, sobre todo, a vivir intensamente el presente, el único instante que tenemos en nuestras manos para construir. No podemos estancarnos por nostalgia del pasado, ni por miedo a lo que puede llegar en el porvenir. El mejor camino para afrontar el futuro es viviendo intensamente el momento presente. La vida eterna se construye hoy.
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Es necesario comprender el mundo en que vivimos, sus esperanzas, sus aspiraciones. En el fondo, no debemos esperar encontrar la fecha de cumplimientos de profecías viejas o premoniciones cabalísticas: es la cercanía o lejanía del Reino lo que nosotros podemos y debemos discernir de entre los signos de los tiempos.
-
Vivimos muchas veces bajo el peso de las pruebas y de las incomprensiones, del dolor y del mismo pecado; sin embargo Jesús nos invita a levantarnos, a alzar la cabeza.
-
Lo que aparentemente puede aparecer como destrucción y dolor, para los creyentes, por el contrario, se nos presenta como el comienzo de una nueva posibilidad que Dios está ofreciendo. Permanezcamos vigilantes porque cada momento de nuestra vida puede ser un paso de Dios, un tiempo de gracia y de encuentro con el Dios que nos salva.
PARA DISCERNIR
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¿Me detengo a leer los signos de la realidad?
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¿Soy capaz de mirar el futuro a partir de lo que sucede hoy?
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¿Dejo madurar las experiencias para que sean fermento del futuro?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Felices los que encuentran su fuerza en ti
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
Párrafos de la homilía del Papa Francisco sobre el Evangelio del día el año 2013.
El Papa centró su reflexión en el pasaje evangélico de Lucas (21, 29-33) propuesto durante la liturgia, donde el Señor «con ejemplos sencillos enseña a los discípulos a comprender lo que sucede». En este caso, Jesús invita a observar «la planta de higo y todos los árboles», porque cuando brotan se comprende que el verano está cerca. En otros contextos el Señor usa ejemplos análogos para reprender a los fariseos que no quieren comprender «los signos de los tiempos»; quienes no ven «el paso de Dios en la historia», en la historia del pueblo de Israel, en la historia del corazón del hombre, «en la historia de la humanidad».
La enseñanza, según el Santo Padre, es que «Jesús con palabras sencillas alienta a pensar para comprender». Y es una invitación a pensar «no sólo con la cabeza», sino también «con el corazón, con el espíritu», con todo nosotros mismos. Es esto, precisamente, “pensar en cristiano”, para poder «comprender los signos de los tiempos». Y a quienes no comprenden, como sucede en el caso de los discípulos de Emaús, Cristo les define «necios y tardos de corazón». Porque —explicó— quien «no comprende las cosas de Dios es una persona así», necia y dura de entendimiento, mientras que «el Señor quiere que comprendamos lo que sucede en nuestro corazón, en nuestra vida, en el mundo, en la historia»; y entendamos «el significado de lo que sucede ahora». En efecto, en las respuestas a estas preguntas es donde podemos individuar «los signos de los tiempos».
Sin embargo, no siempre las cosas suceden así. Hay un enemigo al acecho. Es «el espíritu del mundo», que —recordó el Papa— «nos hace otras propuestas». Porque «no nos quiere como pueblo, nos quiere masa. Sin pensamiento y sin libertad». El espíritu del mundo, en esencia, nos empuja a lo largo de «un camino de uniformidad, pero sin ese espíritu que forma el cuerpo de un pueblo», tratándonos «como si no tuviésemos la capacidad de pensar, como personas sin libertad». Al respecto el Papa Francisco clarificó expresamente los mecanismos de persuasión oculta: existe un determinado modo de pensar que debe ser impuesto, «se hace publicidad de este pensamiento» y «se debe pensar» de ese modo. Es «el pensamiento uniforme, el pensamiento homogéneo, el pensamiento débil»; lamentablemente, un pensamiento «muy difundido», comentó el Obispo de Roma.
En la práctica «el espíritu del mundo no quiere que nos preguntemos delante de Dios: ¿por qué sucede ésto?». Y para distraernos de las preguntas esenciales, «nos propone un pensamiento pret-à-porter, según nuestros gustos: yo pienso como me gusta». Este modo de pensar «es correcto» para el espíritu del mundo; mientras que lo que él «no quiere es lo que nos pide Jesús: el pensamiento libre, el pensamiento de un hombre y de una mujer que son parte del pueblo de Dios». Por lo demás, «la salvación ha sido precisamente ésta: hacernos pueblo, pueblo de Dios. Tener libertad». Porque «Jesús nos pide que pensemos libremente, pensar para comprender lo que sucede».
Cierto, advirtió el Papa Francisco, «solos no podemos» hacer todo: «necesitamos la ayuda del Señor, necesitamos al Espíritu Santo para comprender los signos de los tiempos». En efecto, es precisamente el Espíritu quien nos dona «la inteligencia para comprender». Se trata de un regalo personal realizado a cada hombre, gracias al cual «yo debo comprender por qué me sucede esto a mí» y «cuál es el camino que el Señor quiere» para mi vida. De aquí la exhortación conclusiva a «pedir al Señor Jesús la gracia que nos envíe su espíritu de inteligencia», para que «no tengamos un pensamiento débil, un pensamiento uniforme, un pensamiento según nuestros gustos», para tener, en cambio, «sólo un pensamiento según Dios». Y «con este pensamiento —de mente, de corazón y de alma— que es don del Espíritu», buscar comprender «qué significan las cosas, comprender bien los signos de los tiempos».
PARA REZAR
Confesamos, Señor,
que nos hemos preocupado,
por las muchas demandas que
esta vida tiene.
Que nos hemos afanado
por buscar la comodidad
que la sociedad ofrece,
que nos enredamos en
competencias desleales,
anulando la vida de otros y otras
sin importarnos su dolor.
Que el activismo nos ha aturdido
de tal manera que
hemos perdido la bendición de tu presencia.
Ayúdanos a ver que
“sólo una cosa es necesaria”
y esa es tu Presencia,
que nos consuela, inspira y
compromete a trabajar por tu reino.
fortalece nuestra decisión
de caminar contigo,
y la seguridad de que nada ni nadie
nos apartará de tu lado. AMEN
Elizabeth Hernández Carrillo
Sábado XXXIV
Estén prevenidos y oren incesantemente
Lectura del Libro del Apocalipsis 21,2; 22,1-7.
Después el Ángel me mostró un río de agua de vida, claro como el cristal, que brotaba del trono de Dios y del Cordero, en medio de la plaza de la Ciudad. A ambos lados del río, había árboles de vida que fructificaban doce veces al año, una vez por mes, y sus hojas servían para curar a los pueblos.
Ya no habrá allí ninguna maldición. El trono de Dios y del Cordero estará en la Ciudad, y sus servidores lo adorarán.
Ellos contemplarán su rostro y llevarán su Nombre en la frente.
Tampoco existirá la noche, ni les hará falta la luz de las lámparas ni la luz del sol, porque el Señor Dios los iluminará, y ellos reinarán por los siglos de los siglos.
Después me dijo: “Estas palabras son verdaderas y dignas de crédito. El Señor Dios que inspira a los profetas envió a su mensajero para mostrar a sus servidores lo que tiene que suceder pronto.
¡Volveré pronto! Feliz el que cumple las palabras proféticas de este Libro”.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 95(94), 1-2.3-5.6-7.
R: Maranatha! Ven, Señor Jesús.
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos. R.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos. R.
Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 21, 34-36
Jesús dijo a sus discípulos:
«Tengan cuidado de no dejarse aturdir por los excesos, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, para que ese día no caiga de improviso sobre ustedes como una trampa, porque sobrevendrá a todos los hombres en toda la tierra.
Estén prevenidos y oren incesantemente, para quedar a salvo de todo lo que ha de ocurrir. Así podrán comparecer seguros ante el Hijo del hombre.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
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El último cuadro de la visión describe la vida de los escogidos de Dios y con Dios.
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La visión final del Apocalipsis con el trono de Dios y el Cordero delante vencedor, con un río de agua viva que brota del trono, el árbol de la vida que da doce cosechas al año y cuyas hojas son medicinales, sigue ofreciéndonos un futuro esperanzador. De Dios proviene el gran río de la vida. Los salvados por Cristo gozarán de alegría perpetua, allí no hay noche ni oscuridad, todo es luz, y lo verán cara a cara llevando su nombre en la frente”
-
La última página de la Biblia de la revelación que Dios es como el retorno al paraíso terrenal. las imágenes de este fragmento apuntan a la narración del paraíso del libro del Génesis, a la primera creación, como si se quisiese encontrar un paralelismo entre el «paraíso perdido» y el “paraíso reencontrado” Jesús, nuevo Adán, nos conduce a él, vuelve a introducirnos en el jardín maravilloso, en «los cielos nuevos y la tierra nueva.
-
El anhelo de profetas y justos de todos los tiempos, el contacto personal, y directo con el Señor, el «contemplar a Dios cara a cara» se ve realizado en la Jerusalén celestial; es la felicidad inacabable.
-
Feliz el que guarda sus palabras, el que actúa según las enseñanzas recibidas en este libro. Porque las palabras proféticas, inspiradas por Dios no sólo se proyectan hacia el futuro, sino que deben enraizarse en el presente de la vida concreta en la comunidad de discípulos.
***
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En el evangelio de hoy, ya no se trata de la cercanía del Reino de Dios, cuyos signos vamos descubriendo a lo largo de la historia, sino de la llegada del Día del Hijo del Hombre. Lucas pone en boca de Jesús un conjunto de advertencias que tratan de contrarrestar todo aquello que puede amenazar la integridad de la comunidad. Jesús pide andar con cuidado. Es un llamado hacia una actitud consciente y responsable. Es necesario impedir que se nos nuble la mente con el vicio, la bebida y las preocupaciones de la vida y estar despiertos en actitud de oración para tener fuerzas en todo momento. El cristiano necesita estar libre y despierto ante la realidad, necesita tener una actitud orante que le permita discernir la realidad y descubrir los signos de los tiempos.
-
La actitud del cristiano está orientada a permitir la acción de Dios en el mundo mediante la encarnación de los valores que Cristo instauró como ley del Reino. Estar de pie, ante Cristo, es estar atentos y reconociendo el paso de Dios en medio de las infinitas tareas que nos encomienda la vida y aquello que no es de Dios. No debe importarnos si la venida gloriosa de Jesús está próxima o no: para cada uno está siempre cerca, si miramos con ojos de fe, los pequeños o grandes hechos de la vida.
-
Nuestra memoria del gran acontecimiento de la vida y la Pascua de Jesús, la venida gloriosa del Señor y la plenitud de su Reino, son un compromiso con el presente, que nos anima a vivir con intensidad la gran tarea de evangelización y liberación.
-
El día de la Parusía ciertamente es el último día, el día escatológico, el Día del Hijo del Hombre. Pero ese día, desde ya, marca toda la historia de todos los tiempos. Toda la historia está orientada hacia ese día y toda la historia debe estar preparada para vivir ese día. No sabemos si ese día será mañana o en mil años. No lo sabemos y no tiene sentido tratar de saberlo. Nada más insensato el querer adivinar ese día.
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Lo que nos exige Jesús no es calcular fechas, sino el estar preparados siempre. Las actitudes que nos pide Jesús para ese Día, son actitudes para todos los días. Esta realidad nos urge a una opción. Dónde situarnos en este mundo, de qué lado y con quién. Lo importante es vivir de una determinada manera acorde a lo que esperamos. Además la Parusía de Jesús se vive en cada instante: en la comunidad, en el encuentro con el pobre, en la construcción del Reino de Dios.
PARA DISCERNIR
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¿Qué cosas me animan a construir el reino?
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¿Tengo conciencia de la precariedad de la vida?
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¿Descubro la llegada de Dios en los acontecimientos de la vida diaria?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA